POBREZA EXTREMA
Un tercio de los hogares con niños tiene dificultades para comprar ropa de invierno
Según una encuesta de Save The Children, 170.000 familias han sufrido cortes de suministros básicos por la pandemia. La pérdida de empleo y la bajada de ingresos afectan de forma desproporcionada a las familias más pobres
ctxt 23/12/2020
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Pobreza
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Cortes de suministros básicos, pérdida de empleo o, incluso, dificultades para comprar ropa de abrigo. Estas son algunas de las situaciones que, según una encuesta de Save The Children, se están agravando en los hogares donde viven niños como consecuencia de la crisis provocada por el coronavirus. En total, casi un cuarto de las personas que han participado en el estudio de la ONG aseguran que la situación económica en su entorno familiar es mala, pero las cifras se multiplican si se atiende a lo que está sucediendo en los hogares más vulnerables con menores a su cargo.
Más del 60% de las familias reconoce una disminución considerable en la calidad de vida de sus hogares, como ya ocurrió con la crisis de 2008
En este caso, los resultados del estudio son más que alarmantes: un 85% de las familias que sobreviven con menos de 900 euros han visto descender su nivel de ingresos tras el inicio de la pandemia, y un 57% se han visto afectadas por la pérdida de empleo. El cuestionario de Save The Children se realizó durante las dos últimas semanas de noviembre, a las puertas del invierno y con la segunda ola del virus en pleno crecimiento. Y, en este contexto, las cifras demuestran las complicaciones que van a experimentar muchos hogares durante las próximas fechas, con un tercio del total de familias en serias dificultades para adquirir ropa de invierno.
Por su parte, casi 170.000 hogares con menores a su cargo ya han sufrido cortes de suministros básicos en sus viviendas en algún momento desde el inicio de la pandemia. Si bien durante los últimos días el Gobierno ha puesto en marcha medidas para acabar con estas situaciones, no se trata ni mucho menos del único deterioro asociado a la vivienda que registra la encuesta de la ONG. Más del 60% de las familias reconoce una disminución considerable en la calidad de vida de sus hogares, aunque, como ya ocurriese con la crisis de 2008, son los hogares más vulnerables los que concentran de forma desproporcionada los efectos del destrozo económico.
Cerca de la mitad de los hogares en pobreza severa y un tercio de las familias con ingresos inferiores a 900 euros aseguran que tiene problemas para poder comprar carne o pescado, frente al 3% que se registra como máximo en los hogares que tienen niños a su cargo y que ingresan más de 1.800 euros. Por su parte, en torno a un 20% de los hogares vulnerables manifiesta que en la actualidad no pueden hacer frente a las facturas de teléfono, luz y agua, mientras que entre las familias con rentas más altas este porcentaje es como mucho del 1%.
En torno a un 20% de los hogares vulnerables manifiesta que en la actualidad no pueden hacer frente a las facturas de teléfono, luz y agua
La infancia ya fue uno de los grupos de población más afectados por la recesión de hace una década, y su situación no ha mejorado durante los últimos años pese al alza de los indicadores económicos y el crecimiento de las tasas de empleo. Según las últimas cifras, un cuarto de los niños del país seguía en riesgo de pobreza antes de la llegada del virus, mientras que varios estudios han demostrado el limitado efecto que tienen las escuetas transferencia sociales sobre la pobreza infantil y las dificultades de muchos hogares para acceder a estas ayudas.
En este sentido, Save The Children también ha preguntado a las familias por una de las principales medidas que se han puesto en marcha para corregir el descalabro económico provocado por el virus, el Ingreso Mínimo Vital, y los resultados apuntan en la misma dirección. Si bien cerca de la mitad de los hogares en situación de pobreza severa han solicitado el IMV, solo un tercio de los que han iniciado los trámites está recibiendo una ayuda que, durante los últimos meses, ha registrado enormes barreras burocráticas y retrasos en su tramitación.
Si se tiene en cuenta el resto de subsidios públicos, como la Renta Mínima de Inserción o las becas escolares, las cifras mejoran algo, pero se siguen demostrando insuficientes: solo la mitad de los hogares con menores en situación de pobreza severa o moderada que han solicitado algún tipo de ayuda la están recibiendo.
En último término, la encuesta también recoge los efectos sobre la salud que está provocando el coronavirus. Tres de cada cuatro hogares donde hay niños en pobreza severa han empeorado su estado emocional con la llegada de la pandemia, mientras que el estrés familiar en hogares con rentas bajas se sitúa 15 puntos por encima de la media nacional, que también se ha degradado.