Sean Mattison y Tom Laffay / Autores del documental ‘Petro’
“El presidente de Colombia está intentando hacer algo diferente y nuevo. Queríamos estar ahí”
Liliana David México , 16/12/2023
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Los conflictos armados y los movimientos sociales que antecedieron el ascenso de Gustavo Petro hasta el momento en que se convirtió en el primer presidente de la izquierda en Colombia, tras conseguir un triunfo histórico, integran el contexto político que retrata el documental titulado Petro, un largometraje que tuvo su estreno mundial en México, luego de ser censurado en varios festivales de cine en el mundo.
El director del documental (París, 1986), ganador de un premio Emmy en 2021 por el cortometraje Atención! Murderer Next Door, realizado para el New York Times en 2020, y que reúne los testimonios de los activistas que hicieron posible en Argentina el juicio en contra de genocidas como Jorge Rafael Videla, entre otros exmilitares, asegura que las razones de censura de su documental responden a cuestiones políticas, pese a que desde un comienzo se dedicó a reunir las voces de las distintas fuerzas partidistas en Colombia para poner en perspectiva el ascenso de Petro, a quien considera el político más carismático y polarizador de dicho país.
Durante nuestra entrevista, Mattison advierte que la película en la que se relatan los altibajos del movimiento progresista colombiano, rumbo a la campaña política de Petro en el 2021 hasta el día de las elecciones del año pasado, buscó mostrar desde un principio los contrapesos, y un cierto equilibrio al intentar reunir los puntos de vista tanto de la oposición política conformada por los liberales, los verdes, el centro democrático y la extrema derecha, como del movimiento social de una izquierda agitada por el actual presidente del país.
El interés de Mattison en el político colombiano se remonta al año 2007, cuando viajó como estudiante de cine para conocer y entrevistar al entonces exguerrillero del M-19, quien había denunciado al gobierno derechista de Álvaro Uribe por sus vínculos con la violencia paramilitar y la violación de los derechos humanos en contra de la población civil. De hecho, el expresidente Uribe se negó a ser entrevistado para el documental de Sean Mattison, según reveló el propio cineasta durante nuestro encuentro.
La relación del documentalista estadounidense con Latinoamérica se ha prolongado por más de una década
La relación del documentalista estadounidense con Latinoamérica se ha prolongado por más de una década, no sólo porque ha seguido la trayectoria política de Petro durante los últimos 15 años para lograr filmar su reciente documental, sino también porque, a través del cine, ha encontrado la manera de ejercer un activismo por la defensa de los derechos humanos y dar a conocer la historia de las víctimas que siguen buscando justicia en América Latina.
Las luchas populares en países con una gran desigualdad social, como Guatemala, Chile, Argentina y Colombia, han configurado el material con el que Mattison trabaja como cinematógrafo desde hace diez años. En 2013, el cineasta viajó a Guatemala para filmar el juicio contra el dictador Efraín Ríos Montt, quien fue declarado culpable del genocidio contra los mayas y condenado por los crímenes de lesa humanidad cometidos en los años 80, cuando el exdictador mató a miles de integrantes de la comunidad indígena maya–ixil. En 2017, Mattison también realizó un cortometraje para el New York Times sobre el cantante chileno Víctor Jara, y ha sido el primer documentalista en entrevistar a quien hoy es acusado de haber torturado y asesinado al popular cantante; se trata de Pedro Pablo Barrientos, un exmilitar chileno de 74 años que fue arrestado en octubre pasado en Estados Unidos, y que será extraditado para que enfrente a la ley chilena por el asesinato del cantautor perpetrado en 1973, el mismo año en que ocurrió el golpe de Estado en contra de Salvador Allende.
