Atletismo
Mohamed Katir: medallas contra la xenofobia
Es una de las grandes referencias del atletismo español tras las dos medallas logradas en el Europeo y el Mundial, pero reconoce que sufre rechazo por haber nacido en Marruecos
Ricardo Uribarri 25/08/2022
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La medalla de bronce lograda en el Mundial y la de plata conquistada en el reciente Europeo de Múnich han convertido a Mohamed Katir en una de las grandes referencias del atletismo español, por mucho que les pese a algunos que anteponen que naciera en Marruecos al hecho de que lleve viviendo en nuestro país desde que tenía cinco años y haya crecido y se haya formado aquí. Ante esta situación, la respuesta de Katir ha sido pregonar a los cuatro vientos su orgullo de ser de Mula, el municipio murciano donde vive, y seguir trabajando para conseguir nuevos éxitos. Es la receta que ha empleado para llegar a este momento de éxito, a pesar de las dificultades con las que se ha ido topando en su vida.
“Todos los días me he encontrado con rechazo por mi origen”, confesaba con pesar el atleta hace unos días en una entrevista con la agencia EFE. No debe de ser fácil enfrentarse a algo así, pero él intenta no hacer caso a esas “malas vibraciones”, como las define, y centrarse en la gente que le motiva y en su carrera. De esa forma ha conseguido firmar un verano inolvidable, al obtener el bronce en la prueba mundialista de los 1.500 metros –ningún atleta español lo lograba desde 1999–, y la plata en los 5.000 metros del Campeonato Europeo con la mejor marca (13:22.98) nacional en esa prueba en la historia del evento continental. Las cualidades de Katir ya asomaron el pasado año, cuando, en apenas 33 días, logró batir tres récords nacionales: el de 1.500 metros, que tenía Fermín Cacho; el de 3.000 metros, que ostentaba Isaac Viciosa; y el de 5.000, en poder de Bezabeh.
Tras superar la marca de 3.000 metros, Mohamed tuvo que escuchar cómo Viciosa afirmaba lo siguiente: “Quizás no es políticamente correcto, pero me gustaría decir que me hubiera gustado que el récord lo hubiese batido un atleta con apellidos castellanos”. Katir no dudó en contestar, poniendo en valor a sus antepasados: “Para quien no sepa de quién es mi apellido, es de un gran señor, de origen marroquí. Mi gran motivación, un ejemplo a seguir, mi abuelo Mailud Katir. Este señor ha tenido que trabajar duro, desde los cinco años ha sufrido en la vida por temas de la guerra. Ya podéis juntar a toda la vieja escuela, no hay comparación con este señor. Es un honor llevar tu apellido, abuelo, solo es el comienzo”.
Katir pudo haber competido con Marruecos por haber nacido allí, pero él siempre tuvo claro que quería hacerlo por el país en el que vive desde pequeño: “Me siento cien por cien español. He crecido y estudiado aquí, he pasado toda mi vida aquí, mi carrera como atleta se ha forjado aquí, aunque haya nacido en Marruecos. Quiero competir como español y solo como español. Me da igual que la gente diga que no he nacido aquí o que no tengo que coger la bandera. El que corre soy yo, no otra persona. Si represento a un país es porque estoy orgulloso”.
Nacido en 1998 en la localidad marroquí de Alcazarquivir, el atleta llegó a España cuando tenía cinco años junto a su madre, de origen egipcio. Se instalaron en un primer momento en Huesca, donde se reunieron con el padre de Mohamed, que había llegado tiempo antes desde Marruecos buscando un mejor futuro laboral. A él le dedicó el bronce ganado en el Mundial: “Sufrió muchísimo para que yo estuviera aquí. Esta medalla es suya. Gracias a él me puedo dedicar al atletismo”. El joven Mohamed empezó a jugar al fútbol en la cantera de la Sociedad Deportiva Huesca, pero pronto se dio cuenta de que, a pesar de que corría mucho, el balón no era lo suyo. Su vida cambió cuando la familia se trasladó a la localidad de Mula. Allí, con 11 años, se presentó en una carrera del colegio, en la que quedó primero con un minuto de ventaja, superando a competidores que estaban federados. Aquella prueba la presenció Cristobal Carlos Ramírez, responsable del club Mula Sport, que enseguida habló con sus padres para decirles que el chico tenía condiciones para dedicarse al atletismo.
Y así, en una localidad que no tenía pista de atletismo, teniendo que entrenar en descampados, campo a través y en los caminos de la huerta murciana, Katir inició su etapa como atleta. Cuando llevaba entrenando poco más de tres semanas ya participó en un campeonato regional y quedó en cuarta posición. Poco a poco fue destacando y consiguiendo grandes resultados. Llegó a ser cuatro veces campeón de España de cross, pero en aquellos años se encontró con otro problema. Al no tener la nacionalidad española, su nombre no figuraba como vencedor de forma oficial ni recibía el reconocimiento de su éxito. “Llegaba a mi casa y mi padre me daba la enhorabuena por haber ganado, pero no me daban la medalla y me sentía fatal. Me quedaba horas llorando. Era duro, durísimo, cuando ganabas y veías que el que había quedado segundo te quitaba la medalla. Sentaba muy mal, aunque yo sabía que algún día iba a tener la nacionalidad; era cuestión de paciencia. Pero si le pasa a alguien que no tiene la cabeza fría y una mente sana..., yo creo que hubiera dejado el deporte”.
Katir pidió la nacionalización en 2015, pero no se la concedieron hasta el 31 de diciembre de 2019. Cuatro años en los que se perdió la posibilidad de competir en Europeos y en Mundiales, en los que no obtuvo muchos trofeos que en justicia le correspondían, como el oro en el Campeonato de España de 3.000 metros en pista cubierta que ganó meses antes de recibir el visto bueno para ser considerado español de forma oficial. Con los papeles ya en regla, el atleta afrontó en 2020 otro cambio importante. Dejó al que había sido su entrenador hasta ese momento para pasar a entrenar con un joven técnico, Gabriel Ruiz, con el que le ha llegado su explosión definitiva a nivel internacional. En ello seguramente ha ayudado las concentraciones que suele realizar en la estación granadina de esquí de Sierra Nevada, el lugar perfecto para prepararse para las grandes citas. Tanto le gusta que sus conocidos ya le conocen como “el monje de Sierra Nevada”.
Amante de la introspección, “converso conmigo mismo en la meditación, me tomo el tiempo antes de tomar una decisión”, aficionado a leer a Antonio Machado, a escribir poesía, que muestra de vez en cuando en sus redes sociales, y también al boxeo y al fútbol, este español llamado Mohamed está decidido a seguir conquistando metales y marcas para el atletismo nacional. Y, cuando lo haga, seguirá mostrando con orgullo la bandera del que siente que es su país, por mucho que algunos sigan negándoselo. A ellos podía ir dirigida esta afirmación que hizo en una entrevista en Público: “En mayor o menor medida, y si leemos bien la historia a lo largo del tiempo, absolutamente todos somos migrantes”.
La medalla de bronce lograda en el Mundial y la de plata conquistada en el reciente Europeo de Múnich han convertido a Mohamed Katir en una de las grandes referencias del atletismo español, por mucho que les pese a algunos que anteponen que naciera en Marruecos al hecho de que lleve viviendo en nuestro país desde...
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Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
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