Jóvenes
“Decidiré el voto cuando esté delante de la urna”
Ni tan abstencionista ni tan derechizado. El voto de los jóvenes de 18 a 25 años navega entre la indecisión y la desconfianza en la política
Gabriel Méndez-Nicolas 26/05/2023
En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
“No sé a quién voy a votar, pero sé a quién no”, cuenta Laura (24 años). El 28 de mayo, aproximadamente tres millones de jóvenes tendrán la oportunidad de acercarse a las urnas. Quienes finalmente lo hagan acudirán con más dudas que certezas, según el barómetro de mayo del CIS que apuntaba a que un 34,2% decidirá durante la campaña electoral, un 16% a lo largo de la jornada de reflexión y un 5,9% el mismo día de las elecciones. Es el caso de Álvaro (18 años), que acude a votar por primera vez, y reconoce que lo va a decidir “cuando esté delante de la urna”.
Entender el voto de los jóvenes como un voto homogéneo y decidido es equivocarse. Existe una amplia gama de opiniones y perspectivas determinadas por el género, el contexto social y la diferencia de edad entre cada uno de ellos.
“Van creando su identificación con los partidos políticos a lo largo del tiempo. La identificación partidista se va haciendo cada vez más fuerte a lo largo de la vida. Esto de que con el tiempo las personas se van volviendo más conservadoras no es verdad. Se vuelven más consistentes con sus actitudes”, explica Gema García Albacete, doctora en Ciencias Políticas y profesora en el Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Carlos III de Madrid. El voto joven es “un voto más maleable, porque consiguen mirar el espectro político con menos sesgo ideológico o partidista”, dice. Y, no es anómalo que su voto vaya cambiando hasta encontrar un partido con el que se sientan identificados. Esa falta de referencias “convierten las primeras elecciones en un acto abrumador y, en ocasiones, explica también la alta tasa de abstención juvenil”, señala.
La extrema derecha aparece ya como tercera fuerza política en intención de voto de los 18-25 años de cara a las elecciones del 28M
Abstención
“Durante los últimos meses he estado dudando si votar o no”, cuenta Mayte (25 años). Solamente el 58,6% de las personas encuestadas de 18 a 25 años sabe con total seguridad que acudirá a votar en las elecciones del 28M. Es el porcentaje más bajo entre las distintas franjas de edad y es el caso en prácticamente todos los comicios. Esta tendencia no es ninguna novedad y no supone una gran diferencia con otras democracias. “En España, comparado con otros países, no parece que haya un problema de abstención juvenil. De hecho, la diferencia frente a otros grupos de edad es bastante poca comparada con Estados Unidos, Canadá o Inglaterra por ejemplo”, aclara Gema García Albacete.
Si bien la abstención electoral no se ha disparado en España, el desencanto de su juventud por la política es una realidad.
“Los políticos piensan más en el interés propio que en el general, no cumplen. Cuando se acercan las elecciones dibujan todas sus promesas y luego, a la larga, nada”, cuenta Javier (24 años). El 80% de los jóvenes asegura que las instituciones públicas no prestan la atención adecuada a sus necesidades según esta encuesta de Metroscopia para El País. Esa sensación de desatención por parte de las instituciones es constante en todas las entrevistas realizadas para este artículo. Y los datos confirman que son uno de los sectores de la población con más dificultades. Los menores de 30 años han perdido poder adquisitivo (su salario medio ya no les llega ni para ser mileuristas y uno de cada tres está en riesgo de pobreza). El paro juvenil en España se situó a cierre de enero en el 29,3% (el segundo más elevado de la OCDE sólo por detrás de Grecia). Además, España tiene la edad de emancipación más alta de toda Europa (situada prácticamente en 30 años) y el 62% de los jóvenes tienen serios problemas económicos para pagarse un techo en las grandes ciudades. La brecha que existe entre los jóvenes y las instituciones públicas y la falta de confianza hacia la clase política influye en la participación electoral.
Mario Carretero, catedrático de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Madrid y profesor de Psicología del Pensamiento, cuenta sus impresiones como docente: “En clase lo que me encuentro es una mayoría que no le interesa y dos minorías activas en las órbitas de Podemos y Vox”. Lo que sí que ha notado es la aparición de un discurso reaccionario en sus clases. “Cuando tratamos el tema de la violencia de género, he tenido alumnos que dicen que el patriarcado no existe y defienden que no existe la violencia de género. Es evidentemente minoritario, pero se han atrevido a discutirlo y eso no me pasaba hace dos o tres años”.
Las opiniones machistas, racistas y homófobas son cada vez menos toleradas y la extrema derecha lo explota para presentarse como outsider
¿La juventud se derechiza?
Existe la sensación generalizada de que un sector de la juventud ha emprendido un giro ideológico a posiciones reaccionarias. La extrema derecha aparece ya como tercera fuerza política en intención de voto de los 18-25 años de cara a las elecciones del 28M. De hecho, esa intención de voto ha pasado en un año del 7,7% a 12,9% según los barómetros del CIS. Para Gema García Albacete el dato no es del todo esclarecedor. “Si miramos el dato de simpatía hacia partidos políticos nos damos cuenta de que Vox tiene poquísima simpatía en ese grupo de edad”, indica. Es difícil encontrar fundamentos para sentenciar que existe un voto importante de la juventud a la extrema derecha. “Yo no sé si es cierto. Es verdad que los datos del CIS muestran que la intención de voto a Vox de las personas de 18 a 25 años es un poco mayor. Pero también dicen que van a votar menos, con lo cual el número de personas en ese grupo de edad es muy pequeño. No sé si realmente es tan relevante”, concluye Gema García Albacete.
“El voto a la extrema derecha parece más un voto en contra del statu quo que un voto a la extrema derecha como tal”, explica Pablo Stefanoni, historiador y autor de ¿La rebeldía se volvió de derechas? (Editorial Siglo XXI, 2021). “La extrema derecha está logrando presentarse como antisistema y capturar parte del inconformismo de los jóvenes frente a una izquierda que se considera en algunos casos como parte de la élite”, prosigue.
Los avances sociales conseguidos en materia de igualdad han calado, en muchos casos, en el discurso institucional. Las opiniones machistas, racistas y homófobas son cada vez menos toleradas en el ámbito público y la extrema derecha lo explota para presentarse como outsider.
Es el caso, por ejemplo, del uso del antifeminismo para presentarse como antisistema. “Es algo muy atractivo para los más jóvenes. Si el feminismo –o una versión de él– es el discurso del Gobierno, de la mayoría de medios mainstream, de las autoridades escolares; si lo que se identifica como correcto, o lo que es posible decir tiene que ser ‘feminista’, está claro que la provocación y la rebelión están del otro lado”, explica en esta tribuna Nuria Alabao, antropóloga especializada en intersecciones entre extrema derecha y género.
La extrema derecha está tratando de seducir a los más jóvenes y solo el tiempo dirá en qué se traducen esos esfuerzos
Las redes sociales como altavoz
Esos postulados reaccionarios tienen mucho eco en las redes sociales. En ellas, transitan sin verificación informaciones falsas y descontextualizadas. Este problema se acentúa ante la tendencia de las nuevas generaciones a utilizar las redes como fuente de información. “Siempre que me meto en una noticia es a través de las redes sociales, sobre todo Twitter”, explica Javier (24 años). Una investigación del Instituto Reuters de 2022 concluye que el 39% de las personas de entre 18 y 24 años utilizan las redes sociales como su fuente principal de información. La desconfianza frente a las instituciones se traslada con facilidad hacia los medios de comunicación tradicionales. “Me pasa como con los políticos, están muy sesgados e informan de forma muy subjetiva”, dice Javier.
En esta entrevista, Ben Tarnoff, experto en tecnologías de la comunicación, explica que “las redes fomentan ciertos tipos de información, ciertos tipos de interacción. Suele ser información sensacionalista, provocativa, con una intensa carga emocional. Y esto, generalmente, favorece a las fuerzas de la derecha”. Incluso Twitter reconoció que su algoritmo amplifica más a los políticos y medios de derechas en el caso de España. Y eso lo saben los partidos políticos. Sobre todo, los de extrema derecha. Vox es la cuenta con más seguidores en Instagram con 646.000 (lejos de Podemos con 256.000) y, a pesar de haber aterrizado en TikTok hace solo tres años, ya es la segunda cuenta de partido con más seguidores (detrás de la formación morada). “Las redes sociales son un mundo paralelo a la información tradicional y las nuevas derechas han conseguido moverse en ese mundo de memes y troleo”, apunta Stefanoni.
La extrema derecha está tratando de seducir a los más jóvenes y solo el tiempo dirá si esos esfuerzos se traducen en un beneficio electoral decisivo.
“No sé a quién voy a votar, pero sé a quién no”, cuenta Laura (24 años). El 28 de mayo, aproximadamente tres millones de jóvenes tendrán la oportunidad de acercarse a las urnas. Quienes finalmente lo hagan acudirán con más dudas que certezas, según el barómetro de mayo del CIS que apuntaba a que...
Autor >
Suscríbete a CTXT
Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias
Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí