El Decamerón X
Jornada décima. Covid, trumpismo y libertades civiles
Una parte de la sociedad CAT cree que en MAD la gente está en modo Verbena de la Paloma, y que el Govern no sólo planifica sino que evita un genocidio CAT causado por un virus MAD
Guillem Martínez Madrid , 20/03/2020
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1- Me despierto. Veo en mi cabeza el calendario Pirelli. Me ducho. Pirelli. Cepillado de dientes. Pirelli. Miro un geranio. Pirelli 1972, Special Edition Bombardamenti della Cambogia. Practico el deporte del día en mi piso –hoy, lanzamiento de martillo; adiós a mi vajilla de la dinastía Ching–, y en ningún momento visualizo mi objetivo olímpico, sino la edición 1976 –en su día muy polémica; salía Madame Trudeau vestida de india shoshone; vestida con un tomahawk– del calendario Pirelli. Me frío un huevo à la mode de La Coupole, con su beluga malossol 0-0, que hoy los chinos, yupi, han tirado en MAD vituallas en paracaídas. Vitualla es, por cierto, una de las pocas palabras viking que se han colado en el castellano. La otra es dámelotodoquestoymuyloco. Me imagino un vikingo precariamente, pues luego vuelve a coparme Pirelli 1980. Leo un formidable libro de Juan Luis Arsuaga –Vida, la gran historia; la moderna evolución confirma que somos relativamente buenos, y que la maldad no fue del todo idea nuestra–, y sólo puedo ver el calendario Neandertal Pirelli. Ayer me compré un coco en el Mercadona On Fire. Como en las pelis de náufragos le he pintado una boca y uno ojos. Y le he llamado, ya lo habrán adivinado, Pirelli. Pirelli es fotógrafo y me explica cosas divertidas sobre su curro. Como un día que se quedó sin carrete. La gracia es cómo lo dice. En otro orden de cosas, que viene a ser el mismo, la energía me copa. Y la soledad. De manera que gasto toda esa energía haciendo levitar la nevera, con mi telequinesis/energía, mientras Pirelli hace negronis.
2- Ayer murió el primer sanitario. En Euskadi. Una enfermera. El 4% de los infectados, en el momento de escribir estas líneas, son sanitarios. Se infectan por juramento hipocrático. En una crisis como esta, en fin, es imprescindible la fuerza o, todo lo contrario, el altruismo, los juramentados. En casa somos muy del altruismo. Y nada de la fuerza. Es la diferencia entre la democracia y la barbarie. Entre una pandemia y una epidemia de zombies. La buena noticia es que está funcionando. Las personas mayormente juramentadas están en casa, evitando una curva rápida que colapse las UCIs. Más. El confinamiento –de tendencia voluntaria o, al menos, no hay marines en el mundo para confinar al mundo– se tendría que empezar a notar la semana que viene. Salvo algunas cotas de autoritarismo, inquietantes, que ya les iré explicando, la cosa, el juramento, diría que funciona. La dicotomía fuerza-altruismo me temo que será el hilo de este artículo. Y de las próximas semanas.
3- Los virólogos –expertos independientes; es decir, no relacionados con una opción política; un experto es eso; en las pelis es el tipo que convence al presi USA de no apretar el botón nuclear; en la realidad, me temo, no siempre sucede eso, puede haber psicópatas expertos– explican que estamos en otra fase de la crisis. El 15 –esta semana, hace mil años– apareció una entrevista fantástica a Miguel Hernán, epidemiólogo por el tercio Harvard. Sinopsis. Los gobiernos europeos, todos, perdieron semanas fantásticas para planificar. La decisión de la OMS de proclamar la pandemia fue un acicate positivo. Lo público, y no lo privado, es mejor herramienta en una pandemia –en ese sentido, USA lo tiene crudo–. Explica, y esto es muy importante, que hay dos fases en una epidemia: a) contención –que ya, snif, pasó; “hay tantos casos y contagios que no hay sistema en el mundo que pueda hacerlo”– y b) mitigación –usted se encuentra aquí–: se cierra todo lo cerrable, “como se está haciendo”. Importante, mucho: “En esta fase las restricciones de viajes ya no parecen tener sentido”. No obstante, y abandono momentáneamente el artículo del señor de Harvard, resulta imposible viajar, en principio, por las disposiciones gubernamentales, salvo en los casos especificados en el estado de alarma. Y, también, por las restricciones a secas. Es decir: un centenar de Estados han prohibido viajar a Esp. En cuanto a las líneas internas, Iberia y Vueling están en modo ERTE –Iberia, casi 14.000 personas–. Sí, los aeropuertos siguen abiertos. Llegan y salen aviones sin pasajeros, para conservar las líneas –el capitalismo es raro; precisa aviones vacíos volando todo el día–. Por otra parte, en una epidemia, hay que tener aeropuertos abiertos. Para que vengan mascarillas y respiradores, por ejemplo. El AVE parece el tren del zar. O, al menos, tiene el mismo pasaje. Tal vez, sin Rasputín. El AVE low cost, que tenía que empezar en abril, ha decidido irse al guano. Los hoteles, por cierto, y con orden de cerrar en unos días, están mayormente vacíos. Me dicen que algún familiar de algún internado y turistas con problemas para volver a su país. La pregunta es: ¿dónde dormirán los camioneros cuando no haya hoteles? Pero volvamos al señor de Harvard.
4- Sitúa el nivel máximo de confinamiento en Occidente en la escuela italiana. “En Wuhan las medidas fueron extremas, la gente lo ha pasado muy mal, pero solo allí y en los alrededores. El resto de China tomó medidas rápidamente, y esas medidas son las que han conseguido que no se extienda la epidemia” –eso es lo que no ha pasado a tiempo en Europa, en Esp y en cada una de sus autonomías afectadas; eso es el tiempo perdido, que uno solo ve a toro pasado–. Explica, por cierto, que el virus es menos virulento en Europa que en China. E, importante, explica el confinamiento de Wuhan: “En Wuhan no dejaban a la gente salir de casa, la policía les daba palos por la calle, y ponía cadenas en los portales”. Y culmina con un “hay que mantener un equilibrio entre los derechos individuales y la salud pública. Lo que se está haciendo ahora mismo en Italia no se había hecho nunca en tiempo de paz en un país occidental, no sé si se puede ir mucho más lejos”.
5- Esa frase ya no alude a un problema sanitario, acotado à la italiane. Sino a un problema ético. Es decir, político. Plantea una opción de fuerza, y otra de civismo, lo que es la diferenciación entre autoritarismo y democracia en esta crisis. Cada Estado lo soluciona según su cultura democrática. En Europa se ha decidido, parece ser, que el límite es Italia. Y, en efecto, es una suerte de límite humano de la libertad en Europa, descomunal, y realizado por convicción cívica antes que por fuerza. Por fuerza, de hecho, sería imposible, diría. Y parece efectivo, por otra parte. Esp lo copia. Pasada la primera fase, que ya nos queda a tomar por XXXX, se evita con ese modelo una curva más pronunciada de contagio. Con lo que el colapso sanitario, descomunal, es menor. A las dos semanas prosiguen los contagios, de personas previamente infectadas, si bien descienden los nuevos contagiados. Posteriormente se produce un pico en UCIs –en Esp, se prevé para la primera semana de abril–. Y posteriormente, brrrr, la punta de muertes. Será duro, psicológicamente muy duro, pasar esas semanas. Reconforta saber que todo el esfuerzo social, colectivo, es para que accedan a las UCI el mayor número de personas. Todos los gobiernos conocen este esquema. Quien haga una lectura contraria o exótica a esta, miente. Bélgica también ha optado por la cosa italiana, pero de manera menos inflexible. Permite paseos, con distancia de seguridad, para dos personas residentes en una casa. Francia también va en modo aislamiento, al parecer con mayor violencia policial. En Alemania no hay confinamiento. Ni en Suiza, donde se han cerrado comercios. Alemania y Suiza son el parque más chachi-piruli en UCIs. Comen aparte. No recortaron, o lo hicieron menos.
6- La opción Esp está respaldada por la OMS. No lo digo yo, sino la OMS. Adolece, en tanto que tardía, como en todos los Estados de Europa, de material y tests –los tests vendrá en unos días, han dicho hoy; con ellos, se dispararán los contagios oficiales, se supone–. El Gobierno –a través de Pedro Sánchez en el Congreso, esta semana– ha asumido el retraso en la toma de medidas tempranas y ha pedido disculpas. También el Gobierno vasco –a través de una autoridad sanitaria, que fue radicalmente sincera–. En una gestión democrática del asunto es importante eso. Y la transparencia, que es más opinable. El Gobierno vasco, a su vez, ha protestado por el carácter centralista del estado de alarma. Pero ha aplazado la efectividad de su protesta hasta el final de la crisis. El Gobierno esp, hace dos legislaturas –o una, que la anterior no cuenta en el tiempo-espacio–, devolvió la universalidad de la salud. El vasco es el que menos ha recortado en gasto sanitario del Estado en el anterior yuyu. Hay, se intuye, una línea que une un mayor comportamiento democrático en esta crisis con un mayor gasto en sanidad. Por lo mismo, glups, hay otra que une mayor autoritarismo, menor transparencia y menor civismo con el hecho de haber realizado mayor recorte sanitario.
7- Las puntas de menor gasto y mayor privatización son, respectivamente, Cat y MAD. Y esos son los gobiernos más divergentes en esta crisis, los que emiten mayores problemas frente a la actuación gubernamental. Veámoslo.
8- La presidenta de la CAM ha criticado la lentitud e inoperancia del Gobierno en la epidemia. Ha hablado, incluso, de sustracción de materiales por parte del Gobierno. A su vez, es una de las presidencias más activas en la crisis. Ha creado hospitales en hoteles y en el IFEMA, que vienen a dibujar una notoria capacidad de planificación y actividad. Un no parar. Hablo, no obstante, con Mónica García –piticlín-piticlín–, médica y diputada en la Asamblea de Madrid por Más Madrid. “MAD es otro modelo de privatización, diferenciado de Cat. Es ultraliberalismo a palo seco. Es el gasto sanitario, a escala, menor en el Estado. Lo que ahora es catastrófico, un polvorín, por el colapso. Tendrá que intervenir el Ministerio, la UME y ONGs”. Me ejemplifica la desplanificación, que afecta ya a esta crisis, por obtención de beneficio, con un ejemplo. “Esperanza Aguirre construyó, hace 15 años, 11 hospitales: 4 privados, que participan en lo público por convenio” –este es el sistema cat, por ir resumiendo, si bien en Cat las mutuas van a tope–, “y siete mixtos. En 2017 deberían haberse abierto muchas más camas en ellos. Pero no se hizo. Ahora tienen pabellones o plantas vacías, que no han accedido al uso, en tanto esos hospitales son de fondos buitres, que no están para gastos”. Se ha optado por convertir hoteles –no se sabe aún el precio– en hospitales. “Lo que es caro y poco práctico. Supone una persona por habitación, más consumo de recursos y mucho más personal. Lo propio hubiera sido recurrir a otros espacios sanitarios clausurados”. Sinopsis. Privatización, desregularización, falta de planificación, colapso, muertes. Y Gobierno de la CAM en épica lucha contra la planificación gubernamental en esta crisis.
9- En Cat –los mayores recortes de Sanidad del Estado–, el lunes de la semana pasada, la Consellera de Sanitat explicó que el virus era un asunto MAD. A lo largo de la semana, se fue especificando que en Cat no se había perdido la trazabilidad del virus. Que no entrañaba gravedad alguna o que, incluso, “en Cat el virus tiene un comportamiento diferente”. Con posterioridad al cierre de colegios efectuado –tarde, como en toda Europa– en la CAM, la Gene declaró el cierre de colegios. El viernes, con el anuncio de Sánchez del estado de alarma, el Presi Torra, reivindicando una planificación propia que precedía, en tiempo, velocidad e I+D a la del Gobierno, exigía la confinación de un territorio físico, no clínico o afectado en su totalidad. Previamente, escasas horas antes, había confinado una serie de municipios en torno a Igualada. Desde entonces, la exigencia de confinación de Cat –esto es, cierre de puertos, aeropuertos, y de todo el mundo en su casa, “a casa nostra”, que es como en TV3 se denomina a Cat– ha ido aumentando. Es decir, tarde, cuando ya no estamos en fase de contención. Desde entonces, la cosa ha ido in crescendo. El virus, que Trump denomina chino, ha pasado a ser MAD. Y el no aislamiento de MAD se difunde como condena a muerte de Cat, como genocidio, como Esp ens mata. Mata, ha quedado claro en la CAM, la privatización y el recorte, la renuncia a lo público. Ayer Torra, en una entrevista en la BBC, explicaba que “los expertos y científicos que nos aconsejan dicen que la mejor manera de frenar el coronavirus es con el confinamiento domiciliario, pero el Gobierno de Esp dice que no es necesario”. Lo que es una abierta mentira que, al parecer, ha calado. Una parte de la sociedad Cat cree que en MAD la gente está en modo verbena de la Paloma, mientras el Govern no solo planifica, sino que evita un genocidio de ADN cat a través de un virus MAD. Hay serias dudas sobre la capacidad de planificación de un Govern, como el de la CAM, construido a través de la selección negativa. Y hay serias dudas sobre su actuación en Igualada, hospital que funciona por el juramento hipocrático de sus sanitarios, y no por el material o los médicos, que no llegan, por incapacidad en la planificación. El Govern ha anunciado, por otra parte, el colapso sanitario para el lunes. En vez de aportar información y transparencia aporta caos, fake y, como ha anunciado, colapso. Lo único que parece que planifique ante una epidemia es un pogromo. Contra las minorías que no ven lo que Trump y Torra ven. Un enemigo extranjero, al que se puede vencer con nacionalismo, medidas autoritarias –los mossos son presentados como el orden y la solución, y las multas como la panacea– y acientíficas.
10- El Gobierno Esp tiene, a su vez, dos tendencias inquietantes. El a) nacionalismo. Sale poco, pero sale de vez en cuando el palabro patriotismo. Y las ruedas de prensa con b) militares que hablan como Rambo. Invitando a la sociedad, en esta crisis, a comportarse como todo lo contrario, como un soldado. Cada vez que esos militares salen por la tele, sube el precio del pan de lo ético.
11- Finalizando. Hoy, importante, la Comisión Europea ha congelado –ha utilizado ese palabro– la austeridad. Estamos en cambio histórico. Poco constante aún, o que aún no se lo cree. Hoy, Calviño ha paralizado la propuesta de UP para suspender el pago de alquileres, por el que se han posicionado Transportes e Industria, ambos del PSOE. El próximo CM no contemplará medidas de gasto. Que no tardarán. Indicio: en un periquete han desaparecido 400.000 afiliados a la Seguridad Social.
12- Caen más paracaídas chinos. Pirelli y yo salimos a buscar una lamprea, a ver.
1- Me despierto. Veo en mi cabeza el calendario Pirelli. Me ducho. Pirelli. Cepillado de dientes. Pirelli. Miro un geranio. Pirelli 1972, Special Edition Bombardamenti della Cambogia. Practico el deporte del día en mi piso –hoy, lanzamiento de martillo; adiós a mi vajilla de la dinastía...
Autor >
Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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