Querido Ángel: lo primero es darte el pésame y enviarte mucho ánimo por el fallecimiento de tu madre, uno de los peores momentos que le toca pasar a una persona. Si no pudiste ver el partido, que en esa circunstancia sería algo totalmente lógico, pasamos a contarte lo que fue el derbi entre el Rayo y el Atleti, por si de alguna forma llegara a ti esta crónica y tuvieras a bien echarle un vistazo. Se te echó de menos, pero la verdad es que de una manera o de otra estuviste muy presente en todo momento. Supongo que te lo habrán dicho, pero fue emocionante que en un campo que no es el de tu equipo se guardara un respetuoso y emotivo minuto de silencio en homenaje a Marcela, algo que destacó y agradeció tu entrenador. Como no podía ser de otra manera, tus compañeros llevaron un brazalete negro como señal de duelo. Y además hicieron lo mejor que podían por ti: conseguir la victoria.

No hace falta que te diga cómo son los partidos en Vallecas. Las dimensiones reducidas hacen que escaseen los espacios, especialmente si enfrente está un Rayo que presiona muy bien y que dificulta mucho las combinaciones. Como no seas rápido y preciso, te quitan el balón y se plantan en tu área en un abrir y cerrar de ojos. Tu Atleti salió con personalidad al partido intentando manejar la pelota, pero costaba llegar a la portería. En ese escenario las acciones de estrategia cobran importancia y el equipo dio un primer aviso en el lanzamiento del primer córner. que tras un despeje y un nuevo centro de De Paul, terminó cabeceando alto Giménez. Pero en juego estático costaba encontrar huecos, en un bando y en el otro. Tanto los tuyos como los rivales achicaban espacios con las defensas adelantadas y apenas hubo peligro en las porterías en los primeros 20 minutos.

¿Cómo se podía arreglar eso? Con velocidad, calidad y una pizca de suerte. Justo lo que hubo en el minuto 22. Una falta a favor del Rayo colgada al área la despejó la defensa y pilló a los de Iraola un poco descolocados. Pero aun así, no hubiera pasado nada si Carrasco no hubiera combinado en dos toques con Griezmann, si este no hubiera dado un pase filtrado entre los defensas viendo la carrera de Morata y si Nahuel no hubiese salido como un rayo por la otra banda para llegar al área a recoger ese balón que no llegó a prolongar el delantero internacional español y sí el rayista Álvaro García en su intento de despeje, con tan mala suerte que se la dejó franca a tu compatriota, que en el mano a mano ante Dimitrievski no falló para poner el 0-1. Y sí, es verdad, tú no estabas allí. Pero en realidad sí estabas. De eso se encargó Nahuel, que fue corriendo al banquillo a coger una camiseta con tu nombre para enseñársela a todo el estadio rodeado por los compañeros.

Dos de los jugadores que más han crecido tras el Mundial fueron los goleadores

Apenas dos minutos después, llegó el segundo tanto. Ya decíamos que las jugadas a balón parado son importantes en este campo y como el equipo está en una dinámica tan buena, hasta se va recuperando lo que fue una de las señas de identidad en la etapa Simeone, los goles en este tipo de acciones. Sacó Carrasco un córner, dudó en la salida el guardameta y el balón fue al segundo palo, donde Hermoso se elevó más que Balliu para conectar un cabezazo y mandar el esférico a la red. Casualidad o no, dos de los jugadores que más han crecido desde que volvió la competición tras el Mundial fueron los goleadores. El trabajo paga, como dice tu míster.

En apenas un suspiro el Atleti había conseguido poner muy en ventaja un partido al que le estaba costando meterle el diente pese a su buena predisposición. Ya sabes que a veces, cuando tomáis ventaja, os ponéis en modo conformista y dejáis que el rival coja protagonismo. El Rayo no se rindió y hasta el final de la primera parte empezó a acercarse más a la portería de un Oblak que celebraba pasar a ser el extranjero con más partidos en la historia del club ya en solitario, dejando atrás a Godín. Un ranking en el que, por cierto, tú ya estás tercero. Álvaro García quiso estropearle el día al esloveno con un duro remate raso cruzado desde fuera del área que se fue muy cerca del poste. Raúl de Tomás enganchó una volea tras un pase en largo, pero el remate no fue perfecto y permitió que el arquero atrapara la pelota con una estirada. Comesaña pidió penalti por un leve empujón de De Paul que el árbitro consideró insuficiente, y un fuerte disparo de Oscar Valentín desde la frontal lo tuvo que desviar el portero estirando el brazo para mandar el balón a córner. En la otra área, el Atleti solo volvió a acercarse con algo de peligro a través de un remate de Morata con la zurda que envió el balón al lateral de la red.

Nada más comenzar la segunda parte pudo marcar el Rayo en una acción de carambola. Carrasco metió la pierna en el área para cortar un pase de Balliu y el balón salió desviado hacia Oblak, que lo desvió como pudo, yendo a parar a la cabeza de Fran García que a puerta vacía no pudo precisar el golpeo. Respondió el Atleti con un disparo del propio Carrasco que se marchó fuera y un remate de Morata tras pase de De Paul que se fue alto.

Iraola quiso dar un giro a su equipo en el minuto 57, introduciendo de golpe a tres hombres de ataque, como Falcao, Camello y Trejo. Entre los que se marcharon estaba un enfadado De Tomás y un Isi que pasó de puntillas por el partido, bien tapado por la zaga colchonera. Tan sólo realizó un disparo poco antes de ser cambiado que se fue cerca del poste. Carrasco volvió a protagonizar un nuevo intento ofensivo en el que, tras dos buenos recortes, conectó un mal disparó con la zurda en el área grande mandando el balón muy alto.

Estaba todavía por ver el efecto de los cambios habidos en el Rayo cuando llegó una jugada decisiva. Griezmann se fue de Catena con un gesto de calidad y combinó con Morata, que encaraba la portería cuando fue derribado por Lejeune con un agarrón. De Burgos Bengoechea mostraba amarilla al defensa local al mismo tiempo que el asistente levantaba el banderín señalando fuera de juego del delantero. En el VAR avisaron al árbitro de que no había posición incorrecta y le invitaron a ir a ver la acción al monitor, porque podía ser susceptible de expulsión al ser una jugada prometedora. Eso fue precisamente lo que estimó el colegiado, expulsando al central francés del Rayo.

Con una ventaja de dos goles en el marcador y superioridad numérica en el césped, era lógico pensar que el partido no iba a tener mucha más historia. Pero ya sabes, Ángel, que a veces os gusta complicaros las cosas cuando más fácil lo tenéis. Solo el Atleti podía dar vida al rival y a eso se dedicó en los siguientes minutos, fallando ocasión tras ocasión, a cuál más clara, aprovechando los huecos que encontraba en la defensa local. La tuvo De Paul, una clarísima de Morata que en el mano a mano remató fuera, Griezmann y Llorente desperdiciaron otra por molestarse estando delante del portero… Los que salieron de refresco tampoco estuvieron finos. Simeone quitó a De Paul y Carrasco por Saúl y Lemar y poco después a Morata por Barrios. Lemar se quedó solo ante Dimitrievski pero hizo un mal control y acabó haciendo falta al portero. Barrios dudó en otra ocasión estando en buena posición y en vez de tirar buscó un pase raso que nadie remató. Llorente conectó un disparo con la zurda en el área grande mandando el balón cerca del palo. Tanto perdonó el Atleti que le terminó pasando factura. Ya saben la máxima del fútbol.

El Rayo ya había avisado con un disparo de Camello en el área grande que se fue alto, pero en el minuto 85 y tras una pérdida de los colchoneros que denotó falta de tensión, el balón llegó a Fran García, que desde unos 20 metros lanzó un tremendo disparo raso cruzado, pegado al poste, al que no pudo llegar Oblak. Un partido que debía estar 0-3 o 0-4 se encontraba 1-2 y con Vallecas soñando con la igualada. Cierto es que a pesar de los intentos del cuadro franjirrojo, al que hay que alabarle su entrega y que nunca se rindiera, no hubo en los últimos minutos ninguna ocasión clara en el área de Oblak más allá de algún centro bien solventado por la defensa. En el lado contrario, Lemar desaprovechaba otro acercamiento disparando a la valla publicitaria desde la frontal.

Algunos dicen, querido Angelito, que si el Atleti no gana sufriendo, no es el Atleti. Qué te voy a contar que tú no sepas. En cualquier caso, bien está lo que bien acaba. Sobre todo si es para seguir con esa racha tan positiva que os ha llevado a estar ya a tan solo dos puntos del segundo puesto que ocupa el Real Madrid. Solo me queda contarte que me gustaron las sinceras palabras de cariño que te dedicaron tus compañeros al final del partido. Se nota cómo te quieren. Pero eso seguro que ya lo sabía tu señora madre. Tu gente te espera en el Metropolitano para demostrártelo una vez más.