ROSSO DI SERA
Antifascismo de conveniencia: esbozo de una hipocresía
El centroizquierda italiano apela a una emergencia fascista para convencer a los electores de que sus adversarios son un peligro para la democracia. Luego compadrea con ellos junto a la élite mediática, política y empresarial del país
Alba Sidera 13/01/2022
En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
El pasado otoño se puso de moda en los medios italianos una expresión muy elocuente: “Emergencia fascismo”. Después de años de ignorar y alimentar el monstruo, los medios generalistas parecían haber descubierto que la normalización y el auge del fascismo en Italia era algo de lo que ocuparse y preocuparse. El detonante fue el asalto con violencia del partido neofascista Forza Nuova a la sede del principal sindicato del país, la CGIL. Su plan iba más allá, ya que los neofascistas querían emular el asalto al Capitolio y entrar en el Parlamento italiano. Los líderes de Forza Nuova que participaron en el asalto, encabezados por el exterrorista nero Roberto Fiore, fueron arrestados y el centroizquierda prometió que ilegalizaría el partido con una moción de urgencia. Spoiler: no lo hicieron. Pero lo más grave es que la supuesta “emergencia fascismo” desapareció enseguida. Veamos por qué.
Las imágenes de fascistas asaltando el sindicato dieron la vuelta al mundo. La respuesta a la agresión, una manifestación en Roma organizada por los sindicatos, también tuvo bastante eco. El lema era “Fascismos, nunca más”. Todo esto pasó en medio de las elecciones municipales más importantes, las de la capital. En concreto, justo antes de la segunda vuelta de los comicios romanos, en los que se enfrentaba el candidato del Partido Democrático (PD) con el del partido posfascista Fratelli d’Italia (Fd’I), liderando la coalición con Forza Italia y la Liga.
En esa ola de aparente antifascismo mainstream, el PD ganó la alcaldía de Roma en la segunda vuelta, con la participación más baja hasta la fecha
El PD hizo suya la manifestación y la ola de “antifascismo” que de repente inundó todo el espacio público no abiertamente de derechas del país. Intelectuales, políticos y editoriales hicieron una llamada al voto útil para “parar el fascismo”. Se referían al candidato de Fd’I, la formación heredera del Partido Fascista liderada por Giorgia Meloni. Aquellos días, además, las televisiones y la prensa generalista difundieron un excelente reportaje del digital FanPage que recordaba y evidenciaba los lazos actuales de dirigentes de Fd’I con el neofascismo y con los violentos de Forza Nuova que asaltaron la CGIL.
En esa ola de aparente antifascismo mainstream, el PD ganó la alcaldía de Roma en la segunda vuelta, con la abstención de las periferias y los barrios trabajadores y con la participación más baja hasta la fecha. Pocos días después, Enrico Letta dijo de Fd’I: “Es un partido que hunde sus raíces en el peor fascismo de nuestro país. Y aquí no hay espacio para fascistas ni neofascistas”. Pero de repente la emergencia antifascista que dio el empujoncito al PD en las municipales de Roma, en medio de una desafección política generalizada, se diluyó. O mejor dicho, se evaporó, ya que Letta inició una especie de tour con Giorgia Meloni, con quien presentó nada menos que tres libros. “¡Parecéis pareja estable! ¡Qué bien os lleváis!”, empezaron a gritarles los periodistas. Ellos respondían con sonrisas cómplices y bromitas.
Uno de los libros que presentaron juntos fue el de un gran blanqueador del fascismo, el periodista y buen amigo de Silvio Berlusconi Bruno Vespa. Meloni y Letta presentaron el enésimo libro revisionista del veterano periodista de la RAI dedicado a Mussolini con un buen rollo apabullante. Para entender el papel de Vespa en el blanqueo del fascismo recomiendo ver la entrevista que hizo el 15 de mayo del 2019 al neofascista Roberto Fiore, fundador de Forza Nuova, uno de los detenidos en el asalto al sindicato. En pleno prime-time de la TV pública, Vespa permitió que Fiore, entonces candidato a las europeas, hiciera una apología del fascismo en toda regla y desgranara sus delirios contra “la Europa liberal-masónica, marxista y pro-gender”. Imperdible cómo lo presentó: “Todos sabemos que ha tenido una vida aventurera”, dijo en tono socarrón para introducir a uno de los principales terroristas fascistas de los años de plomo italianos.
