1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

  311. Número 311 · Agosto 2024

CTXT necesita 3.000 suscriptores más para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

Vivos de milagro

Oligarcas, prevaricadores y goles con la mano

Los gañanes de la lista Forbes que mandan en el fútbol, los medios y la política han impuesto un marco tóxico y reaccionario (la igualdad es una mierda, la verdad no existe y los ricos siempre ganan) que contamina toda la esfera pública

Miguel Mora 26/01/2024

<p>Florentino Pérez. / <strong>Luis Grañena</strong></p>

Florentino Pérez. / Luis Grañena

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Ahora lo saben hasta los niños. La Liga española es un duopolio corrupto en el que manda con mano de hierro el oligarca Florentino Pérez, mientras el Barcelona post-Messi ejerce como único rival tolerado por el capo y los demás equipos actúan como comparsas. Si por casualidad uno de estos acompañantes pone en peligro el dominio alterno de los dos clubes-Estado, el jefe de la SuperLiga pone en marcha a sus medios de cabecera (As, Marca y RMTV, un engendro gestionado por Telefónica y por la empresa de un notorio locutor de radio a sueldo de Pérez) para condicionar cada semana a los árbitros que la Federación designa para sus partidos. A Florentino no le gusta nada el VAR, pues después de décadas de robar con total gracejo e impunidad el 90% de los partidos importantes, la tecnología introdujo por fin un filtro menos manipulable por el factor humano. De manera que, poco a poco, entre las persecuciones y los castigos a los colegiados que alguna vez osaron equivocarse o perjudicar al Real Madrid, el oligarca se las ha apañado para ir moldeando también el arbitraje virtual a su antojo. Y el domingo pasado, tras haber caído eliminado de la Copa por el rival más odiado en Concha Espina desde 1903, el pobre colegiado Hernández Hernández (que llevaba un año sin pitar al Madrid por edicto del zar) desplegó todas las mañas posibles para que el Real remontara contra el colista de la Liga, el Almería, que había osado ponerse 0-2 en el Bernabéu. El escándalo dio la vuelta al mundo, y los memes no dejan lugar a discusión: fue un robo a mano armada perpetrado desde el VAR, la herramienta que había venido a poner un poco de justicia en el deporte más corrupto del mundo.

Hernández Hernández corrigió hasta tres veces al árbitro de campo, un apocado debutante que no sabía con quién se estaba jugando los cuartos, y además de eso no le informó de varias jugadas más que hubieran perjudicado al Trampas. Una mano previa de Vinicius Mandela Jr. al gol que acabó metiendo con la mano; dos faltas clarísimas de dos delanteros madridistas a dos defensas andaluces en el instante anterior a que uno de estos rozara el balón con la mano (lo que hubiera invalidado el penalty que H.H. animó a pitar a Maeso); la entrada ilegal de Luther King Jr. en el área antes de que se tirara el penalti: y dos tarjetas amarillas consecutivas a Carvajal, el gusarapo de Vox: una por quitarse la camiseta y la otra por abrazarse con la grada fans para celebrar la remontada perpetrada contra el pobre Almería.

El prevaricador del VAR usó todos los trucos del veterano que abusa de su autoridad ante el novato: le hurtó imágenes cruciales que desmentían lo que afirmaba con la boca, le pastoreó con artes sibilinas, medias verdades y muchas palabras en inglés para llevarlo a su terreno, y lo convirtió en un pelele, pues todas las veces que H.H. intervino o no intervino tuvieron el mismo sentido: favorecer al club señorial de Concha Espina.

Quizá como perseguido de larga duración, H.H. aprendió la lección y se vio condicionado, o quizá quiso evitarle a su joven colega los vídeos mafiosos de RMTV que él lleva sufriendo meses. O quizá su jefe le llamó en el descanso y le recordó que el Trampas no podía perder contra el colista tres días después de haber sido eliminado de la Copa. Sólo él lo sabrá.

Lo más gracioso es que el Comité de Árbitros, ese ente que han presidido socios, exsocios y amigotes del Real Madrid sin interrupción desde que El Mal nació hace 122 años, no tardó ni 24 horas en premiar a H.H. con su presencia, de nuevo al frente del VAR, en el partido de Copa Atleti-Sevilla que se celebró ayer. En vez de analizar en público posibles errores y aciertos, y decidir después si lo hizo bien o mal, la Federación guardó silencio absoluto y premió al arrepentido. Mensaje mafioso de obvia intención: H.H. ya es uno de los nuestros. Como dijo RMTV: “Eso es lo que queríamos, lo que estábamos pidiendo”. Si sigue por ese camino, pueden apostar a que dirigirá muchos partidos de la Champions y arbitrará mucho al Real Madrid a partir de ahora.

Por suerte, H.H. se portó como un árbitro honrado en la última jugada del Atleti-Sevilla, cuando Gil Manzano, de infausta memoria rojiblanca pitó un penalti en el minuto 95 a favor del Sevilla. H.H. llamó a Gil y le dijo que fuera a verlo al monitor porque el jugador del Atleti solo tocó balón y no pierna. Claro, robarle al Atleti en su casa es más complicado que robarle al pobre Almería en la lata de sardinas de la Castellana.

