DIARIO ITINERANTE
Por qué la UE necesita a Vox
En una fase de crisis del modelo económico, el ultranacionalismo europeo ha servido para desviar la protesta ciudadana y ha facilitado el proyecto, esencialmente neoliberal, de la Comisión
Andy Robinson Liverpool , 22/07/2023
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Unión Europea. / Malagón
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En medio de la crispada campaña electoral española, hay cosas que pocos disputan: por ejemplo, que la UE es la antítesis de la extrema derecha nacionalista. O que el Brexit fue uno de los primeros indicios del auge del populismo de derecha nacionalista.
Un ejemplo se dio en un vídeo que circuló con el mensaje “ruego máxima difusión” hace unos días, en el que la directora de El País explicó el origen del auge de partidos como Vox con una referencia al Brexit : “Empezó hace mucho tiempo con mentiras cotidianas sobre Europa y los europeos …”.
Pero puede que la realidad sobre la relación entre la UE y la derecha nacionalista sea justo la contraria. En una fase de crisis del modelo neoliberal, provocada por el rescate al sistema financiero global y la adopción en Europa de draconianas políticas de austeridad, el ultranacionalismo europeo ha servido para desviar la protesta ciudadana y ha facilitado el proyecto, esencialmente neoliberal, de la UE.
El Brexit, en cambio, ha creado una oportunidad para adoptar políticas de transformación económica y social en el Reino Unido, aunque está por ver si el próximo gobierno laborista está dispuesto a aprovecharla.
Europa y su proyecto ultranacionalista ha facilitado el proyecto esencialmente neoliberal
Es lo que se plantea en un nuevo libro titulado Taking control, de un grupo de académicos de instituciones importantes de la Universidad de Londres, como el University College y la London School of Economics (LSE). Todos son defensores de las posibilidades creadas por el Brexit para adoptar políticas alternativas con un firme mandato democrático.
“El populismo de la derecha dura prefiere una guerra cultural antes que cuestionar a la UE y sus tratados que encapsulan lo que se podría calificar como políticas neoliberales: libertad de movimiento del capital, de bienes y de mano de obra”, dijo Peter Ramsey, experto en derecho de la LSE, en una entrevista mantenida después de la presentación del libro en el Ateneo de Liverpool a principios de este mes. “Se quejan de la UE –‘¡No lo vamos a aceptar! ¡Jamás!’–, insisten, pero a la hora de la verdad, aceptan la decisión de los tecnócratas”.
Tal vez el anterior consenso neoliberal y tecnocrático en Europa era preferible para la UE. Pero el arreglo actual es perfectamente aceptable para su proyecto, ya que cumple con el objetivo primordial de la unión: avanzar en la liberalización económica, según los intereses de poderosas corporaciones multinacionales. Si, para salvar este cada vez más cuestionado proyecto neoliberal, es necesario convertir la política nacional en un espacio de guerras culturales, abigarrado de banderas, que así sea.
Ramsey y sus coautores retratan a una derecha extremista y populista que sirve como coartada para el proyecto económico de la UE de trasladar la soberanía desde los parlamentos nacionales a Bruselas y Frankfurt. Consciente de que no se puede seguir el camino del populismo británico del Brexit y salir de la UE ni de la zona euro, la derecha nacionalista europea, liderada por figuras como Giorgia Meloni, la primera ministra italiana, centra sus ataques en las llamadas guerras culturales, una política superficial de identidad en áreas como género, feminismo y derechos de minorías étnicas. “Por muy nacionalistas que quieran parecer, bien sea en Madrid o bien sea en Budapest, no pueden actuar en defensa de las prioridades nacionales económicas porque eso está terminantemente prohibido por la UE”, dice Ramsey.
“Hablan de la nación y de cómo ha sido atacada por los globalistas, pero no están dispuestos a construir un programa que defienda la soberanía nacional y, por tanto, acaban señalando a los inmigrantes y minorías como blancos; la guerra cultural es un sustituto de una reivindicación de verdadera soberanía nacional”, dice Ramsey.
Pronto, se puede llegar a la culminación paradójica de este proceso, dice Ramsey: “Todas las instituciones europeas pueden caer en manos de la derecha populista nacional”.
Un proyecto europeo liderado por el ultranacionalismo de los países miembros no es tan contradictorio como puede parecer, prosigue: “La UE no pretende ser un superestado; lo que ha hecho es trasladar el lugar en el cual los gobiernos nacionales toman las decisiones desde los parlamentos, donde deben responder a los votantes, a reuniones a puerta cerrada de los consejos de ministros”. La nueva convivencia entre el europeísmo y el nacionalismo ultraconservador se pone de manifiesto en la alianza del centroderecha y la extrema derecha en países como España
En este sentido, “es solo un mecanismo para que los poderes en los Estados miembros puedan pasar por alto los procesos democráticos; si las cosas van mal, es fácil echar la culpa a Europa cuando en realidad ellos mismos tomaron las decisiones en el consejo de ministros en salas a puerta cerrada”.
La falsa representación del Brexit, como un ejemplo del auge de la extrema derecha, que se cuele en el debate político en países como España es otro mecanismo para desviar la crítica a la UE por su papel en el auge de la derecha extrema nacionalista, explican los autores de Taking Control.
“El pacto entre el centroderecha y la extrema derecha está generando una suerte de versión proeuropea de las ideas de la ultraderecha basada en una supuesta civilización europea amenazada”, explica Hans Kundnani de Chatham House en Londres.
La salida del Reino Unido de la UE ha creado un ambiente favorable para las fuerzas políticas que están dispuestas a aprovechar la oportunidad para recuperar la soberanía popular en áreas sociales y económicas. Esto crea más oportunidades para un partido interesado en profundizar la democracia y en romper con el ya cuestionado orden neoliberal que para los partidos de extrema derecha. “En estos momentos, ni los conservadores ni los laboristas quieren aprovechar el momento, pero existe la oportunidad”, dijo Ramsey.
En medio de la crispada campaña electoral española, hay cosas que pocos disputan: por ejemplo, que la UE es la antítesis de la extrema derecha nacionalista. O que el Brexit fue uno de los primeros indicios del auge del populismo de derecha nacionalista.
Un ejemplo se dio en un vídeo que circuló con el...
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Andy Robinson
Es corresponsal volante de ‘La Vanguardia’ y colaborador de Ctxt desde su fundación. Además, pertenece al Consejo Editorial de este medio. Su último libro es ‘Oro, petróleo y aguacates: Las nuevas venas abiertas de América Latina’ (Arpa 2020)
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