1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

COMO LOS GRIEGOS

El chinotto

Las personas se reúnen para comer frutos amargos desde hace milenios. El amargo es una arruga en el cerebro. Con el sabor aún temblando en la boca, miren el atardecer. Descubran que solo viviremos un número concreto y finito de atardeceres

Guillem Martínez 17/06/2023

<p>Una última bebida amarga: abran una lata, o una botella de <em>Chinò San Pellegrino</em>. Sirvan en vaso, o beban a morro. / <strong>G. M.</strong></p>

Una última bebida amarga: abran una lata, o una botella de Chinò San Pellegrino. Sirvan en vaso, o beban a morro. / G. M.

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

-SIEMPRE ES EL ATARDECER. El que hem menjat / Lo que hemos comido –1972– es un gran libro de cocina. Y, por lo mismo, un buen testamento, un legado. En ese libro Josep Pla lega, deja a sus supervivientes, lo que sabe de la cocina catalana y, más aún, de la cocina empordanesa, esa Capilla Sixtina de lo básico, ordenado de forma sorprendente. Se trata de un libro que Pla escribió en el Mas Pla, ya viejo y enojado con la vida, a grito pelado –literalmente; desde el punto en el que escribía Pla vociferaba preguntas de gastronomía a la mujer que, en la cocina, y desde hacía años, le cocinaba; ella, a su vez, le contestaba a berrido sorround; el libro se escribió solo, tan solo con esas vibraciones sonoras–. El volumen, por otra parte, es una joya. Sujeto, verbo y predicado y vertido de conocimiento y, luego, de experiencia propia, que es como operaba Montaigne, y que es lo que haces, como puedes, cuando escribes periodismo. Pero, dentro del volumen, hay, no obstante, piezas singularmente engarzadas. Como el capítulo “Els aperitius”/“Los aperitivos”. Que sigue, básicamente, este itinerario. Ahí va: a) hay tres tipos de aperitivos. Los b) franceses, dulces. Los c) españoles, secos. Y los d) italianos, amargos. Francófilo hasta la médula, Pla se carga f) la ocurrencia francesa, y salva y pondera g) las otras dos de los otros dos sures. Pero viene a solucionar ese empate técnico a través de un dato. El h) cromatismo. En última instancia, viene a decir que no hay nada mejor en el mundo como disponer no solo del sabor de un Campari, sino de su color, durante un atardecer, ese otro rojo, en la terraza del Gambrinus. Uno escribe para volver a escribir. Para reescribir cosas como “el sueño, Héctor, es el hermano gemelo de la muerte”. Supongo, por ello mismo, que ahora estoy escribiendo estas líneas porque siempre he querido escribir ese capítulo de Pla. Y hoy, al menos, hablaré del atardecer, de lo amargo y, entre otros colores, del rojo, así como de uno de los escasos, pequeños, ínfimos detalles que dan a un Campari la capacidad de ser atardecer. Hola. Bienvenidos a Como los Griegos. Hoy, sobre el chinotto, uno de los cítricos más extraños del mundo. Se trata, como todo lo que se come o se bebe, de una aventura, que, en este caso concreto, empieza en el siglo XV.

-EL PAÍS DONDE FLORECE EL LIMONERO. Valencia es el epicentro del cítrico peninsular. Pero, a su vez, es una pálida muestra de lo que el cítrico ha dado de sí en Italia. En Valencia, si bien ha habido siempre naranjos, esa incorporación musulmana, no los hay a lo bestia y para una boda y con desmesura hasta el siglo XIX, cuando la vid se va al garete, por la filoxera. Para situarnos y comparar, la cosa cítrica italiana empieza en el medievo, y alcanza cuotas industriales en el XVI y XVII, momento en el que Liguria y Lombardía exportan cítricos al norte como posesas. El interés italiano por el cítrico, además, es más profundo y abarca más especies que la naranja, el limón y la mandarina. Allí hay naranjas, limones, mandarinas, claro, pero también hacen chiribitas ante la naranja sanguina, el limón amargo, el dulce, la bergamota, la cidra y/o, tachán-tachán, el chinotto. Del que, por cierto, se sabe muy poco fuera de la Liguria y de partes muy reducidas de Sicilia. Ha caído en mis manos, en ese sentido, El país donde florece el limonero –que es como Goethe, presidente de honor de esta sección, llamó a Italia un día que iba hasta el culo de cítricos–, de la británica Helena Attlee –Acantilado, BCN, 2017–, en el que, por fin, se dilucida un poco el misterio del chinotto, ese fruto que pocos han visto, menos han tocado, y con el que se hacen una suerte de productos –mermeladas, confitura, bebidas, refrescos, aperitivos, amari, digestivi–, que enloquecen a una porción de la humanidad que está en el secreto, como es mi caso, y como espero que sea el suyo en breve.

El chinotto es un fruto que crece en forma de racimo de uva en el árbol homónimo, el patito feo de los árboles frutales de cítricos, enclenque, canijo y asimétrico

-LA CHINOSITÀ. El chinotto es un fruto pequeño –es primero amarillo, y madura en color naranja; cuando adquiere ese color, solo sirve para hacer mermelada–, que crece en forma de racimo de uva en el árbol homónimo, el patito feo de los árboles frutales de cítricos, enclenque, canijo y asimétrico. Ese árbol apareció, zas, en un barco que desembarcó en Savona, Liguria, en, lo dicho, el siglo XV. En principio se supuso que ese árbol provenía de la China –de ahí el nombre: chinotto/chinito–, si bien viene, precisamente, de su contrario –Vietnam, ese pequeño Estado que, en el siglo XX, se enfrentó no solo a Francia y a EE.UU., sino que también chuleó a China; si no hubiera llegado a perder el interés, ahora estaría invadiendo el Senado Galáctico–. Algunos científicos especulan con que el chinotto es, a pesar de su nombre artístico, un cítrico autóctono o, al menos, no tan lejano geográficamente. Lo que es posible, si atendemos a Giorgio Gallesio, que era italiano, si bien, como el Barón Rampante, hizo sus libros en francés. Así, en su Traité du citrus –1811–, el primer libro que entiende que los cítricos son una locura que se intenta organizar por segunda vez –el primer intento es de Ibn al-Awan, en el siglo XII–, Gallesio descubre que la gran variedad de los cítricos responde a que son sensibles a la mezcla entre especies, pero también, y mucho, a la mezcla de su propio polen, lo que puede crear unas variaciones absolutamente variadas y divertidas. Una naranja admite así muchas posibilidades y variedades. Imagínate el chinotto, ese fruto que nadie esperó jamás. En el siglo XVIII, tras el descubrimiento de James Lynd –descubrió que la vitamina C evitaba el escorbuto en las grandes travesías marinas–, la Liguria exporta chinotti a lo bestia y a la Royal Navy. A los barcos británicos, esto es divertido, el fruto amargo, pero cargado hasta los topes de vitamina C, llegaba en barriles, llenos de agua de mar, que es como los árabes guardaban los limones. Parcialmente cortado, el fruto iba fermentando en agua salada, hasta ser, cada vez, menos duro y amargo. En ese momento nace la industria del confitado de chinotti, también en Liguria, que explotaría en el XIX. Se trata de una industria que fabricaba un chinotto confitado, dulce y amargo, que se servía con el café, con un chorrito de marrasquino –un licor delicado, transparente, hecho con unas cerezas específicas–. Todo ese mundo cayó en declive en algún momento del XX, como todo. En 2003 tan solo quedaba un centenar de árboles en la región. Un año después, la cosa chinotto entró en la cosa Slow Food, y con ello pasó a ser el centro de pequeñas industrias y pequeños negocios que fabricaban, en toda Liguria, cacharros comestibles o bebibles con chinotto.

-¿POR QUÉ ESTE ATARDECER NO ES COMO LOS DEMÁS? Siempre, me dicen, se ha bebido chinotto, atenuado con azúcar, en la Liguria. Pero esa disciplina adquiere un matiz importante en 1860, cuando Gaspare Campari, hijo de campesinos lombardos y trabajador en un bar desde los 14 años, inventa un nuevo aperitivo. Hasta aquel momento había fabricado lo que él denominaba “Bitter all’uso d’Hollanda”, pero ese año lo pone todo del revés con una receta secreta, que contiene más de 60 ingredientes. Lo único que sabemos de esa bebida, aún hoy y a estas alturas del partido, es que se llama Campari, que contiene pieles de naranja y, ojo, cuidadín, chinotti. Dos años después, establecido en Milano, Campari abre un par de cafés. Lo demás es historia. La segunda emisión de una bebida sustentada en el chinotto es en otro contexto histórico. En 1932, en pleno fascismo, la firma San Pellegrino comercializa un refresco de esencias naturales con gas, hecho a partir de chinotto. Es, claro, amargo. Y de color negro. Y fascinante. El régimen, obviamente, apostó por él, precisamente por el color. Bajo el eslógan de L’altro modo di bere oscuro –la otra forma de beber algo oscuro– se le lanzó a competir con la egregia marca Coca-Cola. Finalmente, como ya saben, Coca-Cola ganó esa guerra comercial, tras la invasión de Sicilia. Pueden adquirir, no obstante, esa bebida única, sorprendente, delicadamente y ferozmente amarga, en cualquier tienda de productos italianos. 