En fin, yo quería haber escrito una crónica política-mediática y no sobre la corrupción arbitral, pero se ve que me pierde el antimadridismo que mamé en la familia desde pequeño. Lo realmente escandaloso no es que un árbitro se raje en el Bernabéu sabiendo el calvario que le espera después. Lo más sangrante y más político es que el 99% de los medios privados, concertados y dopados de Madrid y Valdebebas, con Ferreras e Inda a la cabeza, se han puesto a las órdenes del Ser Superior y han tratado de convencer al mundo de que la remontada ante el Almería fue no solo épica, sino ética y estética.

Mientras Vinicius recordaba que ya metía golazos con el hombro en Copacabana, Ferreras acusaba al antimadridismo de exagerar

Mientras unos glosaban el gol de zamorana de Vinicius Clay Jr. con una entrevista en la que el muchacho recordaba que ya metía golazos con el hombro en Copacabana, Ferreras acusaba al antimadridismo de exagerar la nota y sacaba a pasear el Caso Negreira con un informe de la Guardia Civil (que acababa de concederle el premio al mejor periodista de España) en el que se desvelaban distintas gilipolleces sin la menor relevancia penal.

Como saben, lo de Negreira es que el Barcelona pasó 20 años dando dinero al vicepresidente de los árbitros a cambio de asesorías arbitrales; un ejercicio poco estético, desde luego, que en Can Barça se definió como “corrupción a la defensiva”, sugiriendo que quizá ellos eran el Trampes y pagaban al vice, pero que si lo hacían no era para que los árbitros les ayudaran sino para compensar los favores arbitrales a otro equipo (adivinen cuál). Traducido del catalán: sí, pagamos al vicepresidente porque el presidente ya estaba comprado.

No ha sido Ferreras el único comunicador de las cloacas en salir en defensa del buen nombre del Real Trampas de Madrid. Esteban Urreiztieta, firma muy apreciada en el gabinete Villarejo de noticias falsas, sacó también un pedazo de portada con no sabemos qué otras chorradas sobre el caso Negreira, mientras la legión de redactores y medios a sueldo de Florentino ponían el grito en el cielo; no por la obscena exhibición del robo en directo, sino, agárrense, por la filtración de los audios que la Federación no quiso publicar a un periodista y youtuber catalán.

Por su parte, el colectivo arbitral, que lleva meses sufriendo los ataques intimidatorios de RMTV antes de pitar al dueño del cortijo, nunca se ha atrevido a denunciar esas presiones. En cambio, tardaron solo 24 horas horas en presentar una denuncia contra el anónimo whistleblower que osó filtrar el contenido íntegro de los vergonzosos audios. Como dijo Simeone, “creen que somos todos tontos, y eso es lo que da más bronca”.

Una última nota política. Estos días, la vicepresidenta de Trabajo se ha declarado forofa de Zara y de Amancio Ortega; e Íñigo Errejón ha sido designado como nuevo portavoz de Sumar en el Congreso. Basta con sumar dos y dos: Amancio tiene toda la simpatía de Yolanda Díaz. Y Errejón, madridista confeso, tiene toda la simpatía de Florentino Pérez: de hecho, fue él el redactor e impulsor de la declaración solemne del Congreso de los Diputados que condenó el año pasado los insultos racistas sufridos en Valencia por Vinicius Mandela Jr., cuando Pérez mandó a galeras al árbitro que expulsó al brasileño y el Comité de Competición anuló la sanción. Todos los partidos firmaron el documento, incluido Vox.

La buena noticia es que hoy el mundo sabe mejor que ayer que el gran negocio del fútbol y la política española está dirigido por una banda de estirpe mafiosa

Los dos oligarcas, especialistas en el arte de eludir impuestos, explotar niños, esquilmar indígenas, abrir sucursales en paraísos fiscales e imponer sus relatos en los medios, son los grandes intocables de la democracia española. Incluso para esta nueva izquierda que goza desde hace un tiempo del favor de los periodistas más deshonestos, tal vez en agradecimiento por haber dado el tiro de gracia a Podemos hasta reducirlo a un partidito del Grupo Mixto.

Nuestros megarricos y sus cloacas controlan jueces, árbitros, presidentes autonómicos, reguladores, sorteos y calendarios deportivos, fuerzas de seguridad pública y privada, alcaldes y contratas. Son cada vez más transversales y poderosos porque imponen su visión del mundo (la igualdad es una mierda, el más rico siempre tiene razón) por todo el arco ideológico: los digitales ultras, los diarios deportivos y también los progresistas. Tienen bufones, trovadores, cantamañanas, trolls, espías e infiltrados por todas partes, y usan su poder para doblegar voluntades, difamar, presionar, amenazar, controlar daños, decidir portadas, temas y argumentarios, condicionar negocios o cotizaciones, promover nuevos negocios y competiciones y decidir el derecho de admisión o chantajear o “matar” a quien se atreva a hacerles frente.

Siempre, sin rendir cuentas ante el público ni la justicia, porque el trabajo sucio lo hacen los siervos: los Ferreras, Inda, Jabois, Bustos, Caño, David Álvarez, y tantos más, cada uno en su estilo, mueren por ir al palco de la lata de sardinas y suben al avión privado de las Champions no porque sean especialmente majos, sino por defender siempre al amo del cotarro y escribir al dictado. Sus capos son los sucesores del emérito exiliado. Como a él, solo les interesa el dinero y humillar a los que les oponen alguna resistencia, y como él, gozan de total impunidad. O mejor dicho, de absoluta inviolabilidad.

Dicho esto, la buena noticia es que hoy el mundo sabe mejor que ayer que el gran negocio del fútbol y la política española está dirigido por una banda de estirpe mafiosa, opaca, tramposa, cínica y desinhibida, capaz de celebrar como una orgía romana un atraco histórico al último de la liga y de explicarte que ese provocador de medio pelo llamado Vini Jr. es en realidad una víctima indefensa del racismo, y que además jamás metería un gol con la mano, porque él solo los mete con el hombro, mira, en Copacabana los metía así, con el hombro. ¡Golazo!

Solo cabe esperar que la contaminación del espacio público provocada por esta putrefacta estructura con superpoderes, ni democrática ni electa ni sometida a escrutinio público, y formada por gentes de todo pelaje e ideología no acabe destruyendo del todo la inteligencia, la rebeldía y el pensamiento crítico de tantos ciudadanos que conocen de sobra el percal y que todavía se resisten a tragarse las patrañas y las cortinas de humo de nuestros impresentables gañanes de la lista Forbes (incluidos, por supuesto, Gil y Cerezo, a quienes los atléticos sufrimos desde que, hace ya más de 30 años, se apropiaron de forma indebida del club, y que tras vender el Calderón para hacer pisos se disponen ahora a construir una playa de surf en el páramo de la Peineta).

 

Ahora lo saben hasta los niños. La Liga española es un duopolio corrupto en el que manda con mano de hierro el oligarca Florentino Pérez, mientras el Barcelona post-Messi ejerce como único rival tolerado por el capo y los demás equipos actúan como comparsas. Si por casualidad uno de estos acompañantes pone en...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Miguel Mora

es director de CTXT. Fue corresponsal de El País en Lisboa, Roma y París. En 2011 fue galardonado con el premio Francisco Cerecedo y con el Livio Zanetti al mejor corresponsal extranjero en Italia. En 2010, obtuvo el premio del Parlamento Europeo al mejor reportaje sobre la integración de las minorías. Es autor de los libros 'La voz de los flamencos' (Siruela 2008) y 'El mejor año de nuestras vidas' (Ediciones B).

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

7 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. ecac

    Fútbol Nacional Corruptos por orden y cuenta de los oligarcas: LFE.-RFEF.-CTA.-VAR.-Medios Comunicación (Prensa-Radios-Televisiones), con sus guerras políticas y deportivas, que se llevan la palma, monta tanto Madrid FbC, cómo tanto monta Barcelona FbC, y viceversa. Los demás clubes deportivos o SS.AA.DD no cuentan, son ceros patateros a la derecha, en las Divisiones de Honor (Liga de las Estrellas, de los Estrellitas y de los Estrellados) y de Plata.

    Hace 6 meses 16 días

  2. Fernando

    El fútbol era un juego que pasó a ser deporte hasta que se mercantilizó. En las directivas de los equipos siempre estaban representados los poderes económicos de la ciudad y sus territorios, especialmente los dedicados al ladrillo y el hormigón, con causas judiciales de por medio. Ahora el fútbol también es geopolítica, donde el dinero sirve para ocultar crímenes, guerras y genocidios, y sirve también para hacerse un lavado de cara hipócrita con el racismo y el feminismo. Hace años, en el tránsito por una aduana nos mencionaron a un tal "Butragueño", pero mi pareja y yo no conocíamos a ningún futbolista, ¡que felicidad!. ¿Por qué ahora conozco a tantos futbolistas aunque no me guste el fútbol?.

    Hace 7 meses 3 días

  3. juan-ab

    Siempre la misma historia, el Poder y sus políticos y jueces (sean de línea o de estrado, vistan de corto o de largo) en todos los campos, en todas las áreas.

    Hace 7 meses 4 días

  4. jquintansgarcia

    Manuel Gullon : 2 y 2 son CUATRO, no hay repeticion , son los que hace falt para escribir el articulo...y seguir viviendo.

    Hace 7 meses 4 días

  5. Manuel Gullón

    ¡Con dos cojones! Periodista incomodando a los poderosos y a los buscavidas. Como debe ser. Genial señor Mora.

    Hace 7 meses 5 días

  6. Manuel Gullón

    ¡Con dos cojones! Periodista incomodando a los poderosos y a los buscavidas. Como debe ser. Genial señor Mora.

    Hace 7 meses 5 días

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí