ARTE
Spain is different en el nuevo MoMA
Ligeramente renovada, la imagen del arte español en el museo neoyorkino consolida los big names al tiempo que visibiliza aspectos menos conocidos de su producción. El Guernica es el protagonista ausente
Daniel Valtueña 22/02/2020
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El pasado 21 de octubre el Museum of Modern Art de Nueva York reabría sus puertas después de más de cuatro meses cerrado al público. Durante el verano de 2019 el MoMA acometió una remodelación de su colección permanente que ha ampliado el espacio de exhibición en más de 3.700 metros cuadrados. Como ya exponía la crítica e historiadora del arte Estrella de Diego con motivo de su inauguración, el museo no solo es más grande, sino más inclusivo. El discurso museístico expone ahora obras de diversas geografías, especialmente latinoamericanas, y la presencia de mujeres artistas ha aumentado considerablemente. Pero, ¿qué hay del arte español en este nuevo MoMA?
De entre las tres secciones en que se divide la colección desde los años 80 del siglo XIX hasta la actualidad, solo la primera de ellas, hasta los años 40 del siglo pasado, cuenta con la presencia de artistas españoles. Por motivos históricos y vinculados a la naturaleza de la colección, Salvador Dalí, Joan Miró y, muy especialmente, Pablo Picasso siguen siendo los absolutos protagonistas. Pero ciertas cosas han cambiado.
Dalí y Miró nutren en buena medida la sala dedicada al surrealismo. Sin embargo, en lugar de ser encumbrados como pintores, el MoMA demuestra la multiplicidad de medios que ambos trabajaron. En el caso de Dalí, no solo se exponen los icónicos relojes derretidos de La persistencia de la memoria, sino que la escultura Busto retrospectivo de mujer y El pequeño teatro también pueden ser contempladas. Esta última pieza demuestra el interés del de Figueres por las artes escénicas. Si bien no se trata de un proyecto escenográfico per se, los once paneles de cristal que constituyen este particular escenario visibilizan la trayectoria escénica de Dalí para producciones como la de Don Juan Tenorio del año 1949.
En el caso de Miró, su obra El nacimiento del mundo, gran protagonista de la exposición que el MoMA le dedicó al artista antes de cerrar para su remodelación, dialoga con la menos conocida Objeto, una instalación absolutamente representativa de la estética surrealista. Sin embargo, la gran novedad del arte español en el recién estrenado MoMA es la presencia del cuadro El juglar (El mago) de la artista Remedios Varo, nueva adquisición del museo. El universo de Varo no solo visibiliza el arte español producido por mujeres, sino que también da voz al exilio republicano. Exiliada primero en Francia y definitivamente en México a partir de 1941, la artista desarrolló la mayor parte de su carrera en el país latinoamericano, donde se conserva el grueso de su obra. Junto a este cuadro de medio formato, un cadáver exquisito en colaboración con Marcel Jean y los también españoles Esteban Francés y Oscar Domínguez, da voz a una de las artistas más representativas de la vanguardia española.
Se podría decir que la obra de Picasso es uno de los principales hilos conductores de esta primera sección de la colección del nuevo MoMA. Las señoritas de Avignon siguen siendo unas de las grandes protagonistas, pero ahora sus compañeras de sala han cambiado. Antes de la remodelación, este cuadro constituía el pistoletazo de salida de las vanguardias y uno de los paradigmas del cubismo, también representado en la colección a través de la obra del español Juan Gris. Ahora dos piezas realizadas por mujeres dialogan con la obra maestra de Picasso: la escultura Quarantania, I de Louise Bourgeois y el cuadro de la artista afroamericana Faith Ringgold American People Series #20: Die. Estas obras buscan ampliar y problematizar las preguntas que el cuadro de Picasso propone en su relación con la representación de “las mujeres, el poder y la diferencia cultural”. Y es que la obra de Ringgold no solo se piensa en relación con las señoritas de Picasso, sino que su composición está directamente inspirada en el Guernica. Una reproducción del cuadro hoy expuesto en el Museo Reina Sofía acompaña la cartela explicativa del cuadro de Ringgold. Se evidencia así otra de las grandes protagonistas del arte español en el museo: la ausencia del Guernica.
Pintado en 1937 durante la guerra civil española, el Guernica inició una gira que lo llevó por once países con el fin de denunciar los estragos de la guerra civil y la crueldad del franquismo, así como su filiación nazi. El cuadro de Picasso recaló finalmente en el MoMA de Nueva York, donde permaneció en depósito hasta 1981. Una vez instaurada la democracia en España, el Guernica volvió a la península siguiendo los deseos del pintor. Sin embargo, el MoMA perdía uno de los grandes iconos del arte universal cuyo vacío hoy está más que presente en su colección.
El universo de Varo no solo visibiliza el arte español producido por mujeres, sino que también da voz al exilio republicano
Otra reproducción del cuadro de Picasso se encuentra casualmente en uno de los collages del arquitecto alemán Mies van der Rohe. Es sin embargo en la sala vinculada a la guerra donde su ausencia se hace más presente. La composición y cromatismo del cuadro El osario de Picasso bien recuerdan a la monumentalidad del Guernica, al tiempo que dos planchas de Sueño y mentira de Francisco Franco sitúan históricamente el lienzo. Además, la escultura Cabeza de Montserrat, II del también español Julio González, junto a Mujer peinándose de Picasso, invocan a la madre del cuadro de Madrid. En un último intento por rellenar este vacío, y ya en la segunda sección de la colección, la obra del expresionista abstracto Robert Motherwell Elegía a la república española, 54 contribuye a cerrar el círculo del cuadro irremediablemente ausente, pero al mismo tiempo protagonista de la historia del MoMA y su colección.
Ligeramente renovada, la imagen del arte español en el nuevo MoMA consolida los big names al tiempo que visibiliza ciertos aspectos menos conocidos de su producción. No solo la pintura pierde cierto protagonismo como medio exclusivo del arte de vanguardias, sino que la presencia de Remedios Varo hace justicia a las artistas españolas, así como a la invisibilizada historia compartida con el continente americano. Por último, intencionadamente o no, el MoMA invita a conocer no solo su colección, sino también su historia institucional, hoy revisitada y cuestionada, a través de la protagonista ausencia del Guernica de Picasso que hoy puede admirarse en Madrid.
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Nota del autor. Quiero dar las gracias a Jordana Mendelson, profesora del departamento de español y portugués de New York University, así como a Anne Umland, curadora del departamento de pintura y escultura del MoMA, por su crucial apoyo en al escritura de este texto.
El pasado 21 de octubre el Museum of Modern Art de Nueva York reabría sus puertas después de más de cuatro meses cerrado al público. Durante el verano de 2019 el MoMA acometió una remodelación de su colección permanente que ha ampliado el espacio de exhibición en más de 3.700 metros cuadrados. Como ya...
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