PROCESANDO EL YUYU
¿Macguffin?
Todo apunta a que se está negociando una fórmula que sería la de paz sin territorios, pero con golpes simbólicos
Guillem Martínez 9/10/2023
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1- Generalmente, la realidad se explica sola. Pero estás tan atento a la realidad que no la ves.
2- El domingo 8-O se produjo la megamani de Societat Civil Catalana –nota a pie de página: por aquí abajo existen asociaciones dependientes de la Gene, que es el Estado, o del Estado a palo seco, como es el caso; esto es, por aquí abajo, del Cabo de Gata hasta Finisterre, existe el Estado, si bien no una sociedad civil catalana, española o eritrea; snif–. Según la Guardia Urbana –tiene cierta tradición de no engañar al respecto–, la cosa congregó menos de 50.000 almas –300.000, según el PP; lo que puede ser cierto si sumamos al equipo del pinganillo de Ayuso–. Lo que no es mucho. Y lo que es menos si atendemos a la inversión. Inversión: a la mani vino Feijóo, el gotha del PP, al menos cuatro presis autonómicos, y el extraño caso del militante del PSOE que cayó de la mula, vio que España se rompía, y se puso de pie dentro de su piel –esa frase es de San Pablo; es bellísima; alude a la resurrección; hacía años que quería ponerla en alguna parte, y he acabado poniéndola aquí; soy lo peor–. Todo ese staff requiere, a su vez, de autobuses. Que, por lo visto, no suscitaron mucho interés entre la afición del españaseresquebrajing, ese deporte no de riesgo. La pregunta es, dos puntos, ¿la mani fue un fracaso? Y la respuesta es, dos puntos, no. Por dos razones. Que, ya lo habrán adivinado, son a) y b).
3- Razón a) la mani, como todas las manis de BCN, fue televisada en tiempo real, con comentaristas y exégetas. De TeleMadrid. Que no ve nadie, como es el caso de TV3. Pero que también posibilita la creación de la sensación de un evento histórico y, la permeabilización del evento en las mentalidades y, lo más importante, su difusión a través de RR.SS. El PP MAD, en su día muy atento al procesismo, se está especializando en esa forma de emitir política, al punto que todas las declaraciones de Ayuso en la mani –no paró; se peló, lo mínimo, ocho pinganillos– fueron, exactamente, la misma. Quería difundir algo en el evento y, zas, lo hizo, reiteradamente y en un canal y, luego, en las RR.SS. Esto es, hasta en la sopa.
La mani fue un éxito, en tanto que no se trataba de una mani contra una amnistía, sino de una mani contra un gobierno
4- Razón b). La mani fue un éxito, en tanto que no se trataba de una mani contra una amnistía, sino de una mani contra un gobierno. El hecho de que ese gobierno no exista, no desluce el intento. Un intento importante y novedoso: entre el pleno de no-investidura de Feijóo y esta mani se ha creado un nuevo PP comunicativo, en franca colaboración con Vox. Parte de la idea de un pueblo –siempre el pueblo/poble, brrrr– que se defiende de los ataques sufridos, sin fijar en ello un tope o límite –aportación de Abascal–. Y –novedad importante, emitida por Feijóo–, que se defiende de lo “reaccionario”. Es decir, que PP y Vox se ubican, con estos actos, por contraposición, en lo “progresista”. Veremos cómo les va, pero todo esto ni es anecdótico, ni es mala idea. Es la libertá esa, de la que tanto hablan Ayuso y Milei, y que está llegando, sin prisa, pero sin pausa, al Feijoorato.
5- Es importante saber que este es el ambiente sobre el que se edificará el resto del edificio propagandístico que tendrá su culmen con la publicación en el BOE de la ley de amnistía. En ese momento se accionará una maquinaria que poco a poco se va conociendo. Lo que es una mala gestión de la propaganda. La cosa consistiría en un recurso de inconstitucionalidad al TC. Pero en modo 3D, novedoso, aparatoso y como nunca se ha visto. Esto es, PP llevaría al TC la ley. Es posible que otras instituciones judiciales hagan lo mismo, en modo masivo, lo que sería algo inédito. La asociación de fiscales mayoritaria recurriría a la justicia europea, como ya ha anunciado. Es posible que alguna otra institución judicial recurra/utilice las instituciones europeas para plantear el colapso, el evento, la guerra cultural contra lo “reaccionario”. Diversos medios han informado de la recogida de firmas en el Ejército. Contra la amnistía, Sánchez, lo “reaccionario”. No parece que sean mandos –saben idiomas, están en este siglo, tienen titulaciones universitarias–. Una asociación de usuarios de la Guardia Civil ha comunicado al mundo que “todas las organizaciones y plataformas representativas de la Policía Nacional y de la Guardia Civil han unido sus fuerzas para plantarle cara al Gobierno de Pedro Sánchez”, y la fiscalía aún no la ha chapado. Se dibuja en el horizonte, en fin, una melé de uniformados –con toga, de caqui, de verde, de azul, de fachaleco, de melenas fachayeyés–, planteando lo “reaccionario”, defendiéndose, por todos lo medios, de lo “reaccionario”.
6- Se está creando una ola, que puede ser un tsunami, o la ola propagandística un millón. Se está creando una nueva campaña –absorbente, profunda– de crispación, de lo reaccionario contra lo “reaccionario”. Que, incluso, puede ser algo más, si participa el poder judicial con vehemencia e intensidad, ese cuerpo necesario para ensayar en España dinámicas de destitución sudamericanas. Veremos.
7- Coincidiendo con ese clima, Sánchez, por primera vez, ha aludido a la posibilidad de una amnistía. Lo hizo en la Cumbre de Granada e, importante, acompañado de Ursula von der Leyen. Lo que indica un respaldo europeo a tener en cuenta. O el respaldo del staff europeo a tener en cuenta hasta las elecciones de 2024, lo que sería algo diferente, menos optimista y menos vitalista.
8- Lo de Sánchez indica que a) hay negociaciones con Junts. Que pueden estar avanzadas. Y de la culminación de esas negociaciones en la forma de una amnistía –es decir, no en la forma de un relator; es decir, no en la forma de un referéndum; algo improbable, por otra parte; la Gene se autosaboteó esa vía en 2014; esto es, no la consideró importante; en 2016 no prestó atención a dos diputados andaluces, que fueron al Parlament a explicar un sistema para hacer referéndums, que hoy sería imposible; “demasiada democracia”, se les dijo; tiene guasa–. Todo apunta a que se está negociando una fórmula que sería la de paz sin territorios, pero con golpes simbólicos. Veremos.
9- En otro orden de cosas, Sumar ha elaborado un proyecto de ley de amnistía. Un tanto confuso. Hasta que Sánchez no lo rechazó en público, en la Cumbre de Granada, no se sabía si era o no un proyecto gubernamental, ni en qué grado. El proyecto se presenta, el martes 9, en el Ateneu Barcelonès. Este fin de semana han trascendido en la prensa algunas filtraciones, que evidenciaban un texto muy poco sexy, si bien, finalmente, fueron desmentidas por Sumar, en lo que es una buena noticia.
10- En todo caso, el rechazo de Sánchez al proyecto de amnistía de Sumar abre una interrogación sobre la función de ese texto. ¿Para qué se hizo? Se abren varias respuestas.
El mundo mira hacia hacia Sumar, mientras el PSC y Moncloa son la mano que negocia y la que fija hasta dónde puede llegar una ley de amnistía
11- Puede ser, en efecto, a) una propuesta de ley de amnistía. Si es así, habrá que evaluarla con las largas puestas, con tiempo y con interés. Si bien puede ser b) el truco del almendruco. Esto es, todo el mundo mira hacia esa mano, la de Sumar, mientras que el pichón aparecerá en la otra mano, la del PSC y Moncloa, que es la mano que negocia y la que fija hasta dónde puede llegar una reforma laboral o una ley de amnistía. Si es es así, la amnistía de Sumar no tiene por qué ser una buena ley, pues esa no era su función, ni tiene por qué haber estado redactada por un equipo de juristas del copón, sino tan solo por una persona, en un plis-plas, ayudada en ese trance por un redactor que sepa de penal, a lo sumo. Aunque también puede ser c) un Macguffin. Un Macguffin, les recuerdo, es un concepto cinematográfico que alude a un objeto que aparece en los primeros momentos de una peli. Sirve para hacer avanzar la trama cuando aún no hay trama, hasta que la haya, momento en el que un Macguffin desaparece, zas, sin que nadie lo eche en falta pues el Macguffin es una tontería como un piano. Hitchcock especificaba que “en historias de rufianes siempre es un collar, y en historias de espías son unos documentos”. Aquí, por la relación de la ley con el procesismo, molaría que el Macguffin fuera un collar. Pero tendrá que ser, por fuerza, un documento. Una ley.
La amnistía será un texto legal, si bien estará suspendido, a la vez y por el mismo precio. Y no será declarada inconstitucional, hasta que el TC abra la boca
12- Pero estiremos la hipótesis Macguffin. ¿Es necesaria una ley de amnistía? Sí, en tanto a) puede solventar un problema social acuciante, fruto de mezclar la mentira y su judicialización en la política. Y sí, mucho más, absolutamente más, en tanto la amnistía es b) fundamental para formar gobierno, lo que es, a su vez, la máxima necesidad de cualquier partido político. Dicho lo cual, no es necesario el texto de esa ley. Esa ley puede ser, es un decir, un documento en blanco, o la receta del boeuf bourguignon, que es como son los documentos de las pelis de espías, los chungos, los que desaparecen en la segunda secuencia. Me explico. La ley -puntos 4, 5 y 6– será recurrida en 3, 2, 1. Al ser recurrida, su aplicación será suspendida, y quedará en una suerte de limbo momentáneo, si bien estable y duradero por cierto tiempo, en aquellos juzgados en los que haya alguna causa por el procés. La amnistía, en ese tiempo, será un texto legal, si bien estará suspendido, a la vez y por el mismo precio. Y no se aplicará o, todo lo contrario, no será declarada inconstitucional, hasta que el TC abra la boca de la cara. Lo que pueden ser varios años. Una legislatura incluso, tal y como van las legislaturas en la época de su fragilidad seriada. Una legislatura –incluso la de Juan Pablo I, o la de Màxim Huerta–, son, a su vez, 1.000 años para un gobierno. Para entonces, la amnistía Macguffin habrá cumplido su objetivo. Y, de alguna manera, más por lo pelos, puede haber colaborado a la vuelta de Junts a la política convencional, que no es gran cosa, si bien las comidas se sirven puntualmente y a sus horas.
13- Si todo esto es un Macguffin sería, a su vez, una mala noticia. Las izquierdas –cualesquiera de ellas– no deberían colaborar en la confusión, o en la dramatización de la política, a través de políticas / declaraciones / objetos tácticos que no existen / Macguffins, a través de partidas que no se están jugando, si bien sí retransmitiendo.
14- Mañana voy a lo del Ateneu Barcelonés / la presentación de la amnistía de Sumar. El Ateneu, por cierto, es un sitio peculiar, con uno de los mejores jardines de la ciudad. Sempronio –1908-2006–, cronista de la ciudad de BCN, hoy un tanto olvidado, pero que escribía libros amenos desde ese republicanismo implícito que supone la ciudadanía, la adscripción a una ciudad, explicaba que, al menos antes de la guerra, cuando una familia bien tenía un hijo raro, lo apuntaba a l’Ateneu. Y allí apuntó una familia a su hijo raro, un tipo solitario, que nunca hablaba, que llegaba a l’Ateneu y ocupaba, diariamente, un escritorio en la biblioteca durante horas, sin decir ni mu. En la vejez, ese hombre murió, y su familia fue con el notario a abrir el escritorio de la biblioteca del Ateneu, donde el raro había pasado la vida y, se supone, había dejado una obra consagrada a la investigación. Al abrirlo, se produjo una explosión de color, pues el raro, en vida, había dispuesto muelles de colores, que saltarían al abrirse el escritorio, como fue el caso. El escritorio no contenía ningún texto, por lo demás. ¿A qué dedicó sus días aquel hombre? El susto del notario & the Notariettes fue, en todo caso, mayúsculo. Esperemos que ese no sea el caso del acto de Sumar en el Ateneu. Veremos.
1- Generalmente, la realidad se explica sola. Pero estás tan atento a la realidad que no la ves.
2- El domingo 8-O se produjo la megamani de Societat Civil Catalana –nota a pie de página: por aquí abajo existen asociaciones dependientes de la Gene, que es el Estado, o...
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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