Atreju consiste en unas jornadas de debates en torno a los valores del partido posfascista; nació el 1998 para promover las ideas reaccionarias de Alleanza Nazionale
La desmemoria antifascista llegó muy rápidamente tras conseguir la alcaldía de Roma. No solo para el PD: los medios dejaron de tratar el tema. La apoteosis del olvido repentino llegó con la fiesta anual de Fd’I, uno de los eventos intelectuales más esperados por los simpatizantes fascistas de toda Europa: Atreju. Recordemos qué partido es Fd’I: uno que organiza cenas en honor a Mussolini y a la Marcha sobre Roma, aliado de Viktor Orbán, Vox y Jair Bolsonaro. En la última edición antes del paro pandémico, la de 2019, el invitado estrella fue el primer ministro de Hungría, mientras que en la del 2018 fue Steve Bannon, que pronosticó que Meloni tendría éxito porque sería “el rostro juicioso” de la extrema derecha europea. Es el rol que juega: madre católica antiderechos LGTBI, mujer antifeminista y gran patriota.
Atreju consiste en unas jornadas de charlas y debates en torno a los valores del partido posfascista; nació el 1998 para promover las ideas reaccionarias de Alleanza Nazionale entre los jóvenes. Pues bien, en la edición de diciembre de 2021, poco después de la supuesta emergencia fascista, participaron en la fiesta de Fd’I desde los ex-premiers Giuseppe Conte, Matteo Renzi y Enrico Letta a su socio Matteo Salvini y los grillini; del director del diario más vendido, Il Corriere della sera, al presidente de la gran patronal italiana, Confindustria. El más aplaudido por el público fue Letta, que ironizó por enésima vez sobre el feeling que tienen él y Meloni.
Probablemente fue la operación de blanqueo y legitimación de la extrema derecha con raíces fascistas más descarada de los últimos tiempos en Italia. Lo más opuesto a un cordón sanitario, vaya. La plana mayor del mundo político, mediático y empresarial del país desfiló por el escenario de la fiesta del partido de extrema derecha reaccionaria. Según todos los sondeos, Meloni, omnipresente en los medios, podría ser la nueva primera ministra italiana cuando haya elecciones, y el poder siempre se arrima al caballo que pinta ganador. Además, Letta quiere pactar con ella el nuevo presidente de la República, que tendrá que elegirse a finales de mes. Que las élites económicas prefieran a Meloni antes que a Salvini es comprensible: es más estable –más juiciosa, como dice Bannon– que el oportunista e incontinente Salvini, propenso a meterse en jardines, sobre todo rusos. Pero también más vinculada a un fascismo del que no quiere despegarse. Y encima, Fd’I sin Meloni es un partido lleno de personajes con muchas ganas de demostrar su admiración por Mussolini.
El año nuevo comenzó con una treintena de militantes y dirigentes de Fd’I de Nápoles fotografiándose haciendo el saludo nazi para celebrar el 40º aniversario del Movimento Sociale Italiano. El 7 de enero centenares de neofascistas liderados por Casapound desfilaron en formación paramilitar con los brazos alzados en Roma para homenajear a tres camaradas muertos a tiros el 1978, en plenos años de plomo. La primera corona de laurel en su honor fue, como cada año, la del Ayuntamiento de Roma. Esta vez en nombre del alcalde demócrata que consiguió su puesto erigiéndose como el freno al regreso del fascismo. El 10 de enero, en el funeral de una joven militante de Forza Nuova en la parroquia de Santa Lucía, también en Roma, los presentes acompañaron el féretro cubierto con una gran esvástica y haciendo el saludo nazi en medio de la calle, en la puerta de la iglesia. Para qué disimular.
Es una irresponsabilidad apelar a una emergencia fascista para convencer a los electores de que tus adversarios son un peligro para la democracia y a continuación compadrear con ellos. ¿Con qué autoridad hará el centroizquierda italiano el próximo llamamiento al antifascismo? ¿Qué credibilidad tendrá la siguiente “emergencia fascismo”? Cuando la extrema derecha reaccionaria alcance nuevas cotas de poder y los medios hagan editoriales preguntándose cómo ha podido suceder, recordemos quién lo ha legitimado tratándolo, entre risas y complicidades, como una opción democrática más.
El pasado otoño se puso de moda en los medios italianos una expresión muy elocuente: “Emergencia fascismo”. Después de años de ignorar y alimentar el monstruo, los medios generalistas parecían haber descubierto que la normalización y el auge del fascismo en Italia era algo de lo que ocuparse y preocuparse. El...
Autora >
Alba Sidera
Periodista especializada en la extrema derecha y el análisis político. Vive en Roma desde el 2008, donde trabaja como corresponsal. Autora del libro 'Feixisme Persistent'.
Suscríbete a CTXT
Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias
Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí