1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

  311. Número 311 · Agosto 2024

  312. Número 312 · Septiembre 2024

  313. Número 313 · Octubre 2024

  314. Número 314 · Noviembre 2024

Ayúdanos a perseguir a quienes persiguen a las minorías. Total Donantes 3.347 Conseguido 91% Faltan 15.800€

sáficas

A Cristina le gustaba Marcela

Cuánto seguimos padeciendo por no disfrutar de más poemas, cuentos y novelas donde las mujeres se amen entre sí

Rubén A. Arribas 8/07/2022

<p>La escritora uruguaya Cristina Peri Rossi, ganadora del Premio Cervantes 2021. </p>

La escritora uruguaya Cristina Peri Rossi, ganadora del Premio Cervantes 2021. 

Imagen de archivo

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Hace algunos años Olga Merino publicó la columna “Cuando te gustan las chicas”, donde opinaba que el lesbianismo debía pelear todavía mucho para ser visualizado como algo distinto a un “pozo de desdichas” en el imaginario colectivo. Entre otras cosas, Merino sostenía que el adjetivo lesbiana sonaba peyorativo, y remitía a mujeres agresivas, poco femeninas, cabreadas y de clase social media baja, algo que tiene poco o nada que ver con lo que sugiere la homosexualidad masculina. Según esta periodista y novelista, “el imaginario en torno a los hombres gais es más positivo: alegría, gusto estético, poder adquisitivo y la complicidad de aliadas femeninas en la oficina”.

Merino hacía esta reflexión a la par que reivindicaba la figura de Jeanette Winterson, coetánea de Hanif Kureishi, Martin Amis, Salman Rushdie o Ian McEwan, pero cuyos libros han pasado bastante más inadvertidos. Si traía a colación a la escritora británica no era solo por la calidad de su prosa, sino porque sus libros aportaban una mirada novedosa. Así, en Fruta prohibida (1985), en vez de contar la enésima historia trágica de la chica homosexual que se redime por la vía del matrimonio o se suicida, recurrió al humor y “transfirió la distorsión a la mirada pecaminosa y torcida del otro”. Y, en Escrito en el cuerpo (1992), “el lector no llega a saber con certeza si la voz que narra pertenece a un hombre o a una mujer”. Obras así, concluía Merino, marcan un camino posible: “difuminar etiquetajes, imposiciones y límites genéricos”.

Al pensar cómo resignificar el término lesbiana, me acordé del hermoso título de una recopilación de poemas llamada A Chloe le gustaba Olivia

Al pensar sobre cómo resignificar el término lesbiana, me acordé del hermoso título de una recopilación de poemas llamadaA Chloe le gustaba Olivia (Sabina Editorial, 2021), que conocí a través del boletín de Librerantes. El título es un homenaje a la epifanía que tuvo Virginia Woolf mientras leía esa frase en una novela de Mary Carmichael. Además de pedirle al público que asistía a su conferencia que no se sobresaltara ni se ruborizara, pues era sabido que “a veces a las mujeres les gustan las mujeres”, Woolf acotó a continuación: “Y entonces me di cuenta de qué inmenso cambio representaba aquello. Era quizá la primera vez que en un libro a Chloe le gustaba Olivia”.

Todo ello está recogido en el mítico ensayo Un cuarto propio –otras veces traducido como Una habitación propia–, publicado en 1929. Al margen de la imprecisión cronológica que comete Woolf, su gesto tiene un enorme valor como autocrítica: ella mira su biblioteca, repasa lo que ha leído y no solo encuentra una carencia suya, sino que valora como un hallazgo esa idea que encuentra en una autora novel, semidesconocida, y se hace eco de ella citándola en público. Y, por si fuera poco, la toma como base para construir una investigación propia y plantear ante su audiencia una pregunta vital para la literatura que estaba por escribirse: ¿cuántas novelas muestran a las mujeres como un mero producto de sus relaciones con los hombres, y no como seres humanos complejos e independientes capaces de establecer lazos de amistad o amor con otras mujeres, o de gozar de su intimidad y de su vida como les plazca?

