El Decamerón XII + I
Jornada decimotercera. Covid-Simbolismo
Los tests son necesarios para parar la enfermedad –es decir, delimitar los portadores asintomáticos– sin tocar los derechos. Se sabe que no llegan. Y que sin ellos no hay estadísticas sobre las que orientar comportamientos
Guillem Martínez Madrid , 24/03/2020
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1- La Muerte hoy ha abandonado el piso. En mi memoria quedan sus pies fríos, en la noche. Lo que me hace recordar a todas mis ex, que siempre han tenido los pies fríos. Lo que confiere a las ex un parecido a la Muerte. Y, en efecto, las/os ex son, en fin, el paso del tiempo. Lo que, a su vez, es la mejor definición de la vida disponible en el mercado. He vuelto al súper. Ha finalizado la batalla del papel higiénico. En contrapartida, han empezado a declinar los alcoholes. No quedan. Artículos de primera necesidad, como el Glenmorangie 18 años, empiezan a escasear. Desde aquí, hago un llamamiento internacional. Y, más concretamente, a Escocia. Es dramático. O, al menos, yo ya empiezo a ver escarabajos en todas partes. Aunque igual son cucarachas, en lo que es un aviso de que tendría que empezar a pasar el mocho. Deporte en el micro-piso. Hoy, regatas. Oxford contra Cambridge. En casa somos muy de Oxford. Pero hemos dejado ganar a Cambridge. Porque era la uni de Keynes. Y, ya puestos, de Wittgenstein, y la sede social del Grupo de Bloomsbury. Pero en su día esa universidad le hizo la vida imposible a Darwin. Y eso no se olvida. Darwin, después del fuego y los taconazos –brrrrr, empiezo a sentir la soledad; cuando nos dejen salir nos tendrán que separar, me temo, con agua caliente–, es el gran jalón en la Humanidad. Nos permite saber que estamos solos. Es decir, sin divinidad. Únicamente acompañados por nosotros. Nos permite sabernos como especie. Somos la monda. Individuos que se organizan. Somos más simbólicos, snif, que el Homo Neanderthalensis pero, en contrapartida, menos emotivos. Lo que me lleva a pensar que un GH de Neandertales, o un confinamiento por epidemia de Neandertales sería, simplemente, inaguantable. Los llamamientos por RR. SS. al encabronamiento, a la crispación, al sentimentalismo, a aislar a un hipotético enemigo y practicarle el típico pogromo de cada epidemia, no son, por tanto, propiamente Sapiens. Son otro fósil.
2- Lo malo del Sapiens es, lo dicho, su simbolismo. Si en esta crisis crece, apaga y vámonos. El simbolismo está ahí. Por ahora acotado. Apunta maneras, no obstante. La buena noticia es que desde la autoridad sanitaria –una y pico, pero en este caso, el Gobierno–, no se da mucho la matraca con la cosa nación irredenta que vencerá al virus. En ocasiones me imagino la gestión de la cosa en modo PP y me dan ganas de exiliarme a Wuhan. Hay dos cosas que según la OMS debe de hacer una autoridad sanitaria. La cosa confinamientos y la cosa test –no se pierdan en punto 7–. Frente a la cosa confinamiento, se ha optado por una opción razonable. No imponer la fuerza, sino la emergencia cívica. Lo que implica voluntad y voluntariado en la sociedad. En ese sentido, ninguna autoridad en Esp podía haber decretado el confinamiento una semana antes de lo que se hizo. No sin una autoridad vertical, autoritaria, china. Pues nadie le hubiera hecho caso. Se hizo cuando había alarma social, convencimiento colectivo de que era necesario. Tal vez, por ello, 48 horas después de lo que pudiera haber sido. En esas horas se perdió la unidad en las autoridades y para-autoridades sanitarias en conflicto. Entre los dos modelos sanitarios en Esp. La universalización –relativa después de la austeridad/Gobierno–, y la privatización/MAD/Gene.
