táctica política
Federalismo ausente entre efectos cruzados
Preguntas tras las elecciones del 14F
José Antonio Pérez Tapias 15/02/2021
En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
Las elecciones del 14 de febrero en Cataluña han sido comicios con efectos entrecruzados. Los resultados arrojados por las urnas permiten calibrar bien las consecuencias de los “golpes de efecto” –así se han planteado– con que las distintas fuerzas políticas han pretendido incidir en su electorado. Al considerar tales consecuencias es insoslayable contar con la hipótesis de fondo de que tales “golpes” con frecuencia proporcionan efectos momentáneos que no siempre generan consecuencias duraderas. O dicho de otra manera, al modo de la terminología usual en partidos políticos: los “golpes de efecto” tienen un carácter táctico y rara vez responden a una estrategia de largo plazo. Algo de eso se puede entrever en el mapa político que se redibuja tras las elecciones autonómicas recién celebradas.
Puesto entre paréntesis el “efecto abstención” de unas elecciones con un 53,55% de participación, al cual nadie –salvo Ciudadanos– parece aludir como causante de los porcentajes de voto obtenidos por cada partido en liza, no cabe duda de que el “efecto Illa” ha sido fulgurante, lo cual hace acreedor al exministro del Gobierno de Sánchez de las felicitaciones que merece como candidato del PSC. El que éste sea la fuerza más votada, igualada con ERC en escaños del Parlament, no es asunto menor; es mayor, máxime cuando el papel que los socialistas de Cataluña están llamados a jugar sube considerablemente en la escala de la relevancia. Parece difícil que Salvador Illa pueda llegar a la presidencia del Govern; un gobierno de coalición PSC-ERC-En Comú Podem podría ser en otra imaginaria isla de Utopía, pero en realidad es sueño de difícil logro: esa isla es un “no lugar”. Incluso un pacto parlamentario en tal sentido, por más que sea ilusión de los comunes, tampoco se perfila como algo al alcance de la mano. El mismo Illa, para potenciar su “efecto”, anticipó que no pactaría con independentistas para formar gobierno, declaración precipitada a la que por su parte respondieron los partidos comprometidos con la independencia que ellos se conjuraban para no pactar con el PSC. No obstante, aún no llegando al gobierno, el papel del PSC se ve acrecentado para el futuro, más que nada por su total alineamiento con Moncloa, de donde salió la candidatura de Illa, siempre asesorado por el secretario de Comunicación Iván Redondo, en virtud de lo cual tiene asignadas sus tareas de cara a la Mesa de Diálogo entre los dos gobiernos y para contribuir a la estabilidad del Gobierno de coalición en España sin que falle el apoyo de ERC en el Congreso. Inteligente movimiento táctico.
El efecto del españolismo fascista sí es muy preocupante. Por lo demás, a nadie se le escapa cómo lo ha alimentado la errática política del PP
El partido de los republicanos independentistas también ha contado con su especial “golpe de efecto”, que no ha sido otro que el propiciado por Junqueras participando en campaña durante su permiso carcelario. No era efecto anunciado, por razones obvias, pero sí puede computarse como efecto previsto cuyo impacto queda reflejado en el apoyo electoral obtenido por ERC, que se sitúa por delante de Junts per Catalunya en escaños y votos. Es así como ERC consigue la preeminencia buscada en el bloque independentista, en conjunto mayoritario en votos y también en escaños en el Parlament. De ahí que, reconocida esa preeminencia, su candidato, Pere Aragonès, sea el que se presenta con mejores cartas a la hora de postularse para la presidencia del Govern. Los diputados y diputadas de la CUP pueden apoyarle, con sus habituales reservas, y Junts per Catalunya lo hará (¿o no?)…, quedando en el aire lo que decida En Comú Podem con Jéssica Albiach a la cabeza. En su caso, nada dice que el “efecto Iglesias” en campaña haya incidido en un resultado levantado a peso por la candidatura de los comunes. Y en cuanto a Junts, ya tiene a Laura Borrás que puede verse libre de la tutela a distancia de Puigdemont y del “efecto silla vacía” de su escudero Torra. En el drama catalán estos han perdido el papel relevante que pudieron tener. Con todo, la previsión de ese quedar fuera de juego se compensó con la escena de la firma del ya mencionado escrito de pacto anti-PSC: el drama no debía perder intensidad. Había que atar manos para que nadie firmara un pacto anti-bloques (independentista y no independentista), dejando en el aire la acusación de “traidor” –de tan triste memoria cuando se ha esgrimido en la política catalana– para quien osara una política de diálogo efectivo con los de la otra orilla.
La estrepitosa caída de Ciudadanos estaba descontada. Sorpresa sólo por el número de escaños, alto para lo que podía esperarse, es el éxito de Vox al entrar en el Parlament con 11 diputados. El efecto del españolismo fascista sí es muy preocupante. Por lo demás, a nadie se le escapa cómo lo ha alimentado la errática política del PP, coqueteando de continuo con los de Abascal, más con la pirueta a última hora de un Casado marcando las distancias que en su momento no puso ni por asomo con el 155 decidido por el gobierno de Rajoy. Demasiado cinismo para que hubiera algo así como un “efecto Casado”. ¡Allá las derechas con sus peleas en las fronteras de la ultraderecha!
Pero volvamos a la hipótesis inicial respecto a los “golpes de efecto”, concentrando la mirada sobre lo que interesa desde perspectiva de izquierda. ¿Podrá hacer valer En Comú Podem sus ocho escaños para convencer sobre la viabilidad de un gobierno de izquierda para Cataluña? Parece un mero deseo si no es con presidencia para ERC. Y si es con presidencia del republicano Aragonès, siendo poco probable que éste llegue a acuerdo parlamentario con el PSC de Illa, entrarían los comunes en un govern de signo independentista para darle pátina izquierdista? No, si en él está Junts per Catalunya… ¿Y en la hipótesis, poco probable pero factible, de que así fuera? Depende de la relación parlamentaria de Esquerra y el PSC. Esto nos lleva de nuevo al “efecto Illa”: ¿táctico o estratégico?
¿Dónde queda la propuesta de federalismo con la que el PSC se ha identificado durante décadas?
El muy exitoso “efecto Illa” trasciende el tacticismo si es capaz de hacer valer todo un potencial más allá de las promesas de trabajar por la reconciliación entre esos dos bloques de la sociedad catalana instalados en el “desamor” y de los compromisos sobre la gestión eficaz de las políticas públicas en el ámbito de Cataluña –cuestiones por lo demás ciertamente urgentes e importantes–. Sin embargo, el “efecto Illa” será de largo recorrido si implica un proyecto político tan sólido como cognoscible ante problemas cruciales que esperan respuesta. A ese respecto, ha resultado chocante que el candidato Illa se haya ahorrado en campaña toda mención respecto a cómo piensa el futuro de Cataluña en relación con el Estado habida cuenta de un conflicto que, aunque ahora se manifiesta con cierta sordina, ni mucho menos ha desaparecido por ensalmo ni lo va a hacer. Así se hace patente a la vista de los mismos resultados electorales. ¿Dónde queda la propuesta de federalismo con la que el PSC se ha identificado durante décadas? Y si se retoma, como debe ser, ¿va a recoger las exigencias insoslayables de reconocimiento de la plurinacionalidad en el Estado español? ¿Cómo se va a enfocar la respuesta a la demanda de referéndum en Cataluña en la misma Mesa de Diálogo de cuya convocatoria de nuevo ya se ha dado noticia? Y si la reivindicación de autodeterminación implica elementos de no fácil abordaje, ¿cómo, por otra parte, se plantea la situación de los líderes independentistas presos? La vía de indultos sobre la que se pronunció siempre abiertamente Iceta, hoy ministro del Gobierno de Sánchez tras la permuta habida antes de las elecciones, ¿la acoge Illa en igual medida? ¿Y estaría dispuesto a abogar por una amnistía por razones políticas de indudable peso, respecto a lo cual –como ha mostrado con impecable argumentación Martín Pallín en estas páginas– nuestro ordenamiento jurídico, desde la misma Constitución, no presenta obstáculos insalvables? Las respuestas a estos interrogantes son las que pueden decantar cómo será la relación entre ERC y PSC en Cataluña y con repercusión en los más serios asuntos pendientes de ser abordados en la política española.
Las elecciones del 14 de febrero en Cataluña han sido comicios con efectos entrecruzados. Los resultados arrojados por las urnas permiten calibrar bien las consecuencias de los “golpes de efecto” –así se han planteado– con que las distintas fuerzas políticas han pretendido incidir en su electorado. Al considerar...
Autor >
José Antonio Pérez Tapias
Es catedrático en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Granada. Es autor de 'Invitación al federalismo. España y las razones para un Estado plurinacional'(Madrid, Trotta, 2013).
Suscríbete a CTXT
Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias
Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí