El Levante Unión Deportiva ha tenido que esperar 86 años para que la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) reconociera de forma oficial la Copa que ganó en 1937, en plena Guerra Civil española. Denominada Copa Presidente de la República-Copa de la España Libre, está considerada como la última competición futbolística que se jugó en los territorios controlados por el Gobierno republicano. El club levantino ha visto así recompensados sus esfuerzos a lo largo de muchos años para que esto sucediera, una pretensión que chocó en anteriores ocasiones con la negativa del ente federativo, que defendía su postura con el argumento de que la institución no estuvo detrás de su organización. Finalmente, y gracias al apoyo de instituciones políticas y de documentación aportada por la FIFA, el organismo que actualmente preside Luis Rubiales aceptó la demanda del club granota. Una decisión que puede abrir la puerta a que el FC Barcelona vea también reconocida la Liga disputada en el mismo año en circunstancias análogas.

El golpe de Estado de julio de 1936 provocó que fuera imposible la disputa de torneos futbolísticos a nivel nacional, aunque la Federación, que pasó a depender del Frente Popular, dio libertad a las entidades territoriales para que siguieran organizando campeonatos. De esa forma, en buena parte de la zona del Mediterráneo se llevaron a cabo competiciones con la participación de varios clubes. Una de ellas fue la Copa de la España Libre, impulsada por el presidente del Valencia CF, Josep Rodríguez Tortajada. En ella participaron equipos de Valencia y Cataluña, que eran territorios que seguían bajo el control de la República. El torneo se celebró en Barcelona entre los meses de junio y julio de 1937, y en él participaron Girona, Espanyol, Valencia y Levante. El FC Barcelona no la disputó al emprender una gira por América. Así, el 18 de julio se jugó en Sarriá la final, a la que llegaron Valencia y Levante, y que se decidió a favor de estos últimos por 1-0 gracias al gol de Nieto. El presidente de la República donó la Copa que el Levante ha tenido desde entonces en sus vitrinas.

No fue hasta 2004 cuando se realizaron las primeras gestiones para obtener la oficialidad de la Copa. Fue una diputada de Izquierda Unida, Isaura Navarro, la que, haciéndose eco de la petición de la peña levantinista Tòtil, presentó una proposición no de ley en el Congreso de los Diputados instando al Gobierno al reconocimiento del título. Tuvieron que pasar casi tres años para que, en septiembre de 2007, la Comisión de Educación y Deporte del Congreso aprobara por unanimidad esa proposición, invitando a la RFEF a reconocer el trofeo, algo que el Congreso de Diputados hizo de facto en ese momento. Sin embargo, la asamblea de la Federación rechazó la oficialidad en 2009, con 132 votos en contra, dos abstenciones y ninguno a favor, basándose en un informe del Centro de Investigaciones de Historia y Estadística del Fútbol Español (CIHEFE) en el que se definía a la Copa de la España Libre como un torneo amistoso que no había estado organizado por la Federación.

La RFEF también ha otorgado oficialidad a la Copa obtenida por el RC Deportivo en 1912, denominada entonces Concurso España

Llegados a este punto hay que aclarar que en enero de 1937 se estableció en Barcelona una delegación de la Federación de Fútbol, a cuyo mando estaba Ricardo Cabot, que era el secretario general de la RFEF en el momento del levantamiento. Esa delegación cursó una circular en abril de 1937 autorizando a las territoriales a organizar las competiciones oficiales que les fueran propias. Unos meses después, en agosto de 1937, se nombra en San Sebastián, en zona ocupada ya por las tropas de Franco, un nuevo comité ejecutivo de la Federación surgido de una Asamblea celebrada en junio. Ambas “federaciones” se arrogan la representatividad del fútbol español en ese momento y así se lo hacen saber a la FIFA. El organismo mundial, en su sesión del comité ejecutivo celebrada en París en noviembre de 1937, decidió finalmente reconocer a las dos federaciones, “teniendo en cuenta que la situación actual no permite una única federación para gobernar con eficacia el fútbol en todo el territorio español”, una situación que se alargó durante casi año y medio.

La misma FIFA, en su Consejo de octubre de 2017, tomó tres decisiones a nivel general que beneficiaron a la reivindicación del Levante: conceder carácter retroactivo de reconocimiento a un campeonato; considerar que afecta a la totalidad del territorio de la demarcación federativa un campeonato disputado por una parte del territorio; y aceptar la oficialidad de un campeonato no organizado ni convocado por la confederación (federación) y sí por parte de sus afiliados y tomarlo como propio. Con esos nuevos criterios, el Levante retomó su petición, presentando nueva documentación a la RFEF en octubre de 2019. En este proceso también se puso de manifiesto el agravio que suponía que la Federación sí tuviera reconocida la Copa que ganó el Sevilla en 1939, apenas unas semanas después de finalizar la Guerra Civil, y en la que no participaron los equipos de las zonas que fueron republicanas hasta los últimos meses de la batalla.

El reconocimiento da motivos al Barcelona para insistir en la petición de que le sea reconocido un campeonato disputado en 1937

La aprobación de la ley de memoria histórica por el Senado en octubre de 2022 también sirvió como apoyo. El club, de la mano del Consejo Superior de Deportes, presentó un informe y una solicitud a la Secretaría de Estado de Memoria Democrática con el fin de que hiciera más fuerza ante la RFEF, que finalmente, en la asamblea celebrada el pasado 25 de marzo, dio oficialidad a la Copa ganada por el Levante. Tras conocerse la decisión, el actual presidente del Levante, Francisco Catalán, manifestó que “soñábamos con que la Federación reconociera ese trofeo que un día consiguieron unos valientes que enorgullecen nuestra historia, en un momento tan complicado para nuestro país. Para nosotros existía, pero hoy oficializamos algo que era nuestro”. El trofeo fue entregado el pasado 31 de marzo por el presidente de la Federación, Luis Rubiales, en el estadio Ciutat de Valencia antes del partido entre el Levante y el Zaragoza, con la presencia en el césped de varios descendientes de los jugadores que ganaron aquella competición.

La RFEF también ha otorgado oficialidad a la Copa obtenida por el RC Deportivo en 1912, denominada entonces Concurso España, en una época en la que existían dos asociaciones que regían el fútbol español, la Federación Española de Clubs de Foot-ball, organizadora del trofeo conquistado por el club gallego, y la Unión Española de Clubs de Foot-ball, que poco después, en septiembre de 1913, terminaron fusionándose para crear la actual RFEF.

Estos reconocimientos dan motivos al FC Barcelona para insistir en la petición de que le sea reconocido un campeonato disputado entre enero y mayo de 1937, que en su momento se llamó Liga del Mediterráneo, organizado por las federaciones valenciana y catalana. El club reclama que sea considerada como la Liga oficial de aquel año. La disputaron el propio equipo azulgrana, Espanyol, Girona, Valencia, Levante, Gimnástico, Granollers y Athletic de Castellón. Se trató la posible participación del Madrid FC y el Athletic de Madrid, al estar también en zona republicana, pero finalmente no compitieron. Cada equipo disputó 14 partidos y el Barcelona quedó primero con un punto de ventaja sobre el Espanyol. Una diferencia con los casos citados anteriormente es que, mientras Levante y Deportivo sí han tenido durante todos estos años en sus instalaciones el trofeo físico que ganaron, el Barcelona no guarda el que recibió por aquella Liga del Mediterráneo. No se sabe qué pasó con él. Por el momento, la Federación no se ha pronunciado sobre qué decisión tomará.