3- Desde entonces, esa dicotomía ha ido avanzando. Y, me temo, sus símbolos –siempre son banderas, el do de pecho Sapiens–, que no tardarán en cristalizar. MAD emite defensa de la privatización a estas alturas. Hoy, por ejemplo, se ha sabido que una UCI estaba clausurada por vete a saber qué/ausencia de planificación en un modelo privado de pelotazo. Paralelamente, la Presi de la CAM ha ido chutando tuits, en los que –sin apuntar monto, ni objetivo– enumeraba diversas empresas privadas que estaban dando pasta a la CAM para combatir la pandemia, que no el modelo sanitario. Bufetes king-size, Botín, el Real Madrid. A su vez, símbolos. Hoy, se diría, se ha roto la Pax Vircam. El PP ha manifestado al mundo que la planificación gubernamental –no se pierdan el punto 7– es de guasa. Ha iniciado la guerra política, por tanto. El punto de partida: que el Gobierno ataca a las autonomías PP –es decir, a la CAM; su gestión, las posibilidades de gestión de la CAM creo que quedaron dibujadas ayer con la retirada de cadáveres de diversas residencias geriátricas privadas–. Es decir, ataca –para entendernos–, a una gestión privada de la Sanidad –no la ataca, diría; simplemente, está quedando visualizada–. La privatización de la Sanidad, en su día, se hizo con la bandera. Si se quiere defender, no se podrá defender con estadísticas, sino que se tendrá que volver a sacar la bandera. No puede tardar.
4- Hay, empero, derivas simbólicas en el deep Estado, ese animal furioso y peligroso. La Casa Real –modelo de corrupción, al punto de la abdicación del anterior rey, un minuto antes de que trascendiera su carácter emprendedor– ha enviado tropas para lo del Covid-19. Como si las tuviera. Como si fueran suyas. Es decir, ha hecho propaganda. Antigua, contraproducente para su causa, diría. Por otra parte, ha revelado para que lo sepamos que el próximos envío de test –50.000; llegan entre hoy y mañana–, ha sido gracias a la gestión del rey con Alí Babá. Un hecho que, con la que está cayendo –en la monarquía– queda hasta feo. Otra vía propagandística es la presencia de las FF.AA. y FF.SS. en las ruedas de prensa, que no en la crisis. Liman, con su vocabulario, el esfuerzo social y cívico. Dibujan autoritarismo donde ha habido un gran esfuerzo cívico. Por otra parte, dibujan lo que pasará si la autoridad sanitaria pierde la batalla –no se pierdan el punto 7–. Autoritarismo en la gestión. Es decir, mayor aislamiento, y no tanto, tal vez, por motivos sanitarios. Sino por motivos chinos, ajenos a una cultura de derechos. Y mayor actividad policial. Ha trascendido que PN y GC han despachado 9.000 denuncias por desobediencia –cuidadín: en Cat se han producido 3.000 por parte de los Mossos; comparativamente, un güevo;lo que indica que algo raro pasa en Cat–. He visto por las calles, por mi parte, dos personas desafiando el aislamiento de manera peligrosa. Las dos eran enfermas psiquiátricas, tratadas por la poli como delincuentes. Necesitaban médicos –no los hay– y no policía –puede llegar a haber mucha–.
5- Por ahora, el Top 1 del simbolismo es Cat. Lo que es una buena noticia. Es decir, hace 10 años que Cat es simbólica, por lo que no sirve para evaluar la cosa. El Govern actuó desastrosamente, como todos; quizás con mayor esencialismo nacional, y desde 48 horas antes del estado de alarma se ha fabricado otro marco. Como cualquier otra extrema derecha europea –Lega, Vox Murcia–, pide fronteras sanitarias políticas. Ha logrado explicar, en modo procesismo –sin asociaciones peronistas, esta vez solo con Redes–, que su plan es OMS, mientras que el de la autoridad sanitaria, avalado por la OMS, es una crueldad nacionalista y genocida. Se defiende con ello la cosa privada. Pero, más aún, la cosa procesista. Es decir, la inocencia contra el enemigo feroz –les será necesaria; hay poca planificación y recursos y, se diría, poca capacidad; ojalá me equivoque–. Les saldrá bien. O, al menos, algo así está haciendo Boris Johnson en UK –extranjerización del virus, ningún programa sanitario y confinamiento tardío, tal vez demasiado; la rareza es que, desde el sábado, Johnson emite medidas de salvaguarda del empleo similares a las de los Gobiernos UE que ha enviado a pastar la deuda, con apoyo a este otro Gobierno nacionalista/simbólico del 50% del electorado. En Cat, este cambio de marcos ha visto el nacimiento en Redes de algo que ya es, snif, fascismo. Personas, bots, o personas-bots que claman por el cierre de fronteras nacionales ante un virus extranjero –en este caso no es chino, es esp; en UK es europeo; en USA es chino de toda la vida– y que empiezan a amenazar físicamente a quien no les ríe su gracia, gubernamental. Quizás este modelo gubernamental y social es el que ha empezado a experimentar hoy el PP. Ya lo veremos.
6- Nos vamos acercando al punto 7. Pero seguimos con la Gene. Esta semana ha trascendido que la Gene demandó por estafa a un proveedor que le reclamaba 35M por material. En un solo pago que congeló La Caixa, pues vio que el suministrador poseía el retrato robot del quinqui. Era una empresa canija, vinculada a una SICAV cat, sin actividad empresarial en años. Finalmente, la Gene ha decidido seguir con la aventura, retirar la demanda y pagar. Esto puede orientar sobre la escasa preparación del procesismo, un colectivo que sufre fugas de inteligencia desde su momento cero, y ya saben, selección negativa. Como, glups, MAD, esa sanidad colapsada ya esta semana. Para manejar una bandera, en fin, no es necesario un master. Lo veremos en breve, queramos o no. Pero también el suceso –literalmente; apareció en la sección de sucesos– explica algo trascendente. El cambio de época.
7- No hay materiales. Francia y Alemania, grandes productores del material necesario en esta crisis, han cerrado su comercio a terceros, en lo que es una metáfora de que la UE no pita. China exporta poco, que ya tiene suficiente con lo suyo. Los Gobiernos acceden a mercados improvisados, nuevos. En ocasiones, negros. Azarosos, sensibles a la especulación e, incluso, a la estafa. Sumamente caros, informales e impuntuales. Se requiere ingenio para acceder a ellos –la Gene valenciana, en ese sentido, ha comprado 11M de material a China, que ha empezado a llegar hoy–. Desde el 10-M, cuando se centralizaron las compras –con un criterio, se diría, muy laxo; supongo que eso es bueno–, han fallado las compras. Se sabe que los tests son fundamentales. Solo un Estado ha accedido a ellos con profusión. Islandia. Lo que le ha permitido una estadística que será útil para la Humanidad. Han accedido a ellos países como Corea y Japón –que tienen la cosa bajo control–. Se trata de Estados austerizados, pero que poseen una inteligencia diferente a la europea, y que han desarrollado una respuesta democrática, anti-china, sustentada en el test. Los tests son necesarios para parar la enfermedad –es decir, delimitar los portadores asintomáticos– sin tocar los derechos. Se sabe, si hacemos cuentas, que han llegado 8.000 a Esp. Que entre hoy y mañana llegan 50.000 –los del rey, según una escuela de propaganda–. Y que esta semana llegará 1M. Es decir, se sabe que no llegan. Y que sin ellos no hay estadísticas sobre la que orientar comportamientos. No se sabe nada de respiradores. Ni del número que llegan. Es necesaria la transparencia en esta crisis. Sin transparencia, esto no pitará. Es un esfuerzo cívico, no militar ni policial –por parte de la sociedad, al menos–. Sin transparencia, sin informar de las dificultades e, incluso, de los fracasos, esto no pitará. Es decir, dejará de ser un esfuerzo cívico para pasar a ser un festín autoritario, Ya tenemos dos escuelas al respecto. O realidad, aunque sea chunga. O vendrán los símbolos. Ya están viniendo.
8- Sobre realidad. MAD es hoy el epicentro de la crisis. En breve lo será Cat. No hay material. Por ejemplo, se han acabado los sudarios en algunos hospitales. No son prendas simbólicas, sino sanitarias, higiénicas. Los servicios funerarios pasan de tocar un cadáver. Los están agrupando en una pista de hielo. Los médicos practican el trillaje. Lo que es bueno. Es decir, están educados y preparados para ello. Lo hacen, por tanto, con criterios humanísticos y de crisis. Pero el mercado, la austeridad, los recortes, también tiene su método. Eligió hace 10 años.
9- Iba a hablarles de proyectos de suministro de materiales –algunos, muy sexis; otros no– por parte del Gobierno, de empresas y de todo lo contrario, la sociedad. Pero se me ha caído el artículo encima. Plaf. Mañana.
10- Esta noche me tomaría un Glenmorangie a morro, como un Neanderthal. Pero pero tomaré uno simbólico, Sapiens. Chupito de agua en copa balón. Brrrrrrr.
1- La Muerte hoy ha abandonado el piso. En mi memoria quedan sus pies fríos, en la noche. Lo que me hace recordar a todas mis ex, que siempre han tenido los pies fríos. Lo que confiere a las ex un parecido a la Muerte. Y, en efecto, las/os ex son, en fin, el paso del tiempo. Lo que, a su vez, es...
Autor >
Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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