EL DECAMERÓN (XXIX)
Jornada vigésimo novena. Covid-Operación Retorno
Importante: sabemos más de Marte que del virus. Lo que puede alargar cualquier calendario. No sabemos si el virus es estacional –pinta que no–, si las recaídas responden a errores o, en efecto, los anticuerpos duran poquito
Guillem Martínez Madrid , 16/04/2020
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1- Les dejé ayer, cuando llamaban a la puerta. Pom-pom. Al abrir, no adivinarán lo que me encontré. Hola, esto es una frase sin otro sentido que alargar la llegada de la próxima, de manera que estén en ascuas uno o dos segundos. Va, tres. Sigamos. Era un niño divertido. Ni me miró. Entró hasta el centro del micropiso y gritó el grito mundial de la infancia: “¡La meriendaaaaa!”. Lo lógico era preguntar quién era. Pero llevo 30 días encerrado –en los que he tenido experiencias perturbadoras con una Roomba o un geranio–, por lo que he aprendido no sólo a no hacer preguntas sino, más importante aún, a no hacérmelas. Así que nos pusimos las máscaras –tengo varias con el careto de Rajoy– y sendos chándales, y nos fuimos al trote al badulaque, a comprar pan con chocolate. La poli no sólo no nos multó, sino que nos echó pétalos de rosa. Ya en casa, con el estómago saciado, el niño, de unos 10 años, empezó a volverse locuaz. “Esto es un rollo. Estamos todo el día encerrados. Es como aquella peli en que unos señores y señoras van a cenar y no pueden abandonar la casa de la cena”. El Ángel exterminador,de Buñuel. “Pues ese Buñuel se repite más que el ajo. La idea está explicada en 5 minutos. Lo demás es repetirse. Los adultos os repetís”. No es verdad, le digo. A lo que luego agrego: no es verdad. Me recordé de niño, aburrido, viendo esa peli de Buñuel. Y, en mi recuerdo, yo era como el niño que tenía delante, hasta el culo de chocolate. Se lo pregunté. “Pues claro que soy tú. Estaba en casa aburrido y he venido a verte”. ¿Estabas con papá y mamá? ¿Cómo están? “Pues dando la tabarra. Los padres son siempre lo mismo”. Esto no se lo digo, pero no son siempre lo mismo. Es más, mueren. Miro a ese fuego ardiendo que tengo delante de mí, dándole al chocolate. Y me conmuevo al recordar que, como todo el mundo, fui inmortal.
2- El índice R –el número 666 de esta pandemia; el índice de contagio– es por fin inferior a 1. Ha salido un CIS Special Covid Edition. Ignoro si el CIS es una fuente neutra. Lo que, tras chorrocientas décadas de democracia, es dramático. En todo caso, el CIS señala que la mayoría social –90%– le gustaría que la oposición no acuchillara al Gobierno en pandemia. El 91% querría un gran pacto. Más del 80% percibe una crisis económica king-size. No se percibe especial desgaste en el Gobierno, ni especiales mixed-emotions en la oposición. Vamos, que vete a saber. Por lo demás, la sociedad está polarizada –polarización, definición: una parte de la sociedad quiere enviar al Polo a la otra–. Más del 70% está a favor, glups, de medidas centralistas en esta crisis. Otro dato, el tercero, que indica que, como Lázaro, saldremos de la gruta, pero diferentes: más de la mitad de la sociedad estaría dispuesta a intensificar la pérdida de derechos, à la chinoise, wala, en esta pandemia. Todo ello nos lleva a esta pregunta: ¿cómo saldremos del confinamiento? Y, ya puestos, ¿cuándo?
3-La OMS ha establecido varios criterios para la operación retorno. A saber: a) que haya un control de la transmisión, a través de b) test en el entorno de cada caso. Que haya c) medidas preventivas en centros médicos, geriátricos, en el curro, en el cole. Que haya d) control de casos importados. Que e) haya una educación social y de ella surja un comportamiento colectivo adecuado para la nueva solución. Los puntos a-e suponen tiempo y coordinación. Es decir, pasta. Según la OMS, no todo el mundo, por tanto, podrá, en todo el mundo, abandonar la confinación. La UE, a su vez, en lo que es una metáfora de la UE, ha recomendado coordinación y buenos deseos. La UE en esta crisis ha sido como un padre. Que no paga manutención.