Woolf argumentó su punto de vista a través de una oportuna y precisa imagen especular: “Supongamos, por ejemplo, que en la literatura se presentara a los hombres solo como los amantes de mujeres y nunca como los amigos de hombres, como soldados, pensadores, soñadores; ¡qué pocos papeles podrían desempeñar en las tragedias de Shakespeare! ¡Cómo sufriría la literatura!”.

Casi cien años después, no se puede explicar mejor cuánto seguimos padeciendo por no disfrutar de más poemas, cuentos y novelas donde las mujeres se amen entre sí. En fin, deberíamos decir más a menudo “A Chloe le gustaba Olivia” como una manera de mostrar nuestro compromiso con la diversidad de la vida. Incluso podemos adecuar los nombres a la ocasión, como hizo Pilar Bellver primero en un cuento y más tarde en la novela que nació de él, A Virginia le gustaba Vita (Dos Bigotes, 2016).

Dos bolleras poco boyantes

Volviendo al artículo de Olga Merino: en él se llamaba también la atención sobre un cuento de Flavia Company, Una vida en común, protagonizado por dos mujeres septuagenarias que llevan más de cuarenta años en pareja, a quienes en su barrio las toman por “las hermanas aquellas del bloque de enfrente”. El subrayado pone de relieve un prejuicio social muy extendido: muchas personas son incapaces de imaginar que dos mujeres mayores puedan ser pareja (y no digamos ya eso de que hagan el amor cuando les apetezca...).

Como no conocía el cuento, lo busqué –está incluido en Con la soga al cuello (Páginas de Espuma, 2009)– y lo leí. Encontré que la historia de amor entre Rita y Míriam, que así se llaman esas dos venerables señoras, es, sobre todo, una historia de precariedad económica. De hecho, les sucede lo mismo que a tantas otras parejas hoy: uno de los cónyuges no ha cotizado lo suficiente a la Seguridad Social, por lo que la economía familiar depende exclusivamente de la pensión del otro. En ese sentido, Una vida en común da cuenta de lo difícil que es armonizar la precariedad y el amor cuando ya no se está en edad de trabajar.

Míriam no tiene inconveniente en quedarse embelesada “ante el escote veraniego de la cajera” del supermercado, mucho más joven que ella

Eso sí, Company lo hace con sentido del humor y construyendo situaciones que problematizan las convenciones del imaginario colectivo. Así, Míriam no tiene inconveniente en quedarse embelesada “ante el escote veraniego de la cajera” del supermercado, mucho más joven que ella. Y tampoco lo tiene en rememorar que Rita, cuando eran jóvenes, se acostó “con aquella guarra” un número indeterminado de veces, una infidelidad que se tradujo en una separación temporal y en una herida que aún le duele. Quizá por eso la frase que resume el espíritu del cuento sea esta tan juguetona: “Pues no tendremos una situación boyante, vale, pero bollera sí que es, no me lo negarás, ¿eh?”.

Más amazonas al galope

Poco después de leer el artículo de Olga Merino –aunque es de 2015, caí el año pasado en él– se publicó De la estirpe de las amazonas (Wunderkammer, 2021), de Esther Peñas. Cuando escribí sobre él, olvidé participar en el juego que propone el ensayo: aportar nombres a la larga lista ahí citada, y aumentar así el acervo de mujeres cuyo ardor intelectual las ha hecho o hacen merecedoras de ser distinguidas como amazonas.

Un juego, todo sea dicho, en el que se me anticipó Gata Cattana (amazona rapera) en Lisístrata (2015): “Yo no camelo perfumes de Nina Ricci / soy más de libros de la Silvia Federici […] Sin más que decir, que aportar a la causa un tributo a mis musas que luchan: / Rosa de Luxemburgo, [Clara] Campoamor, griega amazona, vestal romana, sendero impío hacia la vida humana / Keny Arkana, Safo, Hipatia, [Rosa] Parks y Hatshepsut, Yo os invoco hijas de Eva buscando una luz".

