A bocajarro
Kondogbia, Lodi y Luuk de Jong: los sostenes inesperados de Simeone y Xavi
En las alineaciones de esta campaña, ningún analista hubiera apostado por ellos como piezas clave de sus equipos. Ahora lo son para conseguir una plaza Champions
Felipe de Luis Manero 5/03/2022
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A menudo suelo contar que mi estancia en México fue tranquila, que no es para tanto, que no sufrí ningún incidente peligroso digno de mención. Pero eso no es del todo cierto. Hubo una noche extraña, arrinconada en lo más recóndito de mi mente, en la que creo salvé el pellejo de milagro. Me hice amigo de una chica normal que tenía un novio que no lo era tanto y que a su vez era componente de una pandilla de tipos raros que bien podían rozar la condición de sicarios.
Una noche, no importa cómo, acabé en la casa de uno de estos proyectos de gánster. Yo estaba acompañado por dos amigos españoles, los tres callados y expectantes ante lo que pudiera acontecer allí. En un momento dado, el dueño de la casa nos contó que tenía “allí mismito” una pistola. A pesar de la atmósfera lisérgica que lo envolvía todo, no parecía estar bromeando. La conversación, como comprenderéis, no fluía. Entonces, a alguien se le ocurrió hablar de la distinta forma de pronunciar el nombre de los grupos de música anglosajones que tenemos en México y en España. Allí son más profesionales y dicen “Iu-Two” en lugar de nuestro prosaico “U-Dos”. El tema no tenía mucho más recorrido, pero uno de mis amigos intentó dilatarlo. Dijo, a modo de chiste tal vez (yo aún no lo comprendo bien), que en España a Michael Jackson le llamábamos Miguel Jacobo. Sí, Miguel Jacobo. Silencio total. Un silencio denso, pesado, desagradable. Ni una puta risa. No sé cómo salimos con vida de aquella.
Imagino que un silencio similar inundó el vestuario del Barça la primera vez que entró Luuk de Jong, un silencio incómodo moteado de miradas torvas que se prolongarían hasta el momento de saltar al césped para entrenar, cuando el neerlandés indicó a sus nuevos compañeros que prefería los pases por arriba, señalándose a la cabeza, que al pie.
Luuk de Jong es el delantero de las cinco grandes ligas con mejor media goleadora por minuto disputado (un tanto cada 66 minutos)
Hubo mucha chanza al principio con el pobre Luuk: el malo de los De Jong, el delantero antiBarça, y cosas así. Y ahora, con la dinámica ascendente del equipo cimentada en las llegadas de Aubameyang, Adama y Ferran (tal vez el fichaje al que más le está costando arrancar) y en el regreso de un semidiós, como es Pedri, nadie pone el foco en el ex del Sevilla. Es otra muestra de la endeble memoria que siempre tiene el fútbol; sus goles y su trabajo sostuvieron a Xavi cuando los refuerzos solo eran deseos en el aire y el equipo, ya sin Koeman, seguía despeñándose sin aparente remedio.
Luuk de Jong es el delantero de las cinco grandes ligas con mejor media goleadora por minuto disputado (un tanto cada 66 minutos). Teniendo en cuenta este dato, sus cinco goles en Liga no parecen tan poca cosa, máxime cuando tres de ellos (ante Mallorca, Granada y Espanyol) le han reportado de manera directa puntos al conjunto catalán. En resumen, el neerlandés no tiene ADN Barça, es cierto, pero se ha sobrepuesto a las mordaces críticas iniciales y se ha transformado en un recurso valioso cuando el estilo queda opacado ante la cercanía de la derrota.
Diferentes están siendo los casos de Lodi y Kondogbia en el Atlético. Simeone, más urgido por su pasado excelso que Xavi, llevaba toda la temporada probando cosas sin encontrar el resorte adecuado para activar el equipo. Y, de repente, en la plantilla de las estrellas (Griezmann, Suárez, Joao Félix, De Paul…), son dos secundarios los que se han erigido en héroes inopinados del conjunto rojiblanco.
Si el fútbol es inmediatez, no hay nada más reciente que los dos últimos partidos. Ante el United y el Celta, el Atlético (por largos tramos) fue el equipo agresivo en la presión, filoso en ataque y disciplinado en defensa de otros tiempos. Y en estos dos encuentros sobresalieron inequívocamente Lodi y Kondogbia.
Simeone, a menudo acusado de enterrar jugadores, se ha inventado una posición para el brasileño: en ese híbrido de extremo, carrilero y lateral sin tantos deberes defensivos es cuando estamos viendo al Lodi más suelto, confiado e incisivo. Ante el United regaló un magnífico centro a Joao Félix y frente al Celta marcó dos tantos (de los cinco que lleva en total con la elástica rojiblanca), los dos primeros de la temporada en Liga (marcó uno en Copa).
Los dos goles ante el cuadro celeste tuvieron el mismo asistente: Geoffrey Kondogbia. El centroafricano, además de mostrar sus dotes de recuperador incansable ante el United, se reveló frente al Celta como un auténtico maestro del desplazamiento en largo, cualidades ambas que dificultan sobremanera el regreso al once titular de Rodrigo de Paul. Sin embargo, las inoportunas molestias musculares por las que fue sustituido en el último choque podrían relegarle al banquillo en los próximos partidos y, lo que es peor, obligar a Simeone a cambiar un once que, por primera vez en la temporada, parecía estar funcionando.
Sea como fuere, es curioso que sean estos dos jugadores los impulsores del salto en resultados y, sobre todo, en sensaciones del Atlético. Más presente Kondogbia que Lodi (el brasileño ha estado lastrado por el buen hacer de Carrasco en el carril izquierdo en el esquema de tres centrales) en las alineaciones de esta campaña, ningún analista hubiera apostado por ellos como piezas clave del vigente campeón de Liga. Ahora lo son para conseguir una plaza en la Champions la próxima temporada, batalla en la que también está inmerso Luuk de Jong. Los tres aún tienen mucho que decir en esta recta final de temporada.
A menudo suelo contar que mi estancia en México fue tranquila, que no es para tanto, que no sufrí ningún incidente peligroso digno de mención. Pero eso no es del todo cierto. Hubo una noche extraña, arrinconada en lo más recóndito de mi mente, en la que creo salvé el pellejo de milagro. Me hice amigo de una chica...
Autor >
Felipe de Luis Manero
Es periodista, especializado en deportes.
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