Sin abrazo de Vergara
El video nacionalista difundido por el Gobierno asienta lo que es Esp: constitucional, democrática. El nosotros y el ellos. Una misma cultura postdemocrática, pero un nosotros y un ellos
Guillem Martínez Barcelona , 14/10/2019
El aeropuerto de El Prat, en Barcelona, el 14 de octubre de 2019.
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1- La Justicia debe ser rápida, monótona, calculable, proporcional. Hoy no ha sucedido todo eso a la vez.
2- Estaba previsto que la sentencia se hiciera carne sobre las 2 pm. Era el tiempo necesario para que diversos correos del zar salieran del TS con la sentencia, fueran a las cárceles y domicilios de los acusados, y las leyeran. Sí, la cosa quedaba muy analógica. Y más en un momento en el que, por lo que veo en Twitter, algunos condenados afirman disponer de móvil. Con esa lentitud se pretendía evitar más filtraciones de las pretendidas. Las pretendidas –básicamente dos: que esto iba de sedición, y que no habría concurso medial– parece que tenían la intención de tranquilizar el ambiente. Es decir, eran un mensaje. Este: no hay para tanto, la cosa no será gorda, tranquis. Ese mensaje, en fin, explica por sí solo que el TS está aislado en una lógica de Estado propia, que le impide percibir la desmesura. Que incluso, por tanto, no la ve. Eso no es el drama del asunto. Es, me temo, tan solo un ingrediente.
3- La sentencia ha sido, en todo caso, desmesurada en sus condenas. Y frágil en sus argumentaciones. A falta de una lectura más profunda, hace una pirueta difícil y, luego, no cae de pie: explica el carácter ficcional del procesismo, pero acto seguido y en la pista central, alehop, le endiña el paquete, nada ficcional, de la sedición. Esa sentencia, por tanto, ha requerido un esfuerzo. Me temo que político. Como se preveía en noviembre de 2015, la Justicia, el Estado, se ha metido en un jardín por no quererse meter en política. Puede vivir la mar de bien en ese jardín, en el que puede ser inmortal, siempre que, como en las pelis de terror, no salga de él. Siempre, vamos, que la sentencia no suscite interés en Europa. Si bien Europa está muy dispuesta a mirar a otra parte –lo hace muy bien–, lo suscitará. Esta sentencia es una anormalidad europea. Consciente. Es decir, con aparato al respecto para ser leído en Europa. Con una seria meditación para evitar en el TEDH todo, salvo lo inevitable –la ausencia de segunda instancia, algunos aspectos del procedimiento, los derechos parlamentarios conculcados...–, que es posible que solo supongan un multón al Estado. Para todo lo demás, MasterCard.
4- La desmesura, la lógica política y de castigo de la sentencia no dibuja, lamentablemente, dos culturas políticas y democráticas diferenciadas. Una mala y otra buena. Dibuja la fortaleza del Estado –central– sobre el Estado –periférico–. Dibuja, vamos, una brutalidad mayor frente a otra, menor. Es decir, dos brutalidades. Es más, para acceder a determinados tonos inquietantes de la sentencia –la aproximación que se hace del derecho de manifestación hacia el cargo de sedición, que puede ser aprovechada, en cualquier momento para, pongamos, atajar por ahí una manifestación contra un desahucio– han sido determinantes las aportaciones de la Gene y el Parlament, cuando se personó como acusación particular en la cosa Encerclem el Parlament.
5- Por todo ello, el posicionamiento ético de estos artículos, que iré haciendo esta semana, será el siguiente. Atención a la brutalidad de la región del Estado capaz de elaborar sentencias como esta. Pero atención también a la otra región del Estado, que participa en la creación del mismo marco. Sin capacidad para emitir condenas de este tipo, pero no sin ganas de hacerlo. La Llei de Transitorietat, emitida el 7-S de 2017, planteaba –sin necesidad de hacerlo, pues no solo no era útil, sino que no se utilizó, por la aludida incapacidad– un Estado postdemocrático y autoritario, con un Judicial absolutamente vinculado al Ejecutivo, ese modelo cargado de futuro. Es importante saberlo. Es importante saber que Cat, hoy destruida, supone el punto avanzado de reconstrucción del Régimen. Que se está reconstruyendo –no se pierdan el punto 12– postdemocráticamente, à la catalane.
