TRANSFORMARLO TODO
Escribir, pese a todo
No creo que el trabajo de este medio deba reducirse a una labor de desintoxicación. Lo que me ilusiona es el intento de construir otros relatos, otras palabras y otros mundos posibles
Elizabeth Duval 18/09/2021
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Lo que escribía Gil de Biedma para Baldwin: tardan las cartas y son poco / para decir lo que uno quiere. / Después pasan los años, y la vida / (demasiado confusa para explicar por carta) / nos hará más perdidos. Tengo que abrir con una matización a eso de incorporarse nuevamente y a aquello del mercado de fichajes: recuerdo, recién estrenada en el Consejo de Redacción de CTXT, que fue esta casa la primera que me abrió las puertas, y en la que publiqué por primera vez un artículo hace tres años. Ahora tendré un rol mucho más activo, desde luego, pero llevo aquí mucho más tiempo del que parece a simple vista. Los motivos por los que acepté escribir en CTXT entonces son los mismos que me llevan a seguir escribiendo aquí hoy.
Los temas sobre los que ahora ando escribiendo un nuevo proyecto de narrativa no sólo me preocupan: su runrún constante en mi cabeza me deja con frecuencia desolada. Mientras escribo, parece que se ha complicado el asunto de la agresión homófoba a un chico joven en Malasaña, y que podría ser que la agresión no fuera tal. La falsedad de los hechos relatados no quitará valor a ninguna de las reacciones: escandalizarse ante lo que fue dicho –fuera esto verdadero o falso– era lo normal, lo razonable. Hay quienes aprovecharán la circunstancia para decir que todas las agresiones son falsas, que no hay ningún auge del odio hacia las minorías, que todo –como esta vez– siempre ha sido un invento. Serán los mismos que hace escasas horas echaban la culpa a la inmigración y agitaban los típicos fantasmas de la extrema derecha europea. Olvidarán que hace muy poco Samuel fue asesinado, víctima de una barbaridad homófoba; sólo se acordarán de que, quizás, en este momento, alguien una vez mintió. Y se servirán de todo lo sucedido, incluso de todo lo que no suceda, si puede servirles para vehicular sus eslóganes, insistir en que la violencia que ellos describen, por más que no tenga género, sí tiene raza y orígenes nacionales.
Lo que ando escribiendo es, entre otras cosas, una disección del discurso cada vez más refinado de esa extrema derecha. La victoria que han buscado, en la enorme mayoría de los casos, nunca ha tenido que ver con llegar a controlar ellos las instituciones de gobierno. Su deseo es ganar a través de las palabras. No tienen necesidad de ir a más si en todos los discursos resuena el suyo, si su argumentario está presente en el del resto, si han derechizado tanto a la derecha tradicional que esta acaba pareciéndose más a ellos que a ningún tipo de tradición democristiana o si incluso algunos pretendidos comunistas asumen sus consignas como si fuera lo más normal y natural del mundo. Lo que me preocupa, claro, no es que lleguen ellos al poder, porque el poder se parece mucho más a ellos de lo que nunca se ha parecido a mí: es que contaminen todo con su relato, esparciéndose como un veneno, y que sea imposible distinguir entre lo que de ellos proviene y lo que intentamos sembrar el resto.
No creo que la labor de CTXT deba reducirse a una labor de desintoxicación; ni siquiera pienso que su principal cometido, en una forma guasona de fact-checking, sea contrarrestar las barrabasadas de la extrema derecha. Lo que me ilusiona es el intento de construir otros relatos, otras palabras y otros mundos posibles: hablar de la crisis climática, de ecología, de lo que tiene que cambiar urgentemente, incluso de aquello que tendríamos que intentar cambiar dentro de nosotros mismos. Rearmarnos todo lo posible es lo que me ilusiona, lo que tenemos que hacer. Estas primeras semanas hemos publicado importantes textos sobre Interior y la necesidad de democratizar las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad; hemos sonado la alarma sobre cómo no puede pasar ni un minuto más sin movilizarnos o sin que el Gobierno intervenga en la crisis de la factura de la luz. También hemos sacado tiempo para hablar de novelas o de ensayos de reciente publicación. Pocos medios hacen tanto con tan poco; pocos medios se desviven tanto para transformarlo todo.
Estoy segura de que me dirán mis compañeras que estas cartas tienen que ser más breves. Responderé, como al principio, que la vida es demasiado confusa como para explicar por carta. Gracias por vuestra suscripción, que hace posible intentar transmitir la luz, producir pensamiento, generar conversaciones. Nos seguimos viendo por ahí. Ojalá cada día seamos más en esta casa.
Lo que escribía Gil de Biedma para Baldwin: tardan las cartas y son poco / para decir lo que uno quiere. / Después pasan los años, y la vida / (demasiado confusa para explicar por carta) / nos hará más perdidos. Tengo que abrir con una matización a eso de incorporarse nuevamente y a aquello...
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Elizabeth Duval
Es escritora. Vive en París y su última novela es 'Madrid será la tumba'.
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