La vita nuova
Nouveau roman
La decisión de Iglesias de dimitir es lo más parecido al ajedrez en todo este besa-culos. Con esa decisión se mantiene la posibilidad de que el destino, en Mad, no sea el previsto en un despacho
Guillem Martínez 18/03/2021
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1- El duque de Saint-Simon refiere esta historia que alude al duque de Vendôme. Vendôme, en el momento de la narración, es un hombre fuerte de la Corte de Luis XIV. Y un tipo feo y soez. Cada mañana despachaba desnudo de cintura para abajo, sentado en una silla, con agujero, en la que hacía, por horas, sus necesidades. Plof.
2- En ese trance atendía asuntos de Estado, favores, súplicas. O, para mostrar su desinterés, emitía suspiros estruendosos. Y no por la boca. Giulio Alberoni, un trepa italiano simpático y echaopalante, fue un día a hacerle una petición. Para dar por finalizado el encuentro, Vendôme, una vez agotado su repertorio de ruidos y ventosidades, hizo algo inaudito. Ante un Alberoni ciego –y sordo, y sin olfato– a las indirectas, se incorporó para ser él quién abandonara la sala, solemnemente y vestido de cintura para arriba, como el Pato Donald. En ese momento Alberoni tuvo un golpe de genio. Se arrodilló de un salto ante Vendôme, le besó el culo y exclamó la frase ya histórica “O culo di angelo!”. Vendôme, zas, cambió ahí su interés hacia Alberoni, le abrió sus oídos y su corazón, y entablaron una relación política duradera y con un fruto que aún disfrutamos en nuestra dieta. No es el postre. Es el plato fuerte: una dinastía borbónica en Esp. Vendôme, de hecho, está enterrado en El Escorial. En su entierro alguien dijo: “Por fin juntos”. Celebrado por la sentimentalidad de su frase, ese alguien agregó: “Me refería a sus glúteos”. Bueno, eso último me lo he inventado. En un artículo no solo se lo debe pasar bien usted, sino también yo.
3- Traducción filológica del punto 1-2. Saint-Simon en sus Memorias describe Versalles como un sitio inhabitable y encorsetado, poblado por seres como Vendôme y Alberoni. Explica un mundo ilógico, que aplaza la inteligencia, la razón y la previsión, sin tráfico de ideas, salvo la de subsistir. Al punto que todo eso no sobreviviría al siglo XVIII. El encuentro histórico Vendôme-Alberoni no es así la descripción de una genialidad. Lo es de un colapso. Saint-Simon explica el colapso. Es tomar decisiones con el culo.
4- Lo que hizo Alberoni, visto a la luz de Saint-Simon, no es una jugada de ajedrez, algo imposible en colapso. Fue, literalmente, besar un culo. Una ocurrencia.
5- Besar el culo, morderlo, planes que consisten en besar o morder, póqueres de marcos y comunicación, son un síntoma del colapso. De la imposibilidad de la política. Esto es, de cambios. De la sustitución de todo ello por póqueres de comunicación. Estamos repletos de eso. Hay Alberonis en Cat, en Mad y en Moncloa. Un síntoma de que hay mucho comunicador y poco indio. La política ya no está para hacer el indio, ese juego épico y noble de la infancia, sino en modo pipi, caca –y culo–, esa otra región de la infancia.
La idea, nativa, murciana, era razonable.Suponía la ocasión para sacar a C’s de la Plaza de Colón y meterlo en el planeta Tierra
6- La sensación es que a la política del siglo XXI le pasa lo que le pasó a la novela en el siglo XX. Desprecia la trama, lo que la hace ilegible. La trama, de hecho, está deslocalizada. En Europa. De Europa viene un proyecto neoliberal, congelado en pandemia. Proseguirá. Los próximos jalones –hablamos poco de ello, siendo la única trama en la plaza– han sido anunciados por la Comisión Europea. No son ambiguos. Son un itinerario. Político. Privatización sanitaria y recorte de las pensiones. La política no deslocalizada –pura calderilla– parece arder, estadísticamente, en el tema territorial, en la futura distribución de los Next Generation, y en la feroz voluntad política de seguir vivos. Es decir, de que los partidos que ocupan instituciones, y no otros, sigan ocupándolas. No hay trama, salvo la deslocalizada y la enquistada. Son poco edificantes. No se puede edificar una iglesia sobre esa piedra. Se están edificando sobre el ruido que evita hablar de ellas.
7- Bueno. Política. Esp. Todo empezó en Murcia. Con una suerte de beso en una suerte de culo.
8- La idea, nativa, murciana, era razonable. Una moción de censura en el ayuntamiento, que fue ampliada a la comunidad autónoma. Moncloa vio aquí un culo como una casa. Hizo crecer el culo y el beso. Un efecto dominó, que afectaría a los culos de Andalucía, Castilla & León y Mad. Suponía la ocasión para sacar a C’s de la Plaza de Colón y meterlo en el planeta Tierra. De una tacada se daba vida a un partido moribundo, y se trabajaba en otra mayoría gubernamental, alejada de la laboriosamente creada por Vicepresidencia/Iglesias. No era una jugada de ajedrez. Era un beso en el culo. Fallaron dos cosas, en el caso de que no se hubiera previsto que fallaran.
9- O fallo 1. C’s, un partido ultranacionalista, no existe. Era una ola, un estado de ánimo, un atajo, truncado por las decisiones de Rivera, que no entendió que la función de C’s era la coalición con el PSOE. No era ser otro partido esp de los berridos, sino el partido italiano de las bisagras. La leve presión de unos labios en el culo ha implosionado en la formación naranja. C’s ha explotado en Murcia, a través de la figura, tan esp como colarse en la cola del súper, del tamayazo. En Andalucía y en Castilla & León ha sido peor. Ni siquiera ha sido necesario un tamayazo. En el resto del territorio, por otra parte, C’s se ucedeiza por momentos. Glu-glu-glu.
10- O fallo 2. No se ha contado con una figura novedosa, impredecible, más peligrosa que un mono con una pistola, y cargada de futuro en la política esp del colapso. El señor sin cargo electo con despacho y acceso sobre la política. Hay tres, lo que indica el vigor de esta tendencia.
11- El que se permite más goles en propia puerta es Felipe González. Lo que indica que es el más inteligente. Desde su despacho, dominando el timing comunicación –el beso y el muerdo en el culo–, trabaja en ordenar un vínculo, fundacional en la democracia esp, entre la gran empresa y las instituciones. El segundo hombre-despacho está en Waterloo. Domina una región amplia de la política cat, a través de la comunicación/la confusión, el beso en el culo continuado y sin pausa. El tercero es el más inquietante. Si cabe.
La decisión de convocar elecciones en Mad, aprovechando que el Pisuerga pasa por Murcia, es una voluntad de adecuar en el mismo momento los dos legados de Aznar
12- Aznar es el hombre que dominaba –al menos hasta la defenestración de Rivera– tres derechas. Las vincula. Prioriza –al menos hasta ahora– una, PP. Hace desaparecer a otra, C’s. Y aletarga –al menos hasta ahora– la tercera. Vox, un partido que tendría que suponer la derecha I+D, una revolución comunicacional, una nueva forma de besar el culo, no lo ha hecho. Se está quedando en todo lo contrario a aquello para lo que fue fundado. Una derecha de las JONS, por decir algo. Desde su despacho, Aznar trabaja por su propio legado. Que son dos objetos. La unificación de la derecha, y algo que se podría llamar Mad para ahorrar tiempo. Para no ahorrarlo es a) una meditación de Esp en globalización, en la que Mad es la capital financiera y cultural iberoamericana; y b) una meditación del neoliberalismo, simbolizado en la liberalización del suelo y la consecuente ausencia de planificación territorial, un desinterés, por tanto, territorial, que conduce a un Mad central, rico y poderoso financieramente, que aboca a una Esp vacía, y a una cruzada permanente con las minorías nacionales en la Esp llena.
13- Desde ese despacho/lógica parece que viene la decisión de plantear la batalla en Mad por lo de Murcia. La decisión de comerse a C’s con patatas, de elevar a Vox a la categoría de centro-derecha liberal, y de poner todo ello bajo el dominio del PP más experimental de Esp. El de Mad/Ayuso. La decisión de convocar elecciones en Mad, aprovechando que el Pisuerga pasa por Murcia, es una voluntad, por tanto, de adecuar en el mismo momento los dos legados de Aznar. A través de un PP, trumpista, muy del beso en el culo, que asume el carácter experimental que debería haber llevado a cabo Vox.
14- Del piquito en el culo murciano, planificado por Moncloa, se ha pasado a este beso griego descomunal. Un combate. Otra batalla de Mad. Una reacción no prevista, aparentemente. Y que tiene ya consecuencias. Ha habido un terremoto absoluto en la percepción de la política esp. El PP pasa a ser un partido que solo puede pactar con Vox. Y el PSOE pasa a ser el partido que puede pactar con todo el mundo. Es decir, también con PP. Es paradójico, pero tanto morreo de culo supone la aproximación, después de la batalla, hacia algo que Europa pide desde la última crisis.
15- O, al menos, con su búsqueda de C’s, cuando aún existía, Moncloa se ha liberado. En ese trance ha desatendido objetos que hubieran dificultado su primer acercamiento –ojo, es eso lo que ha sucedido, es la trama escondida bajo un beso en un culo– a una derecha esp. Como lo es una solución a lo de los presos cat. Esa inactividad en Cat, en la línea de Rajoy, ha facilitado un Govern en Cat nuevamente centrado en el besado de culos. Y una presi del Parlament netamente trumpista, que ya está trabajando, afirma, en una reforma del Parlament, en la línea de otros intelectuales USA disfrazados de búfalo. Tras la dimisión de Iglesias –no se pierdan el punto 16–, Moncloa ha tenido la ocasión de reafirmar la jerarquía –un Gobierno es su jerarquía; poco más– de Calviño en el pack económico. El confuso y laberíntico sistema de decisiones para la distribución del Next Generation, todo apunta a ello, podrá ser más vertical y sencillo. Está por ver si esos reajustes internos afectan, también, a la anunciada reforma de la contra-reforma laboral, y a la supervivencia de la Ley Mordaza, dos herramientas fundamentales para un futuro yuyu y –sanidad, pensiones– conflictivo. Moncloa ha ganado derechización. Y, por lo mismo, hambre y necesidad de otros socios, a medio plazo.
16- La decisión de Iglesias de dimitir es lo más parecido al ajedrez en todo este besa-culos. Con esa decisión se mantiene la posibilidad de que el destino, en Mad, no sea el previsto en un despacho. De que exista sentido para una mayoría gubernamental, en el Congreso, más parecida a las sociedades esp que a la política esp. Su abandono de una vicepresidencia para, en el mejor de los casos, ocupar una vicepresidencia autonómica, confiere un interés a las elecciones Mad por el que no apuesta Moncloa, que repite con Gabilondo, el Pere Aragonès, el del medio de los Chichos, de Esp. A Moncloa, parece ser, ya le entra bien una victoria de la derecha en Mad.
17- Si no se cae en la lectura trumpista de la situación –condensada en el “socialismo o libertad” inicial, planteado como marco por el trumpismo Mad–, si no se realiza una campaña en clave de guerra cultural, sino en clave material –las izquierdas aluden a lo material; las derechas a besos en el culo a vida o muerte–, puede haber partido. Tres izquierdas/sentimentalidades frente a dos derechas/una sentimentalidad.
18- Entre tanto beso en el culo, esta es la trama: va a haber un combate, inusitado en Mad, por posibilidades que pueden hacer más dura la política deslocalizada en Europa, y más ruidosa y confusa y cruel la analógica, la que nos queda. Por lo mismo, hay posibilidades de que tres izquierdas cainitas –eso es muy de la izquierda Mad– se pongan las pilas. Y que dos de ellas recuerden la revolución electoral que reposa en la abstención 15M, un millón y medio de personas en Mad, aburridas de tanto beso en el culo.
19- Hay colapso. Al punto de que estamos aquí por un beso en el culo, una unidad del colapso, según Saint-Simon. Pero –aún– hay partido.
1- El duque de Saint-Simon refiere esta historia que alude al duque de Vendôme. Vendôme, en el momento de la narración, es un hombre fuerte de la Corte de Luis XIV. Y un tipo feo y soez. Cada mañana despachaba desnudo de cintura para abajo, sentado en una silla, con agujero, en la que hacía, por...
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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