Con novedad en el Alcázar
La misma fragilidad de lo construido hoy es su única garantía. Lo frágil es aquello que requiere voluntad de ser cuidado
Guillem Martínez Madrid , 7/01/2020
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Pedro Sánchez, tras ser elegido presidente del gobierno.
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Usted se encuentra aquí. Hola. Congreso. Fumequi Zone. Desde la última vez que hablamos, hace 48 horas, no ha pasado nada. Salvo la realidad. A saber, a) los Reyes Magos han traído PS4 para todos. Y, menos cósmico pero no menos importante, b) el Parlamento Europeo ha respondido a la JEC fijando que Junqueras, Puigde y Comín son eurodipus. Bueno, no ha respondido, que la JEC no ha enviado nada al Parlamento Europeo, ni a nadie, en lo que es un indicio de que su emisión anterior de papeleo sólo fue para consumo interno. El Parlamento Europeo, se deduce en su acción, está interviniendo en la política esp como un poseso. Y no a través de mitos y leyendas, sino a través del cumplimiento de la ley y de la defensa, legal, de su autonomía parlamentaria. Es decir, aportando legalidad donde, por relación transitiva, no hay tanta, lo que tiene guasa. El Parlamento Europeo, por otra parte, parece no haber hecho más que seguir el criterio de la más alta instancia judicial esp. El TJUE. Algo que no hizo la JEC –ese comando patriota–, que veremos a ver si hace el TS con nitidez, y que, desde luego, no están haciendo las tres derechas, que parecen entender el TJUE como algo lejano y exótico, una suerte de Sidi-Ifni, ese tipo de desencuentros que se solucionan intensificando NO-DO y enviando a Gila y a la Legión. La cosa c), a su vez, es el canguelo latente de estos días ante un tamayazo, una de las figuras, rápida y sencilla, para la elección de gobierno no contemplada en la Consti, pero sí por el Constitucionalismo, ese pensamiento I+D que se está adentrando en los delitos que va tipificando a diestro y siniestro en sus tertulias. El hecho de que exista ese miedo, amplio e inconcreto, al concepto tamayazo, habla de lo que está pasando debajo de lo que está pasando. La percepción de la política como algo a lo que el doping, nivel RDA, no es ajeno. Rayos, suena el timbre llamando a pleno. Fumo apresuradamente mis últimos dos paquetes y me voy pitando a degustarlo.
Había una vez un debate chiquitito. Antes de la votación se produce un debate plis-plas, que tiene el objetivo, supongo, de fijar, en modo lacaniano, las posturas de cada grupo, antes de que queden fosilizadas en la legislatura. Sánchez 4.0, que en la anterior legislatura, cuando era Sánchez 3.0, propuso un cambio constitucional para que accediera al gobierno, sin pasar por la casilla de salida, la lista más votada –puro Constitucionalismo o/y posdemocracia, o supresión de la política por la ley–, ahora emite un discurso, no exento de belleza, sobre todo lo contrario: la necesidad de acuerdos entre contrarios. Finaliza con una cita de Azaña, momento en el que las tres derechas sacan tanta espuma por la boca que se realiza una subasta sobre ella. Gana la prestigiosa firma Gillette, que adquiere, por una miseria, espuma como para afeitar cinco millones de hectáreas de monasterios shaolines. Turno de Casado. Emite un discurso peligroso. Como mínimo –ya veremos si con el tiempo aumenta la onda expansiva–, para él.
PNV va tan sobrado que salva a la monarquía. Bildu emite un discurso-tipo de la izquierda planetaria, una lógica mundial clara y sensible de ser dialogada
A saber: une la monarquía a un proyecto reaccionario y autoritario –meditación: la monarquía tiene medios para comunicar discretamente, o a grito pelado, a un político que deje de hablar de ella; de lo que cabe colegir que no lo ha hecho, porque se le ha olvidado o porque está emitiendo política vía ese político–. La monarquía, gracias a las derechas, está quedando a merced de cómo evolucione la percepción de su discurso el 3-O –y no evolucionará bien–, y a tan sólo un elefante o una grabación hidden cam de una crisis llamativa. Habla del, sic, ‘Sistema del 78’ –del R’78, vamos–. Es la primera vez, corríjanme, que un político PP alude con naturalidad al R’78. Es decir, ha utilizado léxico del enemigo, algo que te dicen que no hagas, porl la gloriarl de tu madrerl, en el minuto 0 de cualquier máster de la URJC. Sitúa –y esto es importante, en tanto dibuja la propaganda futura– el nuevo gobierno bajo el trade-mark ‘ultra’. Lejos, por tanto, del Constitucionalismo, esa palabra que, en el biotopo local, substituye el palabro ‘ultra’. Finaliza con un “Usted ha cruzado el Rubicón”, dirigido a Sánchez. Meditación: nadie sabe dónde está el Rubicón. Ante esa ausencia, Mussolini se inventó uno, el actual río Rubicone, para poder emular a César algún domingo. Vamos, que Casado, sin saberlo, como en el grueso absoluto de su discurso, utilizó una medida inventada por Mussolini.
No se vayan. Abascal. La lía con matices illuminati al concepto crimen-de-género, enriqueciéndolo con documentales de la UFA sobre racismo. Sitúa los desafíos del siglo XXI en dos líneas: a) llevar al trullo a Torra y, b), alquitranar y emplumar a los jueces del TJUE. Califica el Gobierno entrante como un “golpe institucional” patrocinado por ETA, una firma que, como la egregia Mutua Madrileña, nunca descansa, al parecer, en su afán por ampliar sus servicios y prestaciones. Sin venir al caso aporta el dato historiográfico de que Largo Caballero se peló en putas el dinero enviado por Stalin a cambio del oro de Moscú, con el que podríamos haber hecho tantas medallitas de la Mare de Déu. Cuando su discurso estaba a punto de finalizar y, con ello, la Federación Mundial de Defensa de Monarquías en Peligro de Extinción iba a suspirar, aliviada, y a meterse un chupito de Calisay, Abascal entró en el trance habitual y profirió grititos por Esp y por el rey. Pablo Iglesias afea a las derecha locales y les suelta un con-la-pasta-que-costó-montar-la-monarquía-sus-la-estáis-pelando –bueno, con otras palabras–. Enumera los sujetos de este pacto gubernamental –mujeres, homosexualidad, inmigrantes, exiliados económicos, trabajadores y “conciudadanos que podrán vivir su identidad nacional con libertad”–. Finaliza con un llamamiento a Sánchez 4.0 para que responda a las derechas con “buen tono, pero con firmeza”. Más adelante, en su primera alocución como diputado de Más País, Errejón viene a incidir en lo mismo: “Esp está dividida por la desigualdad, no por las derechas, por lo que no hay que hablar de ellas, sino construir igualdad”. Errejón, por cierto, lamenta que este gobierno no se construyera hace cuatro años. Sí, era técnicamente posible. Pero no fue posible hasta hace una semana. Lo que indica que en estas semanas han pasado más de cuatro años.
Y dura, y dura, y dura. Borràs/JxC, lo de siempre, como siempre y para los de siempre. Es decir, un lenguaje autorreferencial, que no sirve para ser escuchado. Compromís, que hace 48 horas recomendaba a las derechas que se tomaran una tila, ahora recomienda escolarización. El de Nueva Canarias, médico, cree más pertinente Valium como para una boda. BNG, ese mismo rollo alegre y ecuménico, pero en gallego. Ana Oramas/Coalición Canaria, se pone mixed-emotions y pide que no haya bloques, y que nadie sea atacado por votar lo que quiera. O, en su caso, por transfuguismo. El de PRC lleva corbata verde de Vox y de cada vez más derechas. El de Teruel Existe, que esta noche, ante la presión constitucionalista para que cambiara su voto, ha tenido que dormir en un punto desconocido –lo que es una descripción del centro de Teruel–, se reafirma en su voto. Y en la desconfianza ante la política. Por ERC habla la hermana de Dolors Bassa, condenada a galeras, como otros políticos procesistas por –literalmente– no hacer nada de lo que prometieron hacer a su sociedad: emite un discurso contra el PSOE, apurando la curva y, en ocasiones, saliéndose de ella, para finalizar razonando que el procesismo tiene un problema de empatía –que sí–, y anunciando la abstención de ERC. Comunica que la Mesa que se creará este mes será diálogo y empatía –muy hipotética si se confirma que JxC será el 50% de la parte cat–. Arrimadas/C’s consigue finalizar un discurso sin sacarse nada del bolsillo-Doraimon que siempre lleva puesto y on fire. PNV va tan sobrado que salva a la monarquía. Bildu emite un discurso-tipo de la izquierda planetaria, una lógica mundial clara y sensible de ser dialogada. En esta ocasión, para comunicar su protesta al rey y a Esp por la existencia de Bildu, y ante el hecho de que tengan bocas, Adolfo Suárez Júnior asistió a toda la intervención modulando, como gesto de protesta, un puente-pino. CUP/Vehí invierte su tiempo diferenciando su voto del de Vox e, importante, creo, abriéndose a diálogo con el nuevo gobierno al que no vota. Tras un carlista navarro y un constitucionalista asturiano, la cosa finaliza con un simpático popurrí-fin-de-fiesta de Lastra que, por cierto, hace uso de una definición de la violencia de género facilitada, unos minutos antes, por CUP/Vehí. Sí, es un nuevo tono.
Momento cero. Se vota. El Gobierno de coalición gana por KO. Es decir, por dos votos, lo que explica la fragilidad de la situación. A ese sentimiento de aventura y fragilidad se suma la presencia de Aina Vidal, dipu de Comuns, herida de cáncer, bella, frágil, que ha venido a cantar su voto. Se inicia una nueva etapa. No es un gobierno portugués. Es más bien un gobierno libanés, con las milicias en la calle –es decir, en los medios, en las tertulias, en la tele, en el Estado, en el hemiciclo–, disparando al aire cuando pasa una cámara. Vamos, todo el día. La crisis democrática persiste en Europa y en su Sur. El Bienestar ha muerto, pero no ha recibido sepultura. Partidos que denunciaron eso, que lo diagnosticaron, o que lo protagonizaron, ahora están juntos. Lo que explica que deberán compartir una nueva lógica. Tal vez, la lógica de la fragilidad. Frente a todo esto, improbable hace unas semanas, y que puede volver a ser improbable en segundos, hay cierta voluntad de elaborar algo nuevo y sólido. Una corrección llamativa a la política del abuso económico y legal, pero limitada, a su vez, por la Comisión Europea, esa joya. Frente a ello, unas derechas que parecen abuelitos cebolletas. Pero que no son entrañables. Aparentemente parecen tontos. Y, para qué nos vamos a engañar, no disponen en el Congreso de ningún Nobel de Química. Pero poseen la mayor inteligencia jamás vista de las derechas por aquí abajo. El Constitucionalismo. Una lectura de la Constitución que se aleja de la Constitución, y en ocasiones de valores de convivencia mínimos. Su desprecio de la ley y del decoro indica la presión que emitirán. Será lo contrario a la fragilidad: una apisonadora. Y podrá ubicarse y apoyarse en el Judicial, un topos impregnado y acostumbrado al Constitucionalismo. Enfrentarse a ese hecho será enfrentarse, por el mismo precio, a un texto constitucional, sin estrenar en algunos tramos, pero muy fatigado en su conjunto. Desgastado, desprestigiado. Y al tema territorial, el único del que ha sido posible discutir en los últimos 40 años casi la única discusión posible. Será preciso hacer algo contundente también en esa dirección. Algo que no podrá ser una reforma constitucional, que es imposible. Y algo alejado de las dos grandes posibilidades de un gobierno por aquí abajo: el Constitucionalismo –cerrar marcos en torno a mitos antiguos e insanos–, y el procesismo –mentir, decir que se hacen cosas que ni se hacen ni se harán; el trile–. La misma fragilidad de lo construido hoy es su única garantía. Lo frágil es aquello que requiere voluntad de ser cuidado.
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Autor >
Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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