Salvador Allende simboliza uno de referentes más importantes en la vida política de Gustavo Petro
Precisamente, Salvador Allende simboliza uno de referentes más importantes en la vida política de Gustavo Petro, como él mismo confiesa ante los micrófonos y la cámara de Tom Laffay, también fotógrafo del documental, que muestra por primera vez a sus espectadores algunas fuertes escenas acontecidas durante la pasada campaña electoral. Así, vemos al candidato sentado en el interior en una camioneta blindada que, justo después de un acto proselitista, había recibido disparos con arma de fuego. Igualmente, podemos observar cómo es el propio Petro quien señala el lugar de los impactos de las balas sobre su automóvil, que a punto estuvieron de costarle la vida. Con todo, esto no era algo extraordinario para el político, ya que las amenazas de muerte a Petro se remontaban a los años previos a su lanzamiento como candidato presidencial. De hecho, cuando conoció al exguerrillero –nos cuenta Mattison–, aquel se encontraba exiliado en Estados Unidos, refugiado en el sótano de la casa de los padres de un amigo suyo, luego de que el político colombiano hubiera denunciado los asesinatos de líderes sindicales, alcaldes locales y civiles inocentes, acontecimientos que no hicieron más que empeorar la situación de persistente violencia sufrida en el país.
Colombia ha estado en convulsión por el permanente conflicto armado protagonizado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), principal fuerza guerrillera del país, así como por los llamados “escuadrones de la muerte” o grupos de narcotráfico; todo ello en un contexto de gobiernos ininterrumpidos de derechas y de ausencia del Estado. Esta es la realidad histórica que muestra el documental Petro, que reúne tanto los testimonios y opiniones de figuras de la política colombiana (entre las que se encuentra la participación de la senadora María José Pizarro, hija de Carlos Pizarro, exlíder del movimiento guerrillero M-19 y excandidato a la presidencia de Colombia, asesinado en 1990) como de la política internacional. Tal es el caso del expresidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, quien confiesa en el documental: “Colombia es un país fundamental para que los valores de la paz, de la convivencia, de la no violencia, del progreso con equidad, de la lucha contra el cambio climático y de un nuevo modelo productivo avancen en Latinoamérica. Si Colombia avanza en esos grandes objetivos, avanzará Latinoamérica. Colombia lleva esperando un cambio; en España hay una gran expectativa con Petro como presidente”.
La vida del ahora presidente Petro, que en la década de los 90 era un joven afiliado al M-19, tomó un rumbo inesperado tras convertirse en el primer presidente de la izquierda en su país. Su estrategia política ha tenido como principal móvil un discurso en favor de la paz. En efecto, como expresa Mattison: “Petro no ha cambiado mucho. Si uno se fija en el material de archivo que presentamos en el documental, lleva 40 años diciendo lo mismo. Ha sido difícil, seguirá siendo difícil y, aunque lleva poco más de un año en la presidencia, creo que seguirá intentando conseguir la paz. Él ha sido testigo de muchas muertes a lo largo de su vida, sobre todo por el conflicto armado en Colombia; creo que su actitud ha sido congruente y sigue siéndolo. Por eso, es uno de los pocos presidentes que está en contra del genocidio en la Franja de Gaza, y en favor de la paz”.
Tras haber presenciado el estreno de la película Petro durante las jornadas del Festival Internacional de Cine de Morelia, que se realiza en el estado mexicano de Michoacán, y donde este año se dieron cita rostros tan conocidos como los de Viggo Mortenssen, Jodie Foster o Willem Dafoe, entre otros, me reuní con los documentalistas estadounidenses Sean Mattison y Tom Laffay para conversar y ahondar en su reciente trabajo cinematográfico.
Salvador Allende fue una inspiración política muy importante para Petro, como él mismo afirma en su documental, pero ¿creen que el actual presidente de Colombia será visto y recordado en el futuro como una figura clave en la historia contemporánea de Latinoamérica? ¿Por qué filmar su historia?
Sean Mattison: Para mí, Petro ha logrado representar a mucha gente que había quedado fuera de las estructuras del poder; además, lo reconocí como un fenómeno político, como una figura importante que estaba en el “ojo del huracán” del cambio histórico en Colombia. Nosotros queríamos estar ahí con él porque, como cineasta, quise ser testigo de ese cambio.
Quiero destacar el momento en que Petro viajó a un pueblo indígena donde habitan los arhuacos y sus guías espirituales
Tom Laffay: Creo que Petro está intentando hacer algo diferente y nuevo. También los jóvenes en muchas regiones del país que hasta ahora no habían podido participar políticamente por la violencia y la represión que había entonces, finalmente lo hicieron; por eso la llegada de Petro a la presidencia ha sido un proceso muy importante. Además, veo que con él muchos grupos indígenas se han sentido más representados. De hecho, sí que quiero destacar el momento en que Petro viajó a un pueblo indígena donde habitan los arhuacos y sus guías espirituales, un lugar que para él, desde que era joven, ha sido muy importante. Un político que gana la presidencia y que dedica el tiempo para ir a conversar con los guías o los mayores espirituales, tomarse ese tiempo para estar con ellos; creo que eso habla bien de él. Yo, personalmente, que estuve grabándolo, no sentí que fuese un acto político, sino algo importante para él, y ningún otro político tuvo esa atención con el pueblo indígena.
El hecho de ser estadounidenses, de contar a través del cine un pedazo de la historia colombiana y de haber investigado temas de injusticia social y violaciones de derechos humanos en Latinoamérica, ¿les ha supuesto señalamientos o discriminación?
Puede que nos digan que somos los gringos que se comieron el cuento de los progresistas
S.M.: Alguien en Bogotá me hizo un comentario en particular sobre nuestra película; me dijo algo así como que “ustedes tienen la plata para contar este tipo de historias y pueden hacerlo”. Nosotros respondemos: “Sí, es verdad, pero también luchamos para recabar fondos para contar esta historia, y no fue fácil”. Estoy convencido de que nuestro privilegio como norteamericanos tenemos que usarlo para acceder a un mejor presupuesto que nos permita contar una historia distinta, para que podamos aportar, como extranjeros, nuestro granito de arena. Sé que pueden llegar muchas críticas, por ejemplo, que nos digan que somos los gringos que se comieron el cuento de los progresistas, o que no entendemos nada de las situaciones que estamos documentando, pero nosotros hacemos el mayor esfuerzo para trabajar de forma seria, prestamos mucha atención en la historia para no equivocarnos. Estamos haciendo una especie de periodismo de cierto nivel y llevamos tiempo haciéndolo.
En sus documentales, ¿qué críticas son reiteradas hacia la política estadounidense, a sus planes intervencionistas en los territorios más marginados y explotados históricamente de América Latina?
S.M.: Pienso que Estados Unidos, desde hace 70 años, es culpable de muchos golpes de Estado y de crímenes en ese continente, y creo que Latinoamérica debería tener su propio protagonismo, que sería muy distinto si se aleja de Estados Unidos. Todo lo que he estado documentando es el resultado de muchas décadas de política norteamericana que ha dañado a este continente, y por eso, para mí, es inspirador ver las alianzas que están haciendo los líderes que intentan crear su propia fuerza colectiva, como una alternativa a la que ha sido la dinámica del poder norteamericano en el resto de países. Por otro lado, también debo decir que la política de Petro hacia Estados Unidos es distinta de la del resto de los presidentes; siento que quiere más autonomía, y creo que busca cambiar la relación; sigue trabajando en ello, y por eso se ha reunido con Biden en la ONU. Actualmente, tiene asuntos muy importantes que atender, como la crisis migratoria. Petro tiene sus propias ideas, y creo que buscará llevarlas adelante en un contexto donde Estados Unidos es hoy un imperio en decadencia, mientras que China está subiendo a nivel mundial. Definitivamente, estamos entrando en un mundo multipolar, y creo que Petro reconoce ese fenómeno.
Estamos entrando en un mundo multipolar, y creo que Petro reconoce ese fenómeno
En cuanto al triunfo histórico de Gustavo Petro, ¿cuáles dirían que fueron las bases sociales que logró movilizar en Colombia para conseguir el anhelado cambio?
T.L.: Creo que Petro buscó representar y convocar más a los jóvenes; también tuvo una mayor representación de la pluralidad étnico cultural, así como de la diversidad que existe en el país, que nunca ha estado representada por ninguno de los anteriores presidentes, que han mantenido estructuras de poder muy centralizadas. Colombia es una tierra negra, es una tierra indígena donde hay más de 130 grupos autóctonos, y creo que ahora se ven y se sienten más representados. Eso, sin duda, inspiró a la gente para salir a votar; además, se había acabado la llamada “guerra”, es decir, el conflicto armado entre las FARC y el gobierno; y aunque hay muchos cárteles y grupos armados, mucha gente decía entonces haber perdido el miedo y decidieron salir a votar por Petro para ver si cambia el país.
¿Creen entonces que es posible ver en Petro a un líder que no será una decepción en la izquierda latinoamericana y que conseguirá cambiar la situación social en Colombia?
S.M.: Si no cambia el país, buscarán a otro candidato u otra candidata. Francia Márquez fue la segunda más votada en la consulta antes de las elecciones, y ella tiene potencial para llegar a la presidencia como la primera presidenta afrocolombiana en la historia del país; puede ser interesante ver qué cambios se hacen en el futuro. Yo veo a Petro más como un socialdemócrata que como un socialista. A él le interesa transformar la imagen de Colombia; hay esperanza de que haga algo diferente. En ese sentido, creo que la relevancia de nuestro documental se mostrará en esa perspectiva, pues conforme avance el tiempo, la historia que ahí se narra seguirá teniendo vigencia porque vamos a mirar cómo cambiaron las cosas después de este gobierno.
Colombia está volviendo ahora a los tiempos de antes del proceso de paz
T.L.: Colombia está volviendo ahora a los tiempos de antes del proceso de paz, eso es lo que la gente dice, pues hay más grupos armados en el país, que sobre todo son cárteles del narcotráfico, y que están usando las mismas estrategias de control y de limpieza social en los territorios. En Putumayo, un departamento de Colombia que limita con Ecuador y Perú, los fines de semana las personas no pueden moverse, hay paro armado, la gente no se puede trasladar ni usar los buses; pero son cosas que están mucho más allá de lo que puede controlar Petro; frenar el tráfico de cocaína en el país es algo que, siendo Colombia un lugar donde históricamente ha faltado la presencia estatal en muchos departamentos, no creo tampoco que dependa de un solo presidente.
El documental del director Sean Mattison, al que le cerró la puerta el Festival de Cine de San Sebastián, intentará seguir ahora una gira de varias funciones antes de su proyección en la Cinemateca de Bogotá, adonde esperan que acuda el presidente colombiano Gustavo Petro, quien anunció a través de sus redes sociales las funciones que tuvieron lugar en México. El público que acudió al estreno manifestó que Petro, el documental, ofrece un testimonio cinematográfico inspirador sobre la lucha social en Colombia sostenida durante décadas y comparte una visión necesaria sobre la decisión histórica de un pueblo.
Los conflictos armados y los movimientos sociales que antecedieron el ascenso de Gustavo Petro hasta el momento en que se convirtió en el primer presidente de la izquierda en Colombia, tras conseguir un triunfo histórico, integran el contexto político que retrata el documental titulado Petro, un...
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Liliana David
Periodista Cultural y Doctora en Filosofía por la Universidad Michoacana (UMSNH), en México. Su interés actual se centra en el estudio de las relaciones entre la literatura y la filosofía, así como la divulgación del pensamiento a través del periodismo.
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