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¿Cómo se puede explicar que el mejor equipo de las cinco grandes ligas europeas en la segunda vuelta haga un partido tan plano, tan carente de ideas, sin chispa, frente a un rival ya descendido? ¿Cómo se entiende que un equipo que solo había sumado 16 puntos de 99 y que había ganado tres partidos de 33 se mostrara como un conjunto solvente, bien organizado, con las ideas claras y tratando bien el balón? ¿Cómo se justifica que el árbitro no viera acciones claras que podían haber cambiado el resultado del partido? Algunas preguntas tienen respuesta. Otras, entran dentro de lo que se puede llamar un expediente X.
Si Simeone fuera Xavi Hernández, es muy posible que al final del encuentro hubiera podido decir aquello de que el horario del partido, a primera hora de la tarde, les perjudicó porque no están acostumbrados últimamente a esa franja. Como no lo es, no se dio el caso. Pero la realidad es que desde el primer minuto se vio a un Atleti perezoso, que no estaba cómodo en el césped. El Elche empezó muy intenso, con la defensa adelantada y realizando una presión que incomodaba mucho a los de Simeone. Quizá salieron confiados ante un rival que venía de confirmar la semana anterior su pérdida de categoría, pero pronto se dieron cuenta de que enfrente no iban a tener a un equipo entregado.
El Elche fue el primero en generar peligro con un remate de Morente en el área grande que se fue alto tras el saque de un córner. Los ilicitanos encontraron una autopista en ataque por el carril izquierdo, donde Lautaro Blanco fue una pesadilla toda la primera parte para Nahuel y compañía. El lateral blanquiverde tuvo una buena oportunidad al recoger un pase filtrado entre Witsel y Nahuel, pero su disparo cruzado en el área grande lo detuvo Grbic. La respuesta colchonera llegó en un centro de De Paul que Morata cabeceó picado, desviando Edgar Badía el balón. Poco después, un balón raso servido al área pequeña por Nahuel no pudo ser rematado por Lemar, Griezmann ni Morata. Ninguno de ellos tres llegaron a tiempo. Poco más generó en ataque el equipo colchonero en la primera parte.
El Elche imponía el ritmo, anulaba el fútbol rojiblanco y se acercaba a la portería
Por el contrario, el esférico visitaba mucho más el área de Grbic. Boyé remató alto de cabeza otro buen pase servido por Lautaro. Nteka hizo un lío a Witsel en el área, pero su tiro raso cruzado lo detuvo el guardameta croata. De nuevo Boyé protagonizó otro disparo desde la frontal que se fue desviado tras una recuperación ilicitana en la salida visitante. El Elche imponía el ritmo, anulaba el fútbol rojiblanco y se acercaba a la portería. Aun así, no se veía que tuviera pólvora para que sus mejores prestaciones se transformaran en una ventaja en el marcador. Sin embargo, no contaban con la ayuda extra que iban a recibir.
Llegaba el minuto 41 cuando Lautaro Blanco efectuó un largo saque de banda al área. Grbic salió a despejar de puños, pero midió mal el salto y el balón le superó ligeramente, de tal manera que cuando contactó su mano con el balón lo despejó de forma defectuosa, saliendo corto y desviado justo a donde estaba Fidel, que sin dejarlo caer remataba con la zurda mandando la pelota a la red. La jugada no tendría más historia que la desafortunada acción del cancerbero si no fuera porque en la repetición se pudo comprobar que Lautaro metió un pie dentro del campo al hacer el saque. Al parecer, si tocaba la línea, aunque fuera con el talón, era legal. Habría que determinar si realmente tocó la cal, porque si lo hace es por un centímetro. Lo suyo es que el VAR hubiera revisado la jugada, pero resulta que el protocolo establece que no puede entrar en esas jugadas. Incomprensible. Para más inri, hay una más que posible falta de Nteka a Koke cuando el balón iba por el aire.
Poco después llegó otra acción polémica. Carrasco cuelga un balón al área, Giménez va al remate y se encuentra con el puño de Badía, que en su salida a despejar, golpeó el balón y la cara del uruguayo, al que impactó con violencia, dejándole aturdido durante unos instantes. La acción podía haber sido de penalti perfectamente, de hecho actualmente se han pitado varios así, pero el colegiado, tras tocarse el pinganillo, se supone que recibiendo alguna aclaración del VAR, dijo que siguiera el juego. Nada de eso justifica la imagen de un Atleti totalmente opuesto al equipo con confianza, dominador y entusiasta de las pasadas jornadas. Ni a nivel grupal se vio un buen funcionamiento del equipo, ni a nivel individual destacó nadie.
Se esperaba que el paso por los vestuarios cambiara algo en el equipo atlético, pero no fue así. Koke y De Paul no se imponían en el centro, Griezmann, bien tapado, apenas aparecía y los carriles de Nahuel y Carrasco no generaban casi nada. Una y otra vez se repetía la misma jugada. Ante la falta de soluciones, los centrales daban el balón a un compañero que venía a recibir de espaldas con un defensor pegado a él, lo que obligaba a retrasarlo de nuevo o terminaba perdiéndolo por un mal pase. A los pocos minutos de la reanudación, Simeone retiró a Lemar, de nuevo intrascendente, por Correa, pero el argentino tampoco aportó gran cosa. Solo apareció en un remate desviado en el área a centro de Nahuel. Poco después también metió a Reguilón y Barrios por Hermoso y De Paul, lo que supuso cambiar el sistema, pasando a jugar con cuatro atrás. Ni por esas. Tampoco notó mejoría el equipo.
Koke y De Paul no se imponían en el centro, Griezmann apenas aparecía y los carriles de Nahuel y Carrasco no generaban casi nada
Pese a ello el Atleti pudo empatar de haber tenido Morata un día acertado, lo cual no fue el caso. En la primera recibió de Griezmann para irse en carrera con ventaja y plantarse ante Badía, pero se perfiló mal y su remate se encontró con el cuerpo del portero en la oportunidad más clara de los madrileños. En la recta final, Nahuel le puso un buen centro al área pequeña, pero remató mal de cabeza y con todo a favor envió el balón fuera. Una jugada que hizo que Simeone se quitara la corbata de la desesperación que tenía, algo que no recordamos haberle visto hacer en sus años como técnico atlético. Carrasco tuvo otra buena ocasión tras recibir un nuevo pase de Griezmann, pero a la hora de regatear al portero se embarulló con el balón y se la quitó Badía.
Incluso el Elche tuvo ocasiones para haber ampliado la ventaja. Dos de los jugadores que entraron en la segunda parte estuvieron cerca de fabricar el segundo. Josan puso un buen centro al área pequeña y Pere Milla se lanzó en plancha para cabecear fuera. Otra vez Josan centró al área para que Boyé, ante la pasividad de la defensa, recogiera el envío, controlara y disparara muy cerca del poste.
Simeone gastó la última bala retirando a Koke y metiendo al atacante canterano Carlos Martín a falta de ocho minutos para el 90. El goleador del filial cazó un balón en la frontal, pero su disparo flojo no puso en apuros a Badía. En una de las últimas acciones, Correa cayó en el área, agarrado por un defensa sin que el balón estuviera en su poder. Si no habían pitado otras cosas más claras, como para que señalaran esa.
El Elche se mereció el resultado, aunque era un partido de empate. Más de un seguidor ilicitano pensará que si hubieran jugado así toda la temporada les podía haber ido mejor. Claro que el competir sin la tensión de tener algo en juego libera piernas y cabezas. Por ahí se puede entender su buena actuación. El no poner la actitud correcta de inicio puede explicar el bajón de rendimiento atlético. Cuando pudo no quiso y cuando quiso no pudo. Y de castigo se llevó una derrota que afea su racha positiva y que le deja, de momento, sin la segunda plaza. Las decisiones arbitrales y el protocolo del VAR que lo explique el que lo entienda.
¿Cómo se puede explicar que el mejor equipo de las cinco grandes ligas europeas en la segunda vuelta haga un partido tan plano, tan carente de ideas, sin chispa, frente a un rival ya descendido? ¿Cómo se entiende que un equipo que solo había sumado 16 puntos de 99 y que había ganado tres partidos de 33 se...
Autor >
Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
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