1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

Dualización laboral en Alemania, una estrategia político-institucional

La creación de un segmento de trabajadores que sufren una legislación y unas condiciones peores a las del resto ha sido la herramienta empleada para resolver el problema del desempleo

Daniel Herrero (La paradoja de Kaldor) 1/05/2019

<p>Trabajador haciendo una limpieza a presión de una pieza en la industria química de Colonia.</p>

Trabajador haciendo una limpieza a presión de una pieza en la industria química de Colonia.

© CEphoto, Uwe Aranas

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Hace unas semanas, el Instituto Alemán de Análisis Económico (DIW Berlin) publicaba uno de sus informes semanales, que titulaba “El sector de bajos salarios en Alemania es mayor de lo que se creía” (traducción propia)1. El informe llama la atención sobre lo que pocas veces se destaca cuando se mira desde fuera hacia el país y que constituye uno de sus grandes problemas económicos y de cohesión social: el fuerte aumento de la desigualdad salarial y, en general, de las condiciones de trabajo.

Este título hubiera sido impensable unas décadas atrás, cuando Alemania se distinguía por la existencia de unas instituciones que fomentaban unas condiciones de trabajo homogéneas y  un buen desempeño económico, esto es, bajo desempleo, alta productividad y competitividad en los sectores industriales avanzados. Hasta los noventa, la incidencia del empleo atípico era muy reducida y el nivel de protección de los contratos estándar (de duración indefinida y a tiempo completo) era de los más altos de Europa. La negociación colectiva, organizada a nivel sectorial y regional, cubría a una elevada proporción de los asalariados (más del 80%) y garantizaba una reducida dispersión salarial. Además, la tradicional orientación cooperativa de los comités de empresa, con derechos de consulta, información y codeterminación, facilitaba la implementación de medidas de flexibilidad interna en las empresas, sorteando ciertas “rigideces” del marco institucional. Desde la economía política y la sociología se ha reivindicado que esa combinación entre instituciones y buenos resultados económicos no era casualidad, sino que, precisamente, eran las primeras las que habían conducido a las empresas manufactureras alemanas a instalarse en estrategias no cortoplacistas y de alto valor añadido, explicando parcialmente el éxito económico y social del modelo alemán.

la tasa de cobertura de los convenios colectivos ha caído 31 puntos porcentuales, y  en la actualidad es del 56% de los asalariados

Sin embargo, desde la reunificación, en 1990, la economía sufrió un periodo de lento crecimiento económico, con una incapacidad casi crónica para crear empleo. Las horas de trabajo se estancaron y la tasa de desempleo no dejó de crecer hasta 2006, cuando superó el 11%, un récord histórico. Como respuesta, se llevaron a cabo varias reformas laborales, que facilitaron el uso de los contratos temporales (1997), a tiempo parcial (2001) y que liberalizaron la actividad de las agencias de empleo temporal (1997 y 2002). Paralelamente, a lo largo de la década se dio un proceso acelerado de descentralización de la negociación colectiva, que ha continuado hasta hoy. Por un lado, la tasa de cobertura de los convenios colectivos ha caído 31 puntos porcentuales, y  en la actualidad es del 56% de los asalariados. Por el otro, la propia negociación sectorial se ha ido vaciando de contenido, ya que las cláusulas de descuelgue, ideadas para casos excepcionales, son empleadas recurrentemente incluso por empresas que declaran estar en buena situación económica. Además, la toma de decisiones sobre salarios y otras condiciones de trabajo se ha desplazado de forma predominante a los centros de trabajo, donde los comités de empresa han tendido a intercambiar medidas de flexibilidad interna y ajuste salarial a cambio de protección en el empleo. Sin embargo, la cobertura de los comités de empresa también ha sufrido un retroceso muy elevado (10 puntos porcentuales, y ha quedado en el 47% de los empleados, según un reciente trabajo de Oberfitchner y Schnabel, 20192), dejando a una parte importante de la fuerza de trabajo ante una negociación salarial totalmente individualizada.

La última etapa de esta senda liberalizadora fueron las conocidas reformas Hartz (2003-2005), que consistieron en cuatro paquetes de medidas: (1) La completa liberalización de las agencias de empleo temporal (Hartz I); (b) la abolición del máximo de 15 horas a la semana de los contratos marginales (empleos sujetos a reducidas contribuciones sociales y sin derecho a seguro por desempleo o seguro médico), creando los famosos minijobs y midijobs (cuyos salarios son de un máximo de 450€ y 850€/mes, respectivamente) (Hartz II); (c) la implementación de políticas activas de empleo (Hartz III) y (d) la reducción de la duración de las prestaciones por desempleo y la aplicación de ayudas sociales no contributivas (SGB II) para desempleados, pero condicionadas a la búsqueda activa de empleo, con el objetivo de reducir el salario de reserva y de obligar a sus receptores a aceptar cualquier tipo de empleo para continuar recibiéndola (Hartz IV).

Gráfico 1. Tasa de desempleo y reformas institucionales en Alemania

Fuente: elaboración propia con datos de la OCDE.

Fuente: elaboración propia con datos de la OCDE.

El comportamiento de la tasa de desempleo respondió rápidamente a las reformas (gráfico 1). Sorprendentemente, esta variable prácticamente no se vio afectada por la crisis económica. Las ayudas del Gobierno federal a las empresas para que redujeran la jornada o los días de trabajo de sus empleados en lugar de despedirlos (el llamado Kurzarbeit), en combinación con las reformas laborales efectuadas, logró amortiguar el golpe de la crisis. Este éxito puso a Alemania como ejemplo a seguir para instituciones multilaterales como la OCDE o el FMI, y dejó de ser el enfermo de Europa para convertirse en una superestrella económica.

Sin embargo, este nuevo milagro económico alemán se encuentra asentado sobre una aguda dualización laboral. En realidad, ésta ha sido la estrategia de política laboral seguida por el Estado y por parte de los agentes sociales para dar solución a problemas previos. Las reformas laborales crearon las condiciones para la coexistencia de un segmento periférico de empleados con un estatus inferior en términos de salarios y protección del empleo que dotan de flexibilidad al mercado de trabajo, y otro segmento central que disfruta de empleos estándar. El informe del DIW Berlín alerta de tres grandes problemas derivados de esta política: (1) el aumento de la desigualdad salarial; (2) la consolidación de un sector de bajos salarios que es, además, “pegajoso”, es decir, que las personas que se encuentran en él no lo están de forma temporal, sino permanente; (3) de que, si se analizan los puestos de trabajo, y no las personas ocupadas, el tamaño de este sector es todavía más grande. Antes de hablar de ellos, hay que señalar que el análisis se circunscribe a la población asalariada del sector privado, excluyendo funcionarios, personal becado y en prácticas o autónomos.

Con respecto al primer punto, la desigualdad salarial, el Gráfico 2 resume bien lo ocurrido en Alemania. Se dio un proceso generalizado de ajuste salarial hasta 2006, un estancamiento desde entonces hasta 2014 y un ligero crecimiento desde entonces. Esta evolución ha afectado a todos los asalariados, desde los que más ganan a los que menos. De hecho, el salario por encima del cual se sitúa el 10% de los que más ganan (decil 10) no ha crecido nada en términos reales (descontando la inflación) en estos años. No obstante, la mayor caída se ha concentrado en los salarios más bajos (deciles 1, 2 y 3), que son los únicos que en 2017 permanecen por debajo de los niveles de partida. Hay que tener en cuenta que el salario del 10% más pobre llega a caer más de un 20% entre 1995 y 2008, y es a partir de 2015 cuando se recupera abruptamente. En conclusión, la desigualdad aumenta porque los menores salarios se contrajeron drásticamente, no porque los altos salarios crecieran mucho.

la desigualdad aumenta porque los menores salarios se contrajeron drásticamente, no porque los altos salarios crecieran mucho

Pero, ¿qué ocurre en 2015 para que el decil 1 se recupere? Los autores del informe apuntan a la implantación del salario mínimo interprofesional (SMI) (8,5€/hora), que hasta entonces no existía, como principal causa. Sin embargo, la caída del mismo decil en 2017 se corresponde con el incremento de ese SMI (8,84€/hora). Hay que tener en cuenta que los contratos minijob no se ven afectados por el SMI, por lo que será necesario conocer su evolución y el impacto que el propio SMI está teniendo sobre ellos para determinar más precisamente las causas.

