El Athletic Brighela es un club de la ciudad de Bérgamo que milita en la Tercera Regional del fútbol italiano, la novena categoría en el escalafón, y que en el momento de escribir este artículo está clasificado en el penúltimo puesto de su grupo. Su modestia deportiva no le ha impedido protagonizar una noticia que le ha hecho popular en su país e incluso a nivel internacional. Hace unas semanas sus jugadores saltaron al campo antes de un partido frente al River Negrone con una gran pancarta en la que se podía leer “Cementerio mediterráneo. No más muertes en el mar”. Un acto que duró 20 segundos y con el que querían denunciar la tragedia ocurrida unos días antes en la localidad de Steccato di Cutro (Calabria), cuando 87 migrantes, entre ellos muchos niños, perdieron la vida en un naufragio ocurrido a poco más de 100 metros de la costa. La posibilidad de que esa iniciativa pudiera generarles algún tipo de consecuencias negativas no les hizo reconsiderar su decisión.

El colegiado del partido ya les había advertido antes del encuentro que no podían sacar esa pancarta porque se arriesgaban a ser castigados deportivamente. Pese a ello, siguieron adelante con su idea. El colegiado lo reflejó en el acta y el juez deportivo de Bérgamo les impuso varias sanciones: al club una multa de 550 euros; al entrenador, Luiggi Cataneo, una inhabilitación para ejercer sus funciones durante doce días; y al capitán del equipo, Pietro Rota, otra por la que no podía jugar en cuatro semanas. La decisión indignó a muchas personas y entidades, que mostraron a través de las redes sociales su apoyo y respaldo al club, que incluso recibió ofrecimientos de particulares para hacerse cargo de la multa económica. En solidaridad con el equipo de Bérgamo, el Sant’Ambroeus FC de Milán exhibió también una pancarta en un partido que decía “Basta ya de muertes en el Mediterráneo”.

La decisión indignó a muchas personas y entidades, que mostraron su apoyo y respaldo al club

Tras conocer la decisión de la justicia deportiva, el Athletic Brighela hizo un comunicado donde afirmaba que “hoy nos encontramos comentando una medida límite, pero ninguno de nosotros nos consideramos víctimas de ello. Las víctimas están en el fondo del mar: son más de 26.000 en los últimos 10 años. Un genocidio sumergido en la hipocresía de un mundo que, más allá de la línea abismal, pretende que los cuerpos deshumanizados no existen (…) No nos sentimos culpables en absoluto. ¿Llegó la multa y llegaron las inhabilitaciones? Pagaremos”. En el mismo comunicado, los responsables de la entidad reconocían estar “tristes, porque nunca pensamos que un pensamiento humanitario fuera juzgado como político y, probablemente, incómodo e inapropiado”, aunque dejaban claro que no se arrepentían de lo hecho. “Saldremos al campo el próximo domingo y nos iremos a la grada felices de haber levantado la cabeza por enésima vez”.

Con la ayuda de los abogados Pierluigi Vossi y Chiara Lupattelli, que trabajaron de forma gratuita, el club presentó un recurso ante el Tribunal Territorial de Deportes de Apelación que sirvió para rebajar en parte las sanciones. La multa de 550 euros a la entidad se redujo hasta los 50 euros y se mantuvo la impuesta al entrenador, unas medidas inapelables según lo dispuesto en el artículo 137 del Código de Justicia Deportiva, pero se rebajó la concerniente al capitán a un solo partido. “Han ganado la humanidad, la solidaridad y la razón”, afirmó el equipo en un comunicado. Vossi manifestó en sus redes sociales que “se trata de un hermoso momento de reconciliación entre la Ley (aunque deportiva) y la humanidad. Atender el recurso era un acto de sentido común y no de gracia”. El abogado reconoce haber redactado la denuncia “más con el corazón que con razonamientos jurídicos”.

Lo curioso de esto es que el club ya había realizado otras iniciativas similares sin recibir ningún castigo. Hace un año, por ejemplo, el equipo mostró antes de otro partido una pancarta contra la guerra de Ucrania. Entonces no hubo ni multas ni descalificaciones. Para entender el trasfondo de estas acciones hay que explicar que el Athletic Brighela es un club nacido en 2021 como asociación deportiva amateur que está alejado del modelo clásico de club deportivo, “que solo contemplan la competición y el lucro”, según consideran sus representantes. El objetivo principal que buscan es “difundir valores como la solidaridad, la inclusión, la autodeterminación y la igualdad, reivindicando la cultura del apoyo a los aficionados como parte integrante e indispensable de la propia asociación. Nuestro camino nos ha llevado en estos dos años de experiencia colectiva a tomar una posición clara sobre temas críticos como la persistencia de las guerras, las desigualdades estructurales y las injusticias inapelables”.

La entidad persigue un modelo de administración y gestión más sostenible, solidario e integrador

La entidad, que aparte del equipo de fútbol también tiene una sección de ciclismo, persigue un modelo de administración y gestión más sostenible, solidario e integrador. Se sufraga gracias al accionariado popular y al autofinanciamiento, por lo que cualquier persona que se una a la asociación puede ayudar a que el proyecto siga adelante con una donación. “Nosotros no tenemos fines lucrativos, funcionamos únicamente con fines deportivos, recreativos, solidarios y culturales para la exclusiva satisfacción de los intereses colectivos”. Desde que surgió este asunto ha habido quienes han acusado a los responsables del club de estar politizados. Al respecto, ellos responden que “nuestro estatuto es público y cualquiera puede ver que nuestra asociación se basa en los valores de inclusión, cooperación y lucha contra la discriminación, las desigualdades sociales y la marginalidad. ¿Esta posición es política? Sí, lo es. ¿Es ideológica? No, no lo es”.

Aprovechando lo ocurrido y en la línea de sus principios, el Athletic Brighela ha querido ir un paso más allá y no quedarse en el simple acto de sacar la pancarta en solidaridad con los migrantes que mueren en el mar. Por eso han emprendido una campaña de recaudación de dinero a través de sus redes sociales para ayudar a dos plataformas de la sociedad civil que trabajan en el Mediterráneo ayudando a estas personas. Se trata de People Saving People y Mediterranea Saving Humans, “dos proyectos que apuestan desde hace mucho tiempo y cada día en tierra y mar para reafirmar los principios universales del derecho a la vida y la protección internacional de las personas refugiadas”, según la definición que ofrece el club. Se pueden realizar donaciones de 15, 50 y 100 euros. Hasta el momento, han donado 180 personas con una cantidad total recaudada de 5.826 euros. Está previsto que la campaña se mantenga hasta finales del presente mes de abril.

Las múltiples muestras de respaldo a su iniciativa han hecho que los representantes del Athletic Brighela se sientan reforzados en su filosofía de club, por lo que seguirán llevando a cabo acciones en el futuro siempre que lo consideren oportuno: “Lo seguiremos haciendo, siempre desde el mismo lado, el de los que luchan, el del que no puede quedar indiferente, el que rechaza palabras como ‘no debieron irse’. En democracia, interesarse en lo más mínimo por los excluidos debe ser condición sine qua non de la convivencia civil y pacífica”. Por eso, “con fuerza y ​​determinación exigimos que se nos tome en serio: el fútbol no funciona así, el deporte tampoco”.