-LAS RECETAS. Las personas se reúnen para comer frutos amargos desde hace milenios. Sencillamente porque el amargo es una arruga en el cerebro. Un sabor inesperado, astuto, sofisticado, inteligente. Beban chinotto siempre que puedan. Aquí les paso una cuantos accesos a esa posibilidad. Pueden tomarse, así, un Garibaldi, ese cóctel, contemporáneo a la unificación italiana, mezcla el Campari del Norte y el zumo de naranja –a poder ser sanguina y sicilianadel Sur. La proporción es Campari 40%, Sicilia 60%. Pero ustedes mismos decidan su simpatía hacia la amargura. Adornen con rodaja de naranja, sabiendo, no obstante, que lo único que desean los amari de las naranjas es su piel, ese amargo matizado.También pueden liarla con un Spritz. Es, técnicamente, lo contrario a un Garibaldi. Se trata de un combinado inventado antes de la unificación por los soldados austriacos del Norte de Italia, que no se habituaban al vino blanco cutre del Veneto, el único que podían adquirir, por lo que lo mezclaban, me dicen, con agua con gas, y con amari italianos. Era cuestión de tiempo que la mezcla fuera con Campari. O con Aperol. O con Cynar. En copa grande servir un dedo de amaro, dos de cava o prosecco –nunca champagne, que da como penita– y tres dedos de agua con gas. Cambien esas proporciones si no coinciden con su gusto. En general, modifiquen o rodeen todo aquello que no coincida con su gusto. Adornar el producto resultante con piel de naranja, fina, y divertida, que si alguien lo ve comprenda que la vida son los detalles. Y es, además, corta, y bella, como los detalles. Una última bebida amarga: abran una lata, o una botella de Chinò San Pellegrino. Sirvan en vaso, o beban a morro. Con el amargor aún temblando en la boca miren el atardecer. Descubran, nuevamente, que solo viviremos un número concreto y finito de atardeceres. Que los atardeceres son rojos, aunque la bebida que los acompañe sea negra, como la sangre de la luna, o sea roja, como la sangre del Sol. Uno escribe para volver a escribir. Para reescribir cosas como “el sueño, Héctor, es el hermano gemelo de la muerte”. Supongo, por ello mismo, que he escrito estas líneas porque siempre he querido escribir el capítulo de Pla sobre los aperitivos. Por eso hoy les he hablado del atardecer, de lo amargo y, entre otros colores, del rojo, así como de uno de los escasos, pequeños, ínfimos detalles que dan a un Campari la capacidad de ser atardecer.

-SIEMPRE ES EL ATARDECER. El que hem menjat / Lo que hemos comido –1972– es un gran libro de cocina. Y, por lo mismo, un buen testamento, un legado. En ese libro Josep Pla lega, deja a sus supervivientes, lo que sabe de la cocina catalana y, más aún, de la cocina empordanesa,...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Guillem Martínez

Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

1 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. pablo-grinstein

    Querido y admirado Guillem: entiendo que quisiste enfocar esto desde el punto de vista del aperitivo, pero me esperaba al menos una tímida mención a nosotros, los argentinos -esos italianos hispanoparlantes sobre un lecho de mapuches aromatizados con esferificaciones ibéricas y Ashkenazis- ya que cosas tales como el “dulce de quinoto” (léase “mermelada de”) y sobre todo su versión de origen made-in-mi-abuela, es una nota de color de la infancia de muchos de nosotros. Te lo perdonamos igual por los infinitos momentos de placeres lectores que nos ofreces cada semana. Un abrazo desde el Baix Guinardó de la capital de Catalunsha

    Hace 11 meses 18 días

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí