vivos de milagro
Sumar, Podemos, y el suicidio de la izquierda
Las negociaciones para la alianza electoral encallan. La mediación de Zapatero no surte efecto. El desencallador que las desencalle…
Miguel Mora 31/03/2023
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¿Qué ha pasado en las negociaciones entre Sumar y Podemos? ¿Quién ha llevado la voz cantante? ¿Por qué se ha parado el diálogo a solo unos días del Día D de Yolanda Díaz? ¿Se resolverá el desacuerdo a tiempo para la foto de familia en el Magariños? ¿Habrá acuerdo después? Para tratar de responder a estas cuestiones, conversamos con dos dirigentes de Podemos: parecen dolidos, desconfían de las intenciones de Sumar, y no muestran mucha esperanza de que vaya a ser posible un acuerdo a corto plazo. Hablamos también con dos personas del equipo de Yolanda Díaz. Frustrados es la palabra que más usan. Pero no nos rendimos, añaden. Ambas partes se declaran todavía dispuestas a alcanzar un acuerdo para las generales de diciembre. Los dos saben que, si no van juntos, será imposible que gobierne la izquierda otra vez. Irónicamente, las partes siguen manifestando su deseo de acudir juntos al acto del 2 de abril en el Magariños de Madrid, un momento clave de la historia, según lo definió el jueves 30 de marzo Yolanda Díaz, aumentando así la presión emocional contra Podemos, pues Unidas Podemos se ha roto ya en dos e IU ha anunciado que irá. Pero, a 48 horas de la coronación, no hay síntomas de que rosas y morados vayan a ponerse de acuerdo para firmar la minúscula declaración conjunta que abriría la fiesta a Ione Belarra e Irene Montero.
En lo que sigue más abajo no reproduciremos ninguna opinión expresada por los cuatro dirigentes entrevistados, sino el relato aséptico de los hechos que ambas partes afirman que ocurrieron durante las negociaciones. Cuando los dos bandos dan versiones distintas sobre algún detalle, se ofrecen ambas para que cada cual saque sus propias conclusiones. Spoiler: como decía Ennio Flaiano, la situación es grave pero no es seria. Esta mañana y desde hace seis días, la única diferencia insalvable entre los negociadores es el adjetivo elegido por Sumar para definir, organizar y convocar las primarias: multilaterales (concepto: la decisión del tipo de votación, de las listas previas y del sistema de voto no se tomaría solo entre Sumar y Podemos sino entre todas las fuerzas implicadas).
Pero, como diría Martínez, usted se encuentra aquí:
1. En los dos últimos meses, Sumar y Podemos se han reunido cinco veces (una por semana desde hace 45 días) para empezar a negociar la fusión que, bajo el nombre y paraguas de Sumar, debería agrupar en una plataforma electoral para las generales de diciembre a una heterogénea quincena de fuerzas políticas: partidos estatales como Podemos e IU, otros de rango autonómico como Más País, los Comunes y Compromís, movimientos ecologistas como Equo y Alianza Verde, partidos regionales como la Chunta Aragonesista y alguno casi unipersonal como el canario Drago.
2. Las reuniones comenzaron a petición de Yolanda Díaz, coordinadora de UP, que llamó a Ione Belarra y a Irene Montero para invitar a Podemos a definir con Sumar las líneas maestras de la futura alianza electoral. En las negociaciones han participado Pablo Echenique y Lilith Verstrynge (secretaria de Estado para la Agenda 2030 y secretaria de organización de UP, por parte de Podemos); al otro lado se han sentado dos asesores de plena confianza de Díaz, Rodrigo Amírola (su jefe de discurso, exPodemos sector errejonista), y Josep Vendrell (jefe de Gabinete y veterano dirigente de la izquierda catalana).
Podemos sostiene que la fecha se eligió porque Sumar, Más Madrid y Compromís pactaron dejar solos a Podemos en las autonómicas y municipales
3. El primer día, Sumar puso sobre la mesa un índice de varios puntos, con todos los asuntos que haría falta pactar en los siguientes meses. Primarias, listas, campañas, recursos, grupo parlamentario, etcétera. Durante las tres primeras reuniones no hubo avances concretos en ninguno de esos puntos, aunque nada trascendió porque ambas fuerzas habían pactado que las negociaciones fueran secretas. Según Podemos, los embajadores de Sumar querían conversar de esto y de aquello, pero no tenían prisa por empezar a negociar los puntos del índice. El calendario propuesto por Vendrell proponía junio para la terminación del acuerdo. Y aquí empiezan a diferir las versiones. En Sumar explican que eligieron junio para poder integrar en el acuerdo a fuerzas políticas que debían competir entre ellas en las elecciones de mayo y para no alargar hasta el infinito las negociaciones. Podemos sostiene que la fecha se eligió porque Sumar, Más Madrid y Compromís pactaron dejar solos a Podemos en las autonómicas y municipales, esperando que un previsible batacazo restara potencia de presión y de negociación a los morados después del 28 de mayo.
4. Podemos pidió cerrar el acuerdo antes de mayo explicando lo que ya se sabe: que sería bueno para todos que Yolanda Díaz hiciera campaña por las distintas confluencias, alcanzadas ya en gran parte de los territorios con casi todas las fuerzas del espacio salvo con Compromís y Más Madrid. Podemos lleva tiempo diciendo que un mal resultado en las elecciones de mayo podría arrastrar al espacio a uno parecido o peor en diciembre. Sumar asegura que no tienen el menor interés en que a Podemos les vaya mal. Podemos replica que los únicos posibles afectados por presentar el acuerdo antes de las autonómicas habrían sido Más País y Compromís.
Sumar replica que Díaz fue elegida contra su voluntad como coordinadora y que ha sufrido un coste personal “muy alto” para asumir esa responsabilidad
5. En plena discusión sobre las fechas, Díaz anunció que presentaría su candidatura el 2 de abril, y empezó una nueva fase del diálogo. Antes de la cuarta sesión, Irene Montero declaró a la prensa que las negociaciones no habían empezado y que era urgente ponerse a ello. Sumar argumenta que esa frase, que según Podemos no era nueva y cumplía la consigna pactada del secreto, motivó la respuesta de Yolanda Díaz, que contó a los periodistas en un canutazo que Sumar y Podemos llevaban semanas negociando. Al decaer el secreto, Podemos sospechó que Sumar estaba mareando la perdiz para poder vender en público que ya estaban negociando mientras en la mesa frenaban todo lo posible el acuerdo. Sumar replica que Yolanda Díaz fue elegida contra su voluntad como coordinadora del espacio y cabeza de cartel electoral y que ha sufrido un coste personal “muy alto” para asumir esa responsabilidad. Podemos responde que Pablo Iglesias añadió al designar a dedo a su sucesora, la coletilla (con perdón) “si Yolanda y la militancia así lo deciden”. Un bucle, dos bucles, tres bucles.
Los morados ofrecían sellar el documento sobre las futuras primarias con una foto simbólica. No hubo forma porque no hubo firma
6. Echenique y Verstrynge llevaron a la quinta reunión (vía Zoom) una propuesta de mínimos para intentar presentar a los suyos un documento conjunto que les permitiera poder acudir al Magariños con garantías de un acuerdo posterior más detallado. Aunque unos y otros expresan la voluntad mutua de volver a sentarse más adelante y evitar así “meses de bronca interna”, las negociaciones iban ya camino del fracaso. El compromiso pedido por Podemos era, en efecto, mínimo: dos puntos. a) no volver a repetir el debate que sucedió en 2019 sobre si es mejor pactar un gobierno con el PSOE o dar apoyo externo (punto en el que ya había acuerdo). Y b) acordar el tipo de primarias entre Sumar y Podemos, y que fueran abiertas a toda la ciudadanía, y con un censo nuevo. En público, Verstrynge aceptó que las primarias fueran provinciales y proporcionales como pidió IU. Los morados ofrecían sellar el documento con una foto simbólica. No hubo forma porque no hubo firma.
7. En esa última reunión de embajadores, se acordó que Vendrell redactaría el borrador de propuesta de declaración final. Lo envió esa misma noche. El papel afirmaba que los detalles de las primarias debían concretarse en un marco multilateral, y no bilateral entre Sumar y Podemos, para no dejar fuera de esa decisión a las terceras fuerzas. Podemos pidió incluir la frase “primarias abiertas”. Sumar no aceptó si la fórmula no se decidía entre todos los actores. Según los morados, el equipo de Yolanda exigió además que el documento fuera una declaración unilateral de la plataforma rosa, no un papel conjunto firmado por las dos partes. Sumar lo niega.
Desde el lunes pasado, los teléfonos rojos no han vuelto a sonar. De momento, la mediación discreta de José Luis Rodríguez Zapatero no ha surtido efecto, mientras el PSOE y la inmensa mayoría de los medios y analistas –e incluso el CIS– toman evidente partido por Yolanda Díaz, lo que realimenta la sensación de soledad y acoso entre los dirigentes y militantes morados.
A 48 horas del evento que coronará a Yolanda Díaz como candidata presidencial (ya autodesignada) por Sumar, parece imposible que Ione Belarra e Irene Montero vayan a salir en la foto de la mal avenida familia de la izquierda. Veremos si después impera la sensatez, la generosidad, la responsabilidad, la democracia participativa y el respeto a un electorado que a estas alturas ya sabe demasiado bien que las izquierdas pueden tardar meses en cerrar cualquier negociación que las derechas serían capaces de despachar en medio fin de semana.
¿Qué ha pasado en las negociaciones entre Sumar y Podemos? ¿Quién ha llevado la voz cantante? ¿Por qué se ha parado el diálogo a solo unos días del Día D de Yolanda Díaz? ¿Se resolverá el desacuerdo a tiempo para la foto de familia en el Magariños? ¿Habrá acuerdo después? Para tratar de responder a estas...
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Miguel Mora
es director de CTXT. Fue corresponsal de El País en Lisboa, Roma y París. En 2011 fue galardonado con el premio Francisco Cerecedo y con el Livio Zanetti al mejor corresponsal extranjero en Italia. En 2010, obtuvo el premio del Parlamento Europeo al mejor reportaje sobre la integración de las minorías. Es autor de los libros 'La voz de los flamencos' (Siruela 2008) y 'El mejor año de nuestras vidas' (Ediciones B).
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