El Decamerón IX
Jornada novena. Es la Covid-guerra, no la guerra
Está en el aire que se acepte lo de los alquileres. Tras el tsunami keynesiano, el roce con Calviño no debe de ser tan grueso, pues es ella quien está vendiendo la moto en Europa
Guillem Martínez Madrid , 19/03/2020
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1- Se está produciendo una Edad de Oro de llamadas de ex. Lo que ilustra que el mundo, a la que le pasas un trapo, es bueno. La gente que comparte erosiones y tatuajes lejanos se llama. Piticlín-piticlín. Te preguntan cosas chorras, ríen sin razón y, básicamente y de forma implícita, se alegran de que estés vivo. El resultado es reconfortante. Armando Manzanero tiene una canción sobre eso, sobre ese amor que no pesa ni besa, pero que es denso y efectivo e inútil: Nada personal. Manzanero es como Los Simpson. No hay nada que pase o que vaya a pasar en la vida que no haya sido narrado por él. En A solas conmigo, una de las composiciones más I+D de la Historia, narra lo que los clásicos denominaban culto a Onán, y la OMS, que va más al turrón, pajote. Lo que nos lleva a la cena en el belvedere con mi roomba. Fue bien. Descorchamos la última Don Pérignon de nuestra cartilla de racionamiento, facilitada por el Comité de Defensa de MAD 2.0, una empresa mixta. Una cosa llevó a otra y esta mañana me desperté junto a ella. Tras el susto, nos hicimos los suecos. Dije que si eso ya yo la telefoneaba. Y me fui pintando. Hacia ningún sitio, que el piso son 30 metros cuadrados. El transcurrir del día ha sido tenso. Cuando nos encontrábamos por el pasillo –algo inevitable, pues mi piso es un pasillo–, estábamos cortados. Yo intentaba romper el silencio con frases que, al ser emitidas, sonaban absurdas. Como nuestro encuentro de las 13:45, en el que ella me dijo: “Er... Hum... Hace un día estupendo”. Y yo contesté: “...S-sí... Hoy es el cumple de Serrano Súñer”. Rayos, ahí viene otra vez. Haré ver que escribo.
2- Reacciones al discurso del rey. La personal: con el discurso de ayer, FVI dejó de participar en esta guerra, al no hablar de su fondo. El gasto. Y de una de sus limitaciones: el robo. Ya veremos. La reacción estadística: Zzzzzzz. La reacción política: las tres derechas –desde 2017 e, importante, más desde 2019, cuando estaban en el secreto, han emitido la palabra ‘rey’ a nivel chupito– aplaudieron como búlgaros y estuvieron a dos segundos de nominarle para el Nobel de Medicina. A resaltar: Cuartopoder informa que ni PSOE ni Gobierno emitieron el tradicional tuit chachi-piruli postdiscurso. Igual, por estrés de guerra. En todo caso, eso sitúa espiritualmente al rey en la tesitura estética del pavo en navidades. Las caceroladas, por lo demás, fueron importantes. Lo fueron en Cat, donde la política, y casi todo, es tan sobreactuada que no es importante. Pero, y esto es llamativo, fue una cacerolada apañada, en barrios rubios y morenos, en MAD. En plena guerra no hay que perder un segundo en el rey. Riego, verbigracia, perdió mucho tiempo en FVII, cuando en 1823 lo metió en una jaula, lo subió a un carro y fueron tan despacito a Cádiz que lo pillaron los franceses. Después de la guerra, todo indica, esto será un torpedo en la línea de flotación. La fórmula que la CE78 reserva a estos casos de posible confusión de lo público y lo privado, en su grado máximo, es la Regencia. Como cuando Espartero. Puede haber otras, conforme avance la guerra y según cómo finalice. Es serio. Repito. Es serio.
3- Quédense con esto. Italia: 3,95 médicos/1.000 habitantes, 3,4 camas/1.000 h, sanidad: 9, 2% del PNB. Esp: 3,82 médicos/1000 h, 3, 1% camas/1.000 h, sanidad: 9% del PIB. Alemania: 4,13 médicos/1.000 h, 8,2 camas/1000 h, 11,3% del PIB. Esp tiene 216, 64 camas menos por 100.000 h respecto a la media europea –514,54/100.000; antes de los recortes eran 564,43/100.000–. Al inicio de la crisis anterior –2007–, Esp tenía 327,19/100.000/habitantes. Para pacientes agudos, son 111,84/100.000 h (en 2015). Sólo tiene por debajo a UK, otro país deshidratado tras la crisis –me ha llamado una amiga doctora en UK; piticlín-piticlín, sinopsis: peli de zombies; miedo; están a punto de cerrar Londres–. En Alemania, no obstante, han muerto de Covid-19 una cantidad de personas en torno a la treintena. En un día normal muere más gente de risa. Las razones se pueden explicar en el azar, en la fase, o en factores desconocidos –esas cosas pasan–, pero también en la apuesta por los tests –vamos, pasta–, o por la apuesta sanitaria anterior –vamos, más pasta–, que sitúan a Alemania como el Estado Europeo con más UCIs. Este es el punto de partida de esta crisis sanitaria/política. El punto de partida es la anterior crisis y el recorte en gastos de sanidad. Lo que, en plena batalla de Stalingrado, ya da igual. Como lo del rey. Al menos hasta que empiece la inflexión de la infección, momento en el que deberíamos hablar de modelo y gasto sanitario. Esta guerra está demostrando que la Sanidad o es pública o es una broma sobre rinoplastias.
4- A modo de indicio poético: el virus se está cebando en las residencias de ancianos. Lo que puede ser una consecuencia del cariño –los hijos visitaban a sus padres hasta que se prohibió hace poco–, pero también de lo contrario al amor. Lo contrario del amor al arte, al menos, es el amor al comercio: las residencias geriátricas son una región importante de lo privado. Ese protocolo aparte, hasta su reciente intervención.
5- La Sanidad está ya desbordada. Días, o semanas, antes de que llegue la curva de inflexión. El tema –entre otros chorrocientosmil, como el material, las máquinas; esto es una punta que supera la normalidad, imagine la subnormalidad, las consecuencias de la anterior crisis–, son las UCIs, el pie en el estribo, que decía Cervantes, o el cabello de la diosa Fortuna –esa diosa calva– al que agarrarse. Los sanitarios están al límite. Ayer, en mi ventana, estuvo uno hablando por teléfono con su novia o su novio, que le estaba dando puerta. El sanitario explicaba que hacía más horas que un Rolex y que, literalmente, no vivía. No adornaba ni dramatizaba la guerra, no exponía heridas o medallas, ni se recreaba en las descripciones. Los sanitarios son así, por lo general. Finalizó con un no-me-dejes, frase tras la que, históricamente, zas, te dejan. Han empezado los trillajes, las cribas. Ya existían en la medicina, pero por lo visto se renovaron durante la Guerra Civil, con los bombardeos. La técnica, buena en guerra, se exportó a UK. En el 1939-45. Son un invento de guerra, vamos. Otro indicativo de que esto es la guerra.
6- Hoy, rueda de prensa de Illa e Iglesias. Previamente, la de siempre/Simón. Se anuncia la compra de chorrocientos tests –yupi–, que son, al parecer, la gran herramienta en esta fase de despelote de la epidemia. Sinopsis de lo de Illa-Iglesias. 70 abuelitos muertos, medidas para ancianos y homeless, 200 millones para CC.AA., 19.500 camas nuevas en un millar de locales –¿de dónde sale eso? Ni idea; me entero y les digo–. Iglesias habla de “escudo social”, y dibuja una crisis con acciones gubernamentales diferentes a las de 2008. Gasto. Rescate social. Hoy, por cierto, he hablado –piticlín-piticlín– con una amiga, abogada laboralista de los malos, lo que confiere interés a su opinión. Me explica que lo de los ERTEs es la milk como solución para evitar despidos y proporcionar ingresos a trabajadores. Sólo ve una pega: que la administración pueda cumplir con los plazos en modo plis-plas. Lo veremos en breve, que los ERTEs están como los video-clubs en los 90. A tope. La rueda de prensa es, en otro orden de cosas, una iconografía, que explica lo que sucede en las alturas gubernamentales.
7- Sanidad/Illa –el top-one en el nuevo organigrama de la crisis– aparecía con Vicepresidencia/Sociales/Iglesias. Es decir, se le daba a Iglesias, que está asumiendo responsabilidades sociales en la pandemia, una presencia en el staff que no le toca, en tanto el Comité de Situación es PSOE a tutiplén. Con eso se comunica cierta armonía gubernamental, que desmiente los rumores, propagados por la Caverna Mediática, de posible ruptura. El siguiente rumor que se emitirá será, supongo, el paso de un Gobierno de coalición a uno de Unidad y con una banderita gigante. Me juego una copa, de las 4.567 que me tomaré en el Del Diego cuando esto acabe. Lo cierto –y esto es importante–, es que Sánchez ha aceptado el programa de acción diseñado por Trabajo, a palo seco. Sin cambios. Y el social, también de UP. Y lo ha hecho suyo. Lo que es bueno. Hay asperezas entre Calviño y Calvo y el sector UP. Pero está en el aire que se acepte lo de los alquileres. Supongo que, con el tsunami keynesiano del sábado-martes, el roce con Calviño no debe de ser tan grueso, pues es ella quién está vendiendo la moto en Europa. La prueba de su incorporación a la nueva lógica: la dimisión es el sello de pertenencia, o no, a una lógica gubernamental, y Calviño no ha dimitido, ni ha estado cerca o lejos de ello. El Gobierno está unido. Es decir, en modo guerra, esa cosa que puede unir programas dispares en apuestas vitales, como pasó con Tarradellas y García Oliver en su día, no te digo más. Se han suspendido los enfrentamientos políticos, vía pacto-de-caballeros implícito. Al menos, hasta hoy. Y prosiguen vivos dos grupos de ideas y de caracteres frente al gasto, pero uno –menor, pero importante– está superado por la realidad esp y europea, y participa en lo nuevo. Algo, de manera imprevista, como en cualquier guerra, ha cambiado.
8- Europa, hoy al menos, participa de los cambios. El BCE anoche anunció 750.000 millones de pepinos para comprar deuda de países Covid New Deal como un poseso. De manera que hoy la deuda esp e italiana ha bajado. Y, lo que es más importante, no ha subido. El Tesoro público hoy ha emitido bonos por 4.000-5.000 millones. ¿Es sostenible? En principio, con un interés de deuda irrisoria, sí. Pero este cambio, si se confirma en su rotundidad en Europa, supondrá otros cambios. Una integración fiscal europea razonable. Es decir, efectiva. Lo que nos lleva al itinerario de la política europea cuando esto acabe.
9- Consistirá, no hay otra, en pugnar por volver a la austeridad tras estas semanas locas. O en todo lo contrario, ampliar el periodo de gasto como normalidad. Esa serán las agendas de, respectivamente, las derechas duras, nacionalistas y neoliberales, y las derechas moderadas e izquierdas. Lo que puede llevar a Piketty –ya les daré la brasa con este pollo otro día–, al gasto como reparto y corrector, lo que conlleva un IRPF progresivo –inexistente hoy; hoy el IRPF es una trampa para asalariados y autónomos desde los 70– y, por ello mismo, y para que el capital no escape por la Ruta de los Borbones, una fiscalidad mundial o, al menos, regional y fuerte en Europa. Calviño hoy ha empezado a hablar de respuesta fiscal coordinada en la UE. Yo alucino. Ya veremos el truco. O el imparable peso que lo evitará. El New Deal solo pitó a lo bestia, en fin, durante la guerra. Y estamos en guerra. En aquella guerra, el Gobierno Federal consiguió, en el tramo superior de IRPF, o como se llamara entonces, que, de cada dólar, 95 centavos fueran impuestos. Tras una dinámica iniciada por Ike, y culminada por Reagan, ese cambio cultural en los 70, la cosa quedo en 5 centavos de impuestos por dólar. Sólo en las guerras justas se pueden hacer esas cosas. Son otro acceso al cambio cultural. Esperemos que esta guerra sea justa.
10- En las ruedas de prensa sanitarias de por la mañana se cuelan oficiales y mandos de la policía, Ejército y GC. Hoy ha muerto de virus un GC. Los militares –2.622 efectivos– están en 59 ciudades. Fumigan y, por lo visto, participarán en el plan de ayudas a ancianos y sin-hogar. Mola. Pero también tienen otras funciones. Custodian centrales nucleares e, implícitamente –o al menos yo los he visto en esa tesitura– hacen funciones de orden, para las que no están preparados. Supongo que están ahí por el tema saqueos. Pero pueden estar por temas varias casillas anteriores, como lo son ciudadanos perdiendo los nervios tras el confinamiento. Cuando los mandos toman la palabra hablan en términos y lógicas militares. Raras, no deseables en problemas civiles. Hoy un mando policial ha hablado de detenidos por desobediencia. Pero un GC ha hablado de detenidos porque “se lo merecían”, extraña definición jurídica. Es una guerra. Sí. Pero cívica. Absolutamente dramática, ética y vital. No es una guerra convencional. No se puede utilizar ese vocabulario, ni esos modos, ni esa lógica, cuando la población ha perdido, en beneficio de sus enfermos, la libertad de circulación. Para lo que dicen, no sé por qué rayos van a esas ruedas de prensa.
11- Nuevo orden internacional. Esp ha pedido ayuda a China. China, a su vez, se la ha brindado –científicos, tests, material, máquinas respiratorias– a Italia. A lo bestia. Durante el Gobierno Di Maio-Salvini –aquella joya de la que me informa Steven Forti, que también me dice que pida que le llamen sus ex, que es un italiano confinado, es decir, desesperado–, Di Maio/5 Stelle firmó con China el pack Ruta de la Seda. Esp, pues no. El pasodoble “Chinoooooos / os recibimos con alegriiiiiia”, igual tarda más.
12- Cat y MAD lideran los enfrentamientos con el Gobierno. Se trata de una defensa de lo privado. Es decir, de la no planificación y el nacionalismo, esa forma de planificar que va sola. En la línea de la que está emitiendo Trump por la boca frente al precipicio. En Cat, a través del fake, de un procesismo sanitario, se está llegando, en plena pandemia, a una bancarrota ética. Cuando acabe la guerra deberíamos hablar de ello.
12BIS- Crisis Roomba solucionada. Se ha enrollado con mi rollo de papel higiénico. En lo que es una autobiografía condensada, se ha ido con el de la pasta.
1- Se está produciendo una Edad de Oro de llamadas de ex. Lo que ilustra que el mundo, a la que le pasas un trapo, es bueno. La gente que comparte erosiones y tatuajes lejanos se llama. Piticlín-piticlín. Te preguntan cosas chorras, ríen sin razón y, básicamente y de forma implícita, se alegran...
Autor >
Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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