Mercado laboral
La pandemia duplica el teletrabajo, pero es una opción solo para uno de cada diez trabajadores
Según los datos de Eurostat, un 11% de la población ocupada trabajó de forma habitual desde casa durante el año pasado. En el conjunto de Europa se ha registrado un crecimiento similar, aunque España sigue por debajo de varios países del entorno
ctxt 19/05/2021
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El teletrabajo ha dejado de ser una opción marginal en España, pero, tras un año de largos confinamientos y limitaciones de movilidad, todavía está lejos de convertirse en una opción real para la inmensa mayoría de los trabajadores. Esta la principal conclusión que se puede extraer de los datos que acaba de actualizar Eurostat sobre trabajo desde el hogar, donde se asegura que casi un 11% de la población ocupada de España trabajó de forma habitual desde casa durante el año pasado, un porcentaje dos veces mayor de lo que venía siendo habitual en la última década.
Las cifras del portal estadístico comunitario son especialmente relevantes en el contexto de la crisis sanitaria, que ha golpeado con dureza el empleo en general y las ocupaciones presenciales en particular. En el caso de España, la llegada del coronavirus no solo ha puesto a prueba la debilidad estructural del modelo laboral, sino también la rigidez estacional de un modelo productivo donde existe un peso tan importante de la hostelería y el turismo. Hasta el año 2020, solo entre un 3% y un 4% de la población ocupada teletrabajaba de forma habitual.
Los resultados no sorprenden si se tiene en cuenta que, según un informe publicado por la OCDE en julio del año pasado, España es el segundo país de la organización donde existen menos puestos de trabajo que permitan, por sus propias características, trabajar desde casa, apenas un 24%. En base a esto, el organismo internacional aseguraba que más de la mitad de los trabajadores que hay en España ocupa puestos donde existía, al menos en aquellas fechas, riesgo de contagio por coronavirus.
Las cifras de teletrabajo efectivo en nuestro país, en cualquier caso, no difieren de los números que arroja la Unión Europea en su conjunto. Durante el año pasado, un 12,3% de los trabajadores comunitarios trabajó habitualmente desde casa, según Eurostat. El porcentaje supone un aumento de cerca de siete puntos respecto de lo que sucedía en 2019. Algunos países del entorno, eso sí, tienen cifras más elevadas y han experimentado un crecimiento más grande en los últimos meses.
En Alemania, por ejemplo, casi un 15% de la población ocupada teletrabajó durante el año pasado, una cifra diez puntos más alta que en 2019. En Francia el porcentaje llega al 15,7%, con un aumento de casi nueve puntos de un año a otro. En Irlanda, Luxemburgo y Finlandia, la población que trabaja desde casa de forma habitual supera el 20%.
Por otro lado, los datos actualizados por Eurostat también recogen el porcentaje de trabajadores que, aunque no puedan trabajar desde casa de forma habitual, sí que tienen oportunidad de realizar teletrabajo de forma esporádica u ocasional. En este caso, las cifras del portal estadístico muestran que, pese a que la promoción y la protección laboral de las personas que optan por trabajar a distancia ya ha comenzado a regularse de forma específica en España, apenas un 4,2% de la fuerza laboral pudo trabajar desde casa de forma eventual durante 2020, mientras que en el resto de Europa el porcentaje es más del doble.
En este sentido, los datos que publica el propio Eurostat sobre jornadas de trabajo y flexibilidad indican que siete de cada diez personas ocupadas en España no cuenta con ninguna flexibilidad en sus jornadas laborales, y que son las empresas las que deciden de forma unilateral los horarios de entrada y salida de una parte sustancial de la fuerza laboral.
El crecimiento acelerado y casi obligado del teletrabajo en los últimos meses no solo plantea retos en torno a la flexibilidad. En materia de conciliación, la posibilidad de trabajar desde casa puede provocar un aumento todavía mayor en la brecha de cuidados, ya que son principalmente las mujeres las que optan por esta modalidad.
Además, se sigue tratando de un fenómeno fuertemente atravesado por la desigualdad: según la OCDE, una persona del cuartil con mayor renta tiene un 50% más de posibilidades de poder trabajar desde casa que una persona con bajos ingresos.