El Decamerón XII
Jornada duodécima. Corona-Crímenes concertados
Recortas, privatizas, disminuyes lo público. Hace dos semanas, la única terapia ante una epidemia, en los países recortados, era la inmunidad. Hoy el Ejército ha sacado en bolsas los beneficios de esas políticas
Guillem Martínez Madrid , 23/03/2020
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1- Prosigo con mis prácticas deportivas en mi micro-piso. Hoy, motocross. Por lo demás, la Muerte sigue conmigo. A falta de espacio compartimos lecho. Tiene los pies fríos. Es como dormir con unos guisantes Pescanova. Este finde hicimos un party discreto, por el hecho de haber superado, en esta serie El Decamerón, las 10 jornadas/capítulos planteados por Boccaccio. Fue una fiesta legal. Y tristota. De seres vivos sólo estaba yo, el resto eran invitados de la Muerte. Entre ellos, Boccaccio. Un cachondo. Algo común, supongo, en alguien con nombre de discoteca. También vino un Homo Heidelbergensis, antepasado común del Neardental y de nosotros. Un tipo interesante –con interesantes puntos de vista sobre arte contemporáneo–, pero que carecía de capacidad simbólica. La capacidad para el símbolo es nuestra originalidad de especie. Por eso mismo, los sapiens nos pasamos de originales. Pensamos que podemos solucionar los problemas reales con símbolos. Solucionar una peste, el siglo XIV, con procesiones, y el siglo XXI, con banderas. Es decir, con símbolos. Hoy, de hecho, los símbolos han caído en algunos espacios y hemos podido ver lo que escondían. Muertes –heidelbergensis, sin sentido salvo el fatalismo– que, además –somos sapiens, somos simbólicos–, son el símbolo de realidades profundas.
2- Antes nos ponemos al día. A) Se ha ampliado el estado de alarma otros tantos días. Se ha empezado a comprar material por un tubo. Lo que supone, por fin, aplicar al confinamiento la cosa test, para localizar contagios y curas espontáneas. Adquirir material es complicado. Ahora mismo el mundo es un pelotazo de material sanitario. B) Sánchez ha hablado este finde de algo así como de implementar una economía de guerra. Lo que equivale a volcar en este conflicto todos los recursos industriales y económicos –a ver si se moja, pongamos, Inditex–. C) Lo que indica el carácter espectacular de esta crisis sanitaria que, en este momento –más en Italia, Esp, y USA–, es una orgía vírica –el 14% de los contagiados, además, y esto lo lía todo aún más, son sanitarios; ese 14% indica, a su vez, la escasez de material–. Eso D) implica pasta. Enviar a paseo la deuda. Algo que ya es un hecho. Hasta en Alemania, que hoy entra en déficit, han dicho. Mañana E) hay reuni tinder –por pantallita– del Eurogrupo. Puede/debe establecer medidas para ingresos. La más radical, la que fijaría el carácter descomunal de esta crisis humana, sanitaria y económica, consistiría en emitir corona-bonos. Algo así como unos bonos de guerra. Sánchez, Macron e Italia parecen pedir eso. Y la presi de la Comisión Europea, y los países calvinistas, que ven en el gasto una debacle moral, no han dicho que no. A ver.
3- Hoy Calviño ha abierto la boca de la cara en una rueda de prensa. Más indicios de economía de guerra. Y, todo lo contrario, cierto apego a no clausurar actividades económicas que son prescindibles en esta crisis. Meditación: los trabajadores no clausurados son los que deciden, al parecer. La semana pasada, los trabajadores de Mercedes/Vitoria decidieron no trabajar por motivos de salud, y en Correos/BCN decidieron restricciones de servicios. Es posible que haya más clausuras. Y atendiendo a las coordenadas de una economía de guerra, pero también a la Ley de Prevenciones Laborales. Calviño ha hablado de nuevas medidas a incorporar en el Rescate Social –va a caer, mañana no, lo de los alquileres; por lo visto en la dirección de la moratoria de hipotecas; es decir, con un criterio no universal–. Y ya que ha salido Calviño, les dibujo lo que sabemos de las tomas de posiciones gubernamentales.
4- Hay dos corrientes de opinión ante el gasto. Economía/Hacienda, y una asociación UP- PSOE, en la que Escrivá/Seguridad Sociedad sigue siendo determinante. Economía/Hacienda es the power. Pero está tragando. Aporta una menor velocidad a las medidas económico-sociales, diría. Cuando la cosa se paraliza, se pasa a la siguiente casilla en el despacho de Sánchez, que es quién está dando los OK, como un poseso, a un plan más UP que PSOE hasta la fecha, asumido y defendido por Sánchez y el Gobierno. Un Gobierno de coalición es eso. Y su contrario.
5- Por lo demás, es una guerra. Hay muertos, heridos y escasez de materiales. Hasta hay señores de la guerra –CAM, Gene, Murcia– que parecen apostar por la dramatización de aislamientos territoriales y más imperativos, que demuestren quién manda y se pela los derechos por el bien de todos. En la línea de la ultraderecha europea/Salvini. Pero, por otro lado, también es una guerra. Tras esto, todo va a cambiar. Hasta Guindos habla de una Renta Básica. Lo que hace intuir que Estado –y, glups, Ejército– y empresas y partidos –movimientos y sociedad no hay, que están en casa– pugnan por liderar lo que venga.
6- Hay un plan sanitario, criticable o no en el futuro. Y un plan de rescate social y económico, criticable en el presente. Ambos pueden cambiar y ampliarse. Pero los hay. Eso no sucede en todos los Estados. Ni en todas las épocas. No sucedió en 2008. Los criterios de 2008 siguen existiendo. En los recortes sanitarios aplicados durante 10 años, en una cultura en la que el neoliberalismo –esto es, negocios privados a la sombra del Estado y bajo otra sombra, más amplia todavía, que es la bandera, ese símbolo– que hoy, con una crisis, nos hace descubrir que, por ejemplo, Cat necesita tres veces más UCIs de las que tiene. La dinámica ultraliberal no se va a corregir rápidamente, aunque sea de forma rápida, y a través de compras urgentes, Ejército –está participando en todos los países afectados; si bien sólo salen en la tele en uno, diría–, y la cosa hoteles. Los hoteles son los hospitales chinos, construidos en 3, 2, 1, y creados para confinar, pero en vez de en modo postcomunismo, en modo posdemocrático, ultraliberal.
7- La propuesta ultraliberal ha sido expuesta por Dominic Cummings, el asesor chachi de Boris Johnson. En público ha explicado la posición UK. Que el 60-80% de la sociedad británica se infecte, de manera que adquiera los anticuerpos para afrontar la segunda ola, que se prevé en otoño-invierno. Suena bien, si no fuera porque luego se le escuchó explicar el plan real: “Pillar inmunidad, proteger la economía y, si eso significa algunos pensionistas muertos, pues mira”. Aunque la noche del 23 de marzo Johnson cambió de idea y mandó confinamiento, pillar inmunidad –es decir, también no acceder a ella, morir en el trance– es la única propuesta sanitaria del ultraliberalismo, al haber acabado con lo público. Es la propuesta implícita de los sistemas de privatización y de austeridad, como CAT o MAD. Hoy se ha hecho explícita en MAD.
8- El Ejército ha ido hoy a desinfectar los geriátricos privados de MAD DF. Lo que era un eufemismo. Desde hace más de una semana había serias sospechas de que ahí pasaba algo raro. CC.OO., el pasado viernes, pedía urgentemente la intervención pública de esos locales comerciales. Se infectaban muchos residentes –más de 100 fallecidos en más de 70 establecimientos; el viernes no había un censo claro de esos establecimientos, lo que indica el despelote CAM– y, a su vez, no reconocían, en algunos casos, las defunciones. Y, en efecto, cuando han entrado los militares se han encontrado con un espectáculo infrahumano. Cadáveres dispuestos junto a vivos. Para ocultar estadísticas o, simplemente, por colapso. Un revoltillo de enfermedad y vida y muerte. Y abandono. En ocasiones, literal. No había trabajadores. El Plural informa de un geriátrico, regentado por monjas, del que todas las monjas habían huido. De la Iglesia, por cierto, no consta una gran participación en esta crisis. Es la primera epidemia local sin que la Iglesia no sólo no dé la matraca, sino que no dé nada.
9- Hablo –piticlín-piticlín– con Antonio Cabrera, Secre de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CC.OO. “Lo que ha pasado en MAD se va a extender. El personal de las residencias es de alto riesgo. Se están produciendo muchos contagios y cuarentenas”. Es decir ausencias que no están siendo sustituidas. ¿Qué ha fallado, le digo, el Gobierno, la CAM? “Ha fallado todo. Dependemos, por la globalización, del mercado extranjero para conseguir un producto de primera necesidad como la protección sanitaria. No ha habido poca planificación. Y las residencias privadas tienen, por vacíos legales, unas ratio grandes”. No son negocios sanitarios. Pero se aproximan. “Casi todos estos negocios, en el Estado, pertenecen a multinacionales y fondos de inversión, belgas y franceses, que se lo están quedando todo”. “El sector son 8.000 establecimientos en Esp, y 280.000 trabajadores. Y está colapsando”. Me explica que esto va por autonomías, y que MAD, siendo de las peores en esto no es, glups, la peor. También me llama la atención sobre el sector de ayuda a domicilio para ancianos –en Clecer, una gran empresa de eso, de Florentino Pérez, ese filántropo, hay unos 30.000 trabajadores–. “Serán los siguientes. Y por los mismos motivos”.
10- Díaz-Ayuso ha declarado al respecto que el Ejército no tiene capacidad para enviar médicos sanitarios a las Residencias. La tiene. Está siendo coordinado por Vicepresidencia de Asuntos Sociales/Iglesias. Ha ido a Euskadi. El Gobierno vasco –con sanidad saneada– no ha dicho ni mú, salvo que no es necesario. En la CAM y en la Gene es el fin del mundo. En CAT –un topos en el que, esperemos que no, en una semana se puede agradecer que el KKK te traiga un respirador– se está viviendo una cruzada nacional contra la ayuda sanitaria del Ejército, promovida por los Guías Supremos e Inmortales de la Revolución. Esta ayuda del Ejército, efectiva, no está exenta de cosa propagandística. Hoy se ha agregado al pack militar la Guardia Real en tanto, han declarado los jefazos, “el rey es el primer soldado”, en esa racha léxica que llevanZzzzz. Que el rey envíe tropas sería una buena noticia en la batalla de las Navas de Tolosa. Hoy es un medievalismo.
11- Recortas, privatizas, disminuyes lo público. Hace dos semanas, la única terapia ante una epidemia, en los países recortados, era la inmunidad. Hoy el Ejército ha sacado en bolsas los beneficios de esas políticas. Se hartará de hacerlo en USA y UK. Ese es el símbolo de todo esto, me temo. La propuesta ultraliberal es obtener beneficios en una privatización. Y pirarse en una epidemia. Como de esto no salga algo nuevo, no sé para qué hacemos la guerra. Es decir, estamos encerrados y majaras en casa por eso, contra eso.
12- “Va tonto, ponme los pies encima”, me dice la Muerte. Hoy te has pasado en MAD, le digo. “Me dais mucho trabajo”. Pues córtate. “No me entiendes. Me dais mucho trabajo. Me lo dais. Lo elegisteis. Es lo que había detrás de los símbolos que elegisteis. Sois muy simbólicos. Con el Heidelbergensis mi trabajo era más sencillo”.
1- Prosigo con mis prácticas deportivas en mi micro-piso. Hoy, motocross. Por lo demás, la Muerte sigue conmigo. A falta de espacio compartimos lecho. Tiene los pies fríos. Es como dormir con unos guisantes Pescanova. Este finde hicimos un party discreto, por el hecho de haber superado, en esta...
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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