Una de las frases que han quedado para la posteridad de Luis Aragonés es la de “máteme usted, pero no mienta”, que dijo en una rueda de prensa cuando era seleccionador nacional. Con ella quería expresar que estaba abierto a recibir todo tipo de críticas por su trabajo profesional pero que no iba a consentir que la prensa dijera cosas que, según él, no se ajustaban a la verdad. Esa misma reflexión cabe utilizarla cada vez que alguien intenta desacreditar la labor de Simeone con el argumento, bastante recurrente, de que con el dinero que ha invertido el Atleti en jugadores en los últimos años está obligado a lograr mejores resultados. Simplemente, porque no se corresponde con la realidad. Por mucho que algunos no la quieran ver.

No hay peor mentira que decir una verdad a medias. Y en ese error caen, de forma consciente o no, los que atacan al técnico argentino utilizando el razonamiento del gasto hecho en fichajes por el club a lo largo de su etapa en el banquillo rojiblanco. Porque se les olvida contar la otra mitad de la película. La del ingreso obtenido por la entidad en traspasos en todo este tiempo. Y entonces la realidad es otra. Una bien distinta a la que quieren reflejar. Cualquier administrativo contable sabe que no invierte más el que tiene el capítulo de gastos más elevado, sino el que tiene más descompensado el balance entre gastos e ingresos. Si usted ha comprado una casa por 1 millón de euros, pero ha vendido otra por la misma cantidad, su balance entre gasto e ingreso es cero. Siguiendo esa máxima, resulta que el Atleti está lejos, muy lejos, de los primeros puestos en el ranking mundial de los clubes que más han invertido en contrataciones de jugadores en la última década.

El equipo colchonero ocupa el puesto 51º del mundo y el 39º de Europa en el balance entre ingresos y gastos por fichajes

En concreto, el equipo colchonero ocupa el puesto 51º del mundo y el 39º de Europa en ese aspecto, según el estudio realizado por el periodista Diego García Argote con datos obtenidos del portal digital Transfermarkt. Desde la temporada 2010-11 hasta la que acabamos de finalizar, la 2019-20, el Atleti ha gastado 1.040 millones de euros en fichajes, pero ha recibido 967 por ventas de futbolistas. Es decir, que su gasto real en ese tiempo es de 73 millones, que dividido por el plazo de 10 años nos da un gasto anual de apenas 7,3 millones. La comparación con los equipos que ocupan los primeros puestos nos permite comprender mejor las diferencias entre los que realmente invierten y los que se dedican a reinvertir lo recibido. El primero es el Manchester City, cuyo balance final, la diferencia entre gasto y ventas, es de 1.075 millones favorable al gasto. El segundo es su vecino, el Manchester United, con un balance de 898 millones. No extraña ver en tercer lugar a los franceses del PSG, con una diferencia final de 820. Miremos a los dos equipos con los que se juega las habichuelas el Atleti todos los años en la Liga. El Barcelona es cuarto con un balance final de 600 millones de más en gastos y el Real Madrid, ese equipo que según algunos lleva años sin gastar en fichajes, resulta que es sexto con un gasto de 1.165 millones y unos ingresos de 729. Es decir, con un balance de 436 millones.

Equipos sin ningún peso en el concierto internacional como el Brighton, el Bournemouth, el Watford, el Guangzhou, el Fulham, el Al-Nassr, el Cruz Azul, el Cardiff City o el Al-Ahli, por poner solo algunos ejemplos, tienen un balance entre gastos e ingresos más alto que el de los rojiblancos en estos diez últimos años. Se da, además, la circunstancia de que el Atleti es el equipo de los 60 que recoge el estudio que más dinero recibió por venta de jugadores. El que más. De todo el mundo. Después de recibir 967 millones por venta de jugadores, ¿qué quieren los que acusan al Atleti de gastar mucho en fichajes? ¿Que los propietarios se guarden ese dinero en el banco y no repongan las piezas que se van? Una cosa es invertir y otra reinvertir lo recibido. Unos se dedican a gastar mucho más de lo que reciben y el Atleti se limita a cubrir fugas. Así ha sido desde que los Gil están al mando del club. Al entrenador de ese equipo le exigen competir cada año con megaproyectos que no necesitan recibir para invertir. Pese a ello, en su etapa rojiblanca, Simeone ha llegado a dos finales de Champions por una del PSG y ninguna del Manchester City. De hecho, el Atleti es uno de los cuatro equipos del viejo continente que más finales europeas ha disputado en el siglo XXI.

En su etapa rojiblanca, Simeone ha llegado a dos finales de Champions por una del PSG y ninguna del Manchester City

Negar que el Atleti tiene más dinero que hace unos años sería absurdo. Como también lo es el concluir que eso se haya traducido en una mayor inversión real en la plantilla. Como ejemplo sirve lo ocurrido la temporada que acaba de finalizar. El club batió en ella su récord de gasto en contrataciones de futbolistas, con un total de 243,50 millones, una cantidad que se disparó por los 126 millones pagados por João Félix. Pero es que previamente había ingresado 312,80 millones por ventas. Es decir, todavía tuvo un saldo favorable de casi 70 millones de euros. Y eso teniendo que rearmar medio equipo después de que al Cholo se le marchara prácticamente toda su defensa –Juanfran, Godín, Lucas y Filipe–, su mediocentro titular –Rodrigo–, y su gran estrella –Griezmann–, el máximo goleador del equipo y sobre el que se centraba todo el juego de ataque.

De Simeone, sus censores, que los tiene en buen número y no solo fuera de la familia atlética, pueden decir que les aburre su estilo de juego, que es muy defensivo y que tiene jugadores para practicar otro fútbol. Perfecto. Es su punto de vista, aunque algunos de los que dicen eso no vean más de cuatro partidos del equipo en todo el año. Aun así, nadie te garantiza que, con un técnico más ofensivo, estilo Setién, la cosa vaya a ir mejor. También le recriminan que con el dinero que gana tenía que lograr más cosas. Es verdad que es el entrenador mejor pagado, pero también lo es que posiblemente sea el técnico que más dinero ha hecho ganar a un club en los últimos años. Le achacan asimismo que no haya sido capaz de sacar partido de jugadores que prometían mucho y que pasaron o están pasando por el equipo sin pena ni gloria, como Gaitán, Jackson, Vietto, Gelson o Lemar. Puede ser cierto. ¿Pero hay algún entrenador que no tenga en su currículum más de un caso de un jugador que no triunfó con él y si en otro sitio? Eso por no ver el lado opuesto. Todos aquellos que con él han dado el mejor nivel de su carrera y a los que ha revalorizado. Y son unos cuantos.

Como se ve, Simeone no está libre de la crítica, por supuesto. Comete errores, como todos. Él es rehén de su propio éxito en el Atleti. Ha subido tanto el listón que la exigencia es máxima. Y es normal que se cuestionen sus decisiones si el resultado no es el esperado, incluso si en su peor temporada de rojiblanco logra quedar tercero en Liga y llegar a cuartos en Champions. Pero una cosa es esa y otra querer cuestionarlo con un razonamiento achacable a otros, pero no a él. Ya saben lo de Luis: “Máteme, pero no mienta”.