Faustino Núñez / musicólogo, historiador y escritor
“El flamenco es una excusa para hablar de la importancia de América en la cultura europea”
Pedro Calvo 10/02/2022
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600 páginas de música, de historia, de hallazgos y paradojas que vienen del Nuevo Mundo. Faustino Núñez (Vigo, 1961), gran musicólogo y divulgador del flamenco, ha escrito un tratado espectacular. Nuestro hombre en La Habana, en Cádiz, en Viena: un erudito de la creatividad. Nos propone un cambio de perspectiva en la mirada hacia el flamenco. La perspectiva atlántica pone en solfa algunos dogmas aceptados sobre los procesos que dieron lugar al flamenco. El autor, un gallego enamorado de la Caleta, apunta hacia lo indiano. Máster en musicología por la Universidad de Viena, violonchelista y guitarrista, Faustino Núñez fue director musical de la Compañía de Antonio Gades y presidente de su Fundación. Sus libros sobre flamenco, música española y música clásica son tremendos tratados. Con ese afán científico y didáctico, Faustino ha elaborado a lo largo de décadas los conocimientos que ahora expone en América en el flamenco. Y este libro formidable tiene una cosa muy singular hablando de música: a Faustino Núñez se le entiende.
A estas alturas tenemos muchos tíos en América y un montón de primos.
Hay un contacto demasiado intenso como para ser obviado. Y se ha obviado por una cuestión ideológica, por un complejo de superioridad que tenemos aquí en Europa. Siempre me han dicho: ¡Pero cómo nos van a dar ellos si nosotros los descubrimos! Hay muchos primos de América que ahora están empezándose a revelar, que eran desconocidos. Es el caso de María Martínez, que hasta que no la localizó José Luis Ortiz Nuevo, no sabíamos que esa mujer aquí, en el siglo XIX, fue toda una diva, cubana y negra, cantando canciones andaluzas. O el Negro Aquilino.
Hacer las Américas era algo muy flamenco…
La experiencia americana de los artistas es importante. Carmen Amaya estaba en Valladolid el 18 de julio de 1936 y se cuela por la frontera portuguesa, se va a Lisboa y allí coge un barco para Buenos Aires. Detrás va Sabicas. Y Carmen Amaya, escapando de la que se estaba liando aquí, se tira nueve años en América. En Buenos Aires le pusieron su nombre a un teatro.
Sabicas me contó el miedo que pasaron al subirse por primera vez a un avión para ir a actuar a la Casa Blanca, invitados por el presidente Roosevelt. “¡Las azafatas, qué mujeres más malas!”, me decía Sabicas comiéndose un helado de vainilla en Manhattan. Las azafatas amarraron al maestro de la guitarra con el cinturón de seguridad al asiento. Y en México, Carmen Amaya interviene en la película Pasión Gitana (1945), donde baila un fandango acompañada por una orquesta de jazz. Y esto sucede muchísimo antes de que se inventara lo de la fusión.
No se habla de lo que la experiencia americana impactó en el arte de Carmen Amaya y de Sabicas. Se suele obviar y no se estudia el impacto que causó en esta gitana el haberse pasado nueve años de gira americana: Buenos Aires, México, Hollywood, la Casa Blanca.... En los siglos XVIII y XIX, las compañías españolas también hacían las Américas, pero la experiencia americana suele estar escondida. Cuatro años antes de hacerse la que está considerada como la primera película del cine sonoro, El cantor de jazz, con Al Johnson, Lee De Forest grabó a Concha Piquer en Nueva York para el documental Far from Seville (1923). Concha Piquer llegó con 18 años a Broadway y allí estuvo cinco años seguidos de éxito. La experiencia americana de esta gente fue bestial.
Esto va más allá de los cantes de ida y vuelta. Parece que la orientación de los influjos es siempre de oriente a occidente
Explícame la perspectiva atlántica.
Somos fruto de nuestra historia. Todas las culturas se nutren de lo que van aprendiendo. Andalucía es tierra rica en culturas y en mestizaje milenario, como tierra antigua que es y como encrucijada de la humanidad. Andalucía es el eje atlántico del que partieron las naves de Colón; y más importante todavía, el sitio al que volvieron, con Sevilla primero y Cádiz después, que fueron las cabezas de la empresa indiana con categoría de exclusividad durante siglos. “Nace en las Indias honrado, donde el mundo le acompaña; viene a morir en España y es en Génova enterrado”, escribió Quevedo. Para ir a América, aunque no pudieron contener los viajes de ingleses, holandeses y portugueses, el comercio se intentaba capitalizar desde la Corona española. Los pueblos son hijos de su historia y el flamenco es una música relativamente reciente, de mediados y principios del siglo XIX, que es cuando empiezan a cristalizar los estilos que hoy reconocemos como flamencos. Las raíces, sin duda, son más antiguas, pero lo que hoy llamamos flamenco no va más allá de 1850. Y lo que propone la perspectiva atlántica es que no podemos quedarnos en ver que el flamenco sea de influencia americana sólo en las canciones evidentemente americanas. Cuando oyes una milonga, una vidalita, una guajira o una rumba, salta al oído claramente que son traducciones a lo flamenco de canciones indianas. Pero yo digo que en las músicas del siglo XVI, sobre todo en el XVII y también en el XVIII, hubo ahí un flux et reflux de miles de idas y venidas donde lo americano está presente en toda la forja y la fragua del género flamenco.
Lo de los cantes de ida y vuelta era como un premio de consolación.
Esto va más allá de los cantes de ida y vuelta. Parece que la orientación de los influjos es siempre de oriente a occidente. Y no, la influencia de occidente hacia oriente tiene lugar desde el siglo XVI en la cultura española y en la mundial. El flamenco no puede escapar de una corriente cultural tan importante como esa. Se descubrió un Nuevo Mundo, un continente que no aparecía en la Biblia. Como hizo notar el escritor Stefan Zweig en su libro sobre Américo Vespucio: en diez años se descubrió más que en mil.
Teorizas que antes de llegar al flamenco, ya hay patrones musicales americanos que han saltado a la música académica europea. Vamos con la zarabanda y la chacona.…
Si el flamenco niega la afección americana…, fíjate ya si hablamos de Bach o de Mozart, que también la tienen. Sin embargo, los europeos nos volvimos americanos en 1493. El descubrimiento americano impulsó mucho esta música moderna del parlar cantando, fundamental para la ópera, para el teatro cantado. Los florentinos lo llamaron la Nuove Musiche. Pero esto antes ya lo estaban haciendo y teorizando los monodistasespañoles, Valderrábano y Mudarra. Esas técnicas de improvisar sobre una cadena de acordes ya se estaban utilizando en lo que yo llamo danzas atlánticas: la folía, el pasacalle, la chacona, la zarabanda… Los españoles intervienen mucho en estas nuevas músicas a través de los acordes y la tonalidad, de la fantasía, de la improvisación, de la glosa, del tiento, de la rechercata. Son cadenas de acordes que permiten la improvisación, impulsando el bajo ostinato que dará lugar al bajo continuo, que es la base de la música barroca. Los cantes flamencos son cadenas de acordes sobre los que se han construido melodías que han quedado fijadas por la memoria. En su Historia de la Música Española, la primera del género, Soriano Fuertes dice sobre los monodistas florentinos: “Esta música se hacía a golpe de guitarra tal y como hoy hacen los cantadores de la Viña, la Macarena y el Perchel”. Lo dice en 1850 y se refiere a los bajos ostinatos sobre los que se improvisaba. Yo aventuro, sin querer sentar cátedra, que el impulso americano tiene mucho que ver en esto. Otra cosa es que no se quiera reconocer la revolución de los modistas españoles en el siglo XVI porque España siempre ha estado en la última división de la música académica.
La música cargada de polémicas…
Cuando hablas de estas cosas parece que estás haciendo chovinismo. Que no, pisha. El flamenco es una excusa para hablar de la importancia de América en la cultura europea. Los europeos somos americanos desde hace mucho. América nos ha invadido, no solo después del desembarco en Normandía y el Plan Marshall, desde mucho antes forma parte de nuestra cultura: la patata, el tomate, el chocolate y el tabaco son cruciales. La música no escapa a eso, pero al ser tan abstracta es más manipulable a la hora de ser interpretada. Los austriacos no admiten que el primer vals de la historia aparece en la ópera “Una cosa rara”, que es de un español, Vicente Martín y Soler, que triunfaba en Viena en la época de Mozart y era más famoso que Mozart. Lorenzo da Ponte le escribía los libretos.
España es experta en tirar piedras a su propio tejado.
España es la principal culpable. Hemos asumido tanto la leyenda negra como la imagen que querían proyectar sobre nosotros los franceses, sus viajeros románticos en busca del exotismo oriental.
El teatro era un espectáculo popular completo: por un real estabas cinco horas. Participaban todas las clases, desde las audiencias populares a las élites
¿Qué papel ha jugado históricamente el teatro en la difusión de la música?
El teatro era un espectáculo popular completo: por un real estabas cinco horas. La actividad teatral ha sido fundamental en la transmisión de la música. En los entreactos de las comedias se hacían números de variedades: humoristas, malabaristas, cantantes, bailarines, saltimbanquis… Participaban todas las clases, desde las audiencias populares a las élites. Los fandangos, las seguidillas, las jotas, los zorongos, las cachuchas, las habaneras, los tangos, esto era lo popular. Y el flamenco bebe mucho de ese repertorio popular, y del jaleo, que es una auténtica fiebre. Los jaleos luego cristalizarán en dos estilos flamencos: las cantiñas (jaleos en modo mayor) y las soleares (jaleos en modo flamenco). En América, al principio de la Colonia, casi antes que las iglesias, se hacen los teatros, en México, en Cuba y en todas las capitales. Las compañías teatrales españolas iban a La Habana y, si gustaban, ya seguían a las otras capitales americanas. Si no gustaban, volvían. Igual sucedía en Cádiz con las compañías americanas.
En las dos direcciones, los artistas cruzaban el Atlántico para probar fortuna.
Había un trasiego continuo de cantantes y músicos. Ortiz Nuevo, en sus libros ¿Se sabe algo? y Tremendo asombro, ha estudiado mucho esta actividad teatral en La Habana y en Cádiz. Todos los días se hacían canciones en los teatros: los jaleos, los jarabes, los zapateos, las seguidillas de todo tipo y color.
Franconetti codifica todo convirtiéndolo en un espectáculo total: flamenco en sus tres vertientes de cante, toque y baile
Y en eso llegó Silverio, el hombre que puso las calles en el flamenco. Franconetti inventó una forma de espectáculo, ahormó y desarrolló el género.
Silverio Franconetti fue un chaval sevillano superdotado, con un don para el cante, con un físico muy apropiado para ser llamado a los teatros de ópera más importantes del mundo. Pudo irse por la lírica y ser el gran tenor o barítono de la historia, como Fleta o Caruso, pero, por suerte para nosotros, se fue por la lírica flamenca, por el bel canto andaluz. Ya era cantaor cuando hizo la aventura de marchar a América. Su experiencia americana es importante. Regresa a España en 1864 después de haber estado siete años en Uruguay y Brasil, ejerciendo allí las profesiones de picador de toros y militar. No hay noticias de que se hubiera dedicado al cante en aquellas tierras. Tras esa peripecia, Silverio regresa y debuta en Cádiz con el maestro Patiño a la guitarra nada menos. Luego actúa por las ciudades españolas y acaba en el sevillano Café del Burrero. En 1881 funda el Café de Silverio en Sevilla, que congregó a los más grandes artistas flamencos de la época y extendió la moda comercial de los cafés cantantes. Silverio hacía los cuadros artísticos, contrataba a la gente. Y tiene esa visión de la profesionalización, anima a sus colegas. Si no fuera por Silverio, el flamenco se hubiera quedado en las fiestas y actuaciones esporádicas. Pero Franconetti codifica todo convirtiéndolo en un espectáculo total: flamenco en sus tres vertientes de cante, toque y baile. El género encuentra su espacio. Silverio crea un mundo de competencia y rivalidades entre artistas. Busca ese contrapunto entre Fosforito de Cádiz y Chacón, mete ahí a la Serneta y coge a Juana la Macarrona y a la Malena. Esa revolución escénica solo podía hacerla una persona que fuera un divo. Silverio Franconetti profesionalizó el flamenco. En 1889 pega el pelotazo la Macarrona en la Exposición Universal de París. Y eso impulsó definitivamente el arte flamenco para que entraran más tarde por la puerta grande esos tres gigantes: la Niña de los Peines, Manuel Torre y Antonio Chacón. Y además iban como escuderos a la guitarra Ramón Montoya, el Niño de Huelva, Paco de Lucena… Flamenco All Stars. Eso fue el acabose.
¿Cómo nace tu interés por la relación histórica entre las músicas de América y las de aquí?
Un día de 1985 estaba en mi apartamento de la Lerchenfelder Straße en Viena. Estaba con mi compadre venezolano y hoy célebre director de orquesta Manuel Hernández-Silva y con el también venezolano y gran musicólogo Ignacio Barreto, y ahí oí hablar por primera vez del “fandango, baile de los que han estado en los reinos de Indias”. Y se me encendió una luz. Hasta entonces yo tenía la posición normal tan prepotente del español: ¡Cómo va a venir de las Indias el fandango! ¡El fandango es algo nuestro! Desde entonces he reunido un archivo con todo lo que he encontrado sobre el tema.
El tango cubano desembarca en Cádiz a principios del XIX y es integrado por la zarzuela. El carnaval de Cádiz lo coge como base de su expresión para los coros
Muchos son los temas de calado que contiene este tratado enorme. Disparo este: el fandango y el tango tienen desinencia africana.
El modo flamenco proviene del fandango indiano. El fandango es un género que da nombre a dos estilos distintos según la época. El fandango que sienta las bases de buena parte de los estilos flamencos es el fandango antiguo, el fandango del XVIII, que da pie a las soleares, las cantiñas, los jaleos… Después está el fandango cantable ya a partir del XIX y sobre todo en el siglo XX con el nacimiento de las malagueñas, las granaínas… Y pasamos al tango, que es el gran invento de la música moderna. No ha habido otro patrón tan simple y tan potente. El tango es un concentrado de cultura hispánica, que se basa en el patrón anfíbraco, que lo llamamos patrón de habanera cuando es romántico y patrón de tango cubano cuando es pícaro. El tango cubano desembarca en Cádiz a principios del XIX y es integrado por la zarzuela, el teatro otra vez. El carnaval de Cádiz lo coge como base de su expresión para los coros a pie. Corre como la pólvora. Del carnaval de Cádiz viaja a Buenos Aires y Montevideo con los coros del carnaval, y ahí los compositores argentinos fundan el rey de los tangos: el tango argentino. Pero es que, además, la cadencia de tango llega a la canción napolitana, al pasodoble español o a la cuarta sinfonía de Brahms. ¡Qué sacrilegio! El tango no era flamenco al principio; era de los tangueros y tangueras, tenía una picaresca superficial. Pero los flamencos tienen un sistema para hacer jondo lo superficial, que es hacerlo, en vez de en mayor o en menor, en modo flamenco, que es el de la seguiriya y la soléa. Y parar el tiempo. Así nace el primer tango flamenco, que es el “tango de los tientos”. Nace un grupo genérico muy variado, muy rico y de mucho éxito, al que pertenecen el garrotín, la farruca, la rumba, la milonga, la vidalita, la guajira… El tango, midiendo a dos y a cuatro, llenó un hueco que había en el flamenco, lo abrió al compás binario. Se dice que el primero que lo hizo fue el maestro gaditano Enrique el Mellizo.
Sin ánimo de montar pugilatos, me ha gustado eso que cuentas del fandango y el blues...
El fandango cantable (rondeñas, malagueñas, fandangos locales y naturales) tiene una estructura armónica que curiosamente coincide con el blues. (Faustino coge la guitarra). En el fandango cantable haces tónica, dominante, tónica, dominante, tónica y cadencia. Si a esto le quito la cadencia y le meto el modo mayor (con la característica séptima menor en cada uno de los acordes que marca la diferencia), tenemos el blues. El fandango cantable tiene mucha cercanía con las músicas de México, Nueva Orleans y Texas. El poder americano blanco se ha encargado de borrar la huella española por lo que pudiera ennegrecer su brillante historia. Pero los esclavos de Nueva Orleans vienen del primer distribuidor de esclavos en el Caribe, que era La Habana. Y no es de extrañar que llegaran empapados de cultura hispana. No en vano el legendario Jelly Roll Morton le dijo en 1938 a Alan Lomax hablando del spanish tinge: “Si no logras matizar con tintesespañoles tus melodías, nunca podrás obtener el condimento adecuado para el jazz”. Creo que se refería a la mano izquierda del ragtime, que es una habanera.
Si has nacido en la calle Cantarería de Jerez tienes más probabilidades de hacerte un buen flamenco desde pequeñito, porque la música es una destreza
¿Qué presente y qué futuro le auguras al flamenco?
Un futuro parecido al ya vivió el jazz en los años veinte del siglo XX, que se internacionalizó y empezaron a surgir jazzmen en París y en todo el mundo, algunos de una calidad bestial. El flamenco se ha convertido en una música universal y, como cualquier otra música artística, necesita estudio a conciencia, y preparación y paciencia. Lo importante para hacer flamenco es ser sapiens sapiens. Con que seas homo sapiens ya puedes ser flamenco, no es preciso nacer en Cantarería. Hombre, si has nacido en la calle Cantarería de Jerez tienes más probabilidades de hacerte un buen flamenco desde pequeñito, porque la música es una destreza. Va a haber artistas flamencos de todas las nacionalidades y esto va a ser un festival universal. No sabemos mucho todavía de lo que se está haciendo por ahí afuera, pero he tenido en el Conservatorio Superior de Córdoba alumnos extranjeros que mandaban a por tabaco a los de aquí.
Cómo es esa ley tuya que tienes a medias con el químico Antoine Lavoisier…
La música, como la materia, ni se crea ni se destruye, solo se transforma. La música está en continua evolución. Mozart es una transformación de Haydn, Beethoven es una transformación de Mozart, Schubert de Beethoven, Schumann de Schubert, Brahms de Schumann, Bruckner de Brahms, Mahler es una transformación de Bruckner. Y luego vino Schönberg, que rompió la baraja con el dodecafonismo. La música académica contemporánea es cosa de élites.
Dejo en el aire que alguien salte pidiendo una petenera. América en el flamenco, bellamente editado, rico en ilustraciones, esquemas y códigos QR, tú te lo autoeditas. ¿Dónde o cómo se puede mercar?
En tiendas especializadas en flamenco, en El Flamenco Vive, de Madrid, o en la Librería Manuel de Falla en Cádiz. O tratando directamente conmigo a través de Facebook por privado en está dirección.
600 páginas de música, de historia, de hallazgos y paradojas que vienen del Nuevo Mundo. Faustino Núñez (Vigo, 1961), gran musicólogo y divulgador del flamenco, ha escrito un tratado espectacular. Nuestro hombre en La Habana, en Cádiz, en Viena: un erudito de la creatividad. Nos propone un cambio de perspectiva...
Autor >
Pedro Calvo
Periodista chusquero. Nací en Cuatro Caminos (Madrid), en 1954. Vengo de los felices tiempos del estajanovismo plumilla. Me dio por escribir de músicas y de la tele. Tengo el humor ahí. Una manía. En RNE me dejan ponerme fino delante del micro.
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