el Precio del DEPORTE
España, el país más caro para las hinchadas visitantes
El fútbol es uno de los últimos ámbitos de sociabilidad que está cayendo, pese a la resistencia de sus comunidades, en la lógica mercantil capitalista
Emilio Abejón 30/08/2023
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Esta misma semana, la red de aficionados y aficionadas españoles FASFE hemos hecho público un informe sobre el precio de las entradas para la afición visitante en las competiciones profesionales masculinas de fútbol de nuestro país y en la Copa del Rey. El informe recopila datos de la temporada 2022–23 y los compara con los precios para las aficiones visitantes de Inglaterra, Francia, Alemania y Países Bajos.
Los resultados del informe son concluyentes: los aficionados y aficionadas de nuestro país padecemos los precios más caros entre los países que han sido objeto de estudio. Los clubes de Primera División cobran un precio medio de 35,13 euros a las aficiones que los visitan, mientras que los de Segunda División –donde hay un acuerdo vigente entre muchos clubes desde hace unos años que facilita un cupo de entradas a precios más moderados– cargan un precio medio de 18,67 euros.
En el caso de los precios de la primera categoría, la liga española es, en términos nominales, la más cara de todas las estudiadas, superando el tope de 30 libras esterlinas (unos 34,89 euros) de la Premier League inglesa. Los precios de la primera Bundesliga alemana y la Eredivisie neerlandesa –15,62 y 15 euros, respectivamente– representan menos de la mitad de los de la Primera División, mientras que la Ligue 1 francesa tiene un precio máximo de 10 euros, lo cual representa un coste casi tres veces inferior al de nuestra competición. Este diferencial se convierte en abrumador cuando comparamos el esfuerzo económico que les supone a los aficionados y aficionadas españoles seguir a sus equipos fuera de casa, con respecto a otros países europeos. Normalizando los precios foráneos en paridad con el poder adquisitivo de nuestro país, vemos que la afición visitante española hace un esfuerzo que implica cuatro veces más que el que realiza la afición francesa.
Desde la atalaya de la élite cultural siempre se ha mirado por encima del hombro a la que es una de las actividades sociales más populares de nuestro país
El informe nos muestra que las entradas de la final de la Copa del Rey, cuyo valor no está controlado por ninguno de los clubes contendientes, sino por la Real Federación Española de Fútbol, hace que los precios sean aún más altos. La entrada más barata sin visibilidad reducida para la final celebrada el pasado 3 de junio en el estadio de La Cartuja de Sevilla, entre el Real Madrid y el Osasuna, tuvo un precio de 78 euros, cantidad que contrasta con los 52,37 que costó la final de la FA Cup inglesa; los 49,50, de la KNVB Beker neerlandesa; los 45, de la DFB-Pokal alemana, o los 25 euros que costó la entrada más barata para la final de la Coupe de France.
A los precios de las entradas, la afición desplazada, además, debe sumar los gastos de viaje y estancia, lo que da una dimensión del coste de la actividad de seguir a tu equipo, algo que forma parte de la cultura de miles de personas de nuestro país.
Se ha hecho público un acuerdo entre 15 clubes de Primera División para limitar a 30 euros el precio de la entrada para visitantes
Recientemente, se ha hecho público un acuerdo entre 15 clubes de Primera División para limitar a 30 euros el precio de la entrada para visitantes. Sin embargo, parece insuficiente. Los datos nos muestran que la mayoría de los firmantes son los clubes que durante la temporada pasada solían cobrar menos de esa cifra. Por lo tanto, si ahora estos clubes se acercan o llegan al tope en los encuentros entre ellos, dado que, además, según ha trascendido, habría una o dos jornadas en que el acuerdo les permite saltarse el límite de 30 euros, y visto también que algunos de los clubes que suelen poner precios más altos no son firmantes del acuerdo, la temporada que viene el convenio entre clubes apenas tendrá incidencia a la baja. Incluso no es descartable que el precio medio de las entradas para visitantes en Primera División, tras el acuerdo, resulte más alto que antes. Sirva el ejemplo de la Segunda División en la que existe un convenio similar con un tope de 15 euros desde hace años, lo que no ha evitado que sea la segunda categoría más cara de los cinco países en que hemos estudiado los precios.
A muchos les puede parecer irrelevante el nivel de precios que padecemos los aficionados y aficionadas al fútbol. Desde la atalaya de la élite cultural siempre se ha mirado por encima del hombro a la que es una de las actividades sociales y culturales más populares de nuestro país y probablemente la más permeable a todas las clases sociales. Creo que yerran en su juicio. En un mundo al que cuatro décadas de hegemonía política neoliberal ha despojado de espacios de relación social, el fútbol es uno de los últimos ámbitos de sociabilidad interclase que nos quedan, una de las pocas actividades que nos recuerdan que el ser humano no es un átomo sino una comunidad que vive y se relaciona en lo colectivo. El fútbol y la cultura asociada a él es un reducto ya casi insólito, el rincón de la Galia en el que nos refugiamos muchos miles de personas que buscamos, consciente o inconscientemente, un entorno dentro de un mundo en el que hasta nuestras relaciones sociales son tratadas como mercancía para negociar en el mercado.
El fútbol es una de las pocas actividades que nos recuerdan que el ser humano es una comunidad que vive y se relaciona en lo colectivo
Precisamente, por estas razones, ahora que cada vez somos más conscientes de la devastación neoliberal, el fútbol es importante y su cultura merece protección. El fútbol es uno de los últimos ámbitos de sociabilidad que está cayendo, pese a la resistencia de sus comunidades, en un proceso de acceso a la lógica mercantil capitalista. Fenómenos como la gentrificación y turistificación que tanto están afectando a nuestros pueblos y ciudades se están manifestando con virulencia en los estadios, expulsando a las comunidades tradicionales que siempre los hemos poblado y sustituyéndonos por consumidores de mayor poder adquisitivo sin ninguna vinculación comunitaria, destruyendo en el proceso sus raíces con el territorio. A estos fenómenos están coadyuvando, además de la política excluyente de precios, otras medidas de represión de la cultura de grada tradicional en cuya ejecución actúan en colusión clubes, órganos gestores del fútbol y la Administración.
No son solo estos los males que están afectando a nuestro deporte. Ante la indolencia de gobierno y reguladores, en los últimos años estamos viendo cómo muchos de nuestros clubes están cayendo en manos de fondos especulativos –igual que en otros sectores se extraen rentas de nuestras comunidades– o en manos de regímenes criminales que los usan para blanquear su imagen.
Desde hace poco tiempo, tanto la Unión Europea como algunos gobiernos de nuestro entorno, por razones legítimas o espurias, están planteando políticas que defienden el papel de las comunidades de aficionados y aficionadas en el fútbol. Estas medidas incluyen la protección de sus vínculos identitarios y territoriales y de su cultura. Entre estas medidas está la inclusión de los representantes de estas comunidades en los órganos de gobierno de nuestro deporte con el fin de ejercer de contrapeso a su deriva mercantil. Allí donde estas políticas están siendo introducidas, encontramos un entorno más amistoso que incluye precios moderados para que las culturas del fútbol florezcan y con ellas sus valores comunitarios. Será interesante observar cómo evolucionan estas medidas y si tras el gatillazo de la demasiado tímida nueva Ley del Deporte nuestro país se suma a esta corriente. Sería bueno para las aficiones, para el fútbol y para todos los que creemos en un mundo distinto que nuestra cultura y sociabilidad no estén sometidas al fin último y único de la acumulación de capital.
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Emilio Abejón es secretario general de FASFE – Accionistas y Socios del Fútbol Español.
Esta misma semana, la red de aficionados y aficionadas españoles FASFE hemos hecho público un informe sobre el precio de las entradas para la afición visitante en las competiciones profesionales masculinas de fútbol de nuestro país...
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