Anuncios masivos en televisión, patrocinios de los equipos de fútbol más importantes o casas de apuestas estratégicamente situadas en cada esquina de las calles más concurridas. El juego con dinero, tanto presencial como online, está aumentando de forma exponencial en España. Así lo reconoce el propio sector cada año en sus memorias de negocio, pero también es lo que se puede comprobar en un reciente estudio de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional de Drogas, en el que se asegura que dos tercios de la población de entre 15 y 64 años, unos 20 millones de personas, han jugado con dinero durante el último año en España.

Lo que también advierte este estudio, lejos de las indulgencia que se venden desde la patronal del juego, es que los juegos de azar han vuelto a crecer de forma destacada entre los menores, que la edad de iniciación es cada vez más baja y que también se están registrando unas cifras preocupantes de los trastornos y adicciones asociadas a estas prácticas.

Según el documento, basado en las encuestas EDADES y ESTUDES sobre adicciones comportamentales del plan estadístico nacional, durante los años 2019 y 2020 cerca de un 1,6% de la población de entre 15 y 64 años, en torno a medio millón de personas, realizó un posible juego problemático. Es decir, presentaron una conducta de juego excesiva donde pueden surgir conflictos familiares y sentimientos de culpabilidad. En el mismo periodo, hasta un 0,6%  de este gran grupo de población –190.000 personas– presentó un grado todavía mayor de adicción, denominado trastorno del juego.

Los problemas relacionados con estas prácticas no se limitan, en cualquier caso, al deterioro de las relaciones personales y profesionales o a los cuadros de malestar y estrés. Según el estudio, también “se detecta mayor prevalencia de comportamientos de riesgo, tales como borracheras, binge drinking, consumo de riesgo de alcohol y consumo de tabaco diario, entre las personas con posible juego problemático”.

Si bien el juego online, dominado por las apuestas deportivas, sigue siendo minoritario en la población (6,7%), su prevalencia se ha duplicado desde 2017 (3,5%). Una cifra preocupante si se tiene en cuenta que el riesgo que implica para un posible juego problemático o trastorno del juego es casi 5 veces mayor que el de los formatos offline: “La inmediatez de la recompensa, la fácil accesibilidad y acceso 24 horas al día, el anonimato y el entorno íntimo que proporcionan las nuevas tecnologías facilitan la pérdida de control”, dice el informe.

Pese a esto, el crecimiento más destacado de los últimos años es el que se ha registrado en las cifras de personas que han jugado de forma presencial: si en 2015 un 37,4% de la población de entre 15 y 64 años gastaba dinero en formatos offline, principalmente loterías y quinielas, en 2019 esta cifra había crecido más de 25 puntos, hasta el 63,6%.

En el caso de los menores, las cifras recopiladas por las encuestas que realiza este organismo muestran que, en 2018, un cuarto de los estudiantes de 14 a 18 años ya había jugado con dinero en nuestro país, una cifra tres puntos superior a la de 2014 y nueve puntos más alta que la de 2016. Si se trata solo de juego online, ha ocurrido algo parecido: tras un valle de prevalencia en 2016, el juego a través de plataformas digitales ha vuelto a crecer más de cuatro puntos y ya lo realizan un 10% de los estudiantes menores de 18 años.

A estas edades, destaca el informe, las diferencias por sexo son especialmente notables –un tercio de los varones menores de edad juega con dinero, el doble que entre las chicas–, pero también lo es la incidencia de los trastornos relacionados con estas prácticas: hasta un 4,7% de estudiantes de enseñanzas secundarias de 14 a 18 años “serían candidatos para descartar un posible juego problemático”.

Más allá de las cifras sobre la prevalencia del juego con dinero, el informe de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional de Drogas también reserva espacio para analizar el uso, en ocasiones excesivo, que se hace de internet entre la población del país. Según los resultados de la encuesta del órgano, en los dos últimos años un 3,7% de la población de entre 15 y 64 años ha realizado un uso compulsivo de internet.

Este porcentaje supone, de nuevo, un aumento respecto de las cifras de 2015 y 2017. Y, de la misma forma que sucede con el juego online, la encuesta apunta a que la prevalencia también es mayor entre los más jóvenes: más del 11% de las personas de entre 15 y 24 años ha usado internet de forma compulsiva en los últimos meses.