Equal pay for equal play
Las selecciones de la igualdad
Federaciones de fútbol de varios países están equiparando las condiciones económicas de las jugadoras con las de sus homólogos masculinos cuando acuden a disputar partidos de equipos nacionales
Ricardo Uribarri 10/09/2020
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El avance del fútbol femenino a nivel mundial está propiciando que varias federaciones nacionales hayan decidido equiparar las retribuciones que reciben las futbolistas cuando defienden a su país, con las que obtienen los jugadores masculinos en la misma situación. Las últimas en sumarse a esta tendencia han sido las de Brasil e Inglaterra, que siguen los pasos de Noruega, Dinamarca, Finlandia, Australia, Nueva Zelanda o Sudáfrica. Frente a los que defienden una visión mercantilista del asunto, reduciendo la discusión a que cada persona reciba lo que genere, los responsables de estos organismos, que representan a nivel internacional a sus naciones, han decidido apostar por que hombres y mujeres tengan de partida los mismos derechos al cumplir la misma tarea.
El mensaje lanzado hace unos días por Rogerio Caboclo, presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), no deja lugar a la duda: “Desde ahora, no habrá más diferencia de género en la selección. La CBF tratará por igual a hombres y mujeres”. ¿En que se traduce el anuncio? En dos medidas claras, que están en vigor desde el pasado mes de marzo pero que se han comunicado ahora. Por un lado, las jugadoras tendrán las mismas dietas con las que cuentan sus homólogos masculinos. Hasta ahora, las brasileñas recibían la mitad que los hombres por cada día de trabajo, 250 reales por los 500 que les daban a los chicos, una diferencia que era 34 veces mayor cuando las concentraciones eran en el extranjero, en las que, además, ellos cobraban en dólares mientras que ellas lo seguían haciendo en reales. Y por otro, las jugadoras tendrán el mismo premio económico que los hombres en eventos como los próximos Juegos Olímpicos. En cuanto a la Copa del Mundo, las futbolistas recibirán el porcentaje equivalente en premios, teniendo en cuenta la cantidad que destina la FIFA a cada campeonato: 400 millones al Mundial masculino y 30 millones al femenino. Eso supone que Francia recibió 38 millones tras el triunfo en la última edición de los Griezmann, Mbappe y compañía, mientras que Estados Unidos apenas obtuvo cuatro tras el éxito el pasado año del combinado liderado por Megan Rapinoe y Alex Morgan.
Hasta hace tres años, las dietas diarias de las jugadoras cuando vestían la camiseta de España eran de 40 euros diarios
Apenas unas horas después del anuncio de la CBF, la Asociación Inglesa de Fútbol (FA, en inglés) reveló que seguía esa misma política desde principios de año. “La FA paga a sus jugadoras femeninas exactamente lo mismo que a sus compañeros por representar a Inglaterra, tanto en términos de tarifas de partidos como de bonificaciones”. Este camino lo inició hace tres años Noruega, país que ha sido campeón olímpico, mundial y europeo de fútbol femenino, un palmarés inalcanzable para el combinado masculino, cuyos integrantes tuvieron el gesto de renunciar a 58.000 euros que les correspondían para equilibrar los salarios de las dos selecciones. La igualdad salarial no satisfizo por completo las pretensiones de la mejor jugadora del país y una de las mejores del mundo, Ada Hegerberg, primer balón de oro del fútbol femenino, que renunció a jugar el Mundial de 2019 con el argumento de “no todo es el dinero. Las niñas no tienen las mismas oportunidades que los niños en Noruega y eso es algo que debe cambiar”. Por cierto, los futbolistas noruegos no fueron los únicos que fomentaron la igualdad con hechos. Los daneses renunciaron a 500.000 coronas de su sueldo para que las danesas pudieran cobrar lo mismo que ellos.
Llama la atención que en el extremo opuesto se encuentre Estados Unidos, cuya selección femenina ha ganado cuatro Mundiales y cinco oros olímpicos. En vista de que las reivindicaciones hechas a su Federación para obtener un mejor trato, tanto en la cuestión económica, como en la de instalaciones, viajes, alojamiento y asistencia médica, no encontraron la respuesta esperada, 28 jugadoras presentaron una demanda contra el organismo federativo, reclamando 66 millones de dólares por daños y perjuicios en virtud de la Ley de Igualdad Salarial, citando “discriminación de género institucionalizada”. Sin embargo, un juez federal desestimó el pasado mes de mayo la demanda, decisión que ha sido recurrida por las futbolistas. Para el 15 de septiembre está fijada la vista en la que se juzgará una segunda demanda de las jugadoras contra la Federación por discriminación, relacionada en este caso con los recursos que destinó al combinado femenino en aviones comerciales, hospedaje en hoteles, así como en servicios médicos y de apoyo para entrenamientos.
Las jugadoras norteamericanas recibieron el apoyo moral de los integrantes del combinado masculino de su país, que, en un comunicado, reconocieron que “sí, el acuerdo 2017-2021 de las mujeres es peor que el de los hombres de 2011-2018. Sí, la Federación sigue discriminando a las mujeres en sus salarios y condiciones de trabajo. Y sí, deberían ganar por lo menos el triple de lo que nos correspondía a nosotros en el acuerdo anterior”. El ejemplo de las estadounidenses es paradigmático de que ni siquiera generando más dinero que los hombres (los partidos del equipo femenino recaudaron más por venta de entradas que los del masculino entre 2016 y 2018), el argumento que más utilizan los que están en contra del pago igualitario, alcanzan las deportistas la igualdad en materia salarial y de condiciones de trabajo.
Como se ve, las iniciativas a nivel internacional para igualar las condiciones salariales y laborales de las futbolistas con sus equivalentes masculinos están relacionadas con federaciones de distintos países, que tienen la responsabilidad de mandar un mensaje a la sociedad de atender por igual a sus trabajadores, en este caso jugadores y jugadoras. Algo que en el fútbol español de selecciones está lejos de conseguirse, ya que las compensaciones económicas de las internacionales están muy lejos de las que disfrutan los Sergio Ramos, Busquets, De Gea y compañía. Basta señalar que, hasta hace tres años, las dietas diarias de las jugadoras cuando vestían la camiseta de España eran de 40 euros diarios. Una cifra que se elevó a 120 euros y que en el pasado Mundial pasó a ser de 150 euros, aunque aún no están cobrando esa cantidad, que, por ejemplo, es la mitad de la que tienen sus compañeras de la selección de baloncesto. Pese a que en España la ley dice que las federaciones son entidades privadas, también ejercen, por delegación, funciones públicas de carácter administrativo, actuando como agentes colaboradores de la Administración Pública. Es decir, son entidades de utilidad pública, lo que les permite tener prioridad en la obtención de recursos en los planes y programas de promoción deportiva de la Administración estatal y de las Administraciones Locales, así como acceso preferente al crédito oficial del Estado.
Hasta las marcas deportivas más importantes están reconociendo el impulso que está experimentando el fútbol femenino
¿Se puede trasladar esta tendencia al ámbito de los clubes? Ninguna jugadora de un equipo pretende cobrar como los hombres, como señalan algunos. En España, por poner un ejemplo, Jennifer Hermoso no quiere cobrar lo mismo que Messi. Quiere, como todas sus compañeras, unas condiciones dignas que estén aseguradas por ley. Con tiempo, con apoyo y con visibilidad, seguro que cada vez irán generando más ingresos, lo que redundará en sus retribuciones. Basta con ver que, hace pocos años, parecía impensable que una importante empresa se decidiera a patrocinar la Liga española, que hubiera marcas que pagaran por aparecer en las camisetas de los equipos o que una televisión abonara nueve millones por retransmitir los partidos de la competición.
Eso no significa que actualmente haya clubes que ya apuestan por la igualdad con gestos significativos. Así, el presidente del Olympique de Lyon, Jean Michel Aulas, pagó a sus jugadoras la misma prima por clasificarse este año para la final de la Champions femenina que la que destinó a los jugadores del equipo masculino tras eliminar a la Juventus en la Liga de Campeones. Quizá, eso explica en parte por qué el equipo galo tiene el mejor palmarés del fútbol femenino a nivel mundial. El Ajax holandés también decidió asegurar para sus equipos masculinos y femeninos el mismo salario mínimo, los mismos días de vacaciones, un seguro de salud y el mantenimiento del salario en lesiones graves. Hasta las marcas deportivas más importantes están reconociendo el impulso que está experimentando el fútbol femenino. Hegerberg ha firmado un contrato millonario con una de ellas para que se convierta en su embajadora, mientras que otra firma rival anunció que pagaría el mismo bonus a las mujeres futbolistas que tenían contrato con ella que a los hombres en el caso de ganar el pasado Mundial de Francia, cuya audiencia televisiva global fue de más de mil millones de personas.
Pese a estos avances, la realidad la marcan datos como los incluidos en el estudio elaborado por el sindicato internacional de futbolistas, FIFpro, sobre la situación de las futbolistas en el mundo, en el que participaron más de 3.300 jugadoras de élite de 33 países. En él se revelaba que el 49% de ellas no percibía nada por jugar. Una situación de precariedad que obligaba al 87% de ellas a dejar la actividad antes de llegar a los 25 años. Para empezar a cambiar esa situación y conseguir, como dice el lema utilizado por las jugadoras estadounidenses, “Equal pay for equal play” (mismo salario por un mismo juego), se necesitan medidas concretas como las que han dado algunas federaciones. ¿Habrá más que sigan sus pasos?
El avance del fútbol femenino a nivel mundial está propiciando que varias federaciones nacionales hayan decidido equiparar las retribuciones que reciben las futbolistas cuando defienden a su país, con las que obtienen los jugadores masculinos en la misma situación. Las últimas en sumarse a esta tendencia han sido...
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Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
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