La alimentación, el cuidado de niños y personas dependientes o el mantenimiento del hogar son, en la mayoría de las ocasiones, ocupaciones no remuneradas que terminan desapareciendo de los principales indicadores macroeconómicos. Sin embargo, su peso en la economía real de España es enorme, con un valor de más de 426.000 millones de euros, tal y como recoge un estudio de la investigadora Marta Domínguez Folgeras, del Instituto de Estudios Políticos de París.

La cifra equivale, ni más ni menos, al 41% del Producto Interior Bruto, aunque este sistema de cuentas nacionales no incluya entre sus mediciones las ocupaciones en las que no se produce intercambio monetario. Es decir, trabajos que implican la producción de bienes y servicios y que realizan personas que no reciben retribución por ello, aunque son enteramente productivos.

Esto, asegura el documento, subestima el valor real de la producción económica e invisibiliza trabajos que son realizados en su inmensa mayoría por mujeres y que se consideran fundamentales para el bienestar y el desarrollo de la sociedad.

Entre las tareas del hogar que son excluidas de los indicadores macroeconómicos, la alimentación es la que más peso económico tiene en España, con un valor de más de 145.000 millones de euros. Por detrás, se sitúan la limpieza y el mantenimiento de la casa, cuyo coste asciende a 91.000 millones, y los cuidados, a los que se da un valor de 78.000 millones.

Según la autora de la investigación, incluir todas estas actividades en las cuentas macroeconómicas no solo supone una visibilización y un reconocimiento del trabajo de las mujeres, sino que también permite una mejor comprensión de sus tasas de actividad y empleo.

Ellas son las que soportan la mayor carga en estas ocupaciones no remuneradas, desarrollando hasta el 70% de las que se realizan en España. Si estos trabajos se tuvieran en cuenta en los indicadores macroeconómicos, la aportación de los trabajos del hogar realizados por las mujeres ascenderían a un 26,2% del PIB, un peso económico similar al del sector industrial.

Unos cálculos, asegura el estudio, que pueden llegar a ser conservadores, habida cuenta de que en las encuestas sobre empleo del tiempo solo incluyen actividades primarias, aunque de forma efectiva se realicen varias a la vez. En este sentido, la desigualdad de género en el ámbito de las tareas domésticas podría ser aún más abultada.

Las estimaciones sobre el valor del trabajo no remunerado son útiles para una aproximación más precisa cara a la formalización del sector   

Por otro lado, las estimaciones sobre el valor del trabajo no remunerado son también útiles para realizar una aproximación más precisa cara a la formalización del sector y una comparación más efectiva entre distintos países. Así no existe la misma situación en Italia, donde con cálculos de otros estudios el peso del trabajo reenumerado asciende al 23,7% del PIB, que en Canadá, donde representa un 11,5%.

Durante los últimos lustros, los avances tecnológicos, la incorporación de la mujer al mercado laboral y una oferta cada vez más formalizada en el sector han provocado una reducción del tiempo que se dedica en muchos países del entorno a trabajos no remunerados en el ámbito del hogar.

En el caso de España, esta tendencia no se han producido a tanta velocidad, y el tiempo dedicado a las tareas remuneradas y su valor económico sigue siendo más alto que en otros lugares. Si bien la estimación de valor de los trabajos del hogar que maneja el estudio corresponde a 2010, la investigadora asegura que la evolución del mercado de trabajo durante los últimos años indica que no se han dado apenas cambios en la situación de este sector en nuestro país.

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Este artículo ha sido elaborado a partir de lo expuesto en el texto ¿Cuánto vale el trabajo doméstico en España?, de Marta Dominguez Folgueras, del Departamento de Sociología de Sciences Po (Instituto de Estudios Políticos de París), publicado en el Observatorio Social de “la Caixa”.