El Decamerón I (GOBERNÁNDOSE ENCIMA SPECIAL EDITION)
Jornada primera. A menor planificación, mayor Estado
Que vivamos en el súper de El Corte Inglés en Navidades es un chollo. Como sucede en Navidades, la política lo admite todo, sin efecto o memoria alguna
Guillem Martínez Madrid , 11/03/2020
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1- “Humana cosa es tener compasión de los afligidos”. Así empieza el Decamerón, diez jornadas en la vida de 7 chicas y 3 chicos, que sortean la peste en la Florencia del 1353 explicándose historias. Es decir, que la sortean con ingenio, humor y lecciones vitales. De lo que se deduce que, en algún grado, las enfermedades también son la oportunidad para todo ello. Y para la carnalidad, claro. La vida es un pequeño y único segmento de tiempo en el que, por tanto, debe ocurrir todo y de manera profunda, o estamos perdidos. A nadie, en fin, le resulta suficiente una vida. Por eso es tan sexy. Por lo mismo, la carnalidad, la vida está siempre cerca de la muerte, haya o no enfermedades. En el Decamerón, un motor de la carnalidad es, por cierto, Pampinea, una jamona florentina del XIV. Su boca son todas la fresas y las cerezas, y en su talle vive la seda. Bueno. Este punto 1 viene para decir que esta sección será una suerte de Decamerón bajito, en el que les iré explicando una epidemia en términos políticos. A falta de presupuesto, haré yo de Pampinea, chatis/os.
2- Importante. No tengo ni idea de epidemias, salvo todo lo que aprendí en Guerra Mundial Z, egregia película que condensa las posibilidades humanas ante una epidemia. De zombies. Hay así tres posibilidades. Posibilidad a) o Corea del Norte. Se coge a toda la población y se le arrancan los dientes en una tarde, alehop, por lo que se producen 0 muerdos y 0 infecciones. Posibilidad b) o Israel. Se hace un muro y se dispara a los infectados desde él. Hasta que te comen. Con patatas. Y posibilidad c) el chico de la peli descubre un antídoto. Donde –de manera depurada; el cine es arte, y el arte depura– a) me temo, sería China. Y donde la UE sería una mezcla de b) y c). En casa somos muy de la cosa c). La cosa c) es ir tirando, ir planificando lo que se pueda, tras diez años de darle por saco a la sanidad pública, e intentar no hacer el ridículo, ni tomar el pelo a nadie. Sí, c) parece un desastre. Pero no lo es. El desastre es a) y b). La cosa c) sigue siendo algo parecido a la vida, un paseo por el amor y la muerte. La cosa a), b), c) explica que las epidemias –y mucho antes, el acceso a la salud– son opciones políticas.
Un taxista me ha explicado que hoy ha sufrido un bajón diurno de 30% de pasajeros. De noche, me dice, no sale ni el gato. Los restaurantes están de bajuna
3- Ayer MAD parecía la Zona Prohibida del Planeta de los Simios. Había pocas personas en la calle. Los taxis del aeropuerto, que usualmente hacen colas de 20 minutos para cargar pasajeros, la hacían en 45 minutos. Al final de la mañana, esperaban más de hora y media. Un taxista me ha explicado que hoy ha sufrido un bajón diurno de 30% de pasajeros. De noche, me dice, no sale ni el gato. Los restaurantes están de bajuna. “Como esto siga, en breve no se abren ni las ostras”, me dice un camarero. El Corte Inglés –un fenómeno en MAD, un complejo que, en algunas zonas y colectivos, podría llamarse Eurocorteinglés–, estaba, en un barrio de los más rubios de MAD, al 10% de ocupación, me dijo una empleada. No así su supermercado, donde la misma empleada me ha dicho “que parece Navidades”. ¿Han triplicado el precio del marisco? “No, que se lo llevan todo, lumbreras”. En un súper de clase media habían desaparecido cárnicos, verduras, frutas y productos de celulosa. El papel higiénico ni está ni se le espera. El súper cutre del barrio parecía el primer súper que vi en Rumanía, 1990. Vacío y con la clientela sintiéndose espiada. Por un virus, en ese caso. En la tienda delicatessen del barrio, el tendero me habla en arnicheano –en MAD, en fin, se habla castellano estándar, manchego/“ej que”/, y un castellano divertidísimo, de Arniches, consistente en separar la sílabas. “Y di-go yo. ¿Pa qué tan-to pa-pel del wa-ter? ¿Es-ta-rán mo-mi-fi-can-do los fiam-bres con pa-pel ti-sú, do-ble ca-pa? ¿Qué se-rá lo próxi-mo en de-sa-pa-re-cer? ¿Las bom-bi-llas Os-ram?”.
4- El punto 3 alude al terror. El terror, como todo lo contrario –la primavera– requiere ser proclamado. Es, como la primavera, una opción política.
5- Sobre la proclamación del terror. “Todo empezó el lunes sobre las 20:00”, me dice una cajera de un súper, que trabaja en modo a-destajo. Es decir, todo empezó después de que los papás y las mamás salieran del curro, el día en el que el Gobierno de la CAM anunció sus medidas de choque ante el Covid-19. Lo hizo Díaz Ayuso, una mujer que abre los ojos tanto cuando habla que parece que, en efecto, vea zombies. La medida estelar era el cierre de colegios. MAD se situaba en el grado a) / b) de la escala Guerra Mundial Z. O lo que es lo mismo, una de las Comunidades Autónomas con menos planificación sanitaria se ponía a la cabeza de las escenografías de poder frente a una epidemia. Lo que explica las escenografías. Son un fósil de cuando había planificación. Son, por tanto, escenografías, por lo mismo, poco planificadas.
6- En menos de 10 años, la CAM ha perdido 3.300 profesionales, mientras que la clientela ha subido en 500.000, informa La Marea. La metáfora de todo: hay 33 hospitales públicos y 50 privados. Wala. Ejemplo de desplanificación: los hospitales privados, que se están poniendo las botas diagnosticando el virus previo pago, no está claro que informen a ningún organismo público sobre sus estadísticas. Un familiar de un fallecido por Covid-19, de hecho, explica que su pariente no murió de Covid-19, según los papeles. Sólo se tiene Covid-19, de forma nítida, en lo público, por tanto. Y, por tanto, si todo esto es así, no hay estadísticas fiables.
7- Al día siguiente, Casado volvía a planificar la Sanidad desde la oposición. Su propuesta, básicamente, era la asunción del programa económico del PP. Apostaba por la poética a) del manual Guerra Mundial Z. Los puntos 6 y 7 animan a pensar en esta dirección: cuanta menos posibilidad de planificación, mayores escenografías. Cuanto menos Estado, mayor interés en demostrar que tiene imperium, que decía Weber. Que tiene una gran capacidad de acción. En la proclamación del terror, al menos.
8- El lunes 10, el ministro de Sanidad emitía, a su vez, sus medidas. Poética b) y c). Los del Imserso se quedan sin pasodoble en Benidorm. Moratoria de vuelos directos a Italia, donde todo el mundo tiene el novio o la novia desde el siglo XV. Adopción de la baja laboral en los trabajadores. Clausura de actividades deportivas de masas, restricción de eventos de más de 1000 personas y garantía de abastos y de adquisición de material sanitario y farmacéutico. Poco. Pero mucho. Es decir, el Estado, al empezar a emitir, informa de que seguirá emitiendo. Puede establecer más medidas y más vistosas. De hecho, las medidas, es muy probable que vayan subiendo de intensidad y aparatosidad. El Estado, con esta graduación, evita el terror, y da sensación de planificación. El aplazamiento de las Fallas, en Valencia, decidido por el Govern al día siguiente, es un orientativo de que las casillas se sucederán. A la Italiana / b). Tal vez à la chinoise/a).
El Estado, al empezar a emitir, informa de que seguirá emitiendo. Puede establecer más medidas y más vistosas. De hecho, las medidas, es muy probable, irán subiendo de intensidad y aparatosidad
9- El Estado, en fin, se ha dotado de una herramienta de la que no disponía durante el Rajoyato. La sanidad universal. Una sanidad universal, no obstante, menos efectiva, tras diez años de recortes en el ramo, y de privatizaciones ad hoc –el ejemplo: MAD–, y privatizaciones encubiertas y liosas –el ejemplo: CAT, posiblemente la Sanidad más privatizada y compartimentada en empresas públicas y privadas–. De hecho, me explica un médico, esta epidemia es un reto a la capacidad de la Sanidad pública. Más si pensamos que las aseguradoras privadas han anunciado que el Covid-19 no entra en su cobertura.
10- El Covid-19 no es especialmente mortal, me dicen. La suma de varias enfermedades comunes, como la gripe, acumula más muertes y más hospitalizaciones de las que producirá este virus. Pero menos condensadas. El Covid-19 supone una punta, un reto a la asistencia primaria –que puede verse colapsada–, un reto a la hospitalización –que puede verse colapsada, indeed–, y un reto ante los casos graves. En Italia, Primer Mundo, por ejemplo, no ha habido, en algunos casos, máquinas de asistencia respiratoria suficientes en el tiempo-espacio. Se ha tenido que escoger a quién dárselas. Lo que es la opción norcoreana de Guerra Mundial Z.
11- En la noche del 10 de marzo, Pedro Sánchez anunció que anunciaría. Hoy, por ejemplo, se ha anunciado algún tipo de contrapartida a los padres que no puedan ir a currar por cuidar al hijo sin escuela. Es decir, se prima la amabilidad, y se aplaza el terror. Paralelamente a la epidemia avanza la crisis económica. Llamativa, me dicen, en un Estado que ha apostado por la hostelería como su I+D. Y más si pensamos que en el marco UE está prohibidas las políticas de gasto. La Sanidad, en ese sentido, está siendo contemplada, desde los 70, como gasto, y no como inversión. Se dice rápido, pero en la UE no es que esté prohibido el socialismo, que a estas alturas da como risa, sino que está prohibido Keynes. Parece ser que, en esta emisión, la Comisión tendrá piedad con el Sur. No dejará a Italia a su suerte, y suavizará, en los países afectados, la cosa déficit. El cumplimento del déficit, recordemos, está consagrado por la CE78 por encima del bienestar, que en términos constitucionales ha dejado de existir. O, al menos, somete el texto constitucional a serias contradicciones internas.
12- Este sería un buen momento para plantearse la dictadura del déficit. Y posibilidades de intervención en la sanidad privada. ¿Pero dónde se hace eso, que es ilegal? ¿En qué instancia? ¿En el Estado? ¿En la UE? ¿Guerra Mundial Z a), b), o c)?
13- Novedades. Vox por fin ha accedido al cordón sanitario. Lamentablemente, de forma literal, porque Ortega Smith ha pillado el virus. El Congreso ha chapado por la doctrina Ortega Smith. Lo que es un precedente estético, que visualiza más cierres y más limitaciones al contacto social.
14- Por otra parte, el hecho de que vivamos en el súper del Corte Inglés en Navidades es un chollo. Como sucede en Navidades, la política lo admite todo, sin efecto o memoria alguna. Ejemplos: 1) la Mesa del Congreso, antes de disolverse por enfermedad, decidió no dar trámite a una comisión de investigación por los palos en varios bancos de Juan Carlos I. En 2) Cat se ha aplazado, quizás se ha evitado, una crisis de Govern king-size. Nada, glups, un caso múltiple de acoso sexual en la Conselleria d'Exterior, que puede afectar, incluso, al conseller, que de hecho ha dimitido. Me dicen que habrá sorpresas –o no, igual se las come el Covid-19–. El conseller en cuestión, que ha renovado el republicanismo con elementos del siglo XXI de las páginas de sucesos, es miembro de la Mesa Gobierno-Gene. La Mesa, por cierto, igual se reúne la semana que viene. O no. En Navidades, da igual.
15- Mañana más. En el caso de que encuentre bom-bi-llas Os-ram.
1- “Humana cosa es tener compasión de los afligidos”. Así empieza el Decamerón, diez jornadas en la vida de 7 chicas y 3 chicos, que sortean la peste en la Florencia del 1353 explicándose historias. Es decir, que la sortean con ingenio, humor y lecciones vitales. De lo que...
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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