6- Bueno. Les explico el día. Tenía que haber comenzado a las 2 pm. Pero lo ha hecho a las 9:25 am, momento en el que se ha hecho pública la sentencia. Vamos, que los correos del zar han venido con la sentencia a Cat vía Puerta Interestelar.
7- En ese momento ha empezado la respuesta. Una concentración en el local de Òmnium, en el Eixample. Había otro acto convocado a las 8:30, frente al TSJC, que cuando pasé no era muy nutrido, o no lo supe ver. Se sabe, en ese momento, que los actos son numerosos y difíciles de cuantificar y prever. Aquí les paso los trazos estilísticos. Òmnium y ANC preparan varias marchas hacia BCN desde diversos puntos cat. Al parecer, duran tres días y empiezan, de forma escalonada, el miércoles. Se supone que algo tendrán que hacer cuando lleguen a BCN. Hace pocos días, los CDRs –que tiene programa de festejos aparte– anunciaron que se unirían a una de esas marchas a la altura de Castelldefels. Esto es, cerca del Aeroport. Lo que presagiaba una acción en el Aeroport para dentro de unos días –como ya sabrán, eso ha sido hoy; esto va más rápido que la luz; o, al menos, que un recibo de la luz impagado–. Picnic per la República –un grupo hasta cierto punto nuevo; hizo un ensayo general ayer domingo; en tiempo récord, y por sus medios, convocó un picnic en la Estació de Sants, al que asistieron varios cientos de personas; pas mal– irá convocando cosas. Como otros grupos que irán surgiendo, supongo. Tsunami Democràtic, a su vez, había convocado una protesta para el momento de la sentencia. Y anunció que a media mañana y a la noche convocaría más acciones –a media mañana, de hecho, convocó ir al Aeroport, el gran tema del día; o de los siguientes días–. El Sindicat d'Estudiants ha convocado huelga para el 16, 17 y 18. Pero hoy se ha arrancado con un paro, espontáneo y, al parecer, importante. Alguna amiga que trabaja como profe en la uni, y que no participa del procesismo ni del constitucionalismo, ha descrito momentos poco Gandhi en ese trance. La Intersindical-CSC, un sindicato de funcionarios próximo al Govern, que ha crecido espectacularmente durante el procés –se les reconoce porque cuando el resto de sindicalistas abuchean a algún autor de la austeridad en visita oficial a un centro universitario, por ejemplo, ellos se acercan y le dan la manita–, ha convocado huelga para el 18. No parece que será una huelga como la del 3-O del 2017. O, al menos, no participará ningún gran sindicato. A menos, supongo, que se produzca una brutalidad de Estado en estos días. Todas las acciones intentan ser canalizadas por el Govern. La pregunta es si podrá canalizarlas. Hasta hoy, el Govern ha participado en las manifestaciones de dos maneras. Manera a): no llenándolas de secretas para que las revienten, un sello de la casa en otros ámbitos. Manera b) animándolas con declaraciones y, si se torcían a sus intereses, reprimiéndolas con Mossos y, llegado el caso, personándose como acusación particular si había juicio, solicitando penas mayores a Fiscalía. Igual alguien ya lo ha pillado a estas alturas. O no.
8- Hasta ahora, en los días previos, se han producido algunos movimientos, no obstante, inquietantes. El Govern –subsector ERC y JxC– ha hecho declaraciones animando a la desobediencia ciudadana. Esto es, posponiendo la suya. Es decir, el Govern que gestiona una policía –que, por otra parte, puede desaparecer como cuerpo si no sigue las directrices del otro gobierno; no hay margen de duda sobre lo que harán los Mossos, en fin– anima a un enfrentamiento con esa poli, sin enfrentarse ellos a nada. En lo que es un 2015 reloaded. Lo que vuelve a hablar de la tesitura ética del procesismo. Más datos inquietantes: a TV3, que cuando lo de Hong Kong iba a toda leche, estos días le ha costado hablar e iniciar sus TV con noticias sobre Kurdistán y Ecuador. Se diría que ha vendido una poética de la desobediencia, pero no otra. Con mayor iconografía, con menos brutalidad, más cámaras, y con enemigos más lejanos. Ni idea. Otro detalle, por lo que escucho ahora en la tele mientras escribo esto: TV3 está más pendiente de las declaraciones de los políticos, de la sentimentalidad, de la épica, que de lo que pasa en el Aeroport.
9- El discurso de Òmnium está en la desmesura léxica habitual. El de Torra, también. Crea marcos. Los de siempre. La democracia son derechos fundamentales. Concretamente, uno. La autodeterminación. Nosotros, y no ellos, por tanto, somos la democracia, etc. No se pierdan el punto 12. Por lo demás, es un discurso débil. Afirma rechazar la sentencia, pero no informa en qué consiste eso. Se recrea en el gran bulo del procesismo –el ordenamiento esp reconoce la autodeterminación; no lo hace, ni lo hará, ni jarto de garnacha; para demandar autodeterminación no se debe mentir; hay otros argumentos, al menos, democráticos y éticos–. Y anuncia una reunión extraordinaria del Consell Executiu, un pleno extraordinario –se siembra la posibilidad, que no suele confirmarse, de que en alguno de esos puntos se emitirá desobediencia; supongo que se intentará hacer algo parecido en el Parlament, donde el Ejecutivo no pringaría tanto si se emite algo simbólico–. Y se reclama una audiencia con el rey y otra con Sánchez. Que pinta que no. Pero que dramatizan la cosa.
10- En breve habla Sánchez. Mientras, ya se suceden los cortes de vías en el territorio. Y en BCN, donde las manis aún no van milimétricas y gastan cierta imprecisión, que será solventada en horas.
11- Rayos, habla Sánchez. Asume la condena, el sistema judicial y la única lectura de los hechos. Renuncia a la política. Entre líneas comunica que no habrá indulto –vete a saber si lo habrá, que estamos en campaña electoral; si no lo hay, todo esto puede ser aún peor; es decir, más cruel–-. Asume, vamos, la solución a la cosa cat emitida por Rajoy, la ve y la supera. Lo que nos lleva al punto 12.
12- Sánchez ha catalanizado la cosa. Es decir, participa de los descubrimientos cat. Una democracia plebiscitaria –las próximas elecciones lo serán, como en cat; se plebiscitará otro nacionalismo y, detrás de esa pantalla, el neoliberalismo–. Plantea un gobierno de mayoría nacional –me temo que PSOE-PP-C’s, ya veremos–. Es decir, expulsará del concepto pueblo –esa cosa que solo sirve para expulsar cuerpos de él– a varios millones de no-pueblo. Plantea un momento mágico en el que se realiza la democracia, esa cosa que ya solo sucede una sola vez. También es un referéndum. Este se hizo ya. En 1978. Plantea que nosotros somos la democracia, y no ellos. ¿Les suena? Es importante que todos estos mecanismos de postdemocracia no los aporte una derecha nacional, sino un partido integrado en la Internacional Socialista. Glups. Es importante que, para llegar a ese marco nacional de partidos, capaces de formar Gobierno sin extranjeros, se haya tenido que recurrir a unas segundas elecciones. Es importante el papel de la sentencia en todo esto. Es importante saber que el neoliberalismo es la política detrás de la bandera, como es habitual. Es importante la apuesta, vía España Global, una entidad gubernamental, por la propaganda. Es importante que sea propaganda nacionalista. Es importante que en cada embajada esp haya un diplomático vinculado a España Global. Es importante que esa entidad esté dirigida por una exmilitante de UPyD, y que haya sido la autora del libro de Pedro Sánchez. Es importante, en fin, el video nacionalista difundido por el Gobierno hoy, en el que se asienta lo que es Esp, constitucional, democrática. El nosotros y el ellos. Una misma cultura postdemocrática, pero un nosotros y un ellos.
13- El aeropuerto se llena. Paralelamente, otros puntos de Cat. En esos otros puntos, por lo que interpreto, se sucede el sentimentalismo profundo y postdemocrático procesista. En el aeropuerto, no, o no tanto. Al menos, la poli empieza a pegar. No pega la policia espanyola, que es como TV3 denomina al CNP. Sino la policia. Es decir, los Mossos. En realidad, pegan las dos polis. Reciben incluso los periodistas, ese sello Mosso. Recibe mi compi Eli Gazengel, frágil y fuerte como una caracola. Pegan lo justo. No se emplean. No es el día. El Estado parece que tolerará esto varios días. O varias horas. Y supongo que lo utilizará. Para crear la necesidad de un gobierno fuerte, constitucionalista y bla bla bla. Supongo que será la última forma del R’78. Ya no queda otra. Lo que venga ya será algo diferente. Tendrá, supongo, aspecto cat. Una revolución continua del nosotros contra el ellos. Ya veremos.
14- Lo del Aeroport ha sido un golazo al Estado, un Estado que está dejando que la parroquia se desfogue, se diría. Se han cancelado muchos vuelos, y se ha construido una noticia internacional, que habla de una sentencia de cuando Espartaco. Cuando el Estado llame al orden, lo hará con contundencia, se supone. Es decir, con brutalidad. Supongo que rentabilizada por dos gobiernos. Lo del Aeroport, por cierto, pinta acampada. Al menos esta noche. O es posible que el Aeroport sea el destino durante los días, y las plazas el de las noches. Ya veremos si gana esto cierta estabilidad. Esto, lo del aeropuerto, es preciso decirlo, es algo nuevo. ¿Quiénes son esas personas que están en el aeropuerto?
15- No son las personas mayores vestidas de amarillo. Son jóvenes. Fueron disciplinados en 2017. Hicieron lo que se les dijo. Dejaron de hacerlo cuando se les dijo. Pusieron la cara y, en ocasiones, se la rompieron. Hablan de poble, esa palabra históricamente terrible. Se definen de izquierdas y contra el R’78. Parecen desconfiar de los políticos. A los que votan reiteradamente. Se identifican con un Govern que les mintió, al punto de compartir una sentimentalidad acusada hacia los hoy condenados. Al punto de no observar, o no dar importancia, u omitir –temporalmente o definitivamente– el hecho de que el Govern de los acusados de hoy sea acusación particular de manifestantes, o que penalice brutalmente las manifestaciones antidesahucios.
16- Si es el desbordamiento, llega tarde. Dos años tarde. En 2015 la opción indepe, nunca confirmada, dejó de ser algo que atañía a una mayoría social rupturista, sino que se optó, de manera brutal, por pasar a algo que implicara a los usuarios de mitos cercanos a un Govern. Algo, por otra parte, vertical, a disposición del Govern. Ya veremos si tiene opciones de algo, con una Europa que ha intelectualizado el procesismo como un populismo conservador. Poner a Torra de presi no fue una buena idea. A su favor tienen el carácter abusivo de la sentencia. En su contra, dos gobiernos incompetentes, irresponsables, que esperan mucho de ellos, para cosas en las que ellos no forman parte. Será difícil describirlos. El intelectual, el describidor en Cat, por lo que sea, nunca quiere quitarle la razón a las mayorías, sino dignificarlas y participar de ellas. Muy en la tradición esp. Ya pasó en 2015, cuando el intelectual, que no había emitido, dejó de emitir. Participó en el engaño. Puede participar, por tanto, en cualquier otro. No fiscalizará. Será poble.
17- El Tsunami ha colado, al parecer, un comunicado en la BBC. En la línea procesista. No habla de indepe, me ha parecido entender, sino de diálogo con el Gobierno. Lo de siempre. Habla de laminación de derechos y autoritarismo en Esp. Otro gol. Dos en un día. Con cada gol, muere un gatito paraca con la bandera esp. A España Global le crecen los enanos.
18- Llarena ha vuelto a euroordenar el pack Puigde. Será un momento para observar si la sentencia –rara, con una lógica inexportable– cuela en Europa a la primera. No hacerlo será otro gol. A puerta.
19- Rayos. Son las 22:30. Ha empezado una cacerolada. Vuelvo a la calle. Hasta mañana.
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Autor >
Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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