4- Diversos países UE están hablando y emitiendo sobre el desescalamiento, nombre artístico de algo que consistirá en salir arreando de casa a besarnos las bocas. O no –no se pierdan el punto 7–. Pero, para qué engañarnos, nos da igual lo que diga Suecia, Alemania, Suiza, planetas que han optado por situaciones enojosas, pero no por la conculcación de derechos –aceptada aquí por la sociedad, si bien la sociedad, en fin, no dijo nada de cómo esto podría alargarse hasta pudrirse en su contacto con Leviatán, y con el Leviatán canijo que llevamos dentro–. Por gravedad de la situación, y por conculcación, nosotros jugamos en la Liga Italiana. Y –un tanto menos– en la francesa. En Esp, esa cosa se hablará en el Comité Técnico de Gestión del Coronavirus, en el que hoy han entrado los 4 vicepresis. Es decir, UP. Además, dos personas de UP –una es Pablo Echenique–, estarán en el ajo de la cosa, que será algo entorno a Teresa Ribera/Ministerio para la Transición Ecológica. Lo que indica que UP, que no ha participado como starring en la autoridad sanitaria ni en el estado de alarma, lo hará en las postepidemia.
5- De Italia llega, para orientarnos, este calendario hipotético, aún no oficializado. Cuidadín, que da canguelo. El 4M, circolazione, ma con obblighi de distanza di sicurezza e mascherine –nuestra nueva mascota–. Ese día se retorna a la actividad en algunos negocios –como textiles–, si bien de manera escalonada, y nada de grandes superficies. El 11-M se abren los tribunales –mascarilla, distancia–. El 18M, bares, restaurantes. Con nuevas medidas de seguridad –se supone que menor aforo y/o con normas de distancia; acostúmbrese al palabro plexiglás, mamparos de plástico que, al parecer, lo rodearán todo; por ejemplo, a nosotros. El 25M, peluquerías –distanciación, máscaras–. El 31M vuelve el calcio, a puerta cerrada. “En casa vamos con la Fiore”, me dice que les diga mi yo de 10 años. El 8J, se abren gimnasios –distanciación, máscaras, michelines–. En septiembre se retoman las clases en institutos y unis. Distanciación, máscaras, horarios reducidos y parte de las clases online. Ojo al dato: de escuela primaria y kindergarten ni hablan. En Diciembre/Natale: cines y teatros. En Marzo del 2021: discotecas, bailongos. El 31 de marzo de ese año, ojo: desplazamientos internos y externos. Turismo. Fin de todo tipo de restricciones. Importante: en Italia se habla de carnets de anticuerpos. Una medida autoritaria –por si dudan, imagínense poder asistir a la uni, a un bar, a un grupo, gracias a un carnet que asegure que no tienes SIDA–. También se habla de control de la población vía big-data/telefonino, un algo que ya está pasando y que es sumamente inquietante. Supongo que Italia y Esp no estarán muy separadas en su ética y estética. Del proyecto esp me llegó esto, que puede estar superado. O no. A mediados de mayo, pequeño comercio, talleres y concesionarios –“¿el de Ferrari también? ¿Iremos?”–. La última semana de mayo: parques y jardines, servicios personales, y libre movimiento de personas en todo el Estado. En la primera semana de junio, restaurantes y bares, gallegos y no gallegos, hoteles y centros de estudio. Se va a hacer largo, en todo caso. Lo que indica que esto ha sido un pabernos matao como nunca se había visto. Sería deseable, no obstante, que los gobiernos no se excedieran. El exceso de prudencia de un gobierno sigue siendo un exceso gubernamental. Importante: sabemos más de Marte que del virus. Lo que puede alargar cualquier calendario. No sabemos si el virus es estacional –pinta que no–, si las recaídas responden a errores o, en efecto, los anticuerpos duran poquito. No sabemos si el virus mutará en chungo, o si habrá una segunda ola –Casandra, piticlín-piticlín: “La segunda ola suele ser con un virus más débil, pero vete a saber. La gripe española más mangui fue en su tercera ola”; Casandra, ¿por qué no dices nada bonito de vez en cuando?; “Ahí va: La Alhambra”–.
6- ¿Cómo saldremos, en todo caso? Hablo con A) una psicoanalista junguiana –Silvia Tarragó, BCN, de la Fundación J. C. Jung de Esp–, y B) con otra lacaniana –Adriana Fabiani, Milano–. Si, podría hablar con algún conductista, pero les condicionaría –“tengo 10 años y ese chiste no me hace gracia ni a mí”–. A): “No se ha contemplado la salud mental en este confinamiento, y no creo que haya profesionales de la salud mental asesorando a ningún gobierno”. “En esta fase, en la que estamos tomando aire, como quien dice, hay un nivel alto de frustración. Empiezan, me consta, pequeñas automutilaciones. Hay bebés, incluso, con estrés”. “Los que no leen a San Juan de la Cruz llevan, en fin, muy mal la incertidumbre”. “Los problemas empezarán con el buen tiempo. Más si pensamos que los suicidios no son tanto depresión como euforia”. “Habrá un problema no calculado: una generación de niños que han perdido dos años. Sobre todo los más pequeños tendrán problemas concretos. Supongo que eso pasó en la postguerra, de alguna manera”. “Cuando salgamos, no volveremos a nuestro pasado: la tecnología será más determinante aún, y el control, social y del Estado. Las soluciones pequeñas, las de la ultraderecha y los nacionalismos, no funcionarán. Solo funcionará lo colectivo”. B): “La gente saldrá de casa, pero cada uno de una manera distinta. Algunos, no saldrán, por miedo”. “Todos tenemos un objeto tras el que escondernos, en el trabajo, en un gimnasio. Y ahora no disponemos de él. Por lo que estamos a solas con lo que evitaba ese objeto”. “Hay otra cosa inquietante: alguien debería explicar por qué Italia” –o Esp, vamos– “está en casa tranquilamente. ¿Por qué mecanismo lo ha conseguido el Gobierno? Mi hipótesis es Freud: se ha recurrido al terror más grande, la muerte. Quizás para evitar pensar en ella estamos en casa”. “Las personas angustiosas son las que más lo sufren”. “Ahora es el momento de hacer cosas en casa, más adelante será el de comprender”.
7- Creo que seguimos hablando de patologías de la confinación: anoche la Gene presentó una nueva estadística Covid-19. A través de informaciones de funerarias, pero no del Registro Civil. Las cifras se duplican –los decesos en residencias siguen siendo demasiado pocos, no obstante–. No existe una tabulación del cadáver Covid-19 en el Estado. Cada CC.AA. hace lo que le sale del nardo, por lo que no hay estadísticas fiables. Ni las habrá, a estas alturas del partido. Fernando Simón ha dicho que los criterios son los establecidos por OMS y por la ECDC, dos despachos que tampoco apuran. Casandra viene –como Laura, a cada paso crece la hierba sobre su huella– y –piticlín-piticlín–, me dice “en estos momentos estamos abocados a dos sesgos: el sesgo de sobreestimación de letalidad por estar perdiendo el número de casos reales, y el sesgo, más preocupante, de la incidencia real del Covid-19”–. Es dramático. Por criterio sanitario, y por criterio ético. Ya les cuento mañana.
8- Ministerio y CC.AA. acuerdan no optar por el aprobado general, sino por algo extremadamente parecido. De la discusión trasciende esto, realmente importante: un 20% de la población escolar carece de ordenador o/y de conexión. La epidemia deja ver la epidemia anterior. El neolib. Finalmente, el Gobierno hará una Renta mínima en mayo –a ver como llegan a mayo los no-rentistas–. Puede ser la primera piedra de una Renta Básica Universal. O, snif, la última. Y se han iniciado las primeras reuniones para el megapacto. PP participa como en su día Salomé –“¿La de Eurovisión?” No, la de la Torah. “Vaya rollo”–: pidiendo la cabeza de Iglesias en una bandeja de plata. Felipe González, partidario de los megapactos “si no contemplan una reforma constitucional”. Vamos, desde la óptica de la ultraderecha esp. Glups. Esto va en serio y a muerte, entiendo.
9- Por la noche, como todo el mundo, hablo en la cama abrazado al niño que fui. Sabes, estoy preocupado por mamá. “¿Está enferma?”, me digo, a los 10 años. No. No lo sé. Está en una residencia. Han muerto ya 15. “No le pasará nada. Es la más guapa del cole”. La más guapa del cole era Josefina Argelès, mamón, y te tenía majara. “Pues claro. Qué ojos tiene. La besaría, pero ¿qué haces después de dar un beso?”. Francamente, no me acuerdo. Creo que pierdes la memoria de tu infancia, y de ella sólo recuerdas a tu mamá. Mucho.
1- Les dejé ayer, cuando llamaban a la puerta. Pom-pom. Al abrir, no adivinarán lo que me encontré. Hola, esto es una frase sin otro sentido que alargar la llegada de la próxima, de manera que estén en ascuas uno o dos segundos. Va, tres. Sigamos. Era un niño divertido. Ni me miró....
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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