GOBERNÁNDOSE ENCIMA (II)
Don’t you know that you’re toxic?
El Govern –gracias a la toxicidad de la Justicia y a la suya propia– está muerto. Es un zombie. Pero su ala JxC está tóxicamente en forma
Guillem Martínez 28/01/2020
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1- Hace tanto frío en MAD que hasta tienen frío los madrileños. De hecho, este articulete lo escribo junto a la gran fuente de calor de mi piso, que en estos momentos es mi frente, núcleo irradiador de fiebre gripal y foco en el que, de tenerlo, me podría freír un huevo de ñandú. Si les parece, pasaremos el día recluidos mientras estornudo, recibo visitas y escribo en mi ático dúplex. Así tendré oportunidad de compartir con ustedes mi vida, por otra parte muy edificante y de gran valor didáctico.
2- Nos acercamos poco a poco al primer mes de Gobierno de coalición. Socialdemocracia tímida. Proclamación de la emergencia climática –algo real, que puede ser sólo léxico; ya veremos–, aumento del SMI, que con el tiempo será del 60% del salario medio real, aumento de las pensiones conforme al IPC –vamos, según la ley; aplicar la ley viene a ser socialdemocracia, mientras que pasar de ella, constitucionalismo; socorro–. Todo ello viene a explicar lo que es la socialdemocracia tímida en este biotopo agreste, tal y como quedó la cosa tras la última década: una suerte de Jauja.
3- Lo que explica a su vez lo que puede ser este Gobierno, timidez contra una percepción labrada desde los 70, aumentada en Esp ya antes del aznarato, cuando se empezó a fabricar un sentido común según el cual el Bienestar era un estalinismo, un atentado a la libertad individual y una orgía de gasto insostenible. La timidez esa indica que la socialdemocracia no se lo cree. Es decir, que se ha llegado a creer ese sentido común. Habrá que valorar la operatividad de este Gobierno a partir de este hecho, de su capacidad de burlarlo. De la timidez, vamos.
El coordinador de la política internacional de la UE trabaja menos que un dietista en Corea del Norte donde, ahora que lo pienso, sólo tiene un cliente
4- Lamentablemente, también habrá que valorar a este Gobierno a partir de nuevas incorporaciones en el sentido común de la derecha, el más feliz y el que mejor se mueve. No se pierdan el punto 5.
5- Ha habido pollo por el hecho de que el ministro Ábalos visitara a Delcy Rodríguez, una de las grandes ideólogas del Gobierno Maduro. Que ha supuesto la efervescencia del PP y de Felipe González. El PP ha aprovechado para practicar la guerra cultural, y dar otro matiz de color al hecho de que este Gobierno es el Frente Popular, que violará a nuestras hijas y asará sardinas en el salón de nuestro palacio.
6- Frente al punto 5 se debe señalar que, en efecto, Ábalos actuó con la timidez aludida en el punto 3. Ofreció, así, cuatro versiones de su encuentro. Que es lo peor que puedes hacer cuando a) vuelves a casa a las 5 am o b) te pillan en plena batalla cultural. Pero el encuentro –en un avión, protocolario, sin pisar el suelo del país favorito de la Divina Providencia–, se ajustaba a las directrices de la Comisión Europea. Que, por otra parte, nadie sigue al respecto. El coordinador de la política internacional de la UE trabaja menos que un dietista en Corea del Norte donde, ahora que lo pienso, sólo tiene un cliente.
7- El PP, por otra parte, aprovechó sabiamente –para lo que, por otra parte, no es necesaria mucha sabiduría– la coincidencia de ese hecho con la visita de Guaidó, que fue recibido por el Ayuntamiento de Madrid y por la Autonomía como si fuera Elvis. Llega a durar 5 minutos más la visita y retiran el nombre de “perona” –otorgado a una alubia, en los 40, con motivo de la visita de Evita– y lo sustituyen, copados por la emoción, por el de “guaidona”. En esa otra batalla cultural –que era la misma–, el PP se resignificaba en valores de democracia y libertad, resignificando la democracia y la libertad, que es lo que mola en estas batallas. Lo que nos lleva al punto 8: lo tóxico, tema de este articulete, al punto de haberlo titulado con un verso de Toxic, de la gran poeta no-afro-americana Britney Spears.
8- Hay partidos tóxicos en nuestro biotopo. Partidos sustentados en criterios de saturación de información, marcos y propaganda. Como el fuego, ese invento que se descubrió por primera vez en todas partes, es la aportación americana, europea, rusa, turca, de una nueva derecha nacionalista, autoritaria, postdemocrática. En Esp serían PP, C’s, Vox y JxC. Son eléctricos y disponen de una agilidad deslumbrante, en tanto que su discurso no se relaciona con la realidad. Como le pasa a la poesía. Y a la locura. Dos géneros hipnóticos.
9- Sus aportaciones son un chollo. Incompatibles con las izquierdas. E, incluso, con cierta idea ecuménica de las humanidades y de la honestidad. Aún así, la tentación es patente. Para apuntarse al carro no es necesaria mucha formación, y los resultados son tangibles. El PSOE, por ejemplo, está capacitado. En la anterior legislatura, fallida, el PSOE, para aplazar la coalición y buscar una nueva resignificación y marco, practicó, con cierto arte, la batalla cultural, el fake, incluso la falsificación de documentos. ERC, desde 2010 hasta como quien dice esta mañana –no se pierdan el punto 20–, ha sido un partido tóxico.
Hay partidos tóxicos en nuestro biotopo. En Esp serían PP, C’s, Vox y JxC. Son eléctricos y disponen de una agilidad deslumbrante, en tanto que su discurso no se relaciona con la realidad
10- En los años 30 algunos partidos de izquierda se plantearon la violencia política contra el contrincante, a imitación de la derecha rampante del momento. En el siglo XXI, ese paso moralmente cuestionable, y que puede hipotecar proyectos progresistas, una sociedad y una generación de líderes –ERC sería el ejemplo más a mano– por décadas, es decidir el paso a lo tóxico, a las políticas tóxicas. La cosa fake y marco. Lo que acabo de decir es espectacular, pero creo que es así de bestia. Hay que evaluar, en ese sentido, no sólo la guerra cultural –monstruosa, alienante– que las derechas esp, muy gores, harán esta legislatura, sino también cómo el Gobierno se las saca o no de encima, recurriendo o no al arsenal facilitado por el enemigo. Rayos, llaman a la puerta.
11– Me dicen por el interfono que son de Congelados Eismann. Algo raro, pues mis vituallas las encargo siempre al Colmado Chino de Manolita Cheng. Cuando abro, veo que, en efecto, es el señor Cheng, con su provisión semanal de leche, cacao, avellanas y azúcar. Y, esta vez, un huevo de ñandú. “Como todas nuestras entregas se congelan por el camino, hemos cambiado momentáneamente el nombre de la empresa, así no nos chapa el chiringo la OMS”. Agrega que nunca ha pasado tanto frío y eso que es de la zona más gélida de Eurasia. ¿Gen-He?, digo. “No, Bur-Gos”. Se despide con un “adiós, don Mariano”. Le dije al presentarme que me llamo Mariano José de Larra calculando –hay que pensar en el día de mañana– que, si un día le hacía un impago, siempre podría hacerme el sueco ante un fiscal.
12- Por lo demás, la guerra cultural de lo tóxico es intensa, desmesurada, global, en MAD. Pero no se percibe aún como algo integral, consistente y peligroso en el territorio. Es tan pasada de vueltas –el fake Sánchez-se-fue-de-copas-en-un-helicóptero-que-tenía-que-buscar-una-víctima-de-Gloria, puede ser un ejemplo del nivel– que incluso ofrece ocasiones para el pitote. Lo que indica que aún no es una guerra cultural ajustada ni calibrada. Vamos, que puede ser contraproducente/ridícula. El Gobierno, además, parece ser –es pronto– no ha perdido el sentido del tempo. Como se desprende del globo sonda reforma-del-código-penal para sacar a los presos del procés del trullo.
13- Porque supongo que es un globo sonda. Lo que ha fallado en la sentencia no es tanto el Código Penal –su definición de rebelión o de sedición eran inaplicables al caso, así como suena y así como quedó visto en la Sala–, sino la sentencia. Es decir, la Justicia. Ante ello, se abren varias soluciones, que es lo que indica el globo sonda. La más tímida sería el indulto, medida del Ejecutivo. La intermedia, la amnistía, medida del Legislativo, y para la que hay mayoría. La menos tímida y más extrovertida, y con mayor recorrido político, es la reforma de la justicia, que no del Código Penal, esa cosa que los populismos reforman tras cada batalla cultural ganada.
14- Sobre la necesidad de reforma. La Justicia ha entrado, en sus tramos superiores, en toxicidad. Hay pruebas de que asume como parte de sus funciones la solución de problemas políticos y mitos nacionalistas. En unos años, cuando vuelva de Europa el bumerán de la sentencia, si no se solventa nada al respecto puede suceder una guerra cultural de extrema toxicidad, para la que no está preparada ni el pack tóxico, en su desmesura. La sociedad y la política, mucho menos.
15- La pasada semana, antes de la glaciación MAD, fui a un acto en BCN, en el que los docentes Jordi Nieva y José Luís Martí y la politóloga Gemma Ubasart analizaron la politización de la justicia a partir del caso Junqueras. En el acto se dibujaron dos tramos de reforma. Una por abajo, y otra por arriba. La de abajo consiste en modificar el acceso a la carrera judicial. Acabar con un sistema de exámenes opaco, mnemotécnico, sustentado en la inquietante figura del preparador, el juez que recibe al candidato a juez en su casa, y que escucha como canta –recita, de manera inaudible, sin vocalizar– las respuestas a las preguntas del examen. Ese juez, que puede cobrar, o no, en negro, por sus servicios, participa de la formación ideológica del candidato. Que, en tanto que adulto, ya tiene formadita. Lo que indica que viene más bien a filtrarla. En la parte superior, la reforma es aún más complicada. Consiste en reformar el CGPJ. La complicación reside en que su forma de funcionar es aparentemente razonable. Lo que falla es la cultura democrática que impregna su toma de decisiones. Partidista. El que manda en el Ejecutivo, manda, y puede dejar huella por años. Hay indicios de que todo ello facilita garantizar decisiones y selecciones de un bajo nivel democrático e, incluso, profesional e intelectual. Se requeriría, para cambiar todo ello, no tanto un cambio formal, sino un cambio cultural. Algo improbable en plena guerra cultural tóxica y en la que el bando socialdemócrata es tímido.
La reforma del PP consiste, a su vez, en dar plena autonomía a los jueces para que se gestionen. Suena bien, como todo en lo tóxico
16– La politóloga Gemma Ubasart apuntó que la reforma es factible, no obstante. Y que ya la delimitó en el siglo XXI el ministro del ramo del Gobierno socialdemócrata –tímido– de ZP. La reforma del PP consiste, a su vez, en dar plena autonomía a los jueces para que se gestionen. Suena bien, como todo en lo tóxico, pero en una política tóxica el significado de todo ello consistiría en sellar, forever, la hegemonía de la derecha tóxica y de la ultraderecha en el Poder Judicial. Significaría la hungarización, que pasaría de ambiental a definitiva. Rayos, llaman a la puerta.
17- Veo por la mirilla que es la vecina divine de arriba. Ayer, cómo pasa el tiempo, la vi colgando la ropa en el balcón. Estuve así, al relente, más tiempo del aconsejable, de lo que viene mi gripe y mis síntomas de congelación en las extremidades superiores, inferiores y medias. Aún así, intento abrir la puerta con cierta gallardía y gesto interesante. Tras un grito de terror por el susto, la vecina me dice: “Ayer, cuando nos vimos en el balcón, se me cayeron las bragas”. Iba a hacer un monólogo interior, que se iniciaba con un Martínez, qué las das, cuando ella prosigue con brutalidad: “...en su balcón, pollo. Si eso paso y ya las recojo yo, no salga usted, que le dará un jamacuco, abuelo”. Sic gloria transit mindundi. Brrrrr.
18– ¿Por dónde iba? Ah, sí. La Justicia es el qué de esta legislatura. Lo que la puede enviar a paseo. Es un marrón que excede lo estrictamente político, en tanto que la justicia es vida cotidiana, como atestigua las causas ante 20 raperos. Que lo tóxico anide en la Justicia es un apaga-y-vámonos. La Justicia, intoxicada, puede establecer qué es democrático, qué es sentido común en una democracia. Puede eliminar grandes tramos de la política, por no hablar de derechos y libertades. Puede hacer que un gobierno tímido no sea, ni tan solo, eso. Glups. Habrá que seguir la cosa. Por de pronto, la legislatura casi no empieza por comportamientos tóxicos de la Justicia. Respuesta al TJUE por la cosa Junqueras y vacile de la JEC, asumida por el TS, que le rió la gracia. Fueron dos momentos, diría, históricos en la toxicidad. Un antes y un después.
19- La deriva prosigue en la AN. Se está juzgando a la cúpula de los Mossos. La Fiscalía pide los cargos desmesurados del juicio al procés 1.0. Vamos, que ni siquiera la sentencia –desmesurada, pero lejos de la rebelión, ese alucine– de aquel juicio ha hecho mella en Fiscalía. Este juicio, que supone la ruptura de la unidad de la causa –algo grave, trascendental–, sigue dibujando lo excepcional de la Justicia cuando trata temas estructurales para la política tóxica de las derechas esp.
20- Finaliza un pleno en el Parlament. Es doblemente importante. Dibuja la toxicidad de la Justicia metida en política, y dibuja los límites de la política cuando solo es emisión y gestión de toxicidad. Recordemos, hermanos: Torra –otra joya de la toxicidad, por otra parte–, tenía los días contados como presi, a la espera de la respuesta del TS al recurso a su sentencia de inhabilitación emitida por el TSJC. En eso, para intoxicarlo todo, encabronar a JxC con ERC, facilitando el discurso tóxico de JxC y un enfrentamiento que podría evitar que ERC, presionada por la propaganda, pasara de facilitar la investidura de Sánchez, la JEC se lo montó para, de una forma legal, pero no justa, expulsar del cargo de diputat a Torra. Pues bien, ayer era el día en el que el Parlament debía asumir lo de la JEC, o emitir desobediencia institucional, que por otra parte, desde 2010, como que no.
Un partido que ha hecho política tóxica está hipotecado, y ese es el caso de ERC, un partido que no está siendo ambiguo en su voluntad de dejar su pasado, pero cuyos líderes encarcelados –injustamente y de forma política/tóxica– no dejan de emitir toxicidad
21- Vamos, era un día importante para que JxC, a partir del discurso tóxico y propagandístico del procesismo, expulsara de la catalanidad y la democracia a ERC, o en el que ERC, viéndolas venir, practicara la desobediencia institucional tóxica, simbólica, chorras, sin recorrido salvo el propagandístico, dejando al Gobierno de coalición sin mayoría en el Congreso. Había pocas posibilidades para esto último. Pero nunca se sabe. Un partido que ha hecho política tóxica está hipotecado, y ese es el caso de ERC, un partido que no está siendo ambiguo en su voluntad de dejar su pasado, pero cuyos líderes encarcelados –injustamente y de forma política/tóxica– no dejan de emitir toxicidad, no dejan de mentir a su sociedad defendiendo que hicieron cosas, hechos estructurales de la propaganda tóxica que, de hecho y a pesar de la sentencia, no hicieron ni en sueños. La toxicidad, en fin, es más importante que la realidad/los hechos. En Cat, el procés murió, como posible política operativa, en 2014, con la primera consulta. Pero seguirá décadas como toxicidad. Los procesistas, aludiendo a los resultados cotidianos de la toxicidad, dicen que el procés sigue vivo. E igual tienen razón. Durará milenios.
22- Finalmente, ERC, en el pleno, ha asumido que Torra, que sigue siendo presi, no es dipu. La consecuencia es que, simbólicamente, como siempre, JxC ha dejado de votar con el Gobierno que preside, de manera que no se han aprobado los presupuestos de la Cámara. En los que, por cierto, por primera vez los dos tóxicos peninsulares –procesismo y constitucionalismo– habían pactado algo conjuntamente. Subirse el sueldo. Debajo de la toxicidad, en fin, está la playa –suya–.
23- El Govern –gracias a la toxicidad de la Justicia, y a la suya propia– está muerto. Es un zombie. Pero su ala JxC está tóxicamente en forma. Durará, morderá y comerá cerebros de su sociedad, lo que decida Puigde, un buen gestor de toxicidad. El combate de toxicidad cat, que serían unas elecciones, ha empezado. Y con él otra oportunidad de la toxicidad constitucionalista para debilitar la mayoría del Gobierno Sánchez. Ya veremos.
24- La toxicidad –la propaganda, la lucha por dominar el marco de lo que es una nación y una democracia, para restringir ambas cosas– es la extrema derecha populista y tan democrática que sólo necesita el voto. Poco más. Para frenarla, y no sólo dificultarla, es necesaria una socialdemocracia no tímida. Que se ría de los nacionalismos con medidas sociales efectivas. Que no entre en sus marcos ni en sus guerras culturales. Y que sea valiente. Veremos si disponemos de eso donde nunca lo hubo. Indicios de lo que puede venir: gente que sabe me habla de lo que el Estado ofrecerá en la Mesa ERC-PSOE. “Espejuelos y baratijas”. Es decir, competencias autonómicas, como siempre. Demasiado, para la toxicidad esp. Demasiado poco, para la toxicidad cat. Rayos, llaman a la puerta.
25- Abro. Es, glups, la muerte, con su guadaña y todo. Qué canguelo. Abre la boca de su cara. Dice: “¿Mariano José de Larra?”. Le digo que no, que Martínez. “¿Calle Héroes de la División Azul, 46?”. Sí, pero no. Mire, aquí tiene mi DNI, mi pasaporte y, si me da un día, mi fe de bautismo. “Pues qué raro. Si lo sé, no salgo, con este bris”. Le digo que, si quiere, para aliviarse, le puedo poner chupo de Cardhu. Si quiere le frío un huevo frito de ñandú en mi frente. “No, gracias, que casi hace más frío aquí dentro que fuera. Bueno. Lo siento. Otra vez será”. Se va. En el ínterin, con la puerta abierta, se ha colado otro pingüino en el dúplex. Esta noche no va a haber quien duerma.
1- Hace tanto frío en MAD que hasta tienen frío los madrileños. De hecho, este articulete lo escribo junto a la gran fuente de calor de mi piso, que en estos momentos es mi frente, núcleo irradiador de fiebre gripal y foco en el que, de tenerlo, me podría freír un huevo de ñandú. Si les parece,...
Autor >
Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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