Gráfico 2. Salario real bruto por hora por deciles (en euros, 1995=100), precios del 2010

Fuente: Grabka y Carsten Schröder (2019), DIW Berlin, pp. 120.

Fuente: Grabka y Carsten Schröder (2019), DIW Berlin, pp. 120.

En segundo lugar, se considera un salario bajo aquel que está 2/3 por debajo del salario mediano. En  2017 éste fue de 16,3€/hora (15€/hora para todo el periodo), por lo que un salario bajo es de 10,8€/hora o menos (9,9€/hora en el periodo). La estimación del informe es que el sector de bajos salarios supone en 2017 cerca del 23% de los trabajadores asalariados. Su crecimiento ha sido progresivo desde 1997 (Gráfico 3), momento en el que la tasa de desempleo alcanza un pico importante (9,9%, Gráfico 1) y comienzan las reformas laborales más agresivas.

Gráfico 3. Proporción de empleados por cuenta ajena que reciben bajos salarios (%)

Fuente: Grabka y Carsten Schröder (2019), DIW Berlin, pp. 121.

Fuente: Grabka y Carsten Schröder (2019), DIW Berlin, pp. 121.

El problema es que este segmento es “pegajoso”, es decir, las personas que se encuentran en él no están de paso, no es la etapa previa a lograr un contrato de mejor salario, sino que tienden a permanecer ahí a lo largo del tiempo. Y esto no es algo que las reformas laborales efectuadas hayan alterado. Por ejemplo, el 62% de las personas que percibían bajos salarios en 1995 lo seguían haciendo en 1998, mientras que el 22% de ellas pasan a ganar entre el 66% y el 90% del salario mediano. Este dato es exactamente el mismo que si se toman como referencia los años 2014 y 2017. Lo destacable es que la movilidad de los trabajadores que se encuentran más cerca del salario mediano es mucho mayor. Por tanto, lo que refleja el informe es la consolidación de un segmento periférico de la fuerza de trabajo que está parcialmente aislado o que es incapaz de acceder a unas mejores condiciones de trabajo.

Por último, el informe destaca que, si se tiene en cuenta el número de contratos o puestos de trabajo, el sector de bajos salarios es incluso mayor, alcanzando el 24,5% de los contratos (solo existe información para 2017, punto verde del Gráfico 3). La razón por la que tiene sentido realizar este cálculo es porque es habitual que una persona tenga más de un trabajo (en forma de minijob), para complementar el bajo salario recibido en el empleo principal. Lógicamente, la precariedad de este segundo empleo tiende a ser mucho mayor. En concreto, el 60,8% de los empleos secundarios entra en la categoría de bajos salarios. Además, la incidencia de este tipo de empleo es superior en las mujeres, los jóvenes, los inmigrantes, en la Alemania del Este y en los trabajadores de menor cualificación. También tiene una fuerte presencia en hogares de renta baja (por debajo de los 1000€/mes de ingreso neto), en donde el 78,8% de los asalariados que viven en ellos tiene un empleo de bajos salarios.

En conclusión, la dualización laboral, esto es, la aparición y consolidación de un segmento de trabajadores que sufren una legislación y condiciones de trabajo relativamente peores a las del resto, ha sido la herramienta de política laboral empleada para resolver el problema del desempleo (y, en realidad, otros que no da tiempo a tratar aquí). Lo cierto es que ha sido eficaz para ese propósito, pero a costa de generar desigualdad y de someter a parte de la población a condiciones de trabajo muy precarias.

-------------------

Daniel Herrero  es profesor de la UCM-ICEI y miembro de La paradoja de Kaldor. @dani_herrerou

Notas

1 Grabka, M. y Schröder, C. (2019). “The low-wage sector in Germany is larger than previously assumed”. DIW Weekly Report (14).

2 Oberfichtner, M. y Schnabel, C. (2019). “The German Model of Industrial Relations: (Where) Does It Still Exist?”. Journal of Economics and Statistics, 239(1), pp. 5-37.

Hace unas semanas, el Instituto Alemán de Análisis Económico (DIW Berlin) publicaba uno de sus informes semanales, que titulaba “El sector de bajos salarios en Alemania es mayor de lo que se creía” (traducción propia)1. El informe llama la atención sobre lo que pocas veces se destaca cuando se mira...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Daniel Herrero (La paradoja de Kaldor)

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí