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Querida familia ctxtera:
Les voy a confesar una cosa: a veces, cuando me siento triste –y eso en estos momentos, que está a punto de bajarme la regla, es la mayor parte del tiempo– me hace feliz pensar que ahora mismo Fernando Simón estará en las Bahamas (que yo nunca he estado, pero debe ser preciosísimo) tomándose un mojito con una pajita de colores y unas almendras tostadas en un cuenco hecho de coco sin preocuparse de que nadie le haga un meme si se atraganta.
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Fernando Simón, para quien no lo recuerde, es el epidemiólogo que se encargó de explicarnos la covid-19, por qué debíamos quedarnos en casa, los casos diarios, semanales y mensuales, las comparaciones con otros países, las variantes del bicho, las comunidades más afectadas, la desescalada. En un año acaparó más horas de televisión que Jorge Javier Vázquez en toda su carrera y eso, créanme, es muchísimo. Le hicieron memes, gifs, camisetas con su cara. Hay niños que seguramente llegaron a creer que Simón era su verdadero padre; hubo un tiempo en el que vivir se reducía a esperar a que él apareciera en la televisión para darnos las buenas nuevas, que (casi) nunca eran buenas. No solo tenía fans, también muchísimos detractores: que si se había ido una semana de vacaciones a Mallorca, que si se tenía que cortar el pelo... Se llegó a hablar, incluso, de darle un ministerio, ¿lo recuerdan? Ahora, tan solo dos meses después de la caída en picado de los contagios, ya nadie se acuerda de echarse el gel hidroalcohólico al entrar a los sitios ni tampoco importa ya la vida de nuestro epidemiólogo de cabecera.
¿Dónde estará ahora Fernando Simón? Igual esto les parece raro, pero me lo pregunto bastante. Probablemente esté alegrándose muchísimo de no ser también vulcanólogo. O, a lo mejor, como decía al principio, esté en una isla paradisíaca y no se haya enterado ni del volcán, ni del 10º aniversario de ETA, ni de la boda de Ortega Smith. Quizás no sepa que Iván Redondo está por ahí dando entrevistas con altas dosis de vergüenza ajena; puede que ni siquiera haya visto El juego del calamar, y eso que se ahorra, que él ya ha sufrido bastante.
En fin, a lo que iba con todo esto: ustedes, las lectoras y lectores de CTXT, son nuestras Bahamas. No porque con las suscripciones nos vayamos a pagar un retiro en la playa (porque, desgraciadamente, no nos da para eso ni mucho menos) sino porque, con ustedes al otro lado, nos sentimos tranquilas y respaldadas. En una sociedad tan efímera, rápida, “líquida” que dicen algunos como si se nos escurriera entre los dedos, con un ruido constante alrededor y en la que se nos exige una velocidad altísima, que podamos marcar otro ritmo es un lujo solo comparable a tomarse un mojito con una pajita de colores frente al mar.
Algunos suscriptores / suscriptoras nos escriben contándonos que les encanta CTXT y que les gustaría leerlo todo, pero que no tienen tiempo. Este es, probablemente, uno de los mayores dramas de nuestro siglo: cada vez tenemos menos tiempo. Trabajamos todo el día, porque es imposible desconectar teniendo el móvil en las manos. Hacemos cursos, leemos, nos formamos, todo para mejorar en nuestros trabajos, para “aspirar” a seguir subiendo de rango, para cobrar más, para trabajar más, para tener menos tiempo. Para “desconectar” devoramos titulares, entramos en Twitter/Facebook/Instagram y leemos 50 noticias del tirón, no más de dos líneas por tema. Devoramos también, a toda velocidad, personajes: Fernando Simón, Cayetana Álvarez de Toledo, Daenerys de Juego de tronos (¡si hasta hubo gente que le puso su nombre a sus hijos en honor a la madre de dragones!).
Las noticias, las cosas, los personajes, en fin, nos duran poco. Pero gracias a ustedes podemos tener este espacio para pararnos un momento, coger aire y pensar sobre otros temas diferentes, menos actuales, más lejanos o, simplemente, para imaginarnos a Fernando Simón en una playa. Y eso, en los tiempos que vivimos, es muchísimo.
Marina Lobo
Querida familia ctxtera:
Les voy a confesar una cosa: a veces, cuando me siento triste –y eso en estos momentos, que está a punto de bajarme la regla, es la mayor parte del tiempo– me hace feliz pensar que ahora mismo Fernando Simón estará en las Bahamas (que yo nunca he estado, pero debe ser...
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Marina Lobo
Periodista, aunque en mi casa siempre me han dicho que soy un poco payasina. Soy de León, escucho trap y dicen que soy guapa para no ser votante de Ciudadanos.
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