Método y rock
El Mono se va a perseguir su sueño
El mediático ayudante de Simeone pone fin a nueve años juntos en los banquillos para emprender una carrera como primer entrenador
Ricardo Uribarri 12/06/2020
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Marco Antonio y Cleopatra, Don Quijote y Sancho Panza, Dalí y Gala, De Niro y Pesci… Simeone y Germán El Mono Burgos. Hay personas a las que siempre imaginamos juntas, bien sea por el tiempo que han estado unidas o por la repercusión que alcanzó su trayectoria en común. Por eso, cuando les llega el momento de la separación cuesta digerir esa nueva situación. Ese es el caso del entrenador del Atlético de Madrid y de su segundo, con el que ha estado compartiendo banquillo desde que se juntaron en el Catania italiano allá por enero de 2011. Unos meses después llegaron al Calderón para escribir una brillante historia que pondrá su epílogo al final de la presente temporada, cuando Burgos deje el club para emprender una carrera como máximo responsable de un equipo. No sabemos cómo le irá en esta nueva etapa. Lo que sí conocemos es lo importante que ha sido en la que ahora se cierra.
Alguien que puede dar fe de ello es la leyenda colchonera, Fernando Torres, que dedicó este mensaje a Germán en sus redes sociales: “Siempre es difícil encajar todas las piezas para que algo funcione a la perfección, y más desde el silencio (…) Germán Burgos, una persona que nos ha dado más de lo que cualquiera pudiera imaginar (…) Gracias por tanto”. El Niño le conoce bien. Y no sólo por haber compartido vestuario como jugador y técnico durante tres temporadas y media en este reciente periodo, sino por haber coincidido ambos en el campo defendiendo los colores rojiblancos entre 2001 y 2003. El Mono ha sido testigo directo del cambio que ha dado el Atleti en el siglo XXI. Llegó al club de la mano de Luis Aragonés para defender la portería del equipo durante el infierno de la Segunda división y lo deja con siete títulos más en las vitrinas y en el segundo puesto del ranking de la UEFA.
Que prefiriera irse del Mallorca, con el que iba a disputar la Champions, para jugar en Segunda División ya denotaba que no estábamos ante una persona corriente
Que prefiriera irse del Mallorca, con el que iba a disputar la Champions, para jugar en la categoría de plata del fútbol nacional ya denotaba que no estábamos ante una persona corriente. Él ha contado que pensó que le gustaría jugar con los madrileños un día que vio por televisión la riada de aficionados que acompañaban al equipo en una visita a Butarque (el campo del Leganés) estando en Segunda. Si hacemos caso a su frase: “El Atleti es un estilo, es rock&roll. Otros son ópera, tango, cumbia…pero el Atleti es rock”, se entiende que un apasionado del rock como él, que llegó a tener hace años su propio grupo y a publicar varios discos, encajara tan bien en el club. Inolvidable fue su actuación en una comida de Navidad del equipo cantando el célebre Honky Tonk Women de los Rolling.
No es fácil destacar siendo el segundo técnico en un equipo y menos si el primero es alguien tan mediático como Simeone. Pero su personalidad, su carisma y su carácter apasionado y extrovertido, además de su pasado como exjugador, le han hecho elevarse por encima del papel que corresponde a su puesto hasta convertirse en una figura muy reconocible y no sólo para el mundo del fútbol. Detrás de su imagen de tipo duro y rockero, que pudo engañar a algunos y que ha ido evolucionando y cuidando más en estos últimos años, hay un hombre que habla inglés perfectamente, analista y metódico hasta el punto de medir el campo de los rivales en su breve paso como técnico del Carabanchel en 2010, antes de unirse al Cholo. Un profesional obsesionado con su trabajo. En la librería Esteban Sanz, muy cerca de la madrileña Puerta del Sol, no se olvidan de la visita que les hizo poco después de fichar por el Atleti como segundo entrenador. Se llevó los 14 mejores libros de estrategia que tenían.
Así se puede entender el trascendental papel que tuvo en el título de Liga que logró el equipo poco tiempo después, en el que las acciones a balón parado resultaron fundamentales para obtener el éxito. En el banquillo siempre le acompaña la carpeta en la que están todos los detalles tácticos de cada encuentro. Presto siempre a aconsejar sobre cualquier cuestión del juego o los cambios a realizar, el Mono intenta no dejarse llevar por las emociones del partido. Piensa, anota, analiza… Esa actitud más fría le permite poder dar un consejo en los momentos más calientes. A pesar de ser muy pasional, Germán ha procurado ser siempre el que pusiera el equilibrio en la pareja, especialmente en las derrotas, que es lo difícil. Eso no le ha impedido ser muy directo y decirle al Cholo, que es una persona que se deja aconsejar, lo que pensaba en cada momento. “Mi papel es decirle la verdad. Tienen que jugar este, este y este”, confesaba hace un tiempo a la revista Papel. Su afinidad, después de ocho años coincidiendo en la Selección argentina, uno en la plantilla colchonera como jugadores y más de nueve compartiendo banquillo, ha llegado a un punto en el que se entienden sin hablarse.
Burgos ha sido el guardaespaldas perfecto para Simeone. Tanto cuando había que hacer frente a un banquillo rival, en el que él era el primero en dar la cara, como cuando había que mediar entre el Cholo y un árbitro, o cuando le ha tocado ocupar puntualmente el puesto de primer técnico a causa de alguna sanción de Simeone, incluso en citas importantes. En este aspecto, no se puede decir que sus estadísticas hayan desmerecido. Ha dirigido al equipo desde la banda en 18 partidos, con un balance de 13 victorias, tres empates y sólo dos derrotas. A destacar que entre los triunfos se encuentran los conseguidos en las finales de la Europa League y la Supercopa de Europa en 2018 y también la Supercopa de España de 2014, en la que se quedó al mando en el partido de vuelta tras ser expulsado el Cholo en la primera parte. En todas estas citas que hizo de primer entrenador se vio a un Burgos muy tranquilo, sin apenas gesticular en el banquillo. Quizá esa manera de vivir los encuentros sea en la que más se vaya a diferenciar de su compañero en su futura carrera. Lo que es seguro es que seguirá fiel a la filosofía que ha marcado su trayectoria: “intentar ser el mejor desde el lugar que te toque”.
Una de las cualidades que más le definen es la lealtad, tanto a las personas como a las instituciones en las que trabaja
Una de las cualidades que más le definen es la lealtad, tanto a las personas como a las instituciones en las que trabaja. Odia la traición. De esa manera se pueden entender dos capítulos de su trayectoria como jugador en el Atleti. El primero ocurrió en febrero de 2003, cuando un miércoles le dijeron que tenía cáncer de riñón y que se tenía que operar inmediatamente. Su contestación fue: “Ya lo haré el lunes. Este fin de semana tengo que jugar contra el Mallorca”. Al final, le terminaron convenciendo entre todos y pasó por el quirófano el sábado. De aquello le quedó una cicatriz de 35 puntos y la experiencia suficiente para años más tarde aconsejar a Saúl que no se quitara un riñón, cuando el jugador estaba por la labor tras sufrir un golpe en Leverkusen y quedar dañado el órgano temporalmente. Y el segundo tuvo lugar en su último partido de rojiblanco. Fue en enero de 2004 en un partido de Copa del Rey en Sevilla. Tenía problemas musculares que le impedían sacar de puerta y jugar con el pie. Pero el suplente era Cuellar, portero del filial, al que los nervios le habían hecho pasar una mala noche previa. De ahí que Burgos decidiera dar un paso al frente y jugar el partido. Al día siguiente le detectaron una pequeña rotura de fibras.
Optimista y positivo por naturaleza, está convencido que su periplo colchonero acabará como se merece, con el buen sabor de boca que le dejaría el clasificar al equipo para la Champions del año que viene y, especialmente, logrando esa competición que tan cerca han tenido hasta en dos ocasiones. El que crea que en lo que queda de temporada va a tener la cabeza más centrada en el futuro que en el presente se equivoca. Un “perseguidor de sueños”, como él mismo se catalogó en el emotivo video con el que anunció su adiós al club, no va a dejar de intentar alcanzar ese anhelo. “Yo me quiero retirar del Atlético de Madrid siendo campeón”. Ese sería el mejor motivo para que se repitiera la imagen más icónica que nos han dejado Simeone y El Mono durante todos estos años: sus abrazos. Han sido muchos, pero seguro que sería el más especial. Luego llegará el momento de separar los caminos y de hacerse una pregunta. ¿Quién echará más de menos a quién? ¿Simeone a Burgos? ¿O Burgos a Simeone y al Atleti?
Marco Antonio y Cleopatra, Don Quijote y Sancho Panza, Dalí y Gala, De Niro y Pesci… Simeone y Germán El Mono Burgos. Hay personas a las que siempre imaginamos juntas, bien sea por el tiempo que han estado unidas o por la repercusión que alcanzó su trayectoria en común. Por eso, cuando les llega el...
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Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
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