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Bienvenidos a la Champions. Esa competición en la que los medios de comunicación nos venden que la gran mayoría de los equipos son inferiores a los españoles, pero luego llegan los partidos y nos damos cuenta de que cuesta ganar casi a cualquier rival que tenga un cierto nivel. Y el Feyenoord es un buen equipo a pesar de jugar en la liga de Países Bajos y no tener nombres muy conocidos para los aficionados. En el Metropolitano se lo puso muy difícil a un Atleti que, a base de pequeños chispazos, contundencia y dejarse hasta la última gota de energía, logró una victoria fundamental para su objetivo de pasar de grupo en un partido que fue una montaña rusa de emociones.
A base de pequeños chispazos, contundencia y dejarse hasta la última gota de energía, el Atleti logró una victoria fundamental
Entró mucho mejor al partido el conjunto neerlandés, intenso, ambicioso, con un plan de juego muy definido: presión alta buscando hacer daño con recuperaciones, posesión de balón y búsqueda de las bandas donde tenía a dos jugadores: Stengs por la derecha y el brasileño Paixao por la izquierda, que además de generar peligro, provocaban que Molina y Lino no pudieran descolgarse sin preocupación al ataque. Enfrente, un Atleti que fue todo lo contrario en el arranque. Un equipo sin fuerza, sin ideas y que no lograba dar más de cuatro pases seguidos. Unos iban en sexta velocidad y los otros en primera.
El Feyenoord estaba siendo mejor, pero por si eso no era suficiente, el Atleti le echó una mano con una desgraciada jugada que se suma a las que le han sucedido en este torneo en los últimos tiempos. Un disparo del japonés Ueda en el área, en un mano a mano con Oblak lo logró rechazar el esloveno, pero con la mala suerte de que el balón golpeó en Hermoso y se coló en la portería. Era el minuto 6 y al Atleti le tocaba volver a tener que remontar como le ocurrió unos días antes contra el Cádiz.
Para seguir un guion parecido a lo que se había vivido frente a los andaluces, en la misma portería donde probó Fali a hacer gol con un disparo desde su propio campo viendo adelantado al portero colchonero, hizo lo mismo Zerrouki aunque algo más cerca, marchándose el balón tan próximo al poste como en la ocasión del gaditano.
Si algo está teniendo el Atleti en estos últimos partidos es eficacia. Su porcentaje de acierto ante la portería rival es alto
Si algo está teniendo el Atleti en estos últimos partidos es eficacia. Su porcentaje de acierto ante la portería rival es alto. Así, en una de las primeras veces que logró pasar a campo contrario, en el minuto 13, De Paul metió un pase filtrado buscando a Saúl, cortó un defensa lanzándose al césped y el balón quedó suelto en el área para que Morata fuera a por él y batiera al portero con un disparo con la zurda ajustado al palo. El colegiado señaló fuera de juego por indicación de su asistente al estar Saúl adelantado, pero el VAR llamó al colegiado, que tras ver la acción y entender que el ilicitano no tenía influencia en la jugada concedía el tanto.
El empate espoleó a los de Simeone, que entonces sí, empezaron a jugar de tú a tú con su rival. Enseguida pudo volver a marcar Morata tras una buena jugada con apertura de Griezmann a Nahuel y centro raso de éste al área pequeña que supera al portero y, cuando Morata se preparaba para empujar a la red, se lo impidió un defensa que logró sacar el balón por encima del travesaño.
Saúl remató al poste en una acción que quedó anulada por fuera de juego y Koke conectó una volea desde la frontal tras un despeje de la defensa de un saque de esquina que mandó el balón muy cerca del poste con Witsel estando a punto de desviarlo a portería. Empujado por la euforia del empate, el Atleti logró revolucionar el juego durante esos minutos, que fueron más propios de un final de partido que de la mitad de la primera parte.
Pero esa efervescencia duró poco y el Feyenoord volvió a tomar el control. Paixao seguía haciéndose notar y puso a prueba a Oblak con un fuerte disparo desde fuera del área. El partido estaba para pocos despistes. Lo volvió a experimentar el Atleti tras una imprecisión en la salida desde atrás que obligó a Azpilicueta a cometer una falta que le costó la amarilla. El perfecto lanzamiento al segundo palo le llegó solo a Hancock tras perder Azpilicueta su marca. El primer remate lo pudo rechazar Oblak, pero el balón quedó muerto para que el eslovaco marcara el 1-2 en el 34, entre la algarabía de los casi 4.000 aficionados neerlandeses que se hicieron notar en el estadio.
El Atleti acusó el golpe y anduvo como un boxeador noqueado en los siguientes minutos. Traurer casi marca el tercero tras recibir solo en el área, pero su remate se fue rozando el larguero. Saúl y Morata veían amarillas casi seguidas, los saques de esquina a favor de los visitantes se sucedían (hasta cuatro llegaron a tirar casi de forma consecutiva) y la parroquia local sufría en la grada viendo que en cualquier momento podía llegar un tercer gol que hubiera sido el mazazo casi definitivo.
Pero cuando peor lo estaba pasando, logró el Atleti forzar un córner ya en el tiempo añadido. El envío no encontró rematador y le llegó a Lino fuera del área. El brasileño recortó a un rival y disparó con la zurda, el balón golpeó a un rival y cogió altura. Witsel y un defensor lucharon por él, tocando el neerlandés con la espalda y haciendo que fuera a parar a Griezmann, que, de espaldas a portería y con un remate de semichilena, hacía el 2-2. Balón de oxígeno para irse al vestuario con la sensación de que si el Feyenoord se lo hacía pasar mal al Atleti en defensa, ellos también sufrían cuando los rojiblancos lograban instalarse en campo contrario y dar cinco pases seguidos.
En la segunda parte entró Llorente por un De Paul al que aún le queda coger el tono físico. Y puede que sea casualidad, pero por tercer partido consecutivo, el Atleti sacó provecho nada más reanudarse el juego. La pelota le llegó a Nahuel que, desde la banda derecha, metió un pase preciso a espaldas de la defensa que botó en el área grande donde Morata se adelantó a su marcador, para meter la plancha de la bota izquierda y hacer el tercero. Doblete del ariete que ya lleva diez goles esta temporada entre el Atleti y la selección. Al igual que en el primer gol, Griezmann estaba en posición adelantada, pero aunque hace ademán de ir a buscar el pase, no llega a intervenir en la jugada. Esta vez no tuvo que ir el árbitro al VAR.
Justo de fuerzas tras los minutos acumulados que llevan la mayoría de los jugadores por la falta de efectivos a causa de las lesiones, y habiendo hecho lo más difícil, el Atleti dio un paso atrás y se puso en modo supervivencia, esperando que pasaran los minutos y buscando algún robo para salir a la contra. El Feyenoord fue con todo al ataque y empezó a acumular saques de esquina y ocasiones. Oblak se convirtió entonces en el protagonista al salvar dos claras ocasiones en sendos manos a manos ante Stengs y Minteh, mientras que Paixao mandó un trallazo que rozó la escuadra.
Simeone quiso refrescar al equipo metiendo a Galán y Riquelme por Nahuel y Griezmann, pero el juego siguió volcado en una única dirección: la portería del Atleti. La recta final del partido se le hizo larguísima a los locales, incapaces de coger el balón y enfriar un poco el juego. Valga como ejemplo que el portero rival estuvo varias jugadas en posición de remate ante la sucesión de córneres, saques de banda en largo y faltas que lanzó el Feyenoord. Alguno se temió lo peor recordando el gol marcado por el guardameta del Lazio. Incluso en el último minuto tuvo que volver a aparecer Oblak para desviar un duro remate cruzado de Minteh.
Que el Atleti tiene que mejorar el juego que mostró en el partido está claro. Que tiene mucho mérito lo que está haciendo con la plaga de lesiones que sufre, también. Mientras recupera efectivos, se trata de ir sacando esta serie de partidos como pueda, que no es poco. Y, es verdad, sufre en defensa y no es lo sólido que debería. Pero arriba tiene dinamita. Lleva doce goles en los cuatro partidos que ha jugado esta temporada como local. No se aburren los que van al Metropolitano.
Bienvenidos a la Champions. Esa competición en la que los medios de comunicación nos venden que la gran mayoría de los equipos son inferiores a los españoles, pero luego llegan los partidos y nos damos cuenta de que cuesta ganar casi a cualquier rival que tenga un cierto nivel. Y el Feyenoord es un buen equipo a...
Autor >
Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
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