
Representación de un hipotético planeta alienígena.
ESO/M. KornmesserEn CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
Querida comunidad contextataria:
Me consta que en el planeta Tralfamadore siguen con interés lo que ocurre en la Tierra y que rastrean y filtran terabytes de información que obtienen gracias a su hiperdesarrollada y un tanto frívola tecnología. En el informe que emitieron esta semana sobre España (los tralfamadorianos son muy respetuosos con las convenciones de los Estados-nación, aunque en privado se descojonan de lo lindo), consideran de la mayor relevancia los siguientes asuntos:
-
La polémica desatada por las simpatías nazis y la afición al acoso digital de una pareja de streamers.
-
La insólita revelación de que una ministra tiene pezones (dos).
-
La indignación de un asesor del Gobierno por la idea de tener que despertar a su esposa antes de tener sexo con ella.
-
El anuncio de que un diputado comunista de la Transición se ofrece a encabezar la moción de censura de un partido fascista contra el Gobierno.
Naturalmente, no pienso perder un minuto de mi tiempo explicándoles a los tralfamadorianos que tienen un problema con su algoritmo. Fundamentalmente, porque ese problema es el mismo que tenemos aquí abajo y encima nosotros tenemos que padecer sus consecuencias, no solo explotarlas con fines recreativos. Cualquiera de las mil y una mentes mejor informadas del país construye su informe semanal a partir de sesgos cognitivos que le resultan tan cómodos como nutritivos pero que no se compadecen lo más mínimo con la idea de objetividad. Para colmo, hemos renunciado a esa objetividad en aras de no se sabe qué petardeo posmoderno y nos refugiamos en la sonoridad de la palabra “relato” como si solo con pronunciarla quedáramos exentos de tratar de convencer a los demás de que el nuestro (el relato) es el válido.
Mi querido Hunter S. Thompson dejó escrito que el periodismo objetivo es una contradicción en los términos. Algo con lo que puedo estar de acuerdo en la misma medida en que estoy de acuerdo con docenas de observaciones descontextualizadas y banales. Con las mismas, podríamos acordar que no hay física objetiva ni geología objetiva ni (líbrenos quien pueda) poesía objetiva. Matamos moscas a cañonazos: la objetividad no es una cualidad que quepa atribuir a una profesión, a una ciencia o a una disciplina, sino una condición que tienen que cumplir los relatos para ser convincentes. Ningún físico cree estar describiendo con objetividad las leyes de la Naturaleza. Se contenta con construir una estructura de conocimiento objetivo, esto es, resistente (pero no inmune) a la crítica, a la prueba y al error. El “Grito hacia Roma” de Lorca no es una descripción objetiva del declive del cristianismo, pero quizá sea objetivamente el poema más bello que se haya escrito en el siglo XX con imaginería cristiana (o uno de los dos más bellos: les dejo adivinar cuál es el otro). Por lo mismo, una crónica periodística puede ser objetiva no en la medida en que refleje como un espejo los hechos “tal y como ocurrieron”, sino en tanto sepa ganarse el asentimiento de una mayoría de lectores sensatos a los que no les cueste llegar al final del día sin cagarse en los pantalones.
Un medio de comunicación no puede ser objetivo porque no está en su mano serlo o dejar de serlo: no es un espejo colocado al borde del camino, como decía Stendhal de la novela. (Hablando de Stendhal y de espejos, busquen un retrato suyo y díganme si no es clavado a un famoso periodista español de nuestra época. O al menos a un famoso español de nuestra época, quiten lo de periodista si no les pega.) Ya puestos a navegar en un mar de metáforas, prefiero pensar que un medio de comunicación es precisamente el camino. Nos evita aventurarnos campo a través. Nos hace más difícil perdernos en espesuras y caernos por precipicios. Nos impide tomarnos en serio los informes semanales de Tralfamadore.
Estoy muy orgulloso de escribirles esta carta desde uno de esos medios y confío en que lo seguiré estando.
Xandru Fernández
Querida comunidad contextataria:
Me consta que en el planeta Tralfamadore siguen con interés lo que ocurre en la Tierra y que rastrean y filtran terabytes de información que obtienen gracias a su hiperdesarrollada y un tanto frívola tecnología. En el informe que emitieron esta semana...
Autor >
Xandru Fernández
Es profesor y escritor.
Suscríbete a CTXT
Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias
Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí