Alma colchonera
Cuando te comen la reina de esa manera
Chelsea 2 - Atlético de Madrid 0
Ennio Sotanaz 18/03/2021
En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
Hay una escena en la serie Gambito de Dama, en la que una niña superdotada para el ajedrez está jugando con el que será su primer maestro. En un momento dado, la niña pierde la reina de una forma tan evidente que los dos saben que la partida está ya perdida. El maestro le pide entonces que abandone, pero ella, subida en su orgullo adolescente y con cierto desconocimiento del nuevo mundo al que se enfrenta, alega que no hay una regla que diga que tenga que hacerlo. No, no la hay, le dice su maestro levantándose de la mesa y dando la partida por terminada; a eso se le llama deportividad.
El Atlético de Madrid ha quedado eliminado de la actual edición de la Champions League en el partido de vuelta disputado Londres y lo ha hecho frente a un equipo que ha sido mejor en todas las facetas del juego, durante prácticamente los noventa minutos. Decir otra cosa sería mentir. Cuando te comen la reina de esa manera, por mucho que duela, hay que sacar la deportividad que requiere el momento y entender que el partido ha terminado. Y sí, no sería difícil seguir peleando en el barro del día después escudándose en cosas como el criterio matizable del árbitro, en la excentricidad que supone tener que jugar los dos partidos fuera de casa, acusando a determinado jugador de no ser capaz de cambiar el giro del planeta Tierra o vilipendiando a la siempre cuestionada dirección técnica, pero eso sería actuar como una cría orgullosa que no entiende lo que es el deporte, ni lo que ha ocurrido.
Creo que es la primera vez en toda la temporada que veo al Atlético de Madrid superado en todos los frentes y durante todas las fases del partido, así que habría que plantearse el motivo de esa excepcionalidad. Para mí, todo apunta a una evidencia: el fútbol de élite camina en una dirección distinta a la que ha elegido el fútbol español, ese espacio cerrado que parece diseñado para alimentar cortijos y que continúa mirándose el ombligo. Equipos como el Atleti tendrán cada vez más difícil competir en Europa con fichas parecidas a los demás y eso no es una excusa, sino una realidad.
La superioridad física del equipo inglés fue quizá una de las cosas más evidentes que se vieron a lo largo del partido. Y es curioso, porque esa es precisamente una de las características en las que el cuadro colchonero destaca dentro de su competición local. Alguien como Llorente parece un miembro destacado de Los Vengadores cuando juega un partido cualquiera de Liga española, pero en Stamford Bridge, en el mejor de los casos, pareció uno más. Pero si el aspecto físico fue muy desigual, el técnico no se queda a la zaga. Todos los jugadores del Atleti parecieron peores de lo que son porque todo resulta más complicado cuando tienes que jugar al doble de velocidad, que es la velocidad a la que hay que jugar en la élite europea. Es muy difícil pensar con una presión asfixiante que no decae y con un equipo rival que no solo es capaz de correr más que tú, sino que también sabe mover el balón con una velocidad y precisión a las que tú no llegas.
Y también es más difícil disimular las carencias en esas circunstancias. El Atleti lleva todo el año sin un mediocentro solvente, de esos capaces de guardar el equilibrio táctico mientras saca rápidamente el balón a un toque. Koke no es ese jugador y necesita estar más protegido para desplegar su magia. Saúl está ahora mismo en una lucha encarnizada contra sí mismo. El resto de los centrocampistas puros inspiran incluso menos confianza. El Atleti no pareció el Atleti porque delante tenía un buen ejemplo de lo que es el fútbol contemporáneo. El equipo de Tuchel está compuesto (a base de talonario) por una pléyade de jugadores de primer nivel, físicamente portentosos la mayoría, que son capaces de atacar y defender a velocidad de vértigo, y que manejan el balón con la precisión que exige una competición como la Champions. El Atleti, queramos verlo o no, no es ese equipo.
El centro del campo rojiblanco fue maltratado impunemente en un partido en el que, al tener que marcar dos goles, el equipo necesitaba dominar esa faceta del juego. Eso me lleva a hacer la siguiente reflexión: ¿y si el planteamiento bueno era el del partido de ida? A Simeone le cayeron muchas críticas entonces por lo que aparentemente era una propuesta conservadora, pero la realidad es que el Chelsea no fue tan superior en ese partido concreto. Solamente la mala suerte hizo que llegase aquel gol de Giroud que ha terminado condicionando toda la eliminatoria. Curioso. ¿Y si todo respondía a un plan con bastante más lógica de la que muchos quisieron ver? Simeone no es un vendedor de entretenimiento, ni tertuliano, ni hooligan. Simeone, a veces se nos olvida, es entrenador de fútbol y ve esto como una partida de ajedrez. Es probable que lo que quería era llevar el juego hasta un lugar en el que el rival no pudiese demostrar su superioridad. Como ha hecho otras tantas veces, por otro lado.
Existe una especie de superstición contemporánea que nos impide aceptar la derrota como si no fuese una posibilidad real. Como si siempre se tuviese que explicar mediante el demérito tuyo y nunca mediante el mérito del rival. La consecuencia de un planteamiento tan tramposo es la búsqueda constante de culpables y de piezas de carne que hay que sacrificar convenientemente. Lo siento, pero el que escribe no tiene intención de subirse a ese barco. La temporada del Atlético de Madrid, a pesar de un buen puñado de dificultades que ha tenido que enfrentar, está siendo ejemplar en la mayoría de los aspectos. Al Atleti se le exige competir cada partido como si tuviese la mejor plantilla del mundo y está muy bien que sea así, porque es algo que está en esa esencia ganadora que se ha construido en torno a la figura de Simeone, pero sería absurdo creer que el Atleti tiene que funcionar como si realmente tuviese la mejor plantilla del mundo. No la tiene. Y si lo piensan, ni falta que hace.
Hay una escena en la serie Gambito de Dama, en la que una niña superdotada para el ajedrez está jugando con el que será su primer maestro. En un momento dado, la niña pierde la reina de una forma tan evidente que los dos saben que la partida está ya perdida. El maestro le pide entonces que abandone, pero...
Autor >
Suscríbete a CTXT
Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias
Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí