Itxaso Atutxa / Presidenta del Bizkai Buru Batzar del PNV
“El PNV no es un partido de derechas”
Gorka Castillo 30/06/2020
Itxaso Atutxa, presidenta del Bizkai Buru Batzar del PNV.
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Para un partido político que dentro de pocas semanas cumplirá 125 años de historia, la elección en 2013 de Itxaso Atutxa (Bilbao, 1967) al frente del Bizkai Buru Batzar (BBB), el órgano directivo más influyente del PNV, se convirtió en una novedad inconmensurable, casi en una noticia bomba. Desde ese momento, Atutxa es la mujer más poderosa del partido, por encima incluso de su marido, el portavoz nacionalista en el Congreso, Aitor Esteban. “Lo que espero es que algún día, además de lograr una paridad en los cargos del partido, contemos con una presidenta, una lehendakari o más alcaldesas nacionalistas”, asegura en esta entrevista realizada pocas horas antes de arrancar la campaña electoral más extraña que jamás se ha celebrado en Euskadi. “Ganaremos pero, si puede, el PSE intentará pactar con Bildu y Podemos”, afirma astuta. Productora audiovisual de profesión, niega que el PNV sea “un partido de derechas” o que el lehendakari haya defendido los intereses de la patronal durante la gestión de la pandemia. “No creo en esa dicotomía entre salud y empresa que algunos defendían. Se pueden hacer las dos cosas al mismo tiempo”, dice con contundencia. Pero Itxaso Atutxa tampoco esconde dónde se encuentra su dolor: “En Zaldibar”. Reconoce que la tragedia ocurrida el 6 de febrero en el vertedero, donde aún se siguen buscando los cuerpos de los dos trabajadores que quedaron sepultados en el derrumbe, se ha convertido en uno de los episodios más duros de su vida. “Queremos que se investigue hasta el fondo, no sólo por las familias sino también porque se ha atribuido una responsabilidad al Lehendakari que no tiene”.
El PNV ha entrado en esta campaña con una defensa férrea del autogobierno. ¿Considera que está en peligro?
En nuestros programas electorales siempre aparece el autogobierno porque es una forma de defender nuestra capacidad de gestión. Y aunque algunos sólo lo vean como un asunto identitario, que indudablemente lo es, no se trata sólo de eso. Y más después de lo que hemos vivido. Durante la pandemia, el lehendakari manifestó en varias ocasiones su preocupación por el problema sociosanitario pero también porque nuestra capacidad de autogobierno no se estaba llevando con corrección.
Era un momento de emergencia sanitaria y, quizá, se intentó mejorar la coordinación entre las comunidades autónomas.
La autonomía no es incompatible con mantener una buena coordinación sanitaria y de seguridad a nivel estatal, e incluso europea
Si, pero la autonomía no es incompatible con mantener una buena coordinación sanitaria y de seguridad a nivel estatal, e incluso europea. Hemos echado en falta más equilibrio. Ahora tenemos una oportunidad estupenda para que los grandes partidos españoles, y aquí incluyo también a Unidas Podemos (UP), revisen sus recetas de recentralización y apuesten por una profundización de la autonomía de las autonomías. A estas fuerzas políticas parece que les cuesta aceptar que Euskadi tenga un régimen especial dentro del sistema autonómico. Todos, excepto el PP que ahora dice ser foralista, aseguran ser federalistas pero tienen una forma de actuar muy jacobina.
¿Cree que ha comenzado un proceso de recentralización del Estado?
Todos, excepto el PP que ahora dice ser foralista, aseguran ser federalistas pero tienen una forma de actuar muy jacobina
Es que se han aprobado leyes básicas que, de forma indirecta, han recortado nuestra capacidad de autogobierno. Sabemos que existen muchas formas de actuar para que el Estatuto no termine de cumplirse. Una es bloqueando las transferencias pendientes. Otra es legislando en Madrid de otra manera. Mire, que el Estado no haya resuelto todavía su forma de financiación autonómica ha provocado muchos problemas que esta crisis ha dejado en evidencia.
¿Cuáles?
Recentralizar se ha convertido en una garantía de buen servicio, lo que a nosotros nos parece un poco tramposo. Y Unidas Podemos está cayendo en eso
Pues si el Ministerio de Sanidad, hoy reducido a la mínima expresión, hubiera estado organizado y financiado de otra manera quizá no habría tenido tantos problemas. Después de lo que ha sucedido, más de una autonomía no tendría ahora muchas dificultades en devolver al Estado parte de sus competencias sanitarias. O por lo menos, para compartirlas. Parece que recentralizar se ha convertido en una garantía de buen servicio, lo que a nosotros nos parece un poco tramposo. Y Unidas Podemos está cayendo en eso.
Entonces, ¿considera que la reconstrucción en Euskadi pasa por incrementar el autogobierno?
Sin duda. Recuerdo que aquello del “cuponazo vasco” que decían Arrimadas, Rivera y la actual ministra de Hacienda cuando estaba en el gobierno de Andalucía. Lo que escondía en realidad era una queja por algo que también les hubiera gustado tener a otros como es el Concierto Económico. Yo no tengo ningún problema en que otras autonomías lo tengan. Eso sí, deberían saber que el riesgo de asumirlo es unilateral y que pueden quedarse sin algunas ayudas del Estado. El régimen especial vasco nos obliga a vivir de lo que ganamos y, además, a aportar el 6,24 % del gasto que el Estado destina a aquellos territorios que tengan necesidades. Y nos parece estupendo porque es una forma de solidaridad que en Euskadi nunca hemos puesto en tela de juicio.
¿Cree que otras autonomías estarían dispuestas a asumir ese riesgo?
Esa es mi duda porque, ojo, aquí también van a bajar los ingresos recaudatorios por los efectos de la pandemia. El consejero de Hacienda del Gobierno Vasco, Pedro Azpiazu, ya ha anunciado que el descenso estimado puede alcanzar el 8,7%. Y con eso vamos a tener que jugar durante un año, quizá dos. Esto es riesgo puro y duro pero ahora que vienen mal dadas no podemos decir que no lo queremos. Lo que tenemos que hacer es aprovecharlo.
Usted ha asegurado que no habrá recortes en Euskadi. ¿Mantiene su afirmación?
Los ayuntamientos vascos tienen capacidad para hacer frente a los gastos añadidos sólo con el remanente que han generado estos últimos años
Si no hay ingresos habrá que ajustar el presupuesto. Ocurre como en casa. Pero si partes de una situación económica solvente se pueden afrontar coyunturas imprevistas como la que se ha producido ahora. Por ejemplo, los ayuntamientos vascos tienen capacidad para hacer frente a los gastos añadidos sólo con el remanente que han generado estos últimos años. ¿Podemos endeudarnos para hacer lo que ya teníamos previsto? Sí. Y en un porcentaje muy alto. ¿Debemos hacerlo? Sí, sin duda. No soy muy prodeuda pero si mantenemos la responsabilidad de no endeudarnos por encima de nuestras capacidades es totalmente viable. Qué duda cabe que van a ser tiempos difíciles. Las diputaciones sufrirán un descenso de ingresos importante y tendremos que estudiar cómo repartirlo. Así que lo notaremos.
¿Cómo van a endeudarse las instituciones?
Primero, habrá que hacer el presupuesto del próximo año y analizar las capacidades de los ayuntamientos, diputaciones y del Gobierno vasco pero es una buena pregunta: ¿Por qué no van a endeudarse nuestras instituciones? Es que ahora les toca hacer ese esfuerzo para mantener los servicios públicos. En las épocas duras de la crisis en Euskadi, en los años 80, con ETA actuando y con la Margen Izquierda destruida, se tomaron decisiones cruciales sobre cuestiones que han resultado decisivas para Euskadi y que, en aquel momento, no fueron bien entendidas. Tampoco algunas que tomemos ahora se entenderán. Por ejemplo, Otegi ya nos ha recordado que dejemos de construir el AVE, aunque estoy segura de que luego utilizará ese tren porque la inversión le parecerá sostenible.
¿Ya empieza a meterse con Otegi?
No, para nada, pero es que todos los días nos busca la boca y nosotros, a veces, también somos un pocobocachanclas.
Mucha gente considera que usted es la mujer más poderosa de la historia del PNV. Preside el Bizkai Buru Batzar (BBB), el órgano de dirección más influyente de su partido.
(Risas) Bueno, eso lo dicen porque soy la primera mujer que dirige el BBB pero le recuerdo que en el Euskadi Buru Batzar (EBB) estamos cuatro mujeres. Es verdad que mi elección en 2013 fue bastante chocante pero me gustaría desmitificar esa leyenda de que el BBB es el aparato de poder más influyente del PNV. En realidad, es el órgano donde más marrones llegan. Personalmente, no me molesta que me consideren la mujer más poderosa del partido. Creo que es por la novedad, porque es noticia. Lo que espero es que algún día no lo sea porque, además de tener una paridad en los cargos del partido, contemos con una presidenta, una lehendakari o más alcaldesas del PNV. No tengo ninguna duda de que debemos continuar haciendo una discriminación positiva hacia las mujeres.
El PNV es, junto al PP, el único partido que no concurre a estas elecciones con una candidata.
De Leixuri Arrizabalaga, cabeza de lista por Bizkaia, han llegado a decir que ha sido colocada para que la foto quede bonita
Es cierto, pero si los demás partidos tuvieran a Íñigo Urkullu en sus filas también presentarían a Urkullu. De eso tampoco tengo duda. Sabemos que vamos a ganar estas elecciones. Por lo tanto, nadie lo tenía más fácil que nosotros para colocar a una mujer al frente pero es que tenemos a un candidato que lleva dos legislaturas como lehendakari, que cumple con aquello que promete y que cada día da la cara por ello. Algunos olvidan que nuestras listas en Gipuzkoa y Bizkaia están encabezadas por mujeres, aunque algunos se empeñen en menospreciarlas. De Leixuri Arrizabalaga, cabeza de lista por Bizkaia, han llegado a decir que ha sido colocada para que la foto quede bonita pero si usted revisa su trayectoria profesional y política comprobará que está superpreparada. Tiene menos de 40 años, fue parlamentaria y alcaldesa, integró el BBB y ejerció la abogacía antes de llegar al Parlamento. Pero es que, además, fue elegida por las bases del partido. Esas críticas demuestran que la política sigue presentando formas muy masculinas. Creo que habría que, no digo que feminizar la política, pero sí encontrar fórmulas más intermedias y transversales. Y digo lo de no feminizarla porque comparto la idea de mi amigo Daniel Innerarity sobre que es mejor llevarlas a la política. Tenemos que atraer a las mujeres para que participen más en las decisiones.
Pero usted es la jefa de su marido, Aitor Esteban. ¿Cómo lo llevan?
Lo que más me ha preocupado de esto es el hecho de trabajar juntos porque tenemos una forma de ser muy diferente. Los dos, cada uno a su manera, somos difíciles e intensos. Además, cuando llegué al BBB, él ya estaba, así que pensé que esta situación podía complicar el rollo que tenemos. Tenga en cuenta que en este partido sigue existiendo una barrera entre los cargos internos y los institucionales. Por generación, Aitor es muy cercano a Andoni Ortuzar, a Koldo Mediavilla y al propio lehendakari. Afortunadamente, hacemos una vida bastante independiente, incluso dentro del partido. Pero hay gente que todavía se extraña. Recuerdo que en una ocasión una afiliada me preguntó si tenía un lío con Aitor Esteban. No pude parar de reír porque ya llevábamos 26 años casados pero, la verdad, me pareció un cotilleo bastante bonito (risas).
El PNV llega a estas elecciones con dos frentes abiertos: la gestión de la pandemia y la catástrofe del vertedero de Zaldibar. ¿Pueden pasarle factura?
El tema Zaldibar es dolorosa. Se le está atribuyendo al lehendakari una responsabilidad que no sólo no tiene sino que ha asumido el trabajo que le correspondía hacer a la empresa del vertedero
La utilización, y lo digo claramente, que se está haciendo del tema Zaldibar es dolorosa. A mí me duele en lo personal porque creo que se le está atribuyendo al lehendakari una responsabilidad que no sólo no tiene sino que ha asumido el trabajo que le correspondía hacer a la empresa propietaria del vertedero. El Gobierno vasco es quien se ha encargado de la atención inmediata porque, además, sigue habiendo dos cadáveres que somos incapaces de encontrar. Le diré algo. El día del derrumbe estaba con el diputado general de Bizkaia, Unai Rementeria, y hablamos con la consejera de Interior, Estefanía Beltrán de Heredia, y con el propio lehendakari. Empezaron a coordinarlo de inmediato y como el derrumbe se produjo sobre la autopista Bilbao-Donostia, había un problema de seguridad añadido. Lo primero que se decidió fue limpiar el vial para que llegaran las ambulancias, los bomberos, porque ya empezaban los incendios y se debía habilitar un acceso rápido al lugar del siniestro. Ese mismo día, las familias fueron informadas de lo sucedido por una persona especializada en este tipo de emergencias. Ya sé que nadie encuentra consuelo en estas circunstancias porque no hay duelo posible si no tienes los cuerpos, pero la movilización institucional fue inmediata y la preocupación, absoluta. Sin embargo, ¿sabe usted cuál fue la primera crítica que recibimos? Que decidimos abrir la autopista rápidamente para no perder el dinero de los peajes. Escuchar eso es terrible.
¿Quieren que todo eso se investigue hasta el final?
Pero, ¿cómo no vamos a querer que se investigue hasta el fondo? Evidentemente que lo queremos pero hay cosas que se han publicado que duelen mucho. Allí sigue habiendo dos personas desaparecidas pero que nos echen en cara cuántos días llevan enterrados entre los escombros, como hace ahora el PP, es muy duro. Que esto nos pueda afectar o no en las elecciones ya no depende de nosotros.
Esta tragedia, ¿no debería abrir una reflexión sobre la gestión privada de este tipo instalaciones o, al menos, para extremar los controles?
Hay que investigar si esos controles no se hicieron bien en Zaldibar y, si es así, que se tomen medidas
Los controles deben tener la garantía de que se hagan bien. Lo tengo clarísimo. Pero también es verdad que en Euskadi hay más vertederos que el de Zaldibar y nunca ha habido problemas. Y, por cierto, ya me gustaría que se hicieran los controles que se realizan en Euskadi en otros sitios, no sólo del resto del Estado sino también de Europa. Nuestra legislación es muy estricta en esta materia. Lo que debemos hacer es que las inspecciones se cumplan. Y me da igual que se trate de un vertedero público o privado. Ahora hay que investigar si esos controles no se hicieron bien en Zaldibar y, si es así, que se tomen medidas.
Las investigaciones indican que en Zaldibar se superó la capacidad de residuos permitida y se vertían productos ilegales.
Habrá que verlo. Si hay un control que ha fallado y es institucional, tendrá que haber responsabilidades. Es evidente. Pero conociendo al lehendakari, de verdad, le puedo asegurar que no va a esquivar esta investigación. Que nuestra comunicación no haya sido la mejor, puede ser.
En Euskadi también se privatizaron la mayoría de las residencias de personas mayores. ¿Piensan replantearse este modelo después de lo que ha sucedido en la pandemia?
La pregunta que debemos hacernos es si las residencias tienen que ser pequeños hospitales. En mi opinión, no. Deben ser centros sociosanitarios, sitios amables para vivir
Es cierto que nosotros tenemos muchas residencias privadas, y en Bizkaia más que en otros lugares, pero también tenemos controles públicos muy estrictos. Me gustaría que en otras comunidades hubiera los mismos controles que aquí tenemos pero también desearía que tuvieran las mismas licitaciones que se hacen en Euskadi, con el mismo número de euros por paciente que se invierte. La pregunta que debemos hacernos es si las residencias tienen que ser pequeños hospitales. En mi opinión, no. Deben ser centros sociosanitarios, sitios amables para vivir, no para hospitalizaciones. El gran esfuerzo que hemos hecho durante los últimos 10 años ha sido combinar ese concepto con ayudas destinadas a las personas que necesitaban unas condiciones mínimas para seguir viviendo en sus propias casas, es decir, porque no tenían una cama articulada o un baño adaptado. El objetivo de las residencias es convertirse en hogares donde la gente pueda ir porque así lo deciden y, en el caso de las privadas, se lo puedan pagar, aunque a algunas de las plazas se acceda por convenios para cuidar de grandes dependientes que necesitan vivir ingresados. Aquí, las diputaciones forales siguen destinando el 48% o el 49% de su presupuesto a la acción social. Las inspecciones que hacen en las residencias son brutales pero, por favor, no las convirtamos ahora en pequeños hospitales. En Bizkaia, hay 10.800 plazas en total. El último dato de fallecidos es de 280 y otros 32 que no sabe si eran claramente por covid-19 porque era gente muy mayor con muchísimas patologías previas. Hay otro dato que se puede confrontar, el del año anterior a la pandemia. ¿Cuántos fallecimientos tuvimos? Pues unos poquitos menos. Hablamos de un cero y pico por ciento más cuando en Madrid y en otros sitios han estado por encima del 50%.
EH Bildu y Podemos acusan a Urkullu de gobernar durante la pandemia al dictado de Confebask, la patronal vasca.
Hay quien intenta simplificar que economía es sólo Confebask. Pues no. Economía también es la pequeña tienda que no ha podido abrir durante meses por las condiciones de seguridad sanitaria que se exigen. Nosotros hemos defendido el mantenimiento de la actividad económica esencial para ir abriendo otros servicios progresivamente en función de la evolución de la epidemia y bajo estrictas inspecciones de trabajo. Yo creo que no se pueden confrontar salud y economía.
¿Se puede hacer las dos cosas al mismo tiempo?
Por supuesto. Así lo han hecho los países de Europa que mejor han gestionado esta crisis. De hecho, si hubiéramos tenido que cerrar la actividad una o dos semanas más, se habría hecho. Ni el Gobierno vasco ni el español habrían dudado. Y, si viene un rebrote, se volverá a hacer. Pero este cierre prolongado ha golpeado duro a un montón de empresas que no están representadas por Confebask. Me refiero a los pequeños negocios, a los autónomos. Las grandes empresas llegan a ayudas a través del ICO o de los bancos que los demás no pueden. Por lo tanto, no creo en esa dicotomía entre salud y empresa. Y, por cierto, alguien debería preguntar a Confebask cuántas veces hemos estado en desacuerdo con ellos, lo cual no quiere decir que no defendamos a quien intenta sacar adelante un negocio con su esfuerzo.
En Madrid, hay quien echa de menos un partido de derecha como el PNV en Euskadi. ¿Qué les diferencia del PP?
No me considero de derechas. Aquí parece que todos somos ultracatólicos. Otra cosa es que seamos un partido de orden
Se lo he escuchado decir a Pablo iglesias pero, mire, no me considero de derechas. Aquí parece que todos somos ultracatólicos. Otra cosa es que seamos un partido de orden, que no lo niego, y que hablemos de estabilidad porque nos parece fundamental. Si a alguien le parece que esos planteamientos son de derechas, pues vale. Pero si se analiza lo que hemos hecho en los últimos 40 años, y no solamente en Asuntos Sociales con la puesta en marcha hace muchos años de la Renta General de Inserción (RGI) que es lo que ha conseguido que hoy este país tenga una cohesión social que posiblemente no exista en otras autonomías, nadie podrá decir que el PNV es un partido de derecha. No me siento identificada con ese título.
Pero el PNV es un partido democristiano.
No soy muy creyente, he aprendido los valores humanistas del partido y no coinciden ni con esa derecha rancia española ni tampoco con otras derechas europeas
El lehendakari suele decir que es socialcristiano. Yo, que no soy muy creyente, he aprendido los valores humanistas que hay dentro del partido y que no coinciden ni con esa derecha rancia española que estamos viendo ahora ni tampoco con otras derechas europeas. Bueno, Angela Merkel es derecha y ahora la alaban desde la izquierda. Ocurre lo mismo con la socialdemocracia europea. Tampoco creo que sea marxista, como dice constantemente Arnaldo Otegi para recordarnos a todos que también él es marxista. Creo que hay un centro muy amplio que está muy lejos de la derecha.
Entonces, ¿por qué el PP vasco es un partido residual y Vox, inexistente? ¿Dónde van a parar esos votos de la derecha?
Es posible que si hubiera otro tipo de derecha en España, aquí tendría más opciones. No lo sé. Creo que la política realizada por el PP en los últimos años, desde luego en el Parlamento vasco, ha sido nefasta. No sé a qué público se dirige, no sé si a su votante potencial o a una sociedad vasca que desconocen pero la recuperación de Carlos Iturgaiz es la demostración del posicionamiento del PP más duro de Madrid. Aquellos que apostaron por Sáenz de Santamaría están absolutamente defenestrados y ahora han colocado a Raquel Rodríguez, que no manda pero la ponen; o a Iturgaiz, un hombre que ellos mismos arrinconaron meses antes de las elecciones europeas. Ellos lo hacen y ellos lo deshacen pero, en cualquier caso, el gran problema del PP vasco es su discurso y la distorsión que tiene de la sociedad vasca a la que no saben interpretar. Escuchar aquí es bastante fácil porque la gente te dice en la calle lo que piensa.
¿Y Vox?
Es posible que si hubiera otro tipo de derecha en España, aquí tendría más opciones
¡Qué le voy a decir! Estos días se ha hecho muy famosa Macarena Olona. A mí me puede preocupar como ciudadana porque me parece que representa a una extrema derecha insultante y poco respetuosa con los derechos y libertades, y por lo tanto, me puedo enfrentar a ella en la crítica política. Pero lo grave es que esta señora ya era así cuando estuvo representando aquí al Estado. Y me da igual si entonces gobernaba el PP o el PSOE. Olona era abogada del Estado y pensaba y actuaba en base a esos principios. Eso es lo grave.
Hasta ahora el papel negociador en Madrid lo ha capitalizado el PNV pero EH Bildu ha llegado ya a dos acuerdos importantes con el Gobierno. ¿Les molesta este cambio de actitud?
Nosotros, los “amigos” de Confebask, votamos contra la reforma laboral que hizo el PP
Les ha costado llegar a lo que el PNV lleva haciendo 40 años. Lo que antes hacíamos mal nosotros parece que, ahora que han comenzado su transición hacia la Política con mayúsculas, es lo correcto. A mí me parece fenomenal que negocien con el Gobierno de España y consigan algo para Euskadi. Aplaudiré siempre que logren algo más sustancial y sostenible que lo que firmaron hace unas semanas con el PSOE y UP sobre la reforma laboral. Porque, sinceramente, aquello no puede catalogarse como un acuerdo. Cuando nosotros votamos afirmativamente a la investidura de Sánchez ya sabíamos que íbamos a trabajar en una reforma laboral. Y me gustaría recordarle algo: Nosotros, los “amigos” de Confebask, votamos contra la reforma laboral que hizo el PP.
Pero, ¿le parece mal que Bildu haya entrado en el terreno de la negociación parlamentaria?
A mí me parece muy bien que Bildu haya empezado a explorar esa vía. También es verdad que el PSOE está muy necesitado de apoyos en algunas comunidades, concretamente en Navarra donde está obligado a mantener una buena relación con EH Bildu porque necesita sus votos y eso pasa por hacerle pequeños guiños. Bienvenidos sean sus logros aunque ya nos estén copiando muchas cosas. Por ejemplo, sus campañas son como las nuestras. En fin, que no tenemos ningún problema pero, por favor, que lo que consigan la próxima vez sea algo más sustancial que aquel papel que firmaron sobre la reforma laboral.
¿Es posible un gobierno vasco sin el PNV? Lo digo porque usted ha alertado de la inclinación del PSE a pactar con Bildu y Podemos
Me refería a una parte del PSE. Es que siempre ha existido esa tendencia en un sector de los socialistas vascos. Es algo histórico. A nosotros nos han llegado a decir que acordar algo con nosotros es como meterse veneno en vena. Eso lo dicen porque creen que electoralmente crecemos a costa de su target potencial. Pero ese es un problema que también te lo cuentan los del PP y algunos de los de Bildu. Y algo de razón tienen porque nuestro modelo puede picar un poco de todas las partes. El miedo del PSE empezó cuando vieron que ganamos las elecciones locales en 8 de los 9 municipios de la Margen Izquierda-zona minera, su feudo histórico. Eso fue duro para ellos porque nos siguen considerando un partido de derechas. Por eso digo que, dependiendo de la situación que se presente en Madrid y en Vitoria en estas o en las próximas elecciones, van a intentar pactar entre ellos. Tienen una relación de amor-odio con Podemos y mantienen un idilio con la izquierda abertzale que oficialmente no puede existir pero que es muy fluido.
¿Quién es Itxaso Atutxa?
Nunca me lo han preguntado (risas) y no sé qué decir. Tengo dos hermanas con las que hago piña aunque mantengo un sentido de la familia muy amplio. Soy muy disfrutona de esos momentos. A la mínima organizo una comida porque me encanta cocinar, me relaja y, además, soy buena aunque mi defecto es la purrusalda. Creo que es la peor del mundo. Soy seguidora del Athletic y disfruto mucho con el baloncesto. También con la música, en concreto con la ópera.
Para un partido político que dentro de pocas semanas cumplirá 125 años de historia, la elección en 2013 de Itxaso Atutxa (Bilbao, 1967) al frente del Bizkai Buru Batzar (BBB), el órgano directivo más influyente del PNV, se convirtió en una novedad inconmensurable, casi en una noticia bomba. Desde ese momento,...
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Gorka Castillo
Es reportero todoterreno.
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