La vita nuova
Los abominables hombres/as de las nieves
En Cat, un partido anticapitalista ha posibilitado el encuentro y el ‘love-power’ entre uno socialdemócrata moderado y otro trumpista inmoderado
Guillem Martínez 15/05/2021
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1- Incluso la nada tiene zonas y épocas y regiones. Lo monótono y constante –no sé, la nieve; siempre blanca– tiene cambios de ritmo para sus observadores –los inuit poseen cerca de veinte palabras para aludir a la nieve–. Hola. Bienvenidos. Este articulete les explicará la tonalidad de la nieve del procesismoZzzzz, esa artesanía esquimal. Por el mismo precio, hará unos apuntes del mundo, esa pista de esquí.
2- Cat, sinopsis: el pasado sábado, Aragonès anunciaba al mundo que pasaba de JxC y se lanzaba a un gobierno en solitario. Pero –y como decimos en cat, sic transit gloria mundi– este sábado parece ser que aquel arranque emancipatorio ha finalizado, y que la tesitura de ERC es seguir negociando con JxC, por los siglos de los siglos y hasta que la cosa dé su fruto. Un higo chumbo.
3- Sobre el carácter inconstante de Aragonès, de ERC y, en general, de todo en Cat: Josep Pla, que hizo del Empordà el laboratorio de la metáfora de Cat, señalaba que allí el grueso de las iglesias tienen su campanario inconcluso, y que ese no rematar ilustra “una pasión profunda, si bien breve”. La pasión cat, en fin, da para plantas, pero no para alzados. La región más occidental de Italia, como llamaba Pla a Cat, ya no es, snif, Italia.
4- Lo divertido, y lo que hace incomprensible todo esto al no iniciado, es que la renovación e intensificación de negociaciones entre ERC y JxC ha sido una iniciativa de CUP. O, en términos técnicos e internacionales, un partido anticapitalista ha posibilitado el encuentro y el love-power entre uno socialdemócrata moderado y otro trumpista inmoderado. Sí, esto es para mear-y-no-echar-gota, pero no se vayan, amigos, que aún hay más diversión.
5- El encuentro ecuménico entre ERC y JxC ha sido posible gracias a la propuesta de la CUP de expulsar de la agenda de negociación del nuevo/viejo Govern su tema más escabroso. El procés. Esto es, qué diablos hacer para la indepe. Recordemos aquí que la propuesta JxC era centralizar la iconografía en Waterloo, biotopo desde el que vendrían las consignas y un mando unificado para los grupos parlamentarios en el Congreso. Y, en general, para todo. La propuesta ERC, más sabia, realista y del tiempo, era ir tirando, en pelota picada y como se pueda.
6- Se podría pensar que la propuesta de la CUP, asumida por ERC y JxC –al parecer; no se pierdan el punto 11– significa el fin del procés. Cuando en realidad se trata de su depuración. El procés, para seguir existiendo, emitir discursos, crear electricidad y resultados electorales –no ha dado, ni se le esperan, otros–, no necesita mandos unificados, hojas de ruta, programas, sino que tan sólo necesita un objeto. Un Govern que se declarare procesista. El procés, en fin, es un movimiento gubernamental. Es decir, no es un movimiento. Lo que nos lleva a dos conceptos importantes. Independentismo y embat. El segundo, cargado de futuro inmediato. O no.
7- Sobre el concepto Independentismo. Consiste en crear un Estado. ¿Cómo se hace? Crear un Estado, o su contrario, acabar con el Estado, es algo que se hace con el mismo material e itinerario. Con una mayoría social aplastante. No hay otra. En Cat, históricamente, ha habido más mayoría y facilidad, en el pasado, para cargarse al Estado antes que para crear otro. Es más, Cat ha sido el único punto del mundo donde eliminar el Estado sucedió durante unos meses, en 1936. Lo que tiene guasa. Anyway. No observar esa correlación de fuerzas, no observar la necesidad de una mayoría importante, no cultivarla y –lo que es más importante, ya puestos–, no conseguirla, sino ir perdiéndola desde 2012 –el 52% actual es de diseño pandémico/abstención–, explica ausencias estructurales en el independentismo, como un itinerario para la hegemonía. Lo que hay es, por tanto, otra cosa. Procesismo. Lo contrario del independentismo. Confundir, de manera no inocente, la hegemonía social con la hegemonía en las instituciones. La existencia y auge del procesismo orienta sobre la inexistencia de independentismo. El procesismo es, a su vez, ese objeto que, lo dicho, para existir necesita algo que no acostumbra a necesitar un independentismo en ningún lugar del mundo: un Govern y medios de comunicación próximos. Lo que nos lleva, alehop, al punto 8.
Embat –embate, en castellano– es el palabro del procesismo para esta temporada
8- Sobre el concepto embat –embate, en castellano–: es el palabro del procesismo para esta temporada. Es un palabro emitido por JxC y por CUP. ERC lo emite, mucho menos, y gracias a que no significa nada. Alude a un embate –que no combate, por tanto– con el Estado. Pero desde el Estado. Es decir, desde otro Gobierno. Lo que dibuja un embate ritualizado, limitado a la comunicación. Sin Govern, no existe embat. Un embat no implica ni exige nada a la sociedad, salvo que lo delegue, que participe de los festejos/embats previstos por el Govern en cada momento. No ha existido embat, así, en los últimos meses, en los que no ha habido Govern. El embat es algo así como una Consellería. Consellería d’Embat. Historia abreviada del embat: es una disciplina pujolista, su sello. Y, desde 2012, una de las bellas artes. Embat equivale a procesismo, ese juego al que se accede si tienes Govern. En Cat, es lo que se espera de un Govern, como en otras culturas se espera de un gobierno bienestar, o que no mangue mucho. Un embat como dios manda y entendido como función gubernamental, disculpa, con su ejercicio, que el Govern emita políticas públicas. Evita, incluso, que se le exija o contemple esa posibilidad.
9- El embat, por otra parte, es una disciplina agotada. Cat, en 10 años, ha recorrido todas las posturas del Embat-Sutra hasta acceder, por esa vía, a la rutina matrimonial inicial. Sí, puede repetirlas. Pero ya ves. Por otra parte, y haga lo que haga, le resultará difícil al procesismo igualar al embat que emite, y que puede llegar a emitir de manera más barroca y chachi, el ayusismo. Sin apenas embate en el tiempo, el PP Mad ha conseguido lo que Enric Juliana ha denominado Fueros Mad. Algo, fundamentado en la fiscalidad, no contemplado en la Consti ni en el Estatuto, y que confiere a Mad estética de Estado, y al PP la satisfacción, éxito y apego del procés en sus glory days, cuando no sabíamos discernir, snif, entre enfrentamiento, embat y tocino.
En ausencia de otro modelo exitoso, los líderes que babeaban epistemológicamente por Trump, ahora lo hacen por Ayuso
10- Curiosamente, tras la victoria de Ayuso, cuentas de Twitter –ese diván del procesismo– de prestigiosos electos de JxC, han caído de la mula ante el ayusismo. En ausencia de otro modelo exitoso, los líderes que babeaban epistemológicamente por Trump, ahora lo hacen por Ayuso. Es el modelo. Y ciertamente, es la opción de embat que tiene una mejor relación calidad-precio. Y, por lo mismo, lo que intentarán reproducir. Como el yo-yo, un arma inca que volvió a Perú siglos después y en la forma de juguete, el procesismo, agotado, vuelve a Cat vía Mad.
11- A la luz de los puntos anteriores, la propuesta de la CUP para intensificar la posibilidad de un Govern ERC-JxC es, simplemente, la posibilidad de un Govern ERC-JxC, que no se complique la vida con Consells de la República, en tanto estos están en la cabeza, y vienen de serie con el concepto embat.
12- Pese a los esfuerzos de CUP para que Elsa Artadi –neoliberalette de JxC– acabe como Consellera de Economia, tal vez gestionando –ay, que me meo– los Next Generation que lleguen por gravedad a Cat, tampoco está claro que JxC se anime a participar en un Govern. Lo necesita todo. Por lo que puede jugársela en otras elecciones en un todo o nada. Esto, en fin, no va de indepe. Va de embat, de procesismo, de gestionar el único negocio político que existe en Cat. A diferencia de Mad, es solo uno: la política.
13- El hecho de que un partido como CUP haya garantizado, al menos por unos días, la posibilidad de que un Govern con JxC sea factible, ilustra otro fenómeno. El fenómeno. La evolución de los tres partidos procesistas hacia la forma de un Frente Nacional, sin mucho que decir o hacer en la política, pero con la capacidad de suplirla con la cosa nacional. Ha aparecido, en ese sentido, una publicación de Gethin, Martínez-Toledano y Piketty –Clivages politiques, et inégalités sociales–, en la que se analizan tendencias electorales en 50 países, durante el ciclo 1948-2020. Spoiler: clases que hasta los 80 votaban izquierdas, empezaron a votar después derechas y ultraderechas. Ante el pifostio de la desigualdad, se impone la creencia en la identidad, ese lugar calentito. Más cuando se la calienta.
14- Embat, ese combate delegado en Govern y medios, es la nueva palabra para la nieve. La nieve, a su vez, se congela en Cat en la forma de Frente Nacional, de tres partidos complementarios, que utilizan una gramática sin otra operatividad que esa misma gramática. Una gramática que no sirve para hablar de muchos problemas. Tal vez, sólo de la mitad de uno. No existen herramientas sociales para verlo –por ejemplo, medios donde explicarlo, independencia intelectual para hacerlo–. Razón por la cual, ahora mismo, me estoy llenando de gloria.
15- Hace 10 años del 15-M. Una revolución moderada. Su percepción como radical explica el apalanque que existía hace 10 años. Se trataba de una propuesta de regeneración democrática, intensificando democracia y derechos. Sirvió para mucho. Hubo un cambio de paradigma cultural, que nos hizo a todos más libres y/o menos solitarios. Se evitó lo más factible en aquel momento de crisis inaudita: el nacimiento de una extrema derecha ad-hoc. Su único y puntual fracaso –no se puede tener todo– fue la aludida regeneración democrática. La imposibilidad para que la política sea un punto efectivo. Sí, ha habido cambios inusitados. Pero latentes antes que efectivos. En Cat fue necesario el procesismo para atajar aquella ola. En Mad bastó la aparición de nuevas formaciones que, sin estar relacionadas con el 15-M, acogieron a parte de sus votantes. Diez años después, hay otras nieves. Les he explicado una –Cat–, y les he apuntado otras –Mad–. Faltaría la ausencia de voluntad de canalización, de cambios, en el PSOE, esa otra nieve, y ya estaríamos.
16- De los USA viene una decidida, pero confusa –será necesario revalidar victorias en el Legislativo– propuesta de deshielo. Biden parece emitir un serio intento de reformulación no solo de la socialdemocracia, sino del Estado –ese emisor cutre de legislación desreguladora, y poco más, para el neoliberalismo–. Está por ver cómo se materializa. Y como llega a Europa y a Esp. Y, brrrr, lo que llega. En ausencia de ese advenimiento, del que hoy no hay profetas en el Continente, sólo nos queda, por otra parte, la nieve. El cortoplacismo. Ir tirando de elecciones anticipadas a elecciones anticipadas. Con trucos. Sin políticas. Con estados de ánimo. Un paisaje sensible a la nueva ultraderecha, ese cortoplacismo sentimental. Los procesismos esp y cat, si bien también existe una inactividad similar en la izquierda. Es la épica sin movimiento. La nieve.
1- Incluso la nada tiene zonas y épocas y regiones. Lo monótono y constante –no sé, la nieve; siempre blanca– tiene cambios de ritmo para sus observadores –los inuit poseen cerca de veinte palabras para aludir a la nieve–. Hola. Bienvenidos. Este articulete les explicará la tonalidad de la nieve...
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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