LA PANDEMIA EN SUECIA
“No sabemos si la cuarentena hubiera cambiado algo. Solo sabemos sus efectos sobre la salud”
Entrevista con Anders Tegnell, artífice de la estrategia sueca contra la covid
Freddie Sayers (UnHerd) 4/08/2020
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En apenas unos meses, Anders Tegnell, arquitecto de la singular respuesta sueca a la pandemia de covid-19, ha pasado de ser un médico y tecnócrata desconocido a toda una personalidad en Suecia y en muchos países del mundo. Algunas personas le aman (hay hasta quien se ha hecho un tatuaje con su cara) y otras le odian profundamente. Hoy se presenta ante nosotros moreno y relajado, acaba de volver de sus vacaciones de verano, vistiendo un polo con el cuello abierto.
Después de todos estos meses, ¿cree que su estrategia ha sido un éxito o un fracaso? Un poco de ambas cosas, aunque hace especial hincapié en la segunda:
“Creo que en gran medida ha sido un éxito. Actualmente estamos observando una rápida disminución en el número de casos; hemos tenido continuamente un sistema de salud que ha funcionado; ha habido camas libres en todo momento; no ha habido aglomeraciones en los hospitales; hemos conseguido mantener los colegios abiertos, algo que consideramos extremadamente importante; y hemos mantenido la sociedad bastante abierta, aunque hayamos implementado el distanciamiento social, que ha conseguido que la propagación de la enfermedad haya sido limitada.
El fracaso, lógicamente, ha sido el número total de fallecidos… que está bastante relacionado con los centros de asistencia para estancias prolongadasde Suecia. Eso se ha mejorado ahora y estamos viendo menos casos en esos centros”. [Más del 90% de los muertos por covid-19 en Suecia son mayores de 70 años, y la mitad del total proceden de asilos, mientras que un cuarto recibía atención domiciliaria].
La mortalidad apenas si provoca una reflexión: ¿por qué la tasa de Suecia es tan alta? Situada en 550 por millón de habitantes, se encuentra justo por debajo del Reino Unido e Italia, pero muy por encima de sus vecinos Noruega y Dinamarca. El Dr. Tegnell aduce una serie de razones: por el mayor número de inmigrantes y la densidad de sus zonas urbanas, en realidad Suecia se parece más a Holanda y al Reino Unido que a los otros países escandinavos; también cree que el sistema sueco de recuento de fallecimientos ha sido más riguroso que en otros lugares y, por último, que los países se encuentran en fases diferentes del ciclo epidémico, por lo que todavía es pronto para comparar totales.
Lo que no menciona en su enumeración es que Suecia, la única en Europa, no impuso en ningún momento la cuarentena obligatoria. ¿Acaso está afirmando que eso ni siquiera es un factor a tener en cuenta?
“No estoy seguro de que sea tan fácil decir que la cuarentena es determinante… en muchos aspectos hemos tenido una cuarentena muy estricta en Suecia. Los movimientos de la sociedad se han visto en gran medida reducidos: hemos comparado los desplazamientos de los países escandinavos y la disminución en los desplazamientos es la misma en Suecia que en los países vecinos… En muchos aspectos las medidas voluntarias que hemos aplicado en Suecia han sido tan eficaces como las cuarentenas estrictas de otros países. Así que no creo que la cuarentena total sea la mejor solución para todos los países… el rápido descenso en el número de casos que se observa en Suecia ahora mismo es otro indicio de que puedes conseguir que los números disminuyan bastante en un país sin que haga falta imponer una cuarentena total”.
Le pregunto de nuevo: ¿está afirmando que las cuarentenas no cambian nada?
“No lo sabemos. Puede que hubiera cambiado algo, no lo sabemos. Pero por otra parte sabemos que las cuarentenas también tienen otros graves efectos sobre la salud pública. Sabemos que cerrar los colegios provoca un gran impacto sobre la salud de los niños a corto y largo plazo. Sabemos que si la gente no puede ir a trabajar eso también genera muchos problemas en el ámbito de la salud pública. Por eso tenemos que considerar también cuáles son los efectos negativos de las cuarentenas, y eso no se ha hecho mucho”.
Tegnell destaca las enormes diferencias que hay entre las diferentes zonas de Suecia, como algunas partes del sur que han tenido mucho menos casos de covid-19 que Copenhague, al otro lado del mar, mientras que Estocolmo ha experimentado muchos más casos, a pesar de que se ha aplicado la misma política de cuarentena en todo el país. Esto lo atribuye al volumen de la entrada original de la enfermedad como consecuencia de los viajes internacionales:
Estocolmo celebró sus vacaciones de primavera cuando se estaba produciendo un enorme contagio en Europa… muchos suecos regresaron con la enfermedad
“Parece existir una clara relación con el número de personas que introdujeron la enfermedad al mismo tiempo… Las vacaciones de primavera en Suecia están repartidas a lo largo de cuatro semanas dependiendo de las distintas zonas geográficas. Por desgracia, coincidió que Estocolmo celebró sus vacaciones de primavera justo cuando se estaba produciendo un enorme contagio de covid-19 en Europa… y muchos suecos que habitan en la zona de Estocolmo regresaron con la enfermedad. Eso inició una epidemia a un nivel que fue muy superior al inicio de la epidemia en el sur de Suecia, o en Finlandia, o en Noruega. Ahora mismo, creo que esa es la teoría más probable: que si sufres una entrada en masa, la enfermedad se va volver muy, muy difícil de controlar”. Estocolmo, en otras palabras, se parecía más a Londres o Nueva York, que a Oslo o Helsinki en términos de entrada del virus.
Cree firmemente que la erradicación (el criterio de tolerancia cero que se está imponiendo cada vez más en el Reino Unido y en EE.UU.) no es una alternativa viable.
“No creo que esta sea una enfermedad que podamos erradicar, al menos no con los métodos que tenemos ahora. Puede que sea una enfermedad que podemos erradicar a largo plazo con una vacuna, pero ni siquiera estoy seguro de que sea así. Si observamos enfermedades similares como la gripe y otros virus respiratorios, ni siquiera estamos cerca de poder erradicarlos a pesar de que existe una vacuna. Personalmente creo que esta es una enfermedad con la que vamos a tener que aprender a vivir”.
Muchas personas consideran que el enfoque de Anders Tegnell se ha caracterizado por una dejadez extrema y que incluso ahora debería imponer medidas mucho más estrictas. Un modelo publicado esta semana por su ministerio de salud indica que se podrían producir al menos otras 3.000 muertes en Suecia el año que viene, ¿no debería hacer algo más para que eso no suceda?
Él insiste en que esas proyecciones son solo modelos y que espera y confía en conseguir resultados mucho mejores. Aunque también es consciente de que unas medidas draconianas podrían hacer más mal que bien:
Con un mundo globalizado, mantener alejada una enfermedad como esta no ha sido posible en el pasado y sería mucho más sorprendente si lo fuera en el futuro
“Por supuesto que estamos intentando mantener los índices de mortalidad lo más bajos posible, pero también tenemos que reflexionar sobre esas draconianas medidas de las que habla usted. ¿Van a producir más muertes por otros medios que la enfermedad en sí? De algún modo tenemos que debatir sobre lo que queremos realmente conseguir. ¿Es mejor para la salud pública en su conjunto? ¿O intenta contener la covid-19 lo máximo posible? Porque no creo que desaparecer sea algo que vaya a suceder: pasó durante un breve período en Nueva Zelanda y quizá Islandia, y ese tipo de países podrían mantenerla alejada, pero con el mundo globalizado en el que vivimos, mantener alejada una enfermedad como esta no ha sido posible en el pasado y sería mucho más sorprendente si fuera posible en el futuro”.
Un tipo de intervención que parece no tener efectos adversos es promover, o exigir, la utilización de mascarillas. Esto se ha vuelto un asunto marcadamente político en EE.UU. y hace poco en el Reino Unido. En Suecia, la utilización de mascarillas es mínima en casi todas las situaciones. ¿Por qué ni siquiera recomienda utilizar mascarillas?
“Una de las razones es que la base empírica que existe sobre si la sociedad debería utilizar mascarillas es todavía muy escasa. Aunque cada vez más países las estén imponiendo de una manera u otra… no han aparecido en absoluto nuevas pruebas, lo que resulta un tanto sorprendente. La otra razón es que todos los indicadores apuntan a que el distanciamiento social es un método mucho más efectivo para controlar la enfermedad que ponerles mascarillas a las personas. Nos preocupa (y recibimos al menos relatos de otros países) que la gente se pone mascarillas y se cree que puede andar en sociedad y acercarse los unos a los otros, hasta pasearse en sociedad estando enfermo. Y eso, en nuestra opinión, provocaría un mayor contagio que el que tenemos ahora mismo”.
La gente se pone mascarillas y cree que puede andar en sociedad y acercarse los unos a los otros
El Dr. Tegnell cree que hacer hincapié en el contagio del virus y excluir todo lo demás es un error, puesto que el número de casos está cada vez menos relacionado con el número de muertes.
“Las muertes no están tan relacionadas con el número de casos que hay en un país. Hay muchas otras cosas que influyen en el número de muertes que se producen. ¿Qué parte de la población se ve afectada? ¿Son las personas mayores? ¿Cómo de bien se puede proteger a la gente en los centros de estancia prolongada? ¿Cómo de bien sigue funcionando tu sistema de salud? ¿Cómo podemos mejorar los tratamientos en las UCI? Todas estas cosas han estado cambiando mucho en los últimos meses… Y esas cosas tendrán una mayor influencia en la mortalidad, creo yo, que la propagación en sí de la enfermedad”.
Él cree que, en el balance final, la tasa de letalidad será parecida a la de la gripe: “Oscilará entre un 0,1 % y un 0,5 % de personas infectadas, quizá… y eso no es tremendamente diferente a lo que vemos con la gripe estacional”.
Sobre la polémica cuestión de la inmunidad, sugiere que el porcentaje de la población de Suecia que ya es inmune es mayor de lo que sugieren los estudios de seroprevalencia.
“Ya han aparecido una serie de pequeños estudios que demuestran que no todas las personas que han recibido un diagnóstico de covid-19 mediante PCR desarrollan anticuerpos. Por otra parte, hay bastantes pruebas de que enfermar de covid-19 dos veces es sumamente raro… Evidentemente también hay una gran parte de la población que tiene otros tipos de inmunidad y la inmunidad de los linfocitos T parece ser la más probable.
Hay una gran parte de la población que tiene otros tipos de inmunidad y la de los linfocitos T parece ser la más probable
Lo que observamos en la actualidad es un rápido descenso en el número de casos y, lógicamente, algún tipo de inmunidad tiene que estar involucrada puesto que no ha cambiado ninguna otra cosa. Eso significa que hoy en día la inmunidad afecta mucho al índice R0 de Suecia”.
¿Significa eso que Suecia estará mejor posicionada para contener la segunda ola y los futuros rebrotes que otros países que hayan tenido niveles de infección mínimos hasta el momento?
“Creo que es probable que ese tipo de brotes serán más fáciles de contener en Suecia porque hay inmunidad entre la población. Toda la experiencia que tenemos con el sarampión y con otras enfermedades demuestra que… con una inmunidad mucho mayor entre la población es mucho más fácil controlar los brotes que si no tienes inmunidad entre la población.
Hay un cierto número de países de Europa en la actualidad que ha tenido unos niveles relativamente bajos de contagio durante bastante tiempo, algo que no es muy frecuente con una enfermedad que parece ser tan contagiosa, y en los que hay muy poca inmunidad entre la población. Si esa es una manera realmente sostenible de que exista la enfermedad tendremos que esperar a ver; creo que en otoño veremos si eso es posible o no”.
Todas las miradas del mundo se han dirigido hacia él durante los últimos meses. ¿Cómo le gustaría que le juzgaran y cuándo?
“Sería mejor tener un debate mucho más completo en unos 12 meses, ahí es cuando creo que podremos juzgar de manera más justa lo que ha funcionado en algunos países y lo que no ha funcionado en otros”.
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Esta entrevista se publicó originalmente en UnHerd.
Traducción de Alberto San José
En apenas unos meses, Anders Tegnell, arquitecto de la singular respuesta sueca a la pandemia de covid-19, ha pasado de ser un médico y tecnócrata desconocido a toda una personalidad en Suecia y en muchos países del mundo. Algunas personas le aman (hay hasta quien se ha hecho un tatuaje con su cara) y...
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