El fútbol femenino español ya puede presumir de tener su estrella. Si el Mundial de Sudáfrica quedó en la memoria de los españoles por el triunfo del equipo masculino nacional, el de Australia y Nueva Zelanda será ya otra cita para el recuerdo. Hace unos meses, en pleno divorcio entre un grupo de importantes futbolistas y el seleccionador, parecía imposible disfrutar de este momento. Pero el nivel de nuestras jugadoras es tan alto que, pese a las dificultades, estas han logrado culminar un camino que hace muchos años iniciaron en la sombra unas cuantas pioneras. Por ellas, y por las que no fueron al campeonato anteponiendo sus ideales para mejorar la selección, va también este triunfo. 

Jugando con personalidad, templanza y bien situadas en el césped, las nuestras se fueron haciendo poco a poco con el mando del juego

Antes de la final quedaba la duda de si la responsabilidad de afrontar una cita histórica podría afectar a las españolas, pero pronto salimos de dudas. Jugando con personalidad, templanza y bien situadas en el césped, las nuestras se fueron haciendo poco a poco con el mando del juego.  Con Irene Paredes dando salida limpia desde atrás, Jenni moviéndose de derecha a izquierda, convirtiéndose en la socia de todas, y las incursiones de Mariona y Olga por la izquierda, y Ona y Alba por derecha, con Salma buscando los huecos y la profundidad, la selección dominó a las inglesas, a las que sólo les quedaba el recurso de una contra rápida. 

Aun así, las británicas tuvieron la primera ocasión clara con un disparo al larguero de Hemp. La respuesta llegó rápido. Centro de Olga, Salma no acertó a conectar con el balón en el área pequeña y Alba remató con todo a favor, pero el balón fue al centro de la portería, justo a la mano de la portera. Más suerte hubo poco después. En el minuto 28, apertura a Mariona que esperó la llegada de Olga Carmona por su izquierda, y tras pasar el balón la lateral, soltó en el área grande un disparo raso cruzado con la zurda, pegado al palo, que se convirtió en el 1-0. 

Se podía esperar una reacción de las inglesas, pero a pesar de tener un poco más el balón en los últimos minutos, apenas generaron peligro. De hecho, estuvo más cerca el 2-0 con un remate de Salma que tocó el poste antes de irse fuera el balón en el minuto de prórroga.

Sarina Wiegman, la seleccionadora británica, buscó soluciones en el descanso, y además de cambiar el sistema a un 4-3-3, metió en el campo a la talentosa Lauren James. Aun así, fue España la primera en rondar el gol con un disparo de Mariona desde la frontal, que desvió la guardameta con apuros a córner.

A las inglesas no les convenía el ritmo impuesto por España en la primera parte y aumentaron la presión para incomodar a las nuestras en la creación. Además, buscaron las bandas para meter centros. El balón ya estaba más repartido. Vilda movió ficha, retirando a Alba y sacando a Oihane para formar un doble lateral por la derecha, ayudando a Ona. Aitana probó suerte con un disparo con la zurda desde fuera del área, que se marchó un poco alto. España pudo haber casi sentenciado la final, con un penalti por mano de una defensora tras la acción de Mariona, que pitó la colegiada tras una larga revisión en el VAR. Jenni tomó la responsabilidad, pero su lanzamiento a la izquierda de la portería lo detuvo Mary Earps, aunque con dudas de si se adelantó de la línea antes del tiro.

España pudo haber casi sentenciado la final, con un penalti por mano de una defensora tras la acción de Mariona

Las malas noticias se sucedían. Laia Codina se tenía que ir lesionada, luego entró Ivana Andrés. Inglaterra se venía arriba y James hizo estirarse a Cata Coll para desviar por encima del larguero un potente disparo. El partido entraba en la recta final y España se ponía el mono de trabajo para aguantar las acometidas inglesas. Jenni sufría un pisotón tremendo en el tobillo, pero aguantaba en el campo y casi hacía el segundo gol con una incorporación al área y un remate que desviaba una defensa en el último momento. Al mismo tiempo que se anunciaba el largo añadido de 13 minutos, Alexia entraba al partido en lugar de Mariona. España se rehízo en los compases finales y además de defender con solvencia, también seguía mirando al área rival. Ona se internó en el área tras una larga carrera y su disparo lo despejó a córner la portera.

Inglaterra tuvo un último saque de esquina en el minuto 14 de tiempo añadido, pero Cata Coll se elevó por encima de la multitud que le rodeaba en el área para hacerse con el balón y dar paso al pitido final, que desató la euforia en el césped entre las nuestras en Australia, y en miles de lugares a lo largo de la geografía española. Ojalá que sea el impulso definitivo para que el fútbol femenino español tenga el reconocimiento y el seguimiento que merece.