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La noche, que empezaba con dudas y temores por la imagen dada en Las Palmas y por la batalla que se presuponía que iba a dar el Celtic tras lo difícil que lo puso en Glasgow, acabó con una goleada histórica en el Metropolitano que coloca al Atleti como líder de su grupo a falta de dos jornadas de la fase. Impulsados por una de las parejas de atacantes más en forma de Europa, la formada por Morata y Griezmann, mostrando el potencial ofensivo que los ha llevado a ser el equipo más goleador en España en lo que llevamos de año y uno de los más goleadores a nivel continental, y favorecidos por la expulsión del japonés Maeda en la primera parte, los rojiblancos se dieron un festín de seis goles, algunos de ellos de gran vistosidad, con el que hicieron disfrutar a su parroquia.
La baja de De Paul la suplió Simeone colocando a Griezmann como centrocampista, lo que dejaba hueco para que entrara Correa más arriba. Había curiosidad por ver cómo funcionaba un centro del campo formado por Koke, Barrios y Antoine, que parecía que podía tener problemas para imponerse en la batalla del medio. Los recelos quedaron pronto disipados gracias al enorme despliegue que ofreció el francés sobre el campo. Había dicho Cerezo dos cosas horas antes del partido que son de las más coherentes que le he escuchado en los últimos tiempos. Que Griezmann le gustaba en cualquier posición porque siempre lo hacía bien y que los del Balón de Oro no saben, en relación con haberlo situado en el puesto 21 en la última edición del premio.
Los recelos sobre la alineación de Griezmann como centrocampista quedaron disipados gracias al enorme despliegue que ofreció el francés sobre el campo
Si había que ayudar en defensa, Antoine fue el primero en tirarse al suelo para cortar avances rivales, en una banda y en otra con un mínimo intervalo de tiempo. Si había que construir siempre se ofrecía y mejoraba la jugada. Y si había que aportar en ataque, se sacaba de la manga un disparo raso cruzado desde la frontal del área que rozaba en un defensa y que se convertía en el 1-0 cuando apenas se llevaban seis minutos de encuentro.
Además de la aportación de Griezmann, el arranque del encuentro nos dejó claras dos cosas: que el Atleti había salido con la intensidad propia de la importante cita que tenía entre manos y que en cuanto ha tenido tres partidos seguidos, Riquelme ha cogido una confianza que le lleva a mostrar todas sus cualidades, que son unas cuantas. El madrileño fue una pesadilla para los escoceses, que sufrieron con su velocidad y sus regates. Hizo una jugada arrancando desde su propio campo, dejando atrás a tres rivales y combinando con Correa, que le devolvió el balón, que si en vez de rechazar su disparo un defensa en el área acaba en gol, era para haberle subido a hombros.
El Atleti tenía el partido controlado a pesar del paso adelante que dio el Celtic tras verse abajo en el marcador, que apenas se concretó ofensivamente en un disparo lejano de Palma bien detenido por Oblak. Pero en ese momento, Maeda se encargó de frenar cualquier atisbo de reacción. El jugador nipón juega siempre muy revolucionado y eso tiene sus cosas buenas y sus cosas peligrosas. Como por ejemplo, una temeraria entrada a Hermoso en una disputa por el balón con el pie levantado más de lo prudente, lo que le llevó a impactar con la pierna del defensor atlético. El árbitro le enseñó amarilla en un primer momento, pero desde el VAR le llamaron para que fuera a ver la acción al monitor y, tras observarla, decidió sacar la roja directa. Era el minuto 23 y el Celtic tenía que afrontar lo que quedaba de partido con 10 jugadores.
Tan evidente es que esa decisión les vino bien a los colchoneros, como que en muchos otros partidos hay equipos que no logran sacar ventaja de esa situación. El día anterior al choque encontramos un ejemplo. El Cádiz estuvo en superioridad numérica desde la primera parte y terminó perdiendo frente al Getafe. Una de las cosas que hizo bien el Atleti fue no relajarse al verse en ventaja tanto en el marcador como en el número de hombres en el campo. Bajo el mando de Koke, agarró el balón y sometió al Celtic, buscando aumentar la cuenta. Lo consiguió justo antes del descanso, gracias a un pase en largo preciso de Griezmann para el desmarque de Giménez, que en el área grande dejó de cabeza a Morata para que empujara el balón a la red, poniendo el segundo.
El Cholo metió en el descanso a Llorente por Barrios para tener más profundidad, mientras que el técnico del Celtic retiraba a dos de sus jugadores importantes, O’Riley y Palma, lo que dejaba entrever que veía la cosa imposible y prefería reservarlos. Giménez estuvo a punto de aumentar la cuenta con un remate de cabeza que se estrelló en el larguero, pero el que puso el tercero fue el hombre de la noche. Centro de Koke, despeje de la defensa y el balón le cayó a Griezmann, que a la altura del punto de penalti conectó una potente semichilena con la que superó a un Hart al que ni le dio tiempo a tirarse.
Con el partido resuelto, Simeone decidió dar descanso a Griezmann y Riquelme, los más destacados hasta ese momento, lo cual no supuso que se acabara la fiesta. Especialmente porque salió al campo Samu Lino, que reaparecía tras recuperarse de su lesión, y que se mostró con muchas ganas de hacer méritos viendo el nivel que está mostrando su competencia directa por el puesto, Riquelme. Apenas llevaba un minuto en el campo cuando agarró un balón en un lateral del área, se hizo espacio ante un defensor y lanzó un precioso disparo en parábola al palo más alejado que se convirtió en el cuarto de la noche.
También participó Lino en el quinto tanto, que no le anduvo lejos en belleza. Centro de Koke al área, dejada con el pecho del brasileño y tras controlar con la derecha, Morata soltó un tremendo disparo con la zurda desde la media luna ante el que el portero no pudo hacer nada. Siendo diestro, hay que ver lo bien que remata el 9 con su pierna izquierda y la cantidad de goles que hace con ella. Y por si fuera poco, otra vez Lino tuvo protagonismo en el sexto y último tanto del choque. Centro de Llorente desde cerca de la línea de fondo, remate del brasileño que en esta ocasión se iba desviado, pero que fue a parar en el área pequeña a Saúl y el ilicitano, tras fallar en su primer remate, marcó a la segunda.
Victoria que sirve para recuperar sensaciones y confianza después de la derrota en Gran Canaria, para volver a demostrar que el Metropolitano es el mejor aliado ahora mismo de los rojiblancos (son 16 victorias consecutivas como locales con 48 goles marcados) y para encauzar, que no asegurar, una clasificación a octavos que aún habrá que sudar en la visita al Feyenoord y recibiendo en el último partido a la Lazio. Una cosa es segura. Con Griezmann a este nivel, bien acompañado por Morata en el apartado goleador, se afrontan con más tranquilidad las batallas venideras.
La noche, que empezaba con dudas y temores por la imagen dada en Las Palmas y por la batalla que se presuponía que iba a dar el Celtic tras lo difícil que lo puso en Glasgow, acabó con una goleada histórica en el Metropolitano que coloca al Atleti como líder de su grupo a falta de dos jornadas de la fase....
Autor >
Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
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