Por mi parte, pensé en tres amazonas muy distintas entre sí. Primero se me ocurrió la argentina Liliana Felipe (amazona cabaretera), residente en México, quien rebatió a Freud en su famosa y divertida canción Las histéricas. Además, compuso otras obras tan reivindicativas como Tienes que decidir o grabó una versión musical de Tabaquería, el poemario de Fernando Pessoa.

Otra fue la inglesa Anne Lister (amazona industrialista), cuyos diarios publicó la editorial Ménades y que cobraron vida a través de la serie Gentleman Jack (HBO). Más allá de la dificultad de ser lesbiana en el siglo XIX, lo fascinante de Lister (1791-1840) es verla gestionar el patrimonio –incluidas unas minas de carbón– de una aristocrática familia venida a menos, algo que la obligó a lidiar con banqueros, terratenientes y obreros. Y todo ello con la música de la Revolución industrial de fondo.

La tercera fue Cristina Peri Rossi (amazona desbocada), quien me vino a la mente por un fragmento del ensayo donde Peñas cuenta que, en el París de principios del siglo XX, la crítica literaria consideraba que las escenas lésbicas fetén eran las que perpetraban Emile Zola o Pierre Louÿs, pero no Renée Vivien y otras escritoras. No me sorprendió enterarme de ese detalle, pero sí despertó mi curiosidad por saber qué opinaría la crítica en lengua española si le planteasen una pregunta similar. Si bien me faltan lecturas al respecto, intuyo que Cristina Peri Rossi, galardonada con el Premio Cervantes 2021, debería figurar en la terna finalista a la Medalla al Mérito Erótico.

Peri Rossi nunca defrauda en ese aspecto. Basta echar un vistazo a su libro de cuentos Los amores equivocados (Menos Cuarto, 2015), donde La venus de Willendorf arranca así: “Hay gente que después del cuarto orgasmo consecutivo necesita urgentemente algo que alimente su sentimiento de culpa. No les ocurre lo mismo si solo se trata de uno o dos”. Y La escala Lota empieza asá: “La chica se había arrodillado en el suelo, en cuatro patas, con el rostro un poco alzado dirigido a la ventana, las piernas levemente abiertas y el limpio culo, rosado y sin vello apuntando hacia ella, que seguía de pie, detrás”.

“(...)Bajó la cremallera de su elegante pantalón de seda, arrastró la breve tanga negra que cubría su pubis y permitió que su sexo, amplio, empapado, se pegara al culo de la muchacha (...)”

Una pena que Cecilia Roth no los leyera cuando recogió el galardón en nombre de su amiga. Hubiera sido divertido escucharla leer pasajes como “bajó la cremallera de su elegante pantalón de seda, arrastró la breve tanga negra que cubría su pubis y permitió que su sexo, amplio, empapado, se pegara al culo de la muchacha”, o “siguió embistiéndola por detrás, procurando que la mucosa mojada de sus labios vaginales chorreara sobre el ano abierto de la muchacha”. Ni invocando a Guillaume Apollinaire y sus once mil vergas se habría podido arreglar el desmadre organizado por convertir el paraninfo alcalaíno en un jardín para ninfas. Eso sí, tal vez habría resultado educativo para algunas autoridades o medios de comunicación cómplices de la homofobia.

¡Hasta el orgasmo final!

A propósito de la glorificación cervantina de Peri Rossi, y por aquello de bajar el estro cuentístico que me había dejado la relectura de Amores equivocados, me adentré en Nocturno urbano (FCE, 2022), que recoge en un solo volumen los relatos de Cosmogonías (1989) y el poemario Habitación de hotel (2006). En el primero encontramos a una Peri Rossi provocadora, digresiva y algo desmesurada –en su línea, bah–, pero más atenta a lo político o lo social leído en clave kafkiana que a lo erótico. Quizá su pansexualismo literario llame tanto la atención que haya sepultado estas otras aristas de su obra; sin embargo, como dice de sí misma el personaje del relato Te adoro, a la ganadora del Premio Cervantes hay que leerla como la hija de “la época del psicoanálisis, el existencialismo, la radicalidad, y de haga el amor no la guerra” que es.

Todo ese bagaje se entrevé en Suicidas S.A., El club de los indecisos o Los desarraigados. Esos y otros relatos del libro me hicieron recordar la mención que hizo de Jonathan Swift en el discurso de recepción del Premio Cervantes. A propósito del autor de Los viajes de Gulliver o Una modesta proposición, Peri Rossi defendió la alegoría y la imaginación como formas del compromiso literario, e invitó a no duplicar la realidad, sino a ironizar o interpretarla.

En esa clave funciona, por ejemplo, El mártir, una carta interna de un grupo guerrillero que ha tomado la decisión de elegir un mártir para su causa. Si lo eligen bien, piensa el comité, conseguirán desequilibrar la correlación de fuerzas con el enemigo y alcanzar la victoria final. Después de haber decidido que tendrá entre 25 y 30 años y un “nombre sin diptongos complicados, sin letras mudas ni consonantes dobles”, toca decidir el sexo. Y ahí, a tono con el espíritu satírico del texto, emerge la crítica feminista: “Como la política es un quehacer masculino, nos pareció adecuado descartar a las mujeres que si bien están en el santoral, en cambio no lucen tanto como mártires, ya que su solidez política deja mucho que desear”.

La literatura de Peri Rossi es rica en ideas que muestran y combaten las estrecheces que imperan aún en el imaginario colectivo

La retranca se percibe aún mejor si se recuerda que Peri Rossi debió exiliarse en Barcelona en 1972, cuando tenía 29 años, para huir de la dictadura cívico-militar uruguaya (1973-1985). Como le explica a Flavia Company en una excelente entrevista para la revista Bitácora: “En general, cuando se habla de exiliado, se piensa en un hombre, no en una mujer”. He ahí uno de los rasgos distintivos de la literatura de Peri Rossi: es rica en ideas que muestran y combaten las estrecheces que imperan aún en el imaginario colectivo.

En cuanto al libro de poemas, los mejores momentos coinciden con la épica de lo cotidiano, como en estos versos de Centinela, que aúnan precisión sentimental y belleza textual a la hora de hablar de una separación: “Me he quedado sola en nuestra casa / como el último soldado de una guerra ya perdida // Velo las armas del amor / Velo los iconos de una religión ya sin oficiantes”.

También destacan los poemas que cantan al hedonismo, un emblema indiscutible de su obra. Aparece así el goce del cuerpo como un gran productor de sentido no solo ante la muerte, sino en mitad de esta civilización que, como señala en Obediencia, ha optado por abandonar los orgasmos y pasarse a los somníferos como remedio contra el insomnio. Por eso, como se desprende de Asombro, no está de más exaltarse de vez en cuando y vivir la vida como revelación y maravilla, y disfrutar al máximo de su ebriedad de bacante exagerada, de sus noches y pasiones turbias, conscientes de que tanta belleza es “como una pausa / como una tregua que la muerte / le concede al goce”.

Si Virginia Woolf nos legó –sin querer y por la vía de la intertextualidad– un eslogan como el de “A Chloe le gustaba Olivia”, Peri Rossi nos recordó en su discurso cervantino que haríamos bien en repetir más a menudo este otro: “Yo nací libre, y para poder vivir libre escogí la soledad de los campos”. Es de Marcela, un personaje en quien Peri Rossi ve a una mujer capaz de rechazar “a los hombres, al matrimonio y a las relaciones de poder entre los sexos”.

Al margen de la polémica existente sobre si puede considerarse feminista o no ese personaje del Quijote, cuatro siglos y un cuarto propio después, va siendo hora de que frases como las de Marcela o Virginia formen parte del acervo popular y las repitamos con entusiasmo de coro góspel. Libres de nacimiento somos, nos llamemos Olivia, Chloe o Cristina.

Hace algunos años Olga Merino publicó la columna “Cuando te gustan las chicas”, donde opinaba que el lesbianismo debía pelear todavía mucho para ser visualizado como algo distinto a un “pozo de desdichas” en el...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes iniciar sesión aquí o suscribirte aquí

Autor >

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí