Abismos
La biografía definitiva de Aleister Crowley
¿Quién era en realidad ‘el hombre más malvado del siglo XX’? Richard Kaczynski sentenció el mito en la monumental biografía ‘Perdurabo’, que aparece al fin en español
Albert Gómez 17/12/2021
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Se supone que en el camino del mago en el ascenso a través del Árbol de la Vida debe cruzar un vasto abismo que puede que lo vuelva loco. La metáfora de un abismo colosal me parece perfecta para manejar algunas de las tareas y conclusiones que se deducen de la lectura de la aparición en español de Perdurabo (Aurora Dorada, 2021), la biografía definitiva de Aleister Crowley que sentencia de una vez por todas el fenómeno de la crowleyploitation.
El libro se traduce veinte años después de su primera aparición, once años después de la edición ampliada, y abarca más de dos décadas de investigación por parte del psicólogo social Richard Kaczynski (1963). El primer abismo es una investigación tan minuciosa y detallista que trasciende el concepto de lo profesional hacia el amor o la obsesión en las casi mil páginas que comprende. La cantidad de documentación que maneja resulta abrumadora de comparar en términos periodísticos. En este sentido ya lo aclara Javier Calvo en el prólogo: “A partir de la publicación de Perdurabo la veracidad de toda anécdota, historia o chiste sobre el autor de El libro de la ley se puede comprobar consultando Perdurabo”. Para todo lo demás, necromancia.
De hecho, como libro en sí, más allá del sujeto de la biografía, recuerda fácilmente a una de las monumentales obras de William T. Vollmann en su capacidad para transportarnos por toda clase de localizaciones del siglo XX. En sus páginas aparece una panoplia de figuras líderes del pensamiento contemporáneo que en algún momento conocen a la Gran Bestia: Auguste Rodin, Chesterton, Isadora Duncan, Ian Fleming, Aldous Huxley o Fernando Pessoa, que lo ayuda a fingir un secuestro como promoción literaria antes que Houellebecq recuperara el truco.
Se le hará muy difícil al lector seleccionar la mejor de las anécdotas, desde la guerra mágica con W.B. Yeats y los masones pasando por asuntos de politoxicómano como la aparición del Conde de la Coca o un doctor que presume de haberse inyectado cuarenta gramos de la misma en una sola noche. Hay toda clase de estafas, mentiras y engaños, incluyendo el intento de montar una biografía falsa llamada My Himen. Hay un momento que resultará especialmente selecto para algunos, que es la proclamación unilateral desde una barca de la República Irlandesa.
Se le hará muy difícil al lector seleccionar la mejor de las anécdotas, desde la guerra mágica con W.B. Yeats y los masones hasta la aparición del Conde de la Coca
La parte, creo, más dura tiene que ver con las inhumanas condiciones de vida hacia el final de la historia de la Abadía del Thelema (que incluyen relaciones turbias con cabras) o la indigencia y dependencia de la heroína al final de su vida. También hay toneladas de magia sexual o un matrimonio a la fuga con Rose Edith Kelley que es una de las peores historias de relaciones tóxicas.
El segundo abismo encara propiamente al autor como pilar fundamental del renacimiento ocultista que nos acompaña desde la década de los sesenta, momento en que fue recuperada su figura en algunas de las muchas biografías que repasa el prologuista, aparecidas en España con Melusina o Valdemar, con algunos dejes que parecen sensacionalistas en comparación con el tono de Kaczynski. Javier Calvo también tiene a bien añadir el modo en que Crowley se ha convertido en figura de paso contracultural de numerosas generaciones –desde los góticos hasta los fans de Alan Moore–, de modo que en la biografía vemos pasar toda su descendencia espiritual como Austin Osman Spare, Jack Parsons o el tifoniano Kenneth Grant. También el melómano amante de bandas como Current 93 o Psych TV encontrará algunas respuestas.
Entramos en contacto con el editor Carlos M. Pla para que nos aclare sus propios motivos para la publicación: “Me empujó a publicar Perdurabo la necesidad de visibilizar el trabajo monumental de Richard Kaczynski y la que es a mi juicio la biografía definitiva de La Bestia. Cuando descubrí el potencial de este trabajo fue muy fácil tomar la decisión de publicarla. Además de tratarse de la biografía más documentada, con una cantidad enfermiza de notas a pie de página y referencias bibliográficas, hace algo que además la diferencia de todas las demás biografías: toma distancia del personaje de Crowley y no le juzga: le presenta de forma objetiva y aséptica, casi científica: Crowley como un individuo más, y deja al lector que juzgue por sí mismo”.
Sobre la complicada edición de una obra así por parte de una editorial independiente también nos cuenta lo siguiente: “El proceso de traducción y edición ha resultado extremadamente largo y costoso, como no podía ser de otro modo debido a un libro de estas dimensiones. Sin embargo, debo decir que recibimos todas las facilidades por parte de la editorial estadounidense, North Atlantic Books y además de la del propio autor, Kaczynski, con quien he estado en contacto directo durante todo el proceso de edición consultando con él diferentes cuestiones. Por ejemplo, la icónica fotografía coloreada de la portada del libro busca emular las tonalidades reales y para ello contamos con su asesoría directa, al disponer él mismo de la fotografía original de la túnica con la que Crowley posó. Esta prenda se subastó hace años y Kaczynski contaba con acceso a la misma. Este tipo de ayuda fue muy útil para nosotros. Igualmente, como te digo, el proceso de publicación de un libro tan largo e importante fue todo un reto que espero, hayamos podido solventar satisfactoriamente tras muchos meses de trabajo y esfuerzo”.
De modo que Perdurabo sentencia más de cincuenta años de rumores y aspavientos satanistas, perversiones hippies o citas pervertidas mostrando una figura con muchas más sombras que luces pero que, fuera de toda duda, no era satánica. Tiene toda la razón el editor al afirmar que el estilo del autor permite que juzgues por ti mismo: el que quiera creer lo hará después de leer la biografía, quien quiera odiarlo hallará también todos los motivos del mundo. Por un lado hay la narración de eventos totalmente paranormales, por la otra nos presenta un modelo de hombre totalmente alejado de un mesías.
El estilo del autor permite que juzgues por ti mismo: el que quiera creer lo hará después de leer la biografía, quien quiera odiarlo hallará también todos los motivos del mundo
Habrá quien dirá que es cierto que ha llegado un nuevo eón de individualidad y liberación sexual como las que profetizaba. Su bisexualidad no escandalizaría a ningún zoomer. También es cierto que es difícil alzar como profeta a un individuo cuyas parejas sistemáticamente terminaban con graves trastornos y sumidas en el alcoholismo (ninguna se libra), cuya negligencia provoca la muerte de varios de sus hijos o cuyas relaciones adulteras dejaban estragos, cuando no un ocasional suicidio.
Particularmente creo que el éxito concreto de la minuciosidad de esta biografía es que, a diferencia de las otras a las que he tenido acceso en español, permite al ojo atento ampliar más allá de la vistosa magia sexual o los llamativos viajes astrales para presentarnos, al fin y al cabo, al fundador de un nuevo credo. Lo comento porque en Perdurabo sí pueden apreciarse los detalles que lo emparentan con una gran cantidad de gurús como los que aparecían en El supermercado espiritual (Robert Greenfield, 1979), las muchas series sobre cultos norteamericanos (Wild Wild Country, Jesus Camp…) o el caso español de Escrivá de Balaguer: control biopolítico del cuerpo de los creyentes a través de alimentación, drogas o horarios; madres represivas de credos monoteístas, abusos a mujeres, gran cantidad de nombres y títulos falsos, huidas a otros países e intento de manipular su legislación, prohibición de discutir el contenido de los libros revelados, leer los diarios privados de los miembros, control sexual y un largo etc. Puede verse que más allá de los grados o la terminología empleada no hay demasiado que lo diferencie estructuralmente de Osho o L. Ron Hubbard, la particularidad del caso sería que el ente que entró en contacto con Crowley era un ser angelical llamado Aiwass o Aiwaz.
Para finalizar, el último abismo a cruzar es el del propio lector, sumido en una montaña rusa de abusos de todos los tipos, eventos mágicos, conspiraciones internacionales y viajes por todo el planeta. Al cerrar la última página se siente que uno ha terminado un largo pero divertido viaje astral al siglo anterior. Difícil se ha hecho no terminar soñando con pirámides o esfinges.
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Albert Gómez es periodista, traductor y guionista, autor del ensayo Panero y la antipsiquiatría (2017) y traductor de Iain McWarburg.
Se supone que en el camino del mago en el ascenso a través del Árbol de la Vida debe cruzar un vasto abismo que puede que lo vuelva loco. La metáfora de un abismo colosal me parece perfecta para manejar algunas de las tareas y conclusiones que se deducen de la lectura de la aparición en español de...
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