El trabajo temporal y el autoempleo, que durante los últimos años ha crecido de forma exponencial gracias al impulso de las plataformas tecnológicas o de economía 'colaborativa', están afectando de forma negativa a la salud y el bienestar de los trabajadores. Esta es la principal conclusión de un reciente estudio publicado por investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid y de la Universidad de Granada, donde se recopilan numerosos datos sobre el impacto de estas nuevas fórmulas de empleo precario en la población. 

Según la investigación, los empleados temporales y autónomos tienen unos niveles de salud un 37% menores que los de los asalariados con un puesto de trabajo estable, y el descenso en su calidad de vida es también perceptible en otros factores como la satisfacción con el trabajo, el tiempo libre o la situación económica.

Si bien la crisis de 2008 trajo consigo un descenso del trabajo temporal y por cuenta propia, la recuperación que se registró a partir de 2013 ha llevado a que en la actualidad cerca de un tercio de la población ocupada trabaje bajo estos modelos, cada vez más habituales en nuestro mercado laboral. “El autoempleo es mayor entre los hombres, mientras que el trabajo temporal predomina entre las mujeres, que en España, al contrario que en el resto de la UE-15, requieren mayor formación que los hombres para alcanzar empleos más estables”, señala el estudio, que también advierte de la mala posición de España en el contexto laboral europeo. Los jóvenes de nuestro país, por ejemplo, presentan una tasa de temporalidad 26 puntos superior a la de los trabajadores jóvenes del resto de países de la región.

Ante este crecimiento, y frente a las promesas de flexibilidad y autonomía que ofrecen muchos de los nuevos modelos de negocio tecnológico, los resultados recopilados en el estudio, extraídos de la Encuesta de Condiciones de vida, advierten del carácter eminentemente precario de las condiciones laborales que riegan la economía de plataformas, y del deterioro que provocan sobre el bienestar de los trabajadores.

Así, los empleados autónomos y temporales declaran una satisfacción general y con el tiempo libre cerca de un 15% inferior a la de los asalariados con contratos estables. En el caso de la satisfacción económica y laboral, el nivel de bienestar de los trabajadores por cuenta propia y con contratos cortos es un un 7% y 9% menor, respectivamente.

Aunque el deterioro es generalizado entre los trabajadores que sufren estas condiciones laborales, son los autónomos los que registran un mayor impacto sobre sus niveles de bienestar, hasta el punto de declarar unos niveles de salud cerca de un 110% menores que los que reconocen los asalariados. “Este impacto negativo del autoempleo sobre el bienestar podría deberse, en parte, a que, a raíz de la crisis económica iniciada en el 2008, muchos trabajadores se vieron ‘obligados’ a elegir esta modalidad de empleo atípico como única salida laboral para evitar el desempleo, a pesar de no ser la opción más deseada”, concluye el estudio.

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Este artículo ha sido elaborado a partir de lo expuesto en el texto El empleo temporal y el autoempleo afectan negativamente al bienestar de los trabajadores, de Maite Blázquez y Ainhoa Herrarte, de la Universidad Autónoma de Madrid, y Ana Isabel Moro Egido, de la Universidad de Granada, publicado en El Observatorio Social de la fundación ‘la Caixa’.