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Análisis

Fusaro como síntoma

El nuevo fascismo, el que tiene éxito, y por tanto el que debería alarmar, es el que sabe apropiarse de Gramsci y Marx

Alba Sidera 4/07/2019

<p>Diego Fusaro en 2018 en un debate televisivo del canal La7 Attualità.</p>

Diego Fusaro en 2018 en un debate televisivo del canal La7 Attualità.

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En Italia tenemos la sensación de que desde fuera nos miran mucho pero nos entienden poco. Nos pasó con Silvio Berlusconi, predecesor de Donald Trump en tantas cosas. Mientras aquí sufríamos sus políticas y, sobre todo, su capacidad para controlar el marco mental colectivo a través del monopolio mediático, su imagen exterior a menudo se reducía a la caricatura de un viejo verde. Y lo es, pero también ha sido quien ha pactado con la mafia y ha embarrado de corrupción todo lo público; quien ha elevado a categoría de orgullo nacional ser menefreghista y furbo –qué me importa la colectividad, lo que cuenta es tener dinero y ser más vivo que los demás–. Y, por supuesto, es el padre de todos los nuevos populistas de derecha y extrema derecha: sin su apadrinamiento, Matteo Salvini no hubiera podido reconvertirse en ultranacionalista italiano y aún estaría atrapado en el micromundo de la Padania –una entidad que tiene de real lo mismo que Tabarnia.

Con el Movimiento 5 Estrellas (M5E) pasó lo mismo. Coincidir en el tiempo con Podemos hizo que erróneamente se les comparase. Tienen poco que ver. “En España, quien más se nos asemeja es Ciudadanos”, dijo un diputado grillino. El M5E es un partido-empresa, y su fundador y propietario, el excéntrico multimillonario Beppe Grillo, lo define como “ni de derechas ni de izquierdas, ni fascista ni antifascista”. Y, lógico, Grillo tendió los brazos a los neofascistas de CasaPound. “He visto su programa y tenemos muchas cosas en común, si quieren unirse al Movimiento los acogeremos con los brazos abiertos”, dijo allá en 2013. A los autodefinidos como “fascistas del tercer milenio” les gustó tanto que, entre una paliza en grupo a un inmigrante y otra, colgaron un banner en su web con la frase. Pero una vez llegaron al poder, tocó mojarse, y la supuesta ambigüedad se desvaneció: los grillini votaban y pactaban con la derecha. Su líder político, Luigi di Maio, quien definió las ONG de salvamento marítimo como “taxistas del mar al servicio de las mafias”, incluso ha elogiado la política económica de Rajoy.

El pacto entre el M5E y la Liga de Salvini (un Frente Nacional a la italiana) era lo más natural del mundo. Pero solo hubo dos personajes que presionaron públicamente para que se llevase a término. Uno era Steve Bannon, que había venido a Italia como asesor de la campaña de Salvini. El otro era un aspirante a Steve Bannon: Diego Fusaro. En realidad, Fusaro podría haber quedado más satisfecho, ya que su propósito era que el partido posfascista Fratelli d’Italia también entrase en el gobierno. “¡Qué bonito sería un gobierno de las tres fuerzas populistas!” dijo. No es, pues, que “algunos salvinistas no están en desacuerdo con sus ideas”, como se decía en la entrevista que se publicó en El Confidencial: es que él mismo apadrinó el Gobierno de Salvini.

Por ello en Italia extrañó mucho la presentación que se hizo de Fusaro, y que indujo evidentemente a un error a la hora de situar al personaje. Aquí se le conoce como “el filósofo de los talk-show”, un chico siempre bien vestido, telegénico, que se toma muy en serio a sí mismo, de voz aguda y actitud pedante, que se pasa día y noche repitiendo su mensaje contra la izquierda y el antifascismo y a favor de la política migratoria del Gobierno en cualquier rincón donde le inviten.

En la entrevista que le realizó el periodista Esteban Hernández, aparte de los típicos juegos de prestidigitación argumental, habla de su proyecto: el “populismo soberanista, socialista, patriótico, antiglobalista e identitario”. ¿Han presenciado alguna vez una reunión de neofascistas en Italia? Pues si lo hacen, oirán exactamente las mismas palabras. De haber asistido al último congreso nacional de CasaPound, además, podrían haberlas escuchado de boca del mismo Fusaro, que fue el ponente estrella y el más aplaudido. 

Fusaro, que fue muy precoz (a los 22 ya publicaba), ha ido perfeccionando su discurso reaccionario con los años. A principio de 2014 hizo su primer intento de participar en un acto de CasaPound. Pero, listo como es, lo canceló asegurando, hiperbólico y fantasioso como de costumbre, que ¡la izquierda lo había amenazado de muerte si iba! Ahí inició su relato victimista. “Yo estoy convencido de que hay que dialogar con los fascistas”, dijo entonces en otro acto. “Los que no quieren dialogar con los fascistas son los que van de antifascistas cuando en realidad no hay fascistas [justo tras hablar de ellos] para disimular que no son anticapitalistas”. Es su mantra.

Actualmente Fusaro mantiene una rúbrica muy apreciada por los neofascistas en el demencial periódico orgánico de CasaPound, Il Primato Nazionale, un panfleto lleno de fake news e insultos contra inmigrantes, personas gitanas, feministas y colectivos antifascistas, donde es fácil encontrar citas y elogios a Mussolini. Un artículo del 25 de abril firmado por la redacción se titula: “Mussolini y el puente tendido a los socialistas contra el capital”. Explica que los socialistas antifascistas no supieron apreciar el gesto del generoso Duce de unirse a la lucha contra el capital. Este es su relato: quieren seducir a la izquierda. Como hicieron Mussolini y Hitler.

Pero la izquierda no aprende. Considerar que en la extrema derecha y en el neofascismo no hay cabezas pensantes es un grave error. Las hay, y saben detectar los puntos débiles de sus adversarios. Que la izquierda europea que ha gobernado se ha sometido a los mercados y que poco se diferencia ya de la derecha moderada conservadora o liberal es un hecho. Como lo es que la izquierda se ha apoltronado, alejándose de las calles y dejando campo abierto a que estos espacios los ocupara la extrema derecha. 

Las periferias italianas están llenas de militantes de CasaPound que hacen voluntariado, recogen alimentos solo para italianos, abanderan el ecologismo y el civismo y limpian los parques, aprovechando para criminalizar la drogodependencia y montar comités para echar de los barrios a inmigrantes, refugiados o personas de etnia gitana. Son neofascistas que de noche amenazan y agreden a colectivos vulnerables mientras de día intentan ir de enrollados. En sus sedes tienen un busto de Mussolini al lado de un póster del Che Guevara. Reivindican a Gramsci y a Pasolini. El nuevo fascismo, el que tiene éxito, y por tanto el que debería alarmar, es este. El que, como viene haciendo desde hace cuarenta años la extrema derecha, sabe apropiarse de Gramsci y Marx. El que consigue confundir a la izquierda, hacerla dudar de sí misma.

La extrema derecha en Europa tiene hoy por hoy dos grandes objetivos. Ambos se encuentran en el eje del discurso de Fusaro. Uno es contraponer los derechos sociales a los civiles: si los trabajadores sufren malas condiciones laborales es porque la izquierda solo se ocupa de los derechos de las mujeres y la comunidad LGTBI. El siguiente paso es suprimir estos derechos. El segundo objetivo es contraponer los últimos (inmigrantes) a los penúltimos (clase trabajadora). “Vienen a robarnos el trabajo” y “la inmigración es un complot de las élites para sustituir los europeos blancos y cristianos por africanos musulmanes”. Pero ¿defienden los intereses de los trabajadores cuando tienen el poder? En Italia se ha demostrado que no. Por cierto, a quienes orbitan alrededor de la extrema derecha no les oirán hablar nunca de sindicatos, de trabajadores autoorganizados. Di Maio y Salvini coinciden en que “los sindicatos son un obstáculo y no defienden a los trabajadores”.

El tratamiento que ha recibido en España ha sorprendido al propio Fusaro, que ni de lejos ha vivido algo parecido en Italia ni en ningún otro país. Él mismo publicó un vídeo en YouTube para hablar del éxito que había tenido la entrevista, dar las gracias al “valiente periodista” y pavonearse de que Alberto Garzón lo hubiese tenido en cuenta. Y se lamentaba, en el tono victimista habitual, de que la “izquierda fucsia arcoiris” le tilde de fascista. “¿Cómo pueden?”, se preguntaba. “¿No ven que hago referencias a Gramsci, al Che Guevara (patria o muerte), Pasolini y a la democracia socialista?”, decía, sin ningún pudor.

La reacción de la izquierda española ante Fusaro ha sido muy sintomática. El diagnóstico es confusión aguda y bajísima autoestima. Si la extrema derecha te adelanta, copiarla es siempre un mal negocio. Lo hizo la izquierda en Italia, se la comieron con doble ración de patriotismo y ¡fuera buenismo! Porque, como enseñó el maestro Berlusconi, cuando compras su marco mental es que ya te han vencido. ¿Y si en vez de eso la izquierda volviese a hacer de izquierda, sin complejos?
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Alba Sidera, corresponsal en Italia del periódico El Punt Avui desde el 2012. Colaboradora, entre otros medios, de Media.cat y La Directa

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Alba Sidera

Periodista especializada en la extrema derecha y el análisis político. Vive en Roma desde el 2008, donde trabaja como corresponsal. Autora del libro 'Feixisme Persistent'.

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13 comentario(s)

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  1. Mark

    Sobre lo que dijera o no Petras, pardo Antifucsia, cualquier cabezahueca con primaria, aunque sea un facha, debería saber que el argumento de autoridad es una falacia de las más toscas. Genial lo de estos artículos de Anguita y Monereo destilando su rojipardismo delirante y también donde se le rebate. El tufo nazbol, ultraderechista, tercerista y reaccionario de los que les defienden en comentarios, colocando a Anguita y Monereo junto al PP, Vox , Ciudadanos , Le Pen, Salvini , etc como víctimas de los "progres cosmopolitas pagados por Soros" lo dice TODO.

    Hace 5 años 3 meses

  2. Mark

    Lo que no se sabe qué es más putísima mierda, "Antifucsia", es la piara ultraderechistas ratoneros de España crecidos al rebufo de esta escoria de Le Pen, Vox, Orban, Salvini o los rojipardos delirantes que reciben vuestro aplauso.

    Hace 5 años 3 meses

  3. Antifucsia

    Super putisima mierda de articulo. Todos son fascistas, desde Vox, Ciudadanos o PP, hasta Anguita o Fusaron, que no hace mas que repetir lo que ya dijo Petras hace tiempo ya. (Ahora Petras tambien sera considerado un fascista). No teneis solucion, la progresia no tiene solucion, porque sois una elite. Pero se os esta viendo el pelo cada vez mas , vuestra maldita neolengua y vuestro relativismo cultural tipico de burguesitos cursis no convence ya, solo a los mas resentidos de la sociedad. Vuestro ideario parece mas el programa de Open borders society que de la izquierda politica. Habeis traicionado a la clase trabajadora y a todas las luchas que alguna vez fueron necesarias. Aconsejo leer el Informe Petras, en concreto la parte sobre la que habla de las Fuerzas progresistas. Fusaro no ha inventado la polvora, solo observa la realidad, una realidad que ya fue explicada hace tiempo.

    Hace 5 años 3 meses

  4. zyxwvut

    Todos los tópicos del manual de la industria identitaria del nacionalismo catalán expresados en una "supuesta critica". Convendria leer la respuesta de Fusaro. https://blogs.elconfidencial.com/espana/tribuna/2019-07-07/marxismo-antifascistas-alberto-garzon-el-confidencial_2109887/ . Por cierto el equivalente a la Padania era justamente el frente nacional NeoCDC, ERC, CUP y su "república neocon del tres al cinco por ciento", no Tabarnia, que nunca ha pasado de ser una parodia. Pero la manipulación está en el manual de estilo de esa "periodista".

    Hace 5 años 4 meses

  5. zyxwvut

    Una señora de la industria identitaria del nacionalismo catalán dando su "informada" visión sobre cosas que tiene el encargo de combatir. CTXT va en caída libre. Mejor leer este artículo y, sobrevtodo, los enlaces que contiene. https://actualidad.rt.com/opinion/daniel-bernabe/319949-culpa-desconcierto-polemica-entrevista-fusaro

    Hace 5 años 4 meses

  6. Ulisex Joyce

    Pues no estoy en nada de acuerdo con este artículo. Le gusta liar como nadie y presupone cosas que no tienen ninguna realidad concreta. Por lo que esa izquierda que añora, al no existir, no llegará NUNCA a dar ninguna respuesta.

    Hace 5 años 4 meses

  7. Mark

    Perogrullo, muy de acuerdo, pero no olvides que no es solo el errejonismo esa izquierda postmoderna alimentada de Heidegger o Carl Schmitt . Iglesias también y sus consejeros aplauden a Fusaro con las orejas. De nuevo, recordad el texto del añorado Antoni Doménech. http://www.sinpermiso.info/textos/vistalegre-ii-podemos-los-cisnes-negros-y-la-verdad

    Hace 5 años 4 meses

  8. Perogrullo

    Dudo mucho de que el fascismo se haya apropiado de dos anticapitalistas como Marx y Gramsci, entre otras cosas porque el fascismo no es más que la cara oculta del capitalismo y lo que pretende a fin de cuentas el fascismo es perpetuarlo cuestionando la lucha de clases. Lo que ha pasado más bien es que la izquierda postmodernizada ha abandonado la cuestión material de vida dedicándose exclusivamente al LGTBI a cuestiones lingüísticas y residualmente al ecologismo. Desgraciadamente, la ultraderecha o fascismo manipuladamente ha rentabilizado parte del descontento de muchos precarizados y explotados que careciendo de herramientas de análisis adecuadas identifican mal al enemigo. Por eso, bien haría esa izquierda posmodernizada en coger el toro por los cuernos y garantizar las condiciones materiales de vida de la población poniendo en su primer punto de agenda la Renta Básica Incondicional y Universal. Pero de esto, nada se oye. Por otra parte, convendría que el errejonismo explicara por qué se alarma tanto por la entrevista a Diego Fusaro cuando en este mismo medio partidarios de Errejón han entrevistado a ultraderechistas declarados sin que nadie se alterase. Por no hablar de los referentes de esa izquierda postmodernizada errejonista que renunciando al valioso legado de la Ilustración para sus ”vanguardistas teorías” prefiere inspirarse en el nazi Heidegger o Carl Schmitt entusiasta del franquismo.

    Hace 5 años 4 meses

  9. Ricard

    Pues si en "Público" cuentan que la "izquierda" sacaría casi un 40%, no sé de dónde va a sacar vd una izquierda "de verdad"... No, con el panorama mediático de este país, como vd describe también acertadamente...

    Hace 5 años 4 meses

  10. Mark

    Alba, es una gran ingenuidad (esperemos) sostener que Podemos no tiene nada que ver con el M5S y con todo este magma. Lo tuvo en el modelo de partido desde el primer día y en seguida se destaparon en chapotear en el fango viscoso antiilustrado . Y eso tanto las dos principales corrientes, la peronista-neofalangista-liberal y la neocarrillista. Una vez que los primeros se han fugado tras fallar su putsch mucho ojo a todo el universo aúlico de Iglesias porque el pardismo que aplaude a Fusaro y a Salvini cuando no a Le Pen ya salió del armario hace mucho. ¿Cómo hablar de ésto sin mencionar la deriva de Monereo y demás? Con una izquierda tan desnortada , fiesta para la derecha. Buen momento para recordar el generoso texto del añorado Antoni Doménech. http://www.sinpermiso.info/textos/vistalegre-ii-podemos-los-cisnes-negros-y-la-verdad

    Hace 5 años 4 meses

  11. cayetano

    El artículo dibuja bien a Fusaro como un pajarraco. Bien es cierto lo que se refiere al comportamiento del fascismo, y entre otras cosas como detectan las debilidades, puntos de tensión o contradicción de las izquierdas. Quisiera detenerme sobre dicho aspecto y valoración, hemos de entender que plantean y que son los fascistas, no se pueden comprar sus discursos. Pero al mismo tiempo, debemos hacer lo que ha planteado el propio autor, reconocer nosotros mismo cúales son nuestros puntos de tensión, contradicción y debilidad, para poder dar respuestas desde nuestras posiciones. Reconocer debilidades en nuestras posiciones por la realidad, y dejar todo el campo abierto a los protofascistas es un error garrafal. Error que probablemente junto a los apoyos de poderosos..., llevó a Hitler a ganar electoralmente y apoyarse sobre el movimiento de parados. Y llevó a Mussolini a realizar la gran marcha sobre Roma que acabaría con su gobierno, y que posteriormente confirmaría en las urnas. Las debilidades hemos de reconocerlas y dar respuesta no dejando o marginalizando las posiciones de los protofascistas, no por suplantación sino por afrontarlas políticamente dando respuestas. Salvini es un fascista indolente a los ahogamientos en el Mediterráneo, pero no podemos obviar que desde la izquierda no podemos prescindir de políticas migratorias, que preservando los derechos fundamentales en nuestra acción, no desborde la capacidad de acogida que no es ilimitada. Al mismo tiempo, que defendiendo la igualdad de derechos para todo aquel o aquella que conviva en España, es la mejor forma de preservar nuestros propios derechos. No comprender esta realidad dar respuesta, es dejar el campo abonado al protofascismo más salvaje y barbaro, que actuará así primero para con los inmigrantes en tránsito, después para quienes conviven con nosotros, después para el antisistema anarquista, después para..., y así hasta alcanzar el totalitarismo. Un cordial saludo.

    Hace 5 años 4 meses

  12. c

    un snob narcisita manipulador qe se sale por donde le interesa en cadsa momento pqe no encuentra replica adecuada y los abe calculadamente, un caraPPolla

    Hace 5 años 4 meses

  13. Jaume

    Gran article, Alba. Era molt necessari que algú ben informat expliqués de quin peu calça el pájaru aquest.

    Hace 5 